domingo, 6 de septiembre de 2015

Amenazan a una testigo de la causa por los asesinatos de Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereira Rossi

Se trata de la médica forense Virginia Creimer, en el juicio describió la forma en que impactaron los proyectiles de Itaka que mataron a las víctimas. Esta mañana contó en su perfil de Facebook:
Treinta años de militancia, tres hijos de hierro, un marido incondicional. La familia lejos que quiere estar cerca.

Estoy cansada de que me amenacen cada vez que tengo un juicio en el que la historia Argentina busca la verdad y la Justicia. Sí , iba a guardar silencio por las víctimas, por las instituciones. Pero mis hijos son más sabios que yo. No guardo más silencio, no perdono ni olvido.
Carta de Maru hoy al despertarse.
Domingo 6 de septiembre, 8.22hs.
Salto de la cama y ya caigo corriendo hacia el baño. Las ganas de vomitar son inminentes.
Ayer nos dejaron un cuchillo en la puerta. Uno de carnicero. Un cuchillo con sangre.
Mi cuerpo hace con todas sus fuerzas, el intento de sacar algo que traigo dentro.
Mamá ultimamente la pasó mal, y con ella, todos nos volvimos de acero para sostenerla.
Mamá se siente cansada de luchar.
Las arcadas me dan ganas de llorar. Sé bien lo que mi cuerpo ya no tolera.
Mis hermanxs se ríen del suceso del cuchillo. Estamos acostumbrados a las amenazas.
El Estado, para el que mamá dedico su vida, carrera y militancia no hizo todo lo posible por protegernos.
Mamá nos dijo que no podemos hablar.
Que es peligroso.
Voy a vomitarlo. Mi cuerpo se estremece.
Pienso. en todos lxs pibes que nos mataron, que mamá defendió.
En las chicas que nos violaron y dejaron tiradas como un desecho.
En todos los pobres que nos mató la policía.
Mamá dice que si no nos callamos, nos van a matar.
Vomité.
Lloro.
Mi corazón ahora, toma el lugar. Se estremece.
Pienso en todas las madres que temieron por sus hijxs, todas esas madres por la que mi vieja luchó sin titubear.
El Estado hipócrita y mentiroso, le soltó la mano una vez más. Mamá no sólo tiene que luchar contra el enemigo, pues quien tuviera que
defenderla por su arriesgado trabajo, no lo hace.
Hecha un nudo lloro en el piso frío.
Y de pronto pienso, me cansé.
Me cansé de que le suelten la mano.
Pero me levanto.
Mamá nos enseñó dos cosas: a no traicionar nuestros principios ni venderlos, y a levantarnos.
Me levanto cien veces.
Me levanto porque mi mamá va a salir a luchar otra vez.
Limpio un poco.
Me lavo la cara.
Sin dejar de llorar, noto que ya no tengo miedo.
Aunque nunca nadie lo sepa.
Aunque nunca nadie nos proteja.
Aunque nunca nadie se lo agradezca.
Aunque la maten haciéndolo.
Mamá va a pelear por todxs.
Y nosotrxs vamos a pelear por ella.
Por Cambiaso y Pereyra Rossi.
Por Arruga.
Por Garrido.
Por Ferrón, Bina y Forza.
Por Mara Matheu.
Por Cristian Lopez Toledo.
Por las madres y abuelas de la Plaza.
Por las madres y los padres de hierro.
Por cada pibe y piba, en cada cárcel del país.
Por cada hombre y mujer que suicida la policía.
Por cada niño y niña víctima de abuso sexual.
Así nos callen, así nos suelten la mano.
Así nos sigan llamando para decirnos que nos van a matar.
Así nos rompan los autos, nos descuarticen a los perros.
Así nos maten.
Ni un paso atrás!
Te amo, Mamá!

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