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domingo, 28 de agosto de 2022

Tevedos, la historia de la señal de televisión que perdió la ciudad de La Plata

Por: Pablo Morosi

Nació en los 60 como una emisora platense para la provincia de Buenos Aires. Hoy, apenas subsiste en la ciudad con una dotación mínima y un móvil de exteriores.

Fue una decisión estratégica en busca de frenar el ingreso de una señal televisiva uruguaya que se colaba en buena parte de las pantallas de los televisores en distritos costeros del Río de La Plata lo que dio vida a LS86 TV Canal 2 de La Plata, una emisora de perfil bonaerense asentada en la capital de la provincia.

La iniciativa, que adoptó el nombre de Tevedos, fue impulsada por el empresario platense Jacinto Fernández Cortés, socio de Radio Rivadavia. La cercanía del grupo con el gobierno de Arturo Illía y, especialmente del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Anselmo Marini, apalancaron su concreción.
Mapa insertado en el proyecto de lanzamiento TeveDos, en 1966 con el área de cobertura y las repetidoras.

Desde la asunción misma del gobierno radical, en octubre de 1963, el proyecto del canal comenzó a cobrar cuerpo y, ese mismo año, fue presentado con bombos y platillos. "Nacía la primera “telemisora platense”, anunciaba en conferencia de prensa el propio Fernández Cortés junto al también directivo de Rivadavia, Pedro Echagüe. Los empresarios adelantaron la construcción de una mega central de transmisión -que nunca se concretó- que incluiría una torre de 240 metros de altura y una confitería con mirador desde dónde, se dijo, se podrían apreciar las ciudades de Buenos Aires y La Plata.

Asi, el 25 de junio de 1966 la firma Rivadavia Televisión SA inició las emisiones de la flamante señal platense. El canal se instaló en un edificio ubicado en 36 entre 2 y 3 en el que antes se fabricaban las carrocerías para utilitarios. Se adaptó el lugar donde se construyeron los estudios centrales para transmisión en vivo. El principal desafío de ese momento consistía en la emisión de las alternativas del campeonato Mundial de Fútbol, que se disputaba en Inglaterra durante el mes de julio y cuyas imágenes llegaban en diferido.

Grandes figuras
El primer director artístico de la emisora fue Marcelo Simonetti. La programación, que comenzaba a las 16 y se extendía hasta la medianoche, combinaba envíos humorísticos como “Los graciosos” de los hermanos Gerardo y Hugo Sofovich y el “Show de Dean Martin”, con “Feminisima” conducido por Pinky y el periodístico “La Gente”, a cargo de Augusto Bonardo. También había novelas como “Los solteros del 10° C” escrita por Alberto Migré y protagonizada por Beatríz Taibo y Sergio Renán, además del noticiero con impronta bonaerense “Notidos” que conducían los históricos Pedro Burgos y Lucio Rubinacci. Por entonces, las noticias eran filmadas en 8 milímetros y el material debía ser previamente revelado.

En aquellos primeros años pasaron por la pantalla del canal figuras como Mengueche, Lucho Avilés y Alberto Olmedo con su recordado personaje de “Piluso”. Y recordados programas como “Colosos de la lucha”, “Lluvia de estrellas”, “El show de la moda”, “Boom 70” y “En este lugar de la noche”.
La programación inicial incluía magazines destinadas a las mujeres con participaciónde modelos.

Pese a ser platense, desde sus inicios el canal siempre tuvo sus oficinas gerenciales y administrativas en la Capital Federal. Luego de una serie de pruebas, finalmente se decidió ubicar la planta transmisora y su correspondiente antena en Estación Estanislao Zeballos, en Florencio Varela, apuntando hacia el interior bonaerense con repetidoras en los partidos de 25 de Mayo, Lezama y Roque Pérez.
El Canal 2 de La Plata empezó a emitir en 1966 como una señal de perfil bonaerense
Si bien se apostaba a producir programas en vivo en los estudios de La Plata, era una época en la que se imponían los enlatados, en especial de series extranjeras como "Caza submarina", "Perry Mason" o "El llanero solitario".

El derrocamiento de Illia y el inicio del gobierno de facto a cargo del general Juan Carlos Onganía resultó un primer y crucial golpe que dio inicio el derrotero que alteró el normal desenvolvimiento del canal.
Publicidad gráfica en diarios anunciando la llegada del canal bonaerense

A principios de los 70 la licencia quedó en manos de Panamericana Televisión, del empresario peruano Genaro Delgado Parker, ligado al cubano Goar Mestre, que manejaba Canal 13. Por ello, el Canal 2 comenzó a emitir buena parte de su programación en dúplex con el 13, a raíz de la necesidad de achicar gastos por falta de financiamiento. Cuando en agosto de 1974 el gobierno de Isabel Perón decretó la estatización de los canales capitalinos 9,11 y 13 a los que se les había vencido la licencia, el Canal 2 de La Plata consiguió mantenerse en manos privadas. Para entonces ya había ingresado en el negocio el grupo del Banco Comercial del Plata, propiedad del poderoso David Graiver. Según cuenta Juan Gasparini en su libro David Graiver el banquero de los montoneros, la participación de Graiver se hizo como en muchos otros negocios en sociedad con José Ber Gelbard. El grupo sostiene Gasparini ingresó a Rivadavia Televisión a través de Mario Seoane y el cubano Juan Manuel Pallí que habría oficiado de testaferro.

Apenas consumado el golpe militar que derrocó a Isabel, los canales de televisión fueron intervenidos. La señal platense, que al igual que el resto pasó a depender de una intervención militar, quedó a cargo de un militar de apellido Ghiglione. Bajo esa gestión llegaron a la pantalla programas como “Hola tango”, de la mano de Antonio Carrizo; el clásico show musical de Jhonny Allon; la telenovela “Una mujer, un destino” con María Aurelia Bisutti; y “Almorzando con Mirtha Legrand”. No obstante el fuerte del canal siguieron siendo los enlatados. Había también un noticiero y un programa de deportes con producción local por los que pasaron, entre otros, Carlos Asnaghi, Rodolfo Federico y Jorge Rossi.

Por entonces, en la gerencia de La Plata se contabilizaban unos 80 empleados entre técnicos, administrativos, periodistas y personal de limpieza. En 1980 el Canal 2 fue uno de los primeros en pasar del blanco y negro a color.

Para la ciudad el canal era una novedad y, a la vez, un orgullo que permitía la posibilidad de generar contenido local. Sin embargo, "el negocio grande de la tele siempre estuvo en Buenos Aires", puntualiza Gustavo Bellingeri, que ingresó a trabajar en el canal en 1982 y es representante del Sindicato Argentino de Televisión (SAT).

Estrellas Producciones
Ya se había iniciado el proceso que desembocaría en la recuperación de la democracia, cuando el presidente Reynaldo Bignone habilitó por decreto una licitación por la onda de LS86 TV que quedó en manos de la sociedad Radiodifusora del Carmen, encabezada por José Irusta Cornet y Teresa Flouret. El empresario Alejandro Romay, propietario de Canal 9, apeló la medida alegando que la señal platense se introducía indebidamente en la ciudad de Buenos Aires pero el recurso fue rechazado.
Uno de los operadores, Rubén Salerno

De esta etapa se recuerda el éxito de “Trasnoche Aurora Grundig”, un continuado de cine y series hasta altas horas de la madrugada, y el paso de figuras como Hugo Guerrero Martineithz y Bety Elizalde, además de un programa futbolístico que, por fuera del formato habitual, conducía Quique Wolf. Sin embargo, la audiencia no acompañó la propuesta y, poco a poco, el canal terminó por salir desesperadamente a vender los espacios. Sólo la conformación, a fines de 1987, de una alianza estratégica con el pope de los medios Héctor Ricardo García -dueño del diario Crónica y artífice en los 70 de Teleonce- modificó el panorama. Así, la emisora fue relanzada con un nuevo nombre: TeleDos.

García, que aportó una fuerte inversión en equipamiento y quedó encargado de la programación a traves de la firma Estrellas Producciones, convirtió a la emisora platense en una verdadera revelación y plataforma de ensayo para lo que en los 90 sería la creación de Crónica TV: incluso apeló al eslogan que luego usaría en la señal informativa, "El canal de las noticias", y hasta la misma cortina musical. García contó en detalle su desembarco en el canal platense en su autobiografía Cien veces me quisieron matar.

En diciembre de 1987, en el lanzamiento de la programación, se puso al aire "Ganale al dos", en el que desfilaron las nuevas figuras del canal. Fueron catorce horas en vivo desde los estudios de Riobamba 280 con la conducción de Ethel Rojo. En ese momento el Canal 2 alcanzó su mayor dimensión y la planta de empleados llegó a tener casi 200 trabajadores. Pese a que la mayor parte de la producción artística, periodística y comercial se hacía en Capital Federal, los controles de transmisión permanecían en las instalaciones platenses. En La Plata, la nueva gestión trasladó todas las operaciones a un edificio construido en 530 y 27.
El último estudio de América TV instalado formalmente en La Plata. 8 y 48

El año siguiene, el canal fue la sensación de la temporada revirtiendo notablemente las bajas mediciones del rating. En esa época estuvieron en la grilla Carlos Perciavalle y Tato Bores y los periodistas Bernardo Neustadt y Mariano Grondona con el recordado ciclo "Tiempo Nuevo". Piezas claves fueron los conductores Jorge Jacobson, Pinky, Lucho Avilés ("El pueblo quiere saber"), Gerardo Sofovich ("La noche del domingo"), Quique Dapiaggi ("De mi pago con humor") y Roberto Galán ("Yo me quiero casar y Ud"); además del guionista Hugo Moser con su éxito "Matrimonios y algo más". Pero no duró mucho: a fines de ese año y en medio de una áspera disputa judicial, García se alejó junto a todas sus figuras y la pantalla quedó sin programación. De ese modo, terminó por derrumbarse y volvió a adoptar el nombre de Tevedos con programas que, en su mayoría, se producían desde estudios montados en Avellaneda. Para entonces las instalaciones originales ubicadas en La Plata estaban totalmente desactivadas y el canal resultó intervenido para luego entrar en un proceso de quiebra.
Roccasalvo y Monti dos de las figuras que poblaron el último de los estudiosd del Canal 2 ya convertido en América TV, en 8 y 48

Alejandro Gago, un técnico que ingresó a trabajar en la señal platense en 1977, reconoce que “a las figuras de Buenos Aires les costaba mucho venir a La Plata. Era como si los mandaran a Siberia, siempre se quejaban de tener que hacer 50 kilómetros y apenas sus programas remontaban en el rating pedían no venir más”.
Solicitada de Eunekian en Clarín
El descubrimiento de América
Así siguió el derrotero del canal, envuelto en un laberinto de enfrentamientos y disputas del grupo societario que derivó en una intervención a cargo del abogado Carlos Bianchi, quien ocupó ese lugar hasta que, en 1989, al llegar al Gobierno Carlos Menem, promovió la licitación de los canales a partir de modificar la Ley de Radiodifusión. En una medida que en el fondo buscaba fortalecer la imagen de su gestión, el presidente riojano facilitó el proceso de adquisición y entregó la señal platense al empresario Eduardo Eurnekian, titular de la Corporación Multimedios América que incluía la señal de cable Cablevisión, Radio AM América, FM Aspen y el diario El Cronista Comercial.
Fabian Rubinacci, Guillermo Murphy y Jorge Prado, tres integrantes del staff del canal

El inicio de la nueva etapa no fue nada sencillo. Con ese traspaso se empezó a desvanecer la marca de Canal 2 y su localización platense, que en un principio subsistió bajo el nuevo nombre elegido: América TV, una señal que tenía los pies en La Plata pero buscaba producir principalmente desde los estudios del grupo en Palermo. Así, el desembarco de Eurnekian puso en alerta a los trabajadores que denunciaron la idea de trasladar el canal a los estudios en cuyas instalaciones funcionaba Cablevisión. Fue entonces que desde SAT se dispuso la toma del canal y se impidió el retiro de equipos.

El lunes 15 de abril de 1991, fecha elegida para el lanzamiento de la nueva etapa del canal, se organizó una gran fiesta con la presencia de autoridades, empresarios y gente del medio televisivo. Ese día, en medio de una fuerte tormenta, se cayó la antena ubicada en Florencio Varela a través de la que se transmitía la señal y el canal quedó varios días sin poder emitir la programación. El episodio llegó a ser investigado como un posible boicot aunque esa hipótesis no pudo comprobarse.

Daniel Celentano, gerente nombrado en La Plata por la nueva administración, inició un paulatino proceso de reducción con ofrecimientos de retiros voluntarios y traslados para los empleados, que en cinco años llevó el plantel platense de 150 a 65 agentes. “Ellos se propusieron convertir un canal con licencia provincial en una señal porteña. Y por eso necesitaban clausurar La Plata para que no quedaran pruebas ni resistencia alguna”, asegura Bellingeri.
En un afiche en defensa de Canal 2 se usó la imagen de Piluso y Coquito, dos emblemas de la programacion de los primeros años

En ese contexto, a fines de 1995 el SAT puso en marcha una serie de medidas de fuerza e inició, con el patrocinio del abogado Damián Loretti, una demanda judicial para resistir lo que se interpretaba era un plan de vaciamiento que quedó radicada en el Juzgado en lo Criminal Federal N° 3 de La Plata, a cargo de Arnaldo Corazza. El viernes 12 de enero del 96 el juez dispuso una medida cautelar de no innovar que implicaba frenar cualquier cambio en el canal, en especial impedir el retiro de equipamiento de los estudios de La Plata. Durante ese fin de semana y previo a la notificación formal de la medida por parte de la Justicia, las autoridades del canal organizaron un operativo para trasladar todos los equipos de los estudios y salas de transmisión en La Plata. Así, en la madrugada del lunes 15 de enero un grupo de técnicos que habrían actuado con la custodia de efectivos de la policía desarmó todo el equipamiento y se lo llevó en un camión. Dos días después Corazza ordenó retrotraer todo a la situación previa al inicio del conflicto, lo que implicaba devolver los equipos a las instalaciones platenses en un plazo perentorio de tres días. No obstante, el control de la línea de transmisión nunca fue repuesto en La Plata.
Si bien la emisora fue concebida como platense siempre tuvo sus oficinas gerenciales en la ciudad de Buenos Aires
Las negociaciones se extendieron durante cinco meses. En ese lapso el canal permaneció tomado por los trabajadores y sus familias que también provocaron interrupciones en la transmisión en señal de protesta. En medio de aquel áspero conflicto la pantalla de América avanzó con una programación íntegramente hecha en la ciudad de Buenos Aires donde se destacaban ciclos como Caiga Quien Caiga con Mario Pergolini; Día D, con Jorge Lanata; y Cha Cha Cha con Alfredo Casero, Fabio Alberti y Diego Capusotto.

La última esquina
Frente a la falta de avances, la protesta se profundizó con una huelga de hambre de tres delegados que terminó con una sanción contra la empresa dispuesta por el Comité Federal de Radiodifusión (ComFeR). Sin otra salida a mano, Eurnekian y sus representantes legales terminaron por pactar una tregua y acordaron rearmar progresivamente las producciones en la capital bonaerense.

Así, el 20 de noviembre de 1996 el Grupo América puso en marcha un nuevo estudio en la esquina de 8 y 48, una especie de pecera en tres plantas con amplios ventanales hacia la zona de mayor actividad comercial de la ciudad pero sin las condiciones de seguridad adecuadas (tenía una sola entrada por una escalera). El propio Eurnekian recibió allí al gobernador Duhalde, que asistió a la inauguración del nuevo espacio luego de haberse negado reiteradamente atender a los representantes del sindicato de televisión que aspiraban a lograr su intermediación en el litigio.

En rigor, en aquella época no hubo grandes producciones. A regañadientes aparecían en el estudio Susana Roccasalvo y Carlos Monti, Alejandro Rial, Karin Cohen, Juan Segundo Stegman o el humorista Berugo Carámbula.
El uruguayo Berugo Carambula junto con el equipo técnico

En 2000 América TV pasó a ser propiedad de Carlos Ávila, fundador de Torneos y Competencias. Dos años más tarde Ávila se asoció con el Grupo Uno, de la dupla Daniel Vila y José Luis Manzano. En 2007 se integró a la empresa Francisco De Narváez, y se produjo la salida de Ávila.

El estudio de 8 y 48, que es la última referencia visible del canal en la ciudad, permanece cerrado luego de quedar inutilizado a raíz de un incendio. A partir de entonces la presencia en la ciudad del canal local se fue desdibujando cada vez más y su suerte peregrinó por varios domicilios hasta quedar reducido, en la actualidad, a un departamento alquilado en la zona norte y el puesto móvil del camión de exteriores que genera contenido informativo para los noticieros de América 24, incluso muchas veces desde la Capital Federal. Allí trabaja todavía el último grupo sobreviviente del viejo Canal 2 de La Plata: una decena de empleados, muchos de ellos próximos a la jubilación.
Así, transformado en un aula para trabajadores de la CGT luce uno de los estudios de la primera sede de Canal 2

A lo largo de los últimos años la lucha por el mantenimiento de las fuentes de trabajo y la continuidad del canal en la ciudad recibió diversas muestras de apoyo. Al acompañamiento de legisladores de diferentes fuerzas políticas y de los sindicatos nucleados en la CGT regional, en la que el líder de SAT Miguel Pellati -ya fallecido- tenía gran predicamento, se sumó el apoyo expresado en un petitorio firmado por más de 20 mil vecinos. Sin embargo, desde el sindicato siempre se expresaron reparos para con los sucesivos gobiernos provincial y municipal por no actuar con decisión para recuperar al canal platense. “Mi mayor amargura es que nunca conseguimos que el canal 2 volviera a La Plata”, sostenía Pelatti en un video grabado por sus propios compañeros relatando parte de aquel conflicto.
La última asamblea de los empleados platenses del Grupo América, noviembre de 2017

En el edificio fundacional de Canal 2, en calle 36, funciona desde 2005 un Centro de Formación Laboral que depende de la CGT, actual propietaria del inmueble. Allí se forman en diferentes oficios y especialidades unos 1500 trabajadores al año. En los viejos estudios convertidos en aulas pobladas de bancos y con las paredes tapizadas por la liturgia visual del peronismo, hoy sólo se conservan las parrillas de luces.
El movil de exteriores, último vestigio del Canal 2 en La Plata

Cada vez que se produce una renovación de autoridades en la provincia de Buenos Aires los trabajadores del canal platense plantean sin suerte la importancia de recuperar el canal para la provincia. Cuando se discutió la Ley Audiovisual se entusiasmaron por poder normalizar la situación pero terminaron peleados con Gabriel Mariotto, quien les habría informado que el expediente original que contiene las bases y condiciones para la explotación de la licencia de Canal 2 se había extraviado.

Con el paso del tiempo y la alteración en las formas de consumo de los medios, la resignación se fue consolidando y ya nadie reclama por la restitución del canal de televisión bonaerense que sólo permanece en la vaga memoria de los platenses.
Fuente: Begum - 0221

jueves, 8 de julio de 2021

1951: Nace la televisión en Argentina

Por: Ricardo Porto

"Aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo se que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria", decía Evita, enferma y con un hilo de voz, la tarde del 17 de octubre de 1951, a la multitud reunida en Plaza de Mayo para celebrar el sexto Día de la Lealtad Peronista.

La emisión televisiva de ese acto, por parte del novel Canal 7, marcaría el nacimiento de la televisión en Argentina. Su impulsor fue el empresario Jaime Yankelevich. El acontecimiento mostraba una tendencia que se mantendría a lo largo del tiempo: la indisoluble relación entre la TV y la política.

Por entonces, pocos países contaban con esta moderna tecnología; pero el protagonismo de Argentina poco a poco comenzó a diluirse y otros países de la región, como Cuba, Brasil o México, la fueron superando. Recién a comienzos de los años ´60 la TV en Argentina vuelve a instalarse con fuerza, a partir del nacimiento de las emisoras porteñas: Canal 9, Canal 11 y Canal 13.

Todas ellas estaban apadrinadas por las tres grandes cadenas estadounidenses: National Broadcasting Corporation, Columbia Broadcasting System y American Broadcasting Company, respectivamente. A diferencia de Canal 7, que estaba en manos del Estado, estos canales fueron tomando impulso de la mano de empresarios privados, como el cubano Goar Mestre, Alejandro Romay y posteriormente Héctor Ricardo García, entre otros.

Luego, se fueron instalando distintos canales de televisión en el interior del país, reproduciendo buena parte de la programación de las emisoras porteñas, hecho comunicacional que se prolongará en el tiempo.

Conflictos legales e institucionales determinaron que en 1974 el gobierno peronista interviniera los medios capitalinos. Nuevamente la política volvía a mezclarse con la TV. Pero será con la dictadura militar de 1976 que la utilización propagandística de las emisoras televisivas alcanzará su máxima expresión.

Tal como se dividió la estructura de las diferentes áreas del Estado entre las diferentes Fuerzas Armadas, lo mismo ocurrió con los medios. Canal 9 fue para el Ejército, el 11 lo manejaba la Fuerza Aérea y Canal 13 pasó a manos de la Marina. En ese contexto, la censura en las pantallas se correspondía con la represión en las calles, configurando la noche más oscura de la historia argentina.

La recuperación democrática de 1983 y la llegada de Raúl Alfonsín inauguró una nueva era de libertad de expresión. No obstante, los canales 11 y 13 siguieron en poder del Estado, con la idea de que contribuyesen a la consolidación de la joven democracia argentina.

Sin perjuicio de ello, el 25 de mayo de 1984 se le entregó el Canal 9 a Romay que le había sido adjudicado en un concurso convocado por el Gobierno militar. Paradójicamente otro Gobierno peronista, el de Carlos Menen, será el que privatice, a comienzos de su mandato, Canal 11, Canal 13 y un conjunto de radios que se encontraban en poder del Estado.

Esta determinación fue acompañada por la modificación de uno de los artículos más controvertidos de la Ley 22.285, sancionada por la dictadura en 1980: el 45, que impedía a los medios gráficos poseer radios y canales de TV.

La nueva legislación permitió que Clarín obtuviese Canal 13, mientras que Canal 11 fue adjudicada a un grupo de emisoras del interior, Televisión Federal, luego conocida como Telefe. Eso significó el nacimiento de los multimedios en nuestro país.

La repudiada ley de Radiodifusión de la dictadura fue modificada a lo largo tiempo, configurando una suerte de pacto implícito entre los medios y los diferentes gobiernos, mediante el cual desde el poder se permitía la expansión de los conglomerados mediáticos, a cambio de recibir un tratamiento periodístico favorable. Recién en octubre de 2009 se sanciona la nueva Ley Audiovisual, en un escenario de fuerte controversia del Gobierno con las fuerzas políticas opositoras y con los medios privados encabezados por el Grupo Clarín.

Desde el nacimiento de la TV solía pensarse que el control de las pantallas se traducía en un control político. Aunque, en verdad, esta afirmación no siempre fue aceptada. Por caso, la conocida frase de Juan Domingo Perón afirmaba que cuando tuvo todos los medios a su favor lo derrocaron mientras que cuando los tuvo en contra, retornó al poder. Sin perjuicio de ello, los distintos presidentes que lo sucedieron, en mayor o menor medida, prefirieron creer que el viejo general no siempre tenía razón.
Fuente: El Economista

sábado, 29 de junio de 2019

Héctor Ricardo García 1932 - 2019

Héctor Ricardo García, fundador de Diario Crónica y Crónica TV, murió a los 86 años. García creó un estilo de hacer periodismo gráfico y televisivo. Algunas de sus creaciones periodísticas fueron la revista Así, el diario Crónica, El Atlántico, Radio Colonia, Teleonce, Tevedos y Crónica TV. Todos productos de gran aceptación popular.
En 1950 lanzó la revista "Sucedió", de muy corta duración y en 1954 editó "Así es Boca", en los comienzos de su carrera empresarial.

El 29 de julio de 1963, García fundó el Diario Crónica, el único con tres ediciones diarias, una matutina y dos vespertinas, revolucionando la gráfica argentina.

Luego en 1965 fundó la Editorial Sarmiento S.A., responsable de esos periódicos y más tarde también de los semanarios "Ahora" y "Flash" y el diario "Democracia".

En 1965 adquirió Radio Colonia, ubicada en esa ciudad de Uruguay pero con importante llegada a la Argentina.

Cinco años después adquirió Teleonce, al que logró llevar al primer puesto de audiencia; convirtiéndose de esa forma en el dueño del mayor multimedios del país en su momento.

En 1973 las televisoras privadas fueron intervenidas por el Estado, con lo cual García perdió el manejo de Teleonce, aunque continuó desarrollando sus otros medios, a los que sumó en 1979 el diario El Atlántico de Mar del Plata.

En 1994, apostó a la televisión y fundó Crónica TV, el primer canal de noticias en transmitir las 24 horas en vivo. Con las míticas placas rojas de Crónica, García dejó en claro que el periodismo argentino había cambiado para siempre.

Teatro
En 1972 adquirió el Cine Astor sobre la Avenida Corrientes en Buenos Aires, transformándolo en el Teatro Astros; en 1975 creó el Complejo Estrellas, y más tarde se hizo cargo del Teatro Tronador de Mar del Plata.

"Se fue el número uno del periodismo"
Rosanna González, la conductora que inauguró el aire de Crónica TV, fue quien anunció la noticia de la muerte de su fundador, Héctor Ricardo García
La presentadora contó cómo fue la primera transmisión del canal de noticias: “Desde el casting, Héctor estuvo supervisando toda la creación del canal. Había puesto todas su energía y todas expectativas en un producto como el que finalmente salió. Realmente amaba la actividad. Creo que hasta los últimos momentos de su vida la desarrolló como podía a pesar de que tenía algunas dificultades físicas. Sin embargo se abocó todo el tiempo a hacer lo que amaba”.

“Tengo cinco millones de anécdotas para contar. La que más me toca personalmente es la que tiene que ver con mi vida privada. Un día decidimos casarnos con quién era en ese entonces mi novio y me dijo: ´Yo no me caso si mi padrino no es Héctor Ricardo Garcia´. Entonces yo fui a hablar con él y le toque la puerta de la oficina y le dije: 'Héctor no queres ser mi padrino'. Y me dijo: 'No tengo traje, no puedo'. Y le dije: 'Héctor mi marido también va a ir sin traje, dale', reveló emocionada.

Finalmente contó que Héctor aceptó y que le dijo: “Bueno esta bien pero tenemos que terminar a las 2 de las tarde porque a esa horario entró a trabajar acá”.
“Fue mi padrino de casamiento. Para mi fue un gran orgullo. Me ofreció, incluso, hacer la transmisión en vivo de mi casamiento, que no lo hicimos porque no nos pareció oportuno. Él puso todo a disposición”, concluyó.
Luis Sandrini agonizaba desde hacía varios días, pero no se moría. Diego Armando Maradona estaba a punto de ser vendido al Barcelona, pero el pase no se definía. La hora del cierre se venía encima y la tapa de Crónica, que no podía soslayar ninguna de las dos noticias, seguía sin definición. Había que elegir cuál privilegiar para el título principal del diario.

García entró en la redacción, se sentó frente a una máquina de escribir y tipeó cinco palabras con dos dedos: ¿Se van a se quedan?, anécdota que rescató Daniel Cecchini en Socompa
El 2015 García recibió a Clarín en la oficina de sus abogados. A su lado estaba una de las personas de su mayor confianza, Rubén Molina, a quien los Olmos despidieron de Crónica TV. García aceptó ser entrevistado por Clarín: las preguntas se le enviaron por mail. Las respondió tipeadas en su vieja máquina Olivetti.

Denunció que Los Olmos censuran notas en Crónica TV. ¿Qué pasó?
Sergio Massa estuvo prohibido por los Olmos, como contó él en los almuerzos de Mirtha Legrand. Si salía era por mí. También Mauricio Macri. Cuando se inauguró el Monumento a Perón, envié un móvil, y los Olmos lo hicieron volver. los Olmos intentaron cortar un discurso del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti..

¿Perdió el control accionario de su canal?
La gente de Olmos hace "presión" para que no salgan las notas que "molestan".

¿Por qué siendo uno de los empresarios de medios más exitosos hoy vive este conflicto?
Vendí los diarios en el 2005, después de estar ocho meses privado de mi libertad, acusado de evasión. Fui absuelto. Al "comprador" Raúl Olmos me lo presentó la gerente administrativa del canal, Susana Inés Castela. Compraron "a libro cerrado". Tenían mucha urgencia.

¿Fue uno de los primeros empresarios de medios que difundió los actos de Néstor Kirchner cuando él era gobernador. ¿Aun así los Olmos llegaron a sus medios gracias al Gobierno?
Lo de los actos de Kirchner me lo pidió Eduardo Duhalde. Es muy amigo mío. Lo conté en mi libro.

¿El contrato con los Olmos dice que ellos manejarían la sección política de su canal para garantizar pauta oficial?
Sí.

¿Cómo ve al periodismo argentino actual?
Lo veo "más o menos". Hay diarios "creíbles" y otros que son voceros del Gobierno. ¡Y qué decir de los diarios que se regalan! El 60 por ciento de los diarios son voceros del Gobierno.

Hace medio siglo que hace periodismo. ¿Alguna vez recibió presiones como las que dice sufrir en la actualidad?
Como las que recibo del Grupo Olmos, no. Nunca en 50 años recibí presiones así, como hoy.

La Justicia investiga a una empresa del Grupo Olmos por lavado de dinero. ¿El origen de los fondos de sus "socios" es ilegal?
Ignoro.

Volviendo a Crónica TV. ¿Cómo se le ocurrió hacer las "placas rojas".
En 50 años de televisión los escenógrafos me decían que los decorados no tenían que ser rojos. Y entonces le puse ese color en las placas. Ahora lo usan todos (estoy intentando registrar la idea).

¿Qué le dio y qué le quitó el periodismo?
Me dio todo. Y me quitó en la misma proporción.

¿Cuál cree que fue el secreto de su éxito?
No defraudar a la gente. Y decir solamente la verdad.

¿Qué consejo le daría a alguien que recién empieza en la profesión?
Que no se "comprometa" en algo "extra periodístico". ¿Me entendés?

¿Qué siente viendo la programación actual de Crónica TV?
Pena.
Ver también: La culpa la tuvo Héctor Ricardo García
El último intuitivo
Un réquiem para Héctor Ricardo García, el periodista que aguijoneó la realidad argentina de los últimos cincuenta años. Hombre–tapa, hombre–récord, hombre–polémico. Dueño de todas las culpas. Creador de los medios más populares del país. Brutal intérprete de primicias. Portador de la licencia del olfato
Por: Facundo Pedrini
Usted fue un genio. Relanzó Canal 11. Instauró Radio Colonia. Fundó Así. Revolucionó Teledos. Creo el diario más vendido. Lo hizo canal.

Borro.

Perdió Canal 11. Perdió Radio Colonia. Perdió Así. Perdió Así es Boca. Perdió el diario Crónica. Perdió Teledos. Perdió Crónica TV. Perdió la libertad. Perdió.

Vuelvo a borrar.

Solo pierde tanto, el que fue dueño de todas las palabras.

Usted fue un genio. Brilló en los sesenta, se consolidó en los setenta, fue Kane en los ochenta, se reinventó en los noventa y se derrumbó en los dos mil.

Fue el que mejor pegó. El padre del monstruo rojo favorito de todos los argentinos. Sus ideas llegaron a tener cinco ediciones por día. Superó el millón de ejemplares con el casamiento de Violeta Rivas y Néstor Fabián. Con la final del mundial 78. Y con Perón desde una clínica en Puerta de Hierro leyendo su diario. Sacó una revista y vendió tantos números que hizo que Boca salga campeón en las gargantas antes que en la cancha. Comprendió el sadismo del peronismo como nadie, interpretó con tacto su proscripción y no cayó en sus propias contradicciones. Usted fue el dueño de la mejor tapa de la historia del periodismo, el primero de julio de 1974: “Murió”. Seca. Tácita. Sin bajada. Como Perón.

Usted fue el hombre que mejor decodificó la distancia entre el rezo y la estampita. Y usó esa desesperanza a favor de sus titulares. Su soledad ganó seis Martin Fierro al hilo, sus trabajadores perdieron los otros quince. Siempre que ganó, humilló. Siempre que perdió, le echó la culpa al complot de los poderosos o de los inútiles. Como la crema de los argentinos, optó por tener todos sus derechos y ninguna de sus obligaciones.
No se puede ser y haber sido. Su imperio duró menos que el de Disney, pero fue más real que Mickey. O al menos fue diferente. Usted fue el dueño del parque de diversiones posible. El maquinista del abismo que interpretó el miedo a las alturas de los tipos que simpatizaban con el suelo. El gallego que supo entender que la foto y el concurso de gaseosas a veces valen más que el análisis de coyuntura. El primer gran empresario de medios de la Argentina. El que inventó a Víctor Hugo. El aliado de los artistas en las noches más largas. El dueño del teatro Estrellas, al que le pusieron una bomba. El amigo de Sandro. El hermano de Ariel Delgado (a quien dejó ir del Canal en silencio). El socio de Duhalde y el enemigo de Alfonsín. A todos, absolutamente a todos, los convirtió en teclas de su máquina de escribir Olivetti Lettera 33.

El chico que colgó la soga entre la rotativa caliente y la Casa Rosada, jugó a saltarla con 24 presidentes: pocas veces se acalambró, pocas veces quiso dejar de rebotar en el piso. Perdió en el último salto, como todos. Fue el gran intuitivo que el país merecía, la posteridad definirá si fue el que necesitaba. Hizo más que muchos: la faena del olfato que corre por izquierda a los santos evangelios le salió estupenda. La consigna de estar firme junto al pueblo fue un hallazgo sensacional, aunque algunos crean que de tanto repetirse ya no tiene sentido, ni el slogan ni el pueblo.

Cien veces lo quisieron matar. Lo intentó secuestrar la izquierda y la derecha. Tal vez, insistió en el doble rapto para sobrevolar las reinterpretaciones del peronismo y salir con pelota dominada. Tal vez fue cierto.

Usted fue un genio. El genio que odió a todos los magos, por eso denunció todos los trucos que no salieron de su redacción: publicó las artimañas del concurso de gaseosas, de los casamientos de enanos y al reality de cocina. Liberó a la momia negra para la psicosis del piberío. Se enfrentó con Maradona, López Rega y Néstor Kirchner. Dio por ganadora a Pinky en La Matanza (ante un atónito electorado). Y le dijo “vos SOS mío”, a un productor que no quiso darle un diario que había comprado usted. Por eso, usted también fue un anti–genio.
La culpa la tuvo usted. Siempre. A veces en forma de pálpito, a veces en forma de arma de fuego. Gozó cada una de sus primicias como alguien que espera la cura: el suicidio del empresario Alfredo Yabrán, el de Leonardo Simons y el de René Favaloro. La renuncia de Cavallo como ministro de Economía de Menem. La salida de Guillermo Coppola de la cárcel y el doping de Diego Maradona en Punta del Este. La explosión en Rio Tercero (Córdoba). La muerte de Carlos Menem (junior). El nacimiento del tercer hijo de Marcelo Tinelli. La grave enfermedad de Sandro. El caso Carrasco, que motivó el fin del servicio militar obligatorio. El motín en la cárcel de Sierra Chica. El accidente de Lapa. La toma de rehenes en el Banco Nación de Ramallo. El crimen de José Luis Cabezas. La tragedia de Cromañón. Y las muertes de Néstor Carlos Kirchner, Nicolás “Pipo” Mancera y Emiliano Moyano, uno de los hijos del líder de la CGT. El atentado a la AMIA y La tragedia de Once. Saberlo antes da poder. Publicarlo, más.

Sumó más muertos que la mayoría y pensó cosas aún peores. Dictaminó ganadores y perdedores antes que la gente salga del cuarto oscuro. Hizo repetir el suicidio del Malevo Ferreyra y advirtió a todos que en instantes se pegaba el tiro. Dijo que las placas rojas falsas también constituían la reputación de las verdaderas, para no confesar que con su vida también pasaba lo mismo. Cuando tuvo que escoger entre Zulma Lobato y el Turco Asís, se quedó con la travesti. Tal vez algún día cuente por qué.

Quizás los que hicieron una lectura de su vida desde el ventilador que no funcionaba o la pared descascarada, alguna vez tengan que dar explicaciones. Tal vez habrá quienes analicen su línea de tiempo por los aportes jubilatorios que no hizo, por los proyectos que truncó, por las injusticias que infringió a la gente que lo amó y admiró en partes iguales, por las genialidades que negó con un gesto sin siquiera escucharlas.

Fue menos que Natalio Botana, tal vez porque vivió el doble. Al director del diario Crítica la muerte lo sorprendió en una ruta de Jujuy con su amante, mientras ponía y sacaba presidentes; sus biógrafos lo recuerdan desangrado mientras esperaba un médico de Buenos Aires. Tal vez usted tomó esa misma sangre para volverse record. A él no le pasó Perón, a usted si. Los titulares fueron su verdadera línea editorial. Nunca dilapidó a propósito la reputación de un jefe de Estado, cual fiscal del orden y las botas, como Jacobo Timerman. Ni desarmó un teléfono al aire para demostrar que en los cables no estaba la Patria, y entonces hablar a favor de las privatizaciones, como lo hizo Neustad. Jamás hizo el amor con el terror.

La suma de todas nuestras habilidades no estuvo a la altura de ninguna de sus órdenes. Tal vez por eso no tuvo socios. Ahora está en su sillón. Ahora le dan premios a la trayectoria. Y los periodistas que jamás consideró más que hormigas le hacen notas para seguir demoliendo ese edificio sin agua, luz ni gas que es el kirchnerismo.  Ahora pide la quiebra de su propia creación, como un padre que quiere que su hijo se muera porque se casó. Ahora no llama desde los internos. Ahora la noticia de la venta de su ex-canal llega en el mismo comunicado que informa una canasta navideña. Ahora nadie lo quiere matar. Ahora la culpa ya no la tiene usted. Ahora que las órdenes ya no llegan de teléfonos blancos, si quiere volver a llamar, le pediremos una idea.
Ver también: Las placas rojas de CrónicaTV, firmes junto al puebloEl creador de Crónica TV denuncia por "ocupas" a los dueños del canalHéctor Ricardo García denuncia: Negocios y censura en CrónicaTVLa repudiable tapa de Crónica, Ante la publicación de imágenes del cadáver de Jazmín de Grazia en #latapadecronica, ARGRA: La foto de #latapadecronica es un hecho vergonzosoCrónicaTV cumple 25 años: El canal que revolucionó los medios de comunicación
El “escudriñador central”, escribía Frank Zappa en Joe’s Garage... y yo pensaba en esa mirada abarcadora al hacer periodismo y pensaba en Garcia.

La noticia para todos era la temporada en Mar del Plata, pero si al entrevistar en la playa a Pedro y ese hombre sin rango tenía algo distinto para contar - su propia historia quizás - Pedro era la noticia. Historias mínimas.

Se superpoblaban las preguntas y mientras buscaba las respuestas, titulaba. Si la pregunta era: “qué son esos caracteres en el margen alto de la pantalla en la televisión asiática”, frente a la respuesta Garcia imponía en la televisión argentina para siempre, la temperatura y la hora como dato permanente a la derecha de su pantalla, señora.

Decir “En vivo y en directo” me sale más fácil que decir “hola”; pues bien... García lo tiene registrado. Lo pensó para redundar la presencia de la noticia en la calle.

Su pregunta cotidiana era cómo reaccionaba la gente con Crónica TV en la calle. Era la época en que había que explicar qué era Crónica Televisión.

Con ojos de niño miraba el mundo, me tocó en una cobertura periodística en Cuba descubrir junto a él La Habana de Fidel. La recorrida era detenerse y preguntar.

Esa mirada hacia el todo era futurista y disruptiva. Pensar en una noticia policial tapa de un diario, hoy resulta habitual; no cuando él lo decidió y generó polémica.

“Así es Boca”, “Así” y el espectáculo. El teatro “Astros”.

Roberto - así llamaba a Sandro, su amigo e ídolo popular - de su paladar también. Por eso Palito, Rodolfo Zapata, Favio, D arienzo, el Tango, Arjona (sí, Arjona)... todo aquel que más allá de los matices o los extremos llegaba a la gente, era noticia para él.

De vinos sencillos también, usaba su teléfono y si veía algo en la calle, una noticia, él mismo llamaba para avisar y titular; después lo apagaba.

Todos sabemos las divisiones entre las estaciones, cuándo comienza el verano, pero que estallaba lo vió él. Y todos empezamos a contar los días que faltan, y los minutos para un nuevo año, y así.

El casting en el ISER, en Riobamba apareció desde el control, llegó al estudio junto a Mario Gavilán hace 26 años para decirme que me elegía para el comienzo de un nuevo canal de noticias que haría y aún hoy hace historia. Y aquí estamos.

Malvinas,Perón.

La síntesis y las placas rojas.

Cien veces me quisieron matar decía.

Murió.
Juan Guerri

El hombre de las mil historias se fue sin el retrato de la suya
Por: Hernán de Goñi, Director periodístico de El Cronista
Cualquier estudiante de periodismo, no solo de la Argentina, ha tenido la oportunidad de embeberse en la épica profesional del Washington Post que la película "Todos los hombres del Presidente" creó del caso Watergate. O para poner un ejemplo más cercano, del metódico e impactante trabajo de investigación del Boston Globe que reveló casos de pedofilia en la Iglesia Católica de Massachussetts, reflejado en el filme "Spotlioght". Hay muchos casos más de asociaciones exitosas entre cine y medios, que facilitan a las nuevas generaciones una compresión real de la dinámica de este oficio, y de lo importante que es su ejercicio para la vida pública de un país. Sin embargo, cuando me enteré del fallecimiento de Héctor Ricardo García, sentí que este maestro de periodistas nos dejó sin haber tenido la posibilidad de disfrutar un mayor reconocimiento público por su extensa carrera. Un ACV lo mantuvo postrado los últimos años de su vida, y aunque parte de su legado lo sobrevive en la enorme cantidad de personas que llegaron a trabajar a su lado, su historia todavía merece ser más y mejor contada.

El "Gallego" tuvo una vida de película, y como sucede en un país tan oscilante como el nuestro, tuvo partes de comedia, otras de drama y más de una vez estuvo a punto de convertirse en tragedia. Si algo lo distinguió de chico, es que se sintió flechado por el periodismo cuando todavía cursaba la escuela primaria. Como él mismo relató en su libro "Cien veces me quisieron matar", con las monedas que le daba su padre, en lugar de alguna golosina se dedicaba a comprar diarios (Crítica, La Razón, Noticias Gráficas) y a absorber su estilo y su razón de ser. Trabajó de repartidor para ampliar su colección y cuando tuvo oportunidad se transformó en canillita. Así entró García al periodismo: por el producto, por su gran capacidad para entender la demanda de los lectores, que en la década del '40 se volcaban a la tinta y al papel con una devoción hoy inexplicable. Pero no solo lo fascinaba la letra de molde: sus primeras incursiones laborales vinieron por el lado de la fotografía, y por eso lo visual siempre tuvo relevancia en su carrera.

Tenía poco más de 20 años cuando convenció a sus primeros dos socios para sacar "Así es Boca", revista que creció de la mano de su visión para ofrecer temas populares y de alto impacto. Con esa impronta vino luego "Así", un semanario que llegó a tener tres ediciones y se transformó en la revista de mayor venta de la historia. Su primer batacazo fue la primera nota a Juan Domingo Perón fuera del país: García siguió a su olfato y tomó lo que otros medios desecharon. Las fotos del general paseando en Asunción fueron el puntapié de centenares de oportunidades ganadas en los años siguientes, a puro oficio periodístico.

No tardó mucho en desplegar su siguiente obsesión. En las paredes de su modesta redacción, sus compañeros observaban pegadas en la pared las hojas con el diseño de títulos, fotos y notas, de algo que no existía. "Así va a ser mi diario", les decía con absoluta seguridad. En abril de 1963 le llegó el turno a Crónica, y con él, la proyección de una carrera que siempre lo tuvo como protagonista audaz y hasta temerario. Voló dos veces a Malvinas, fue secuestrado por guerrilleros del ERP y por los militares, sus teatros fueron atacados con bombas e incendios, sus medios fueron clausurados y se le expropiaron sus canales de televisión. Y sin embargo nunca dio un paso atrás ni dejó que el poder de turno se volviera amenazante.

Con Radio Colonia y Crónica TV (parte del primer multimedios local) creó una nueva narrativa periodística: las placas rojas y los informativos de Ariel Delgado se volvieron indelebles. El tiempo no le alcanzó para enfrentar los desafíos de la revolución digital, aunque no tengo duda de que hubiera ganado la batalla, como ganó todas: a fuerza de perseverancia. Su vida se apagó, pero todavía tenemos la oportunidad de repasar, observar y aprender de uno de los mayores casos de éxito del periodismo argentino.

Héctor Ricardo García: una cinemateca pionera en la TV
Al fundador de "Crónica" y "Crónica TV" se debe el legendario de "Sábados de superacción", programa de los sábados (y otros ciclos de cine), cuyo origen tiene que ver un poco con el azar. Una vez reconoció que, para competir con los programas ómnibus del 9 ("Sábados de la bondad") y el 13 ("Sábados circulares") se le ocurrió poner cine y se quedó con todo el rating. Lo evoca Diego Curubeto, autor del libro-homenaje "Cine de Súper Acción"
Por: Diego Curubeto, vía Ámbito Financiero
El cine, en la televisión argentina de principios de los 70 (cuando no existía ni cable, ni streaming, y ni siquiera color), obtenía altísimos ratings. Para tener una idea, el programa más visto de nuestra pantalla chica entre diciembre de 1972 y febrero de 1973 era el clásico ciclo “Cine de Súper Acción” de Canal 11, seguido por el recordado programa de unitarios de Canal 9 “Alta Comedia”, y otra emisión de películas más adultas, “Hollywood en Castellano”, también de Canal 11, en tercer lugar.

Aunque hoy parezca inverosímil, al lado del cine lo demás caía en picada, incluyendo el eterno “Almorzando con Mirtha Legrand”, que ni siquiera alcanzaba a figurar entre los primeros diez puestos de audiencia en el Canal 9. Dentro de los primeros veinte puestos de mayor rating había otro ciclo de cine, también del 11, “Premier 70”, y uno de los pocos puestos del 13, junto al noticiero, era también de películas, “Matinée como en el cine”, pero recién en el puesto 15, muy lejos de la Súper Acción de Héctor Ricardo García, titular de Canal 11.

En su autobiografía “Cien veces me quisieron matar” (Planeta, 1993), García recordó esas maratones de buen cine como el pivote principal del canal que habia tomado a cargo: “Los sábados de películas eran imbatibles. El Cine de Súper Acción era uno de los clásicos de Teleonce, lograba imponerse a todos los demás programas de la competencia”, escribió García. “Comenzó emitiendo dos películas, entre las 13 y las 19, y lo extendí de las 12.30 a las 21 horas, empalmándolo con ‘Hollywood en Castellano’, que comenzaba a las 21”.

Si bien había heredado las películas de los sábados de la gestión anterior en el canal (Dicon SA y Pedro Simoncini), siguiendo los designios del fundador de la emisora, el mítico padre jesuita Héctor Grandinetti, cuando García adoptó a Leoncio (así se llamaba la mascota de LS84 Canal 11) potenció esa cinemateca televisiva a su máxima expresión, gracias a la adquisición de más títulos y las ingeniosas estrategias de publicidad establecidas por Alfredo Scalise, y textos de creativos como el mismísimo Juan Carlos Mesa.

En la década anterior las películas, generalmente clásicos de la 20th Century Fox o de Universal, eran seleccionados especialmente por su calidad y valores humanos por los asesores del sacerdote Grandinetti; por ejemplo, uno de los primeros títulos emitidos en el viejo Canal 11 fue “La luz es para todos” (“Gentlemen’s Agreement”) la obra maestra sobre antisemitismo de Elia Kazan, protagonizada por Gregory Peck. Claro, en los tiempos de García no había criterios tan exquisitos, pero de todos modos, y aunque había quedado muy lejos la influencia jesuita, en el llamado “canal de los curas” nunca dejó de haber un sacerdote ubicado en el departamento filmoteca para participar en la selección de los films. Ésta era lo bastante amplia como para permitir films tan adultos y terroríficos como “Domingo Negro” (“La maschera del demonio”), de Mario Bava.

Gracias a esta inusitada difusión masiva del buen cine, varias generaciones crecieron viendo películas de John Ford, Howard Hawks, los grandes clásicos de terror de la Universal con Boris Karloff, Bela Lugosi y Lon Chaney Jr. (cuyos “monstruos” tuvieron poco después un ciclo propio, los lunes a la noche, incluyendo las parodias con Abbot y Costello), y las más famosas comedias de la edad de oro de Hollywood, aunque claro que ya desde el nombre del ciclo, el énfasis estaba puesto en los westerns, los dramas de época y las películas de aventuras.

Los demás canales no tuvieron más opción que tratar de imitar a Teleonce creando ciclos de cine como el famoso “Festival de cine y series del 13”, sin lograr nunca destronar al 11, pero convirtiendo a la televisión en una rara y maravillosa usina de buenas películas que jamás volvió a brillar del mismo modo.

Sólo recordando aquellos buenos viejos tiempos, basta decir que en 2019 ninguno de los 90 canales de cable exhibe cine clásico, y en el paquete Premium apenas si Fox Classics da buen material cinéfilo, pero sólo en la trasnoche.

Por eso, para los amantes del cine, Héctor Ricardo García siempre será una figura importante que influyó como nadie en la cultura cinematográfica de varias generaciones.
Fotos: José Luis Cabezas, Editorial Perfil

domingo, 13 de enero de 2019

Las placas rojas de CrónicaTV, firmes junto al pueblo

Marcelo Figueroa escribió Fue primicia, el libro que recorre la historia de Crónica TV. El periodista y productor radial hizo un intenso trabajo de archivo para recopilar los momentos más destacados de la señal y entrevistó a más de cuarenta trabajadores del canal, incluido su fundador, Héctor Ricardo García
Por: Emanuel Respighi
Tan bizarro como popular, tan inmediato como insólito, Crónica TV es tan argentino como el dulce de leche, la birome o el colectivo. Con detractores y amantes por igual, el canal forma parte de la imaginería audiovisual del país. Sus placas rojas fueron, son y serán una compañía ineludible para cualquier argentino. ¿Cuáles son los secretos de esa señal informativa tan diferente al resto, capaz de hacer de un absurdo de la realidad una noticia en sí misma? ¿Quién está detrás de esas placas rojas que –con la clásica cortina musical alarmando de fondo– pueden llegar a difundir la noticia menos esperada como la ironía más cruel, rozando incluso el mal gusto? A 25 años del nacimiento de Crónica TV, Marcelo Figueroa acaba de publicar Fue primicia (Ediciones Continente), un libro que recorre la vida de la señal informativa más distintiva de toda la oferta de la TV por cable. El volumen implicó un intenso trabajo de archivo y que cuenta con más de cuarenta entrevistas a trabajadores del canal, entre las que se destaca la que el autor le hizo a Héctor Ricardo García, fundador de la señal que desde hace un cuarto de siglo está “firme junto al pueblo”.

La primera idea de escribir un libro sobre los misterios, curiosidades y dinámicas internas de Crónica TV comenzó en un estudio de radio. Allá por 2006, Figueroa era el productor de un programa en la ya extinta Radio Spika cuando notó que cada vez que levantaba la vista hacia los monitores que rodeaban el estudio la atención de sus ojos siempre recaía en Crónica. “Es que ese canal, desde sus inicios, ha sido un aliado de productores de otros medios. Y lo que primero me generó curiosidad, como a muchos, fue ese costado irónico y bizarro de las placas rojas: conocer quién las escribía, con qué criterio y qué requisito debía tener una información para transformarse en placa roja”, le cuenta a PáginaI12 el autor del libro, que en realidad es productor de radio de oficio (actualmente produce Cheque en blanco, los sábados en Futurock.fm). Esa curiosidad derivó en un libro que durante años estuvo guardado y que, actualizado, finalmente fue publicado con motivo de los 25 años de la señal: Crónica TV nació el 3 de enero de 1994 con la promesa de emitir en vivo y en directo las 24 horas, algo que el resto de los canales no hacía.

¿Y pudo averiguar, finalmente, qué requisito debía tener una noticia para alcanzar estatus de placa roja?
Cuando le preguntás a los redactores cuáles son los requisitos de una noticia para convertirse en placa roja responden con dos palabras: sangre o ironía. Allí está la clave. Las placas rojas son lo único que conserva hoy el canal de aquellos primeros años de Crónica TV. Hoy, el canal ya no está en manos de García, dejó de emitir en directo sorteos de quiniela y carreras de turf, tiene menos coberturas en vivo y recitales de Sandro y otros músicos populares, ya no forman parte de su staff de presentadores Carozo y Narizota, y ahora se llama Crónica HD.

¿Es verdad que la manera para llegar a la “primicia” era a través de un receptor de radio que estaba ubicado en el medio de la redacción y que lo único que reproducía era la frecuencia policial?
Es verdad que en la redacción de Crónica tenían un receptor de radio en el que sintonizaban la frecuencia del comando radioeléctrico y así escuchaban los diálogos de la Policía Federal. Un comisario me aclaró que monitorear ese canal no constituía ningún delito, sin interferir esas comunicaciones. Lo hacían en otras redacciones también, pero aquí su escucha era permanente. A ese equipo de radio lo llamaban “el monito”, por el ruido chillón que emitía. Más acá en el tiempo dejaron de hacerlo, una vez que lograron armar una red de informantes entre los que se contaban jefes policiales y funcionarios del área de Seguridad.

¿Qué cree que representa Crónica TV para el periodismo argentino y, fundamentalmente, para la sociedad?
Crónica es un referente del periodismo popular, tildado de “sensacionalista” o “amarillo”. El lema “firme junto al pueblo” que García usó en el diario desde la década del 60 y repitió en Crónica TV no fue cuento, era así. Quienes llamaban al canal hablaban directamente con los productores, sin el filtro de un recepcionista o un contestador. En las paredes de la redacción no había muchos monitores ni relojes que informaran la hora de las ciudades más importantes del mundo. En las paredes de Crónica TV había un par de mapas del conurbano, el territorio que sus móviles recorrían a diario, algunos lugares donde ni siquiera ingresaba patrulleros ni ambulancias. Ahí iban las cámaras del canal para reportar crímenes truculentos, a denunciar casos de pibes víctimas del gatillo fácil, en busca de un hombregato, o para contar que a una anciana le habían pegado, robado y hasta le habían comido la pastafrola. Otras veces la noticia era en la gran ciudad, en plena madrugada. Y al llegar a Palermo, para cubrir un accidente automovilístico, descubrirán que un joven descarriado y disfrazado de Batman está en lugar sin poder explicar cómo han ocurrido los hechos. Así y todo, para Crónica TV esa será la noticia: “Batman, único testigo”. Eso es Crónica. Y sus seguidores, lejos de escandalizarse, festejan esa lectura irónica de la realidad. Y hoy, a través de las redes sociales, lo harán viral.

Siempre fue un canal muy popular, pero también muy criticado por su manera de ejercer el periodismo. ¿Cuáles son, a su criterio, los principales aportes de la emisora y cuáles sus principales defectos?
Como mérito o fuerte del canal destacaría su presencia allí donde ocurría la noticia. Y siempre todo aquello de interés popular. Quizás el canal no daba análisis, pero todo lo que debía saberse estaba en pantalla y muchas veces antes que nadie. Es cierto que Crónica TV ha sido cuestionado por su forma de contar y cubrir las noticias. Hay quienes señalan que el canal no tiene límites éticos. Eso no es así. Lo que se puede decir es que la obsesión por llegar antes en la carrera por las primicias hizo que el canal cometiera algunos errores. Por citar un ejemplo, recuerdo cuando dieron por muerto al entonces gobernador de San Juan José Luis Gioja. Publicaron una placa negra con ese dato, que no se correspondía con la realidad. Fue por no tener bien chequeada la información.

¿Le consta que el canal tiene límites?
Me consta. En 1995 tuvieron las primeras imágenes de Carlos Menem Jr. agonizando, a poco de que su helicóptero cayera en Ramallo. Y decidieron no publicarlas. Otra vez, uno de sus camarógrafos registró imágenes del cuerpo descuartizado de una niña y tampoco salieron al aire. Crónica se ha caracterizado por mostrar imágenes de cadáveres. Es más, García siempre recuerda que de su periódico llegó a decirse que si se lo escurría, chorreaba sangre. El se defiende y dice que “los muertos existen, no los matamos nosotros” y que ahora “aparecen en portada en otros diarios y canales y ¡hasta en colores!”.
Fuente: Diario PáginaI12

jueves, 3 de enero de 2019

CrónicaTV cumple 25 años: El canal que revolucionó los medios de comunicación

El canal de noticias que revolucionó los medios de comunicación está de festejo. Un 3 de enero de 1994 inició las transmisiones que marcarían un antes y un después en la televisión. Un repaso por la historia. Ayer, hoy y siempre
Crónica TV arrancó siendo “revolucionario” desde su inicio: con la cortina musical (una marcha patriótica de los Estados Unidos, ”Por siempre barras y estrellas”) y las placas rojas. Impacto. Para algunos, esa exitosa combinación le “generó pánico a sus vidas”. También risas y sorpresas. Jamás pasó inadvertida.

Carlos Saúl Menem era presidente, River y Vélez dominaban el fútbol y se empezaba a soñar con el Mundial del ‘94. Marcelo Tinelli, Susana Giménez y Mirtha Legrand, ya eran Tinelli, Susana y Mirtha. Maradona, seguía siendo Diego. Lionel Messi tenía seis años y Mauricio Macri, con casi 35 (el 8 de febrero cumple 60), ya soñaba con ser presidente de Boca.
La creación de Héctor Ricardo García (“vamos a pasar noticias las 24 horas”) impuso un estilo único en la televisión. De la mano del éxito del diario Crónica, definió al canal como “una redacción con imagen”. Las noticias son las mismas en todos los medios, pero en Crónica se ven distintas. Por su tratamiento y por la mirada “popular”. Esa frase o título justo, para interpretar el sentimiento de la audiencia. Hoy, pasa lo mismo, tanto en el canal como en el diario Crónica. La placa roja es la antecesora de Twitter. Es la mayor creación para comunicar una noticia: breve, de impacto, creativa y con repercusión. Hasta inventaron aplicaciones online para “recrearlas”.


Todos hablaron de las grandes coberturas, entre tantas únicas y exclusivas, como las muertes de Carlitos Menem, Carlos Monzón y el Malevo Ferreyra, la tragedia de Cromañon, la Selección, los campeonatos de Boca y River; los éxitos, fracasos y escándalos en el mundo del espectáculo y del deporte, la música y sus protagonistas, los presidentes y el manejo de las crisis políticas y económicas y los más explosivos casos policiales, el humor y los bloopers (“Crónica se ríe de Crónica”). Y las recordadas placas negras por las muertes de Ricardo Saúl Alfonsín y Néstor Kirchner. Además, el día que Macri fue elegido presidente, los tradicionales textos de “faltan 262 días para la llegada de la primavera” y “cómo se pianta la vida”. Todo es historia y memoria: pasó y pasa por Crónica TV. El otro hito, “las doce de noche” de Navidad y Año Nuevo. El canal es la hora oficial de las fiestas. La previa y la cuenta regresiva es un clásico. Y el rating, lo dice todo: en el comienzo del 1º de enero de 2019, alcanzó casi los 7 puntos. Tan alto, como los anteriores años. Brindis, pan dulce y Crónica.
De alguna manera, se fue armando una necesidad inequívoca: “Poné Crónica”. Los camarógrafos y periodistas tienen el sello Crónica. La calle y sus dueños. En la época de los enlaces vía coaxil, se sabía que Crónica “armaba más rápido el móvil” para salir en vivo. La sagacidad del equipo técnico lo hacía posible. Dentro de la evolución, el recuerdo de los “motoqueros” que “rescataban“ los casetes betas con las notas grabadas y los llevaban al canal para emitir de inmediato. Crónica siempre primero: sin GPS o Google Maps, conocían hasta los mejores recorridos para evitar el embotellamiento del tránsito. La llegada del móvil satelital y el avance con las “mochilas”, el equipo de transmisión ágil y móvil que permite salir en vivo ni bien se está en el lugar de la noticia.
Competencia, velocidad y primicias. Los estudios con el “fondo verde de croma” le dejaron su lugar al nuevo canal. Se pasó al gran cambio, esperado durante muchos años, de la mano del Grupo Olmos. En agosto de 2017, Crónica pasó a llamarse Crónica HD y estrenó su escenografía y nuevos estudios con la mejor tecnología, en Juan de Garay 140, el “domicilio” donde viven las noticias y nacen las primicias. Una gran inversión para hacerlo más competitivo y de vanguardia. Con una variada programación, conductores consagrados y con una nueva generación también de conductores, cronistas, productores y personal técnico.

Pasaron 25 años y el espíritu de Crónica sigue intacto con un estilo exclusivo para hacer periodismo. “Poné Crónica”, ayer, hoy y siempre.
Yo te avisé
Un día antes de la salida al aire del canal, en el diario Crónica apareció publicado un aviso de una página con un mensaje clave: “Tal como es público, Crónica TV emitirá, durante sus todas sus emisiones, únicamente noticias”. También se ponía en conocimiento cómo se debía “tomar” la señal de Crónica. No era como ahora, que a través del sistema de los cableoperadores se ve en el país y en el mundo. Antes, había que sintonizar la frecuencia UHF que sólo traían algunos televisores. Fue tal el éxito y el pedido de los espectadores que muy rápido la señal fue subida a los cables. Más relevante todavía: si no estaba Crónica, no contrataban el servicio. Otro dato histórico, cómo fue “migrando” el número en las “cableras”: del 48 al 72, al 6, al 4 hasta terminar en el actual número 17.

Con ellos se inauguró la pantalla de Crónica HD
Rosanna González y Gustavo Chapur tuvieron la gran tarea de abrir la transmisión allá por 1994. Placas rojas mediante, plasmaron el estilo que caracteriza al canal de las noticias
Por: María Eugenia Aiello @eugeaiello
El 3 de enero de 1994, a las 8.04 de la mañana, la historia de la televisión argentina sumaba un hito. En ese preciso momento nacía Crónica TV, el canal federal de noticias, rey de las primicias e innovador por sus placas rojas. Los elegidos para presentar la señal fueron Gustavo Chapur y Rosanna González, dos periodistas jóvenes que sorprendieron con su versatilidad y su capacidad para desenvolverse en cámara.

25 años más tarde de aquel suceso, los protagonistas de la primera transmisión recordaron cómo vivieron ese momento de gloria para sus vidas profesionales. “Tenía muchos nervios y ansiedad, nadie me había dicho cuál era el perfil periodístico que querían darle al canal o de qué forma teníamos que salir al aire. De hecho, la primera vez que salió una placa roja me sorprendí porque no sabía que existían”, reveló González.

Por su parte, Chapur dijo: “Me tocó leer la apertura. Estábamos con un decorado de cartón, espantoso hoy en día. Pero en ese momento era de avanzada. Casi me muero de los nervios. No sabíamos ni cómo leer las placas rojas. Yo solo había trabajado en radios chicas o programas de cable y de repente pasé a un canal federal, con una marca tan importante como Crónica”.

En cuanto a su trabajo como “matrimonio televisivo”, la locutora recuerda con mucho cariño a su compañero: “Con Gustavo nos divertimos muchísimo al aire. Siempre hubo un respeto recíproco”. Emocionada por las anécdotas compartidas, la voz de la periodista comenzó a quebrarse y entre lágrimas afirmó: "Él conoce toda mi vida. Me vio llorar cuando estuve mal, me vio feliz cuando conocí a mi marido. Vivió mi matrimonio, mi divorcio y la búsqueda de hijos que nunca llegaron”.

Por otro lado, Chapur afirma: “Se dice que Pinky y Cacho Fontana tienen el récord de la mayor cantidad de horas de televisión (más de 30 mil). Con Rosanna sacamos la cuenta de las horas de televisión que teníamos y nosotros dos les ganamos. Al principio estábamos seis días a la semana, ocho horas por jornada. No es por agrandarse ni compararse con los demás colegas, pero tenemos el récord”. Según sus propias cuentas, han estado casi 48 mil horas al aire.

Desde su nacimiento, la señal ha recibido una multiplicidad de reconocimientos por su desempeño. Al canal le otorgaron el Martín Fierro de cable por mejor “servicio de noticias” en los años 94, 95, 96 y 97. Además, fue galardonado en la primera entrega de los Martín Fierro digital en 2018 con una estatuilla por mejor “medio digital de interés general”. 
25 años después
El tiempo pasó y hubo muchos cambios en el canal. En un primer momento, Crónica TV estaba ubicado en Riobamba 280 y luego se mudó a la avenida Juan de Garay esquina Azopardo. Con la llegada del Grupo Olmos, la señal de noticias tuvo varias renovaciones. Una de las más importantes fue la transmisión en alta definición y la completa renovación del estudio, con tecnología de punta. “Empezó a tener programación, que antes no tenía. Solo se decían noticias y no había programas. Hoy, en Crónica HD hay análisis político, debate y panelismo, además de sus habituales primicias, placas y el acompañamiento a los emblemas de la cultura popular. También hay entrevistas en vivo y pluralidad de voces. Son condimentos nuevos que se adaptan a la nueva televisión”, expresó Gustavo Chapur. Su compañera agregó: “Crónica HD hoy tiene una dinámica menos apoltronada, antes era un trabajo muy lineal. La incorporación de tecnología nueva y de otros profesionales ha dimanizado la pantalla. Al canal ingresaron personas maravillosas. Para mí, es un lujo trabajar acá”.

Santo Biasatti: "Crónica TV nació en un gran momento"
El conductor de "Santo Día" analiza el impacto que produjo entre los argentinos la irrupción de la primera señal nacional de 24 horas de noticias
Desde hace un año, despierta a los argentinos con la mejor información desde la pantalla de Crónica HD. Santo Biasatti no esconde detrás de su gran profesionalismo, ni el cariño por el diario en el que dio sus primeros pasos como periodista, ni el respeto por la señal que marcó un hito en la televisión argentina y que hoy lo tiene como figura. "El inicio de las transmisiones de Crónica Televisión -lo que hoy es Crónica HD- significó para la Argentina ingresar en un ámbito poco conocido: un canal con 24 horas de noticias", reflexiona.

Orgulloso de su participación en la pantalla, Biasatti destacó el profesionalismo de su equipo y la vigencia de su máxima rectora: estar junto a la gente.
25 años de Crónica TV: postales detrás de las placas rojas
En las bodas de plata del canal, un repaso por los títulos más importantes que tocó reproducir desde la pantalla. Una historia firme junto al pueblo
Por: Facundo Pedrini @facu_pedrini
DIOSPlaca Negra. Solo números.
16:40
Matar lo que no se puede matar.
16:41
El pueblo espera en silencio que alguien le diga que no es cierto.
16.42.
No hay nada más arriba que esos números.
16.43
Un reloj de números blancos con fondo oscuro y sin música se extendió durante 3 minutos. La primicia que Javier Diaz, cronista estrella que después regreso como director de Noticias, dio sobre la sobredosis de Diego Maradona en Uruguay después que Cóppola jure que era hipertensión y la propia familia, allegados y cuerpo médico lo hayan negado, era un precipicio imposible de atajar. Nunca había sido tan terrible tener razón.
La sobredosis era cierta.
El infarto era cierto.
El vacío era cierto.
Vacío de Dios.
Y de repente, el hombre sin tiempo se quedaba sin tiempo.
Alguien pintó una tela apresurada que decía Diego Vive y la colgó en la reja que separa la Plaza de Mayo de la Casa de Gobierno. Dije alguien pero quise decir todos. Nunca un mediodía duro tanto. A las horas volvimos a tener pulso de nuevo, llegaron los partes médicos, los rostros que hacían gestos a las cámaras, el testimonio de Claudia Villafañe para terminar con los rumores, los especialistas que salían por la radio para decir que el miedo de la muerte ajena espanta porque nos enfrenta al fantasma de la muerte propia, los homenajes de los canales de deportes a todas sus camisetas, los compactos de sus 589 goles y las cadenas de oración en Nápoles con el zócalo: Fuerza Diego.
Las placas de Crónica mataron a todos los actores de la obra. Desde gobernadores hasta Pepino el Payaso, el personaje de titanes en el ring que se enteró de su muerte mientras comía spaghetti con su mujer (Luego salió al aire para decir “estoy vivo”) pero no pueden titular la falta de Dios. La filosofía pudo matar a Dios. El periodismo no y Crónica tampoco.
El suicidio del empresario Alfredo Yabrán, el de Leonardo Simons y el de René Favaloro. La renuncia de Cavallo como ministro de Economía de Menem. La salida de Guillermo Coppola de la cárcel y el doping de Diego Maradona en Punta del Este. La explosión en Rio Tercero (Córdoba). La muerte de Carlos Menem (hijo). El nacimiento del tercer hijo de Marcelo Tinelli. La grave enfermedad de Sandro. El caso Carrasco, que motivó el fin del servicio militar obligatorio. El repudio a Mario Firmenich en una marcha en  conmemoración de los 20 años del padre Carlos Mugica. El motín en la cárcel de Sierra Chica. El accidente de Lapa. La toma de rehenes en el Banco Nación de Ramallo. El crimen de José Luis Cabezas. La tragedia de Cromañon.
Y las muertes de Néstor Carlos Kirchner, Nicolás “Pipo” Mancera y Emilio Moyano, uno de los hijos del líder de la CGT. El atentado a la AMIA y el suicidio ante las cámaras del comisario Mario Oscar “Malevo” Ferreyra y La tragedia de Once fueron primicias apiladas en una historia fresca, porque él crédito popular se muda con la sombra, como un pibe que lleva el diario íntimo de la casa de la prima, como un campesino que siembra vientos.
El canal de noticias encontró tecnología, al fondo de croma verde con el obelisco haciendo juego le llegó la escenografía, las 24 horas en vivo nunca fueron tan directas. Por la visión de Raúl Olmos y Marcelo Carbone y bajo la conducción de Ariel Said, Crónica insiste por sí mismo, no se resigna a ver bien de lejos, está firme junto al pueblo porque no confunde coincidir con acompañar. La placa roja no se retira, suma colores, y es para siempre.





Fuente: Diario Crónica

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