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lunes, 6 de enero de 2025

90 años de una historia familiar: el adiós a La Capital

En 1935, cuando mi abuelo Rodolfo llegó a Rosario, su primer contacto con algo impreso fue el diario La Capital. Desde entonces, y durante décadas hasta su fallecimiento, ese diario fue su compañía diaria. Pero no solo lo compraba y leía, también separaba algunas páginas especiales y guardaba muchos mapas que hacían referencia a los conflictos mundiales, un tema que lo tocaba profundamente, ya que había tenido que abandonar su país debido a una guerra.

La historia continuó con mi padre, quien también compró el diario todos los días. En los peores momentos de la década del 70, cuando en casa no había un mango, el diario nunca faltó. Era Tito, el diariero, quien se encargaba de dejarnos La Capital para que en casa se leyera, y al día siguiente pasaba a buscarlo para la devolución. Este ritual duró menos de un año, pero el matutino de Rosario nunca dejó de pasar bajo la puerta.

La democracia trajo consigo una de las mejores etapas para el diario, bajo la dirección de Gary Vila Ortiz. En ese período, se incorporaron muchos de los periodistas que aún resisten en la redacción, y otros debieron aceptar un retiro involuntario. Fueron los mejores momentos del matutino, cuando los cables de agencias se enriquecían con fuentes propias y la visión de los corresponsales. Para La Capital, era fundamental que sus periodistas firmaran las noticias sobre lo que ocurría semanalmente en la ciudad, el Concejo y el Congreso santafesino. Hoy, esas columnas ya no existen. También quedó en desuso su lema 'Las columnas de La Capital pertenecen al pueblo'.

El diario fundado por Ovidio Lagos pasó 130 años en manos de la familia Lagos, incluyendo a la olvidada Nora Lagos, quien estuvo al frente desde 1953 hasta 1955, cuando fue encarcelada tras el golpe militar que derrocó a Juan Domingo Perón. En los años ’90, representantes del diario La Nación llegaron a Rosario para explorar la posibilidad de comprarlo. Aunque hubo una due diligence, esta no convenció a Bartolomé Mitre y sus socios. Finalmente, en 1997, el diario fue vendido a Daniel Vila y José Luis Manzano, propietarios de Multimedios América. Más tarde se sumó Orlando Vignatti. Cuando Agustín Vila le dijo a su padre que ya no tenía sentido mantener diarios impresos, cerraron UNO Mendoza, UNO Santa Fe y pusieron en venta La Capital. Así, apareció un nuevo jugador: Gustavo Scaglione, quien, junto a varios socios, compró el multimedios. Años después, nombró a su hijo, Vito Scaglione, como CEO del diario.

La historia del diario dio un giro significativo cuando cerró su imprenta, con decenas de despidos, y pasó a depender de los tiempos de AGL (Artes Gráficas del Litoral) en Sauce Viejo. Desde entonces, se produjeron cierres de edición anticipados y, en muchas ocasiones, los hechos ocurrían sin que el papel los reflejara. La Capital solía marcar la agenda de los medios cada día. Hoy, eso ya no ocurre

En esta nueva etapa, los cambios se profundizaron. Suplementos como Educación, único en su tipo en el país, Señales y otros dejaron de imprimirse. Revistas y secciones, como Internacionales, desaparecieron. Recientemente, se acordaron de que habían eliminado las Cartas de Lectores y decidieron revivirlas con una página semanal. Tampoco tienen espacio las carteleras de cine y teatro.

La Capital, el decano de la prensa argentina, hoy tiene menos páginas, hay menos color y más blanco y negro. Abunda la información copiada y pegada de las gacetillas de los gobiernos municipales y provinciales. Las publinotas se han multiplicado, y la producción propia de notas, con diversas fuentes, se ha reducido considerablemente.

El futuro de los diarios impresos parece cada vez más incierto, ya que lo digital ha relegado al papel a un consumo marginal, principalmente entre los adultos mayores, quienes suelen ser los más olvidados a la hora de generar contenido que les interese. ¿Qué está haciendo la empresa para ganar nuevos lectores o conservar a los actuales? Poco o nada.

El primer y último diario en papel de Rosario ha perdido su rumbo. Los actuales dueños adquirieron el multimedio por su prestigio y la marca, que cuenta con 157 años de historia en la región. 

Hoy, 90 años después de que mi abuelo iniciara esta tradición, yo la termino. He decidido cortar la suscripción diaria, por lo que, en breve, el diario en papel dejará de llegar a casa, al menos de lunes a sábado. Solo mantendré el domingo, y veremos qué ocurre a 90 años de que esta historia familiar comenzara.
Claudio Andrés De Luca

domingo, 13 de octubre de 2024

Censura: El periodista Adrián Brodsky fue desvinculado de LT9

El periodista Adrián Brodsky fue desvinculado de LT 9 Radio Brigadier López de Santa Fe, la emisora que tiene como dueño a Orlando Vignatti. " De quienes están manejando ahora LT9 no me extraña nada con las prácticas que ya supieron hacer en medios de la ciudad de Rosario", dijo el senador Marcelo Lewandowsky. En redes sociales, muchos, muchas expresaron su solidaridad y preocupación por lo que consideran un acto de censura. Brodsky señaló que en una primera ocasión lo cambiaron de horario y denunció en redes que su despido fue por motivos ideológicos:
Me desvincularon de LT9 por defender a quienes mas lo necesitan
Queridos amigos, ante tantas consultas y muestras de afecto, quiero contarles por este medio, que fui despedido de LT9, Radio Brigadier López, junto a otros compañeros, con quienes me solidarizo.

Mi desvinculación de la emisora con la cual tuve relación de dependencia durante 8 años, fue por motivos ligados directamente a mi convicción ideológica, de acuerdo a lo expresado personalmente por la nueva conducción, conformada mayoritariamente por empresarios rosarinos.

Los actuales propietarios de Onda9 SA, creyeron que mi línea periodística no es conveniente para lograr que el Gobierno les aumente la pauta publicitaria, razón por la cual decidieron mi alejamiento.

Primero me censuraron, sacando del aire el Programa Dame Radio, que se emitía por la mañana, y ahora hicieron efectivo el bozal periodístico también en los programas y transmisiones de fútbol, por considerar inadecuadas mis opiniones a favor de los  mas desprotegidos.

Entiendo el Periodismo como un auténtico compromiso con la gente, que tiene derecho a la información y la opinión lo más veraz y auténtica posible, razón por la cual en ningún momento de mi carrera acepté la metodología de esconder la realidad y ser obsecuente con los mas poderosos, si así lo hiciera, considero que estaría traicionando a todos los oyentes.

Con la certeza que, a la brevedad, volveremos a compartir un espacio, donde el derecho a la información y a la libre opinión, sean la bandera más preciada, y agradeciendo las muestras de cariño de todos ustedes, los saludo atentamente y de todo corazón...

viernes, 2 de diciembre de 2022

Los titulares de Versión Rosario son los nuevos dueños de LT27 Radio "La Voz del Montiel"

El directorio del Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) aprobó el Concurso Público con el objeto de adjudicar LT27 "La Voz del Montiel", de Villaguay, Entre Ríos. Los flamantes titulares son de Rosario, pero atrás de ellos aparece un empresario de la región: Orlando Vignatti. El tema no deja de ser una buena noticia para las y los trabajadores de la emisora que en junio denunciaban: "Desde que LT27 fue intervenida por el Gobierno Nacional a través del ENaCom, no hemos cobrado ni un solo sueldo en lo que va del año, una verdadera política de hambre"
Ente Nacional de Comunicaciones
Resolución Sintetizada 2280/2022
Resol-2022-2280-APN-ENaCom#JFM Fecha 30/11/2022 Acta 83
Ex-2022-77809353- APN-AMEYS#ENaCom

El Directorio del Ente Nacional de Comunicaciones ha resuelto: 
1 - Aprobar los actos del Concurso Público convocado por el ENaCom, mediante Resolución RESOL-2022-1400-APN-ENaCom#JGM, con el objeto de adjudicar 1 licencia para la prestación de 1 servicio de radiodifusión sonora por modulación de amplitud identificado con la señal distintiva LT27, frecuencia 1580 KHz., categoría VII, con una potencia diurna 0.25 Kw y una potencia nocturna de 0.25 Kw., comprensiva de 1 servicio de comunicación audiovisual de radiodifusión sonora por modulación de frecuencia identificado con la señal distintiva LRM769, frecuencia 88.7 MHz., Categoría E, en la localidad de Villaguay, provincia de Entre Ríos. 

2 - Adjudicar a la firma Versión Rosario S.R.L., integrada por el señor Lautaro Salvador Sosa y la señora Daiana Micaela Gallina, con un cincuenta por ciento (50%) de participación en la formación de la voluntad social, respectivamente, 1 licencia para la prestación de 1 servicio de radiodifusión sonora por modulación de amplitud identificado con la señal distintiva LT27, frecuencia 1580 KHz., categoría VII, con una potencia diurna 0.25 Kw y una potencia nocturna de 0.25 Kw., comprensiva de 1 servicio de comunicación audiovisual de radiodifusión sonora por modulación de frecuencia identificado con la señal distintiva LRM769, frecuencia 88.7 MHz., Categoría E, en la localidad de Villaguay, provincia de Entre Ríos. 

3 - Establecer que la licencia otorgada en el Artículo 2 abarcará un período de 10 años, contados a partir de la fecha del acto administrativo de autorización de inicio de emisiones regulares, a cuyo vencimiento podrá ser prorrogada a solicitud de la licenciataria. 

4 - La licenciataria deberá presentar dentro de los 90 días corridos de notificado el acto de adjudicación prorrogables. 

5 - La licenciataria deberá conservar las pautas y objetivos de la propuesta comunicacional, durante toda la vigencia de la licencia. Su modificación será considerada incumplimiento de las condiciones de adjudicación. 

6 - Dentro de los 90 días corridos de notificada la presente, la firma Versión Rosario S.R.L. y el señor Lautaro Salvador Sosa, deberán regularizar su situación ante la AFIP. 

7 - Dentro del plazo de 30 días corridos de notificada la presente, la licenciataria deberá presentar la Declaración Jurada Anual de Servicios de Comunicación Audiovisual. 

8 - El incumplimiento de cualquiera de las obligaciones definidas por los Artículos precedentes, importará la caducidad del acto de adjudicación. 

9 - Notifíquese, comuníquese, publíquese en extracto, dese a la Dirección Nacional del Registro Oficial. 
Firmado: Claudio Julio Ambrosini, Presidente, Ente Nacional de Comunicaciones

Versión Rosario S.R.L. según el Boletín Oficial
Contrato
Por instrumento privado de fecha 26 de Marzo de 2019, (con firma de los dos socios) 
1) Socios Marisa Aida Gallina, DNI N°: 24.386.664 y CUIT N°: 27-24.386.664-8, argentina, fecha de nacimiento 05 de agosto de 1975, de profesión abogada, soltera, con domicilio en calle Corrientes 1551 8 “A” de la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe y el Sr. Lautaro Salvador Sosa, de nacionalidad argentino, fecha de nacimiento el 10 de mayo de 1993, DNI N°: 37.334.788, CUIL N° 27-37334788-5, empleado, soltero, con domicilio en calle Chacabuco 1163 de la ciudad de Granadero Baigorria , 

2) Denominacion: Versión Rosario S.R.L. 

3) Objeto Social: El objeto social será la edición de un diario digital, como también realizar trabajos de impresión, por cuenta propia o de terceros, efectuar por todo medio conocido o por conocer la transmisión de ideas, como ser televisión, radio, cable, cable, satélite, internet, medios digitales, etc. pudiendo asociarse con terceros, tomar representaciones y comisiones, tanto en el país como en otros extranjeros. Para el cumplimiento de su objeto social, podrá efectuar cualquier actividad que contribuya a su mejor realización, publicidad oral y escrita, así como comprar, vender permutar, dar y tomar en arrendamiento, subarrendamiento, o en cesión de locación, toda clase de bienes. Dar o recibir en pago toda clase de bienes, créditos con garantías, hipotecarios o prendarios. Celebrar toda clase de contratos y constituir derechos reales. Participar, comprar y fundar empresas relacionadas con el objeto principal de la Sociedad. Obtener y conceder créditos, operar con Bancos oficiales o particulares y en fin realizar todos los actos jurídicos que directa o indirectamente se relacionen con sus fines.

4) Domicilio de la sociedad: Dorrego 972 de la ciudad de Rosario 

5) Capital social: El capital social es de pesos doscientos cincuenta mil ($250.000), divididos en dos mil quinientas (2500) cuotas de pesos cien ($100) a) la Sra. Marisa Aida Gallina suscribe mil doscientas cincuenta (1250) cuotas, por un total de pesos ciento veinticinco mil ($125.000) b) el señor Lautaro Salvador Sosa, suscribe mil doscientas cincuenta (1250) cuotas, por un total de pesos ciento veinticinco mil ($125.000), el que será integrado de la siguiente manera: en este acto y en partes iguales el 25 % del capital, es decir $ 62.500 ( pesos sesenta y dos mil quinientos) y el saldo o sea la suma de $ 187.500 (pesos ciento ochenta y siete mil quinientos) se integrará en un plazo de no mayor a dos años 6) Plazo de duracion: Treinta (30) años 

6) Administracion: La administración y representación legal estará a cargo de un gerente y se designa a la Dra. Marisa Aida Gallina.

7) Fecha de cierre de ejercicio económico: La sociedad cerrará su ejercicio el día 31 de diciembre de cada año.

La sombra de Orlando Vignatti en la transacción
Tanto Sosa, cómo Gallina forman parte de Lindor S.A. En cercanías a Villaguay, Lindor S.A. del empresario Orlando Vignatti, es titular de una 11.000 hectáreas en la estancia El Tigresito, donde funciona/ba el Haras Lindor: "La importante inversión y la pasión con que se encaró este proyecto seguramente en el mediano plazo lo convertirá en uno de los establecimientos más importantes de la Argentina", publicó La Capital (donde Orlando Vignatti sostiene una participación del 30%). Por acta de directorio, en enero del 2019 se anuncia la renuncia de los Vignatti, padre e hija y se notifica la designación como presidenta de Lindor de Marisa Aida Gallina, pareja de Vignatti y Lautaro Sosa como vicepresidente.
Lindor S.A.
Por acta de asamblea y acta de directorio del 30/07/2018 se designó Presidente a Orlando Mario Vignatti y Vicepresidente a Virginia Mariángeles Vignatti. Por actas de directorio y acta de asamblea del 19/01/2019 renunciaron como Presidente Orlando Mario Vignatti y como Vicepresidente Virginia Mariángeles Vignatti, y se designó como Presidente a Marisa Aida Gallina, con domicilio especial en Corrientes 1551, 8° "A", Rosario, Santa Fe; Vicepresidente Lautaro Salvador Sosa, y Director Suplente a Álvaro Félix Sosa, estos dos últimos con domicilio especial en Av. Libertad 346, 8°, Rosario, Santa Fe
Autorizado según instrumento público Esc. Nº 190 de fecha 05/06/2019 Reg. Nº 441 Mariano René Rodriguez - Matrícula: 5224 C.E.C.B.A.
Fuentes: ENaCom, Boletín Oficial, Señales

domingo, 19 de junio de 2022

Oficial: El presidente de Triunfo Seguros es nuevo accionista de La Capital

El pasado viernes mdzol editó: "Luis Pierrini adquirió una porción accionaria del diario La Capital de Rosario y se desconoce si también la totalidad de los restantes medios que conforman el grupo" y completó "Lleva un tiempo ya participando como accionista en un antiguo diario del país y en otros medios que forman parte de un conglomerado de comunicación del litoral argentino". 

El empresario mendocino: "Adquirió una porción accionaria del diario La Capital de Rosario y se desconoce si también la totalidad de los restantes medios que conforman el grupo. Sólo ha mencionado expresamente como también adquirida a Metrópolis, la empresa de comunicación en la vía pública del holding mediático", publicó el sitio mendocino.

El flamante accionista: "se integra como accionista de una porción a estos medios que fueran propiedad mayoritaria y liderados por Daniel Vila hasta marzo del 2019, fecha en la que vendió una porción de alrededor del 60% del capital societario a una sociedad múltiple conformada por Gustavo Scaglione, propietario a su vez del tradicional canal 3 de Rosario y varias emisoras radiales, también por Nahuel Caputo de la familia socia del diario El Litoral de Santa Fe, del grupo Oroño de medicina de la familia Villavicencio y finalmente de Federico Pucciarello ligado a la industria del biodiesel. Continuó como accionista, junto a todos los recién mencionados, Orlando Vignatti, veterano hombre rosarino de medios", sigue diciendo mdzol.

El medio señaló que hasta el momento: "Se desconoce el porcentaje de su compra e incluso si Manzano continúa o no en dichos medios, aunque variadas fuentes confiables aseveran de una fluida relación entre ambos, vinculada a la nueva adquisición del hombre fuerte en el mundo de los seguros".

En la columna dominical que Mariano Galindez tiene en Rosario3, propiedad de Gustavo Scaglione, el periodista económico mencionó al nuevo socio de La Capital: En las últimas horas trascendió a la luz pública que el empresario mendocino Luis Pierrini adquirió una porción accionaria del Multimedios La Capital. ¿Cómo fue su ingreso? La situación es la siguiente: la operación de compra de la mayoría accionaria del multimedio rosarino al grupo Vila en 2019 tenía contratada un seguro de caución con Triunfo Seguros. Como uno de los participantes minoritarios del grupo comprador nunca abonó su parte comprometida, la aseguradora tenía que hacerse cargo de esas acciones no abonadas. Finalmente, no se ejecutó la caución, sino que el dueño de la aseguradora, que es Pierrini, terminó aportando el dinero y quedándose con las acciones. Pero no por la totalidad que el comprador original no pagó. Es que el empresario Gustavo Scaglione, titular de la mayoría accionaria, aprovechó para comprar más acciones y agrandar así su participación en el Multimedio. ¿Y por qué Pierrini tomó la decisión de invertir a nombre propio. Es que luego de hacer crecer activamente la empresa familiar originaria, se está dedicando a diversificar su actividad incursionando en negocios vinculados al agro, las finanzas y el mundo del arte".

jueves, 26 de agosto de 2021

El Testigo Inglés. Luces y sombras del Buenos Aires Herald (1876-2017)

En los últimos dos siglos, los diarios de papel fueron fundamentales para que las sociedades se informaran y construyeran una mirada sobre su época. En ese marco, el Buenos Aires Herald, un periódico escrito en inglés en una de las principales capitales de Iberoamérica, fue un interlocutor tan singular como privilegiado de la vida de los argentinos. Fue publicado durante más de ciento cuarenta años, un tiempo de existencia que pocos diarios en el mundo han podido permitirse. Sin alcanzar nunca grandes ventas, supo encontrar a sus lectores, adaptarse a los cambios y lidiar con poderes locales y extranjeros. Y ese diálogo —fluido a veces, ríspido en muchos momentos, siempre tenso— encierra lo más importante de este medio. Durante la última dictadura cívico-militar, el Herald adquirió su rostro más virtuoso: el del periódico argentino que denunció los horrores y dio voz a las Madres de Plaza de Mayo y a los familiares de los detenidos-desaparecidos. Las atrocidades de ese período encontraron respuestas heroicas en el diario —especialmente durante los años que tuvo a Robert Cox como director—, pero sus páginas reflejaron también contradicciones que merecen ser iluminadas. La noche oscura del régimen de facto fue sólo una parte de la vida del Buenos Aires Herald. Antes y después hubo una historia llena de matices; un camino de llegada a aquella gesta y una bitácora de la navegación en las turbulentas aguas de la democracia. Esa es la historia que Sebastián Lacunza, último director del diario, investiga y reconstruye en este libro definitivo sobre un capítulo crucial de nuestro país.
“La postura del Herald tiene claroscuros. Esta historia extensa e intensa es la que cuenta Sebastián Lacunza en este libro lo hace sin quedarse en la mirada santificada, hagiográfica, qué propios y ajenos construyeron del Herald en los años de plomo sino que derriba mitos y estima en su justo valor actos realmente meritorios”.
Sergio Olguín
Introducción: Un diario universal
Volví a la redacción del Buenos Aires Herald el 18 de agosto de 2017, tres semanas después de que el diario de habla inglesa cerrara sus puertas.

La escena parecía congelada a la espera de un forense. Sobre mi escritorio yacían libros, pruebas de página, periódicos, planillas, revistas, sobres de mate cocido y un par de tazas de café. El desorden de mi espacio se repetía agravado en otro escritorio y moderado en media docena. Los estantes de la sala estaban poblados por biblioratos con colecciones salteadas, objetos de cortesía que nadie quiso, cajas con fotos salvadas de alguna mudanza y pilas de Heralds cosidos a mano, ya descreídos de la eterna promesa del presupuesto para ser encuadernados.

Sin testigos, recorrí una y otra vez los pasillos del diario que dirigí los últimos cuatro de sus casi 141 años de publicación. Desde el piso inferior, donde funcionaba el sitio online de Ámbito Financiero, llegaban el murmullo y las risas que suelen generar los canales de noticias que tutelan las redacciones. Revisé archivos, recogí cosas personales, rescaté libros, saqué fotos y me emocioné. Esa misma redacción desde la que provenían el ruido de la tele y las risas que restaban dramatismo a mi despedida íntima del Herald me había recibido dos décadas antes en mi primer empleo periodístico a tiempo completo.

Una tarde de fines de julio, la empresa propietaria me informó un hecho consumado: el número del viernes previo había sido el último. No habría tiempo ni páginas para que el Herald se despidiera de sus lectores.

El silencio impuesto por la empresa editora contrastó con los cables de las agencias internacionales de noticias y los obituarios que en los medios de todo el mundo hablaban sobre el “único diario argentino que informó sobre los crímenes de la dictadura militar”. Editores y redactores que pasaron por sus páginas escribieron columnas en la prensa local y extranjera. Algunos que desarrollaron carreras de décadas en otros países volcaron en las redes sociales su pesar por el cierre del “pequeño gran diario”. Se publicaron análisis sobre el futuro del periodismo gráfico y textos enfrentados sobre el papel del periódico durante los años recientes de la polarización política en la Argentina. Recibí cientos de e-mails y mensajes. Colegas de otros medios me pidieron que escribiera un texto y editoriales me contactaron para pensar la idea de un libro.

Durante un tiempo, no pude dar respuesta. Trabajo de escribir, pero me había quedado sin palabras.

Semejante revuelo se daba por un diario que rara vez en su historia excedió las veinticuatro páginas en su cuerpo central, que en sus años de esplendor tuvo una tirada de menos de veinte mil ejemplares, que en los lustros finales no superó un cuarto de esa cifra, que contaba con una versión web muy limitada, y cuya redacción promedió históricamente los veinte periodistas fijos y una quincena de colaboradores. Sin embargo, esta repercusión no me llamó la atención; siempre fui consciente del valor del Herald y de las dificultades que afrontaba.

El fantasma del final merodeó las últimas décadas del diario, pero fue en marzo de 2016 cuando el grupo propietario, Indalo, hizo saber que la decisión estaba tomada y sólo restaba definir la fecha. La tarea de la redacción consistió entonces en trabajar para que el acta de defunción se demorara lo máximo posible. En el momento del cierre, sobre Fabián de Sousa y Cristóbal López —accionistas de Indalo— pesaban la acusación de haber cometido un fraude impositivo millonario al amparo la administración de Cristina Fernández de Kirchner y la amenaza de cárcel, explicitada sin disimulo por voces oficiales y oficiosas del Gobierno de Mauricio Macri.

(...)

Penumbras y oportunidad
Empecé a concebir este libro mucho antes de la cuenta regresiva. Que un diario escrito en un idioma extranjero y con limitada circulación fuera objeto de debate público en años en que el periodismo parecía apostar más a satisfacer prejuicios de creyentes que a informar y analizar me parecía de por sí una experiencia válida para compartir. A ello se sumó la acusación de que el Herald se había convertido en un medio K a raíz de la venta a Indalo en 2015. La versión no tenía sustento en el contenido informativo, ni en los editoriales, ni en los columnistas, ni en el staff, pero era proclamada con el rigor del escarmiento por quienes consideraban que el destino natural del periódico era su partidización en el sentido opuesto al que denunciaban.

La “gesta épica” protagonizada por el Herald durante los años del terrorismo de Estado —el tan mentado “único diario que informó sobre…”— merecía una investigación que iluminara hechos y tramas con toda su riqueza histórica. Esa épica —que fue real y salvó vidas— era aludida con frecuencia como una letanía, apta para la divulgación superficial y la corrección política, o como una herramienta autoindulgente para tergiversar el pasado y operar sobre el presente.

La simplificación del papel desempeñado por el Herald en la década de 1970 requería de un relato canonizado. Según esta narrativa, en 1876, un inmigrante escocés, William Cathcart, creó The Buenos Ayres Herald, una página de servicios sobre el movimiento portuario. En la pujante Buenos Aires de entonces, un recién llegado estadounidense, D. W. Lowe, tomó la posta y transformó la hoja inicial en un periódico que se codeó con el poder político y económico. Ambos emprendedores —el escocés y el estadounidense— plantaron a su turno la semilla de la libertad y el progreso gracias a la cual el diario de los británicos resistiría a los totalitarismos europeos y al autoritarismo de Juan Domingo Perón. Como un devenir natural, este medio liberal-conservador —aunque décadas más tarde sería rebautizado por una vertiente autorizada como “liberal de izquierda”— apoyó el golpe de Estado de 1976. Al confrontar el horror de que la dictadura definida como civilizatoria no tenía como meta restaurar la democracia sino desaparecer personas, los editores ingleses se plantaron ante los represores, denunciaron las atrocidades y lo pagaron con el exilio. Otro empresario estadounidense, tan liberal como sus predecesores del siglo XIX, respaldó el rumbo. Ello no fue motivo para que el Herald perdiera de vista que, en esa misma década, también actuaba en la Argentina un demonio de izquierda y que ambas criaturas del mal —el Estado y la subversión— merecían juicio y castigo. La línea oficial describió que el periódico, digno e independiente, avanzó en democracia con su prédica republicana y observó con distancia el vértigo político-económico, hasta que sucumbió a empresarios argentinos que lo sometieron a intereses espurios y lo abandonaron. Punto.

La versión así establecida podía contener visos de realidad. Sin embargo, mi experiencia en la redacción me permitió conocer de primera mano testimonios y documentos que apuntalaban una trayectoria menos binaria, con matices, conflictos y contradicciones disimulados en las penumbras, lo que no hizo más que aumentar mi interés por investigar la historia del “último diario de habla inglesa de Iberoamérica”.

Un hecho excepcional ayudaría a ese objetivo. Los dos principales protagonistas de la vida del Herald no sólo estaban en actividad y podían dar testimonio, sino que seguían relacionados con el diario que yo dirigía. Con Andrew Graham-Yooll construí una relación cercana, y con Robert Cox —severo crítico de mi gestión— mantuve un vínculo más distante, pero cordial y frecuente. En cuanto a James Neilson, el diálogo era exiguo, aunque, paradójicamente, fuera el colaborador más asiduo entre los exdirectores, con una columna semanal enviada desde su casa en Pinamar.

La particular relación de los padres refundadores entre sí y con periodistas clave constituía otro capítulo atractivo. Los ingleses Cox y Neilson, y el argentino Graham-Yooll —nacido en “el enclave más anglo de Argentina”— tenían mucho en común, pero también representaron paradigmas profesionales y culturales distintos. Desde pequeño y hasta su primera juventud, Graham-Yooll giró por las calles de Ranelagh, Buenos Aires, Montevideo y Londres. Trabajó en un frigorífico, caminó suburbios y se subió con frecuencia al tren para hacerse atender el asma en el Hospital Británico. En la década de 1960, eligió vivir a pleno las inquietudes sociales, culturales y políticas de su generación. El inglés Cox creció en medio del trauma europeo. Se refugió de bombardeos nazis y participó luego de la Guerra de Corea, a miles de kilómetros de Londres. Pero era un joven mirando al sudoeste, allí donde su padre, un marino mercante, había recalado a principios de siglo. En 1959, se despidió de su madre y su hermana, y se embarcó hacia Buenos Aires. Al poco tiempo, con un castellano precario, comenzó a codearse con elites de signo antiperonista y personalidades anglohablantes que pasaron por Buenos Aires. Neilson perdió a su padre en la Segunda Guerra, fue abandonado por su madre y vivió en Irán e Israel antes de afincarse en la capital argentina. Edificó un atalaya conservador desde el que observó con bastante desprecio a esa generación con la que Graham-Yooll dialogaba a gusto. Rara vez se mezcló con las multitudes y los personajes sobre los que leyó y escribió.

Que personalidades como las de Cox y Graham-Yooll refundaran el Herald durante la dictadura y permanecieran vinculadas al diario hasta los meses finales, cuatro décadas después, fue —como dijo el gran cronista de Ranelagh— “no sólo interesante sino casi devastador”. Con el paso del tiempo, cuentas personales y profesionales nunca saldadas trasuntaron en indiferencia y cierta animadversión mutua. Recién avanzada la segunda década del siglo XXI, convertidos en leyendas del periodismo, Cox y Graham-Yooll reconstruyeron algo de lo que habían vivido cincuenta años atrás como una relación “familiar”.

A lo largo de décadas, libros, notas, blogs y documentales abrevaron en aspectos puntuales de la historia del periódico o abordaron experiencias personales de sus autores. Graham-Yooll, uno de los principales historiadores de la relación angloargentina, metódico archivista y prolífico escritor, apenas rozó tangencialmente la narración de la vida del Herald. Cox no se despegó del destino del diario tras titular su texto de despedida “Au revoir”, en diciembre de 1979, pese a que al poco tiempo se sintió injustamente segregado. Sin embargo, tampoco se abocó a escribir la historia íntima que guardaba en sus memorias. Ambos se mostraron complacidos cuando les conté que iba a emprender la tarea de investigar los 141 años del Herald y prestaron su testimonio con generosidad.

“Dale flaco, que pasa el tiempo”, me dijo Graham-Yooll semanas antes de morir en Londres, en julio de 2019.

(...)

La vida de un Periódico
La atribución de cualidades democráticas anglosajonas al Herald fue un lugar común entre quienes buscaron una explicación a la singular reacción del periódico ante la dictadura de los 30.000 desaparecidos. “Eran conservadores, pero ingleses”, “fueron liberals, no liberales”, argumentaron unos y otros, pese a las contradicciones terminológicas. Una simplificación tentadora, pero ahistórica. Por empezar, porque las civilizaciones emblemáticas del régimen liberal democrático anglosajón —el Reino Unido y Estados Unidos— estuvieron lejos de sostener tales principios en su política exterior en los siglos XIX y XX, y mucho menos hacia la Argentina. Las supuestas virtudes intrínsecas de la política de Londres no aplicaron a su relación con el Río de la Plata.

Con los años, aquella página de 1876 sobre el movimiento portuario ganaría densidad hasta transformarse en un testigo del palacio y la calle, protegido y desconfiado por su idioma en dosis similares, y se acercaría demasiado a monstruos que amenazaban con devorarlo. La fragilidad de las alas de Ícaro fue reflejo de las dudas sobre la propia identidad como diario argentino o extranjero que acompañaron a sus diferentes conducciones durante décadas.

El siglo XIX albergó capítulos de acercamiento y turbulencia entre el Reino Unido y la joven República. En el año de la fundación del Herald, acechaba la restricción de divisas y una deuda financiera con Londres a la que se haría “honor” hasta con el hambre y la sed de dos millones de argentinos, según proclamó Nicolás Avellaneda, el presidente de entonces. Un tiempo después, tomaría la posta para “administrar” el país una generación marcada por cierta anglofilia —fuera por motivos culturales o comerciales— y sobrevendrían el cambio del ciclo exportador de la lana a los granos y la industria frigorífica, y la puja por la hegemonía del capitalismo global. ¿Cabía pensar, entonces, que los primeros años del Herald transcurrieron con armonía entre los emprendedores extranjeros liberales y las elites en pugna dentro de la Generación del 80? Inmigrantes europeos pobres —es decir, rara vez ingleses— alumbraron protestas anarquistas y socialistas en las primeras décadas del siglo XX. La carta de resolver el desafío mediante acuerdos de sobremesa entre la aristocracia conservadora y grandes terratenientes de la Patagonia —británicos— o inversores en los Talleres Vasena —también británicos— se vio tensionada mientras la Argentina se asomaba al voto popular y al derecho a huelga. ¿El Herald habrá respondido con apego a los valores de la democracia liberal o, por el contrario, se retrajo hacia la representación del inversor en pampas hostiles? ¿O hubo idas y vueltas?

Sucederían décadas protagonizadas por movimientos políticos populares y golpes perpetrados por elites de cuño conservador-liberal, o de inspiración fascista, o conservadoras y fascistas a la vez. Con el paso del tiempo, los capitales ingleses se retrajeron de sus dominios sobre tierras, trenes, empresas de servicios y frigoríficos. La inmigración británica —lectorado núcleo del Herald— fue una de las de mayor tasa de retorno. Como describió Graham-Yooll, el inglés o el escocés fue un tipo de inmigrante que se asumió por largo tiempo como parte de una “comunidad visitante”, sin planes de meterse en política o peleas sindicales. Sus prioridades eran la casa, el club, la iglesia, el colegio de sus hijos y su diario. ¿Por qué habrá sobrevivido uno de los periódicos de una comunidad significativa, pero no masiva, y, en cambio, antes de mitad de siglo XX había sucumbido ya casi toda la prensa gráfica de corrientes nacionales y lingüísticas europeas que aportaron centenares de miles y millones de inmigrantes?

El Herald apoyó todos los golpes de Estado del siglo XX: los vio como una instancia inevitable para sentar las bases de la verdadera democracia. Un editor llegó a pararse, literalmente, junto a los fusiladores de una protesta anarquista. Más adelante, el diario combatió a civiles y militares que exploraron vías para levantar la proscripción del peronismo. En varios tramos de la historia, se mostró dogmático al defender esquemas económicos que provocaron estragos sociales. Sin duda, sería una injusta simplificación reducir la historia del diario a sus momentos de complicidad con regímenes y prácticas antidemocráticos. También fue el medio que alentó la política migratoria de principios del siglo XX y, con los bemoles de la época, se dirigió a la mujer como lectora en años en que la ciudadanía era cosa de hombres. Mucho antes de la dictadura de 1976, desentonó cada tanto con la prensa dominante al apegarse a los hechos por encima de sus objetivos ideológicos, al tomar distancia de alguna ofensiva política pergeñada por la Embajada de Estados Unidos y al reclamar “no cerrar los ojos” ante la popularidad de líderes a los que temía.

A días de la Navidad 1979, Cox debió dejar el país junto a su familia. Tres años antes, en silencio, mientras arreciaban las desapariciones, había hecho lo propio Andrew Graham-Yooll. Para una parte de la comunidad del diario —lectores, influyentes y algunas miradas dentro de la empresa editora—, Graham-Yooll tenía simpatías por la lucha armada y Cox no había sabido comprender el valor supremo de derrotar la amenaza “comunista” por el método que fuera. Con personeros de la dictadura con ánimos de prolongar su estadía en el Gobierno por muchos años y sin su director más emblemático, al Herald le quedaba abierta la opción de resistir, con el riesgo de que cayeran represalias sobre periodistas con menos renombre, facilitadas por el fervor nacionalista que al poco tiempo brindaría, en 1982, la Guerra de Malvinas. También se presentaba la opción de pactar y someterse a la censura, o un abordaje intermedio.

El trauma de la dictadura proyectó su sombra sobre las décadas siguientes. En definitiva, la meta primaria de todo diario es informar a su público sobre lo ocurrido el día anterior y, en esa senda, una porción de los lectores del Herald parecía más propensa a expresar su fastidio por la economía errática de la recuperada democracia que a levantar el reclamo por memoria, verdad y justicia ante los crímenes de lesa humanidad. ¿A qué público debía dirigirse? Allí estaban, en el plano hipotético, la declinante comunidad de habla inglesa, el mundo de la educación, la elite política y cultural, el inversor extranjero, las embajadas, el turismo y las familias que se acercaron por la lucha por los derechos humanos. Un empate entre lectorados no siempre complementarios en el que ninguno garantizaba una masa crítica de lectores.

(...)

Cuatro años, seis décadas, un siglo y medio
Apenas cerró el Herald, la primera propuesta para este libro fue un texto sobre los años en que lo dirigí, entre 2013 y 2017, en clave de memoria personal. Me pareció que enmarcar el abordaje en el período que va desde la llegada de Cox al país —en 1959— hasta el final aportaría una mirada más integral y justa para comprender el pasado y mi propia experiencia. Sin embargo, los primeros pasos en la hemeroteca y el conocimiento de una contienda rocambolesca entre potencias que se disputaban la hegemonía del capitalismo a fines del siglo XIX, con consecuencias determinantes en el destino de la modesta página que comenzaba a publicarse en Buenos Aires, extendieron el umbral de este trabajo hasta 1876. Las zonas de acuerdo y fricción durante el primer siglo del Herald tenderían un puente para comprender el diario que apoyó y denunció, a veces en simultáneo, a la dictadura de Videla.

La mejor forma de contar la historia del Herald fue dar la palabra a sus páginas. En especial, sus tapas, columnas, editoriales y la organización de las secciones. Junto a Cecilia Camarano, quien trabajó en la investigación, analizamos ediciones desde el año de su nacimiento, abordadas por intervalos preestablecidos que ganaron frecuencia en la medida en que el Herald sumó contenidos. El registro fue complementado con la búsqueda específica de la cobertura sobre acontecimientos relevantes en la vida pública —elecciones, golpes de Estado, conflictos, revueltas, matanzas— y en la redacción —cambios en la propiedad y la dirección, aniversarios, amedrentamientos—.

El análisis de los ejemplares —en gran parte, clasificados en la Biblioteca Nacional— fue enriquecido por una docena de libros e investigaciones académicas que reprodujeron textos del periódico. El trabajo de hemeroteca incluyó el cotejo de unos cuarenta diarios, revistas y sitios digitales de la Argentina y el exterior.

Los archivos personales de Andrew Graham-Yooll y Robert Cox, legados a la universidad argentina de San Andrés y a la estadounidense de Duke, respectivamente, aportaron un valioso cuerpo de documentación, que incluye correspondencia, notas personales, fichas y comunicaciones laborales. Consulté los archivos del Departamento de Estado y Nacional de Estados Unidos, del Ministerio de Justicia argentino, de la Policía Federal Argentina, declaraciones judiciales, documentos desclasificados de la Inteligencia estadounidense e investigaciones académicas sobre hechos relevantes para la vida del Herald. Exdirectivos, periodistas y familiares de desaparecidos compartieron documentos y sus valiosas colecciones.

Hice entrevistas a sesenta personas. Entre los directamente relacionados con el Herald, a quienes ocuparon puestos de director, secretario de redacción, jefe de sección, redactor, reportero gráfico, diagramador, gerente, administrativo, ejecutivo e integrante del directorio, así como a allegados de algunos de ellos. También entrevisté a legisladores, víctimas de la dictadura, dirigentes sociales, periodistas, funcionarios judiciales y empresarios. En cuanto al marco histórico, apelé a libros que abordaron períodos de décadas y los complementé con otros sobre ejes temáticos y acontecimientos puntuales.

(...)

Único
Una vez recuperada la democracia, el prestigio de haber sobrevivido tras haber dado cuenta de la maquinaria del terror fue una carga de oxígeno y, a su vez, un desafío para la reinvención del Herald. Se sumaron cambios en el ciclo económico y tecnológico que pusieron en crisis las rutinas de producción y consumo de los diarios mientras la propiedad del medio afrontaba sucesivas turbulencias. La empresa se volvió cada vez más dependiente de los giros de la casa matriz en Charleston y de favores estatales. A la variación del contrato de lectura surgido a partir de las denuncias de violaciones a los derechos humanos le siguió el envejecimiento y la mutación cultural y sociológica de la comunidad anglohablante. Las familias inglesas de Hurlingham o Acassuso que recibieron durante décadas el diario en la puerta de una casa construida con inspiración ferroviaria cada vez más se iban transformando en añoranza antes que en realidad. Se impuso la necesidad de encontrar nuevos públicos.

La crisis de sustentabilidad se agudizó con el nuevo siglo. Fue una época de restricciones, despidos y renovación generacional. Para Evening Post, la empresa de Carolina del Sur en manos de los herederos de Peter Manigault desde 2004, la deficitaria unidad de Buenos Aires perdió interés. Llegaron los dueños argentinos sin vínculos con la comunidad anglohablante. Ni Sergio Szpolski (2008), ni Orlando Vignatti (2009-2015), ni López-De Sousa (2015-2017) buscaron modificar la línea editorial, básicamente porque el contenido del Herald no estuvo en su radar.

Durante mis cuatro años en la dirección, el marco de la polarización agregó frentes de tormenta, pero la distancia de batallas ajenas también se transformó en un activo, gracias a una plantilla de periodistas apegados a valores y procedimientos profesionales. No se trataba de indagar sobre la veracidad histórica de la epopeya de Homero, sino de que el imaginario sobre el diario liberal e independiente jugara a favor de una concepción humanista en cuanto a derechos civiles, económicos y políticos. El Herald debía ser contrario al capitalismo de amigos y a los monopolios que malversan el mercado, incluidos los informativos. La adhesión al conservadurismo corporativista argentino apenas remozado no era un buen destino para un diario que debía defender las reglas justas de la competencia, pese a las presiones.

Incluso por encima de la orientación editorial, el desafío tecnológico y el lenguaje digital podían representar el salto hacia un público global, o determinar el final del Herald. Un diario con pocos lectores, alto valor simbólico y potencial de llegar a públicos desatendidos estaba llamado a transformarse en el gran narrador de la información en inglés desde el Cono Sur, pero el horizonte empresarial para asumir el desafío nunca asomó.

El Herald solía ser referido como un diario “único”. Había motivos. Único por su idioma, por las denuncias sobre los desaparecidos, por su supuesta génesis liberal y por la demografía de su redacción. Al cabo de este trabajo, también comprendí que la suya fue una historia de pasión, rutinas, mística, cálculo, talento y desidia, como fiel exponente de una industria que hace tiempo mira el horizonte con temor y escepticismo. La historia de un pequeño diario universal. 

(...) Au Revoir
El 20 de noviembre de 1979, Peter, el cuarto hijo de Cox, recibió una carta en su domicilio de Recoleta con el sello de Montoneros:

Querido Peter: Te escribimos porque sabemos que estás afligido por cosas que les han ocurrido a los papás o abuelitos de algunos amiguitos tuyos y tenés miedo de que algo así pueda ocurrirles a tu “daddy” o a varios de Uds. de refilón y sin querer, porque no nos dedicamos a desayunar “niños envueltos” (…). Excepcionalmente, y en consideración a lo peculiar del trabajo de tu “dad”, queremos brindarle a él (y a todos Uds.) la opción de exiliarse debido al riesgo de asesinato por la dictadura videlista.

El texto instó a que Peter y sus hermanos propusieran un plan de salida:

Vender la quinta Victoria en el Highland Park, vender lo que no sea propiedad de tu abuelito usurero Agustín Daverio, vender los dos autos (el Peugeot y el Dodge) (…) e irse a trabajar por ejemplo a París con el amigo Rosenblum [Mort, director del Herald Tribune], en otro Herald más grande. Motivo: la persecución desatada por la represión y los milicos contra quienes defienden la libertad y los derechos humanos.

La carta continuó con una alusión antisemita oblicua sobre “los amigos de tu papá (Freeman, Friedman)”. Y cerró:

Tus tíos, que los esperan para pasar unas Merry Xmas en Inglaterra, prefieren lo mismo. Un montón de saludos revolucionarios de los amigos de tu papá. Montoneros.

Cox entendió que la autoría y el mensaje eran inequívocos más allá de la burda distracción: un sector de la dictadura amenazaba de muerte a la familia. No era la primera vez que le llegaba una carta membretada con el rifle AK-47 con el que se identificaba la guerrilla peronista. El año previo, textos con esa insignia, que Cox interpretaba como meras provocaciones de los militares, le habían agradecido la solidaridad. Esta vez, el tenor de la advertencia fue diferente.

Cada párrafo de la carta insinuaba una doble intención: la amenaza y la demostración de un amplio conocimiento de la vida familiar. A la vez, recrudecieron las amenazas telefónicas. La guardia policial prometida por Harguindeguy en la puerta del edificio de avenida Alvear desaparecía por varias horas, que en general coincidían con algún hecho extraño.

Videla recibió al periodista un día de fines de noviembre por la tarde. Pretendió dar la imagen de un hombre derrotado —”Me entristece muchísimo saber que se va; por favor, quédese con su familia”— y le dijo a Cox que quería bajar los brazos y renunciar. “Dios mío. ¿Tan mal están las cosas?”, le preguntó el director del diario. En coincidencia, el Departamento de Estado norteamericano todavía sostenía que había un bando duro y otro blando dentro del régimen.

Esa misma noche, Cox redactó una carta al accionista de Charleston en la que solicitó un año de licencia sin goce de sueldo. “Las amenazas, que debemos tomar muy en serio, están dirigidas a mis hijos”, explicó el periodista.

En un movimiento editorial extraño para el momento, el 5 de diciembre de 1979 el Herald depositó alguna esperanza en Leopoldo Fortunato Galtieri, un feroz represor a cargo de Rosario, nombrado comandante en jefe del Ejército en reemplazo de Roberto Viola. “Su designación ha generado esperanza por su experiencia como comandante que ha sabido cómo mantener la disciplina y restaurar la legalidad.” El texto no parecía escrito por Cox. Al día siguiente, una opinión editorial fue irónica con Harguindeguy, quien había ninguneado la amenaza. El texto se preguntaba cómo los “desvencijados correos” argentinos podían procesar las decenas de miles de amenazas que el ministro del Interior había sugerido que circulaban por la Argentina. En tono más serio, Cox recordó que “un gran número de periodistas han sido asesinados o secuestrados” y, a diferencia de empresarios y militares, aquéllos no contaban con custodios especiales. “Es fatigoso sugerir que las amenazas de cualquier parte deben ignorarse alegremente”, remarcó.

"¿Quién le teme al Herald?", preguntó James Neilson en la misma edición. Más que responder la pregunta, diseminó sospechas. Afirmó que era “un pequeño diario de reducida circulación, escrito en un idioma que sólo una minoría comprende en la Argentina”, y que, por otra parte, defendía causas “moderadas”, como “políticas económicas que llevaron a la prosperidad” e ideales “más bien banales” como el deseo de que se pusiera “fin a las torturas” a las “prisiones sin juicio, las desapariciones y todo gansterismo político”. “En la mayor parte del mundo occidental, un diario con principios tan poco excepcionales atraería poca atención y generaría poco entusiasmo. Acá, sin embargo, encendió tanta furia en algunos que están contemplando el asesinato para silenciarlo. ¿Quiénes son estas personas? ¿Por qué nos temen?”, completó el director adjunto.

Neilson pareció aludir a que los rivales de Videla estaban siendo derrotados. Acaso se apoyó en el hecho de que, en septiembre de 1979, el “duro” Menéndez había fracasado en un intento de golpe para derrocar al “blando” Viola en la comandancia del Ejército. Pero también apuntó la hipótesis de que la amenaza proviniera de “la izquierda”, que le atribuía al Herald —según el periodista inglés— “conexión especial con la Embajada estadounidense, por lo tanto, con la CIA” por el sólo hecho de preconizar “políticas económicas sanas” y deplorar “el terrorismo marxista”. En consecuencia, razonó que las “anónimas bandas de violentos” habrían entrado en “desesperación por el modo en que el país está cambiando”. “Argentina está comenzando a recobrar su salud, a sentir que la sangre corre por sus venas una vez más. Hay un creciente clamor por el retorno del debido proceso (…). La Argentina es hoy un lugar mucho más libre que como era hace dos e incluso hace un año”, se esperanzó.

Casi en simultáneo, el 2 de noviembre de 1979, la versión de Santiago O’Neill —seudónimo que Neilson utilizaba para firmar en Somos— había apuntado en sentido contrario en la columna “Los vecinos sean unidos…”. A raíz de acuerdos energéticos y un supuesto acercamiento político del régimen de Videla a los dictadores de Bolivia, Uruguay, Brasil y Paraguay, el columnista de Atlántida evaluó que “los gobiernos de la región” miraban con “comprensible desasosiego el avance del marxismo en el hemisferio y a su vez deben hacer frente a las presiones de los Estados Unidos”. En un contexto acuciante para su colega Cox, Neilson adhirió a la denuncia de que el Gobierno de Videla era incomprendido por el hemisferio norte: “Para Argentina, cerrar filas con los vecinos es una necesidad urgente. Una combinación funesta de circunstancias (…) ha servido para empujar al país al aislamiento, justo cuando el Gobierno buscaba reintegrarlo a la comunidad occidental”.

Sobre Sebastián Lacunza
Buenos Aires, 1972. Ejerce el periodismo desde fines de la década de 1990. Fue director periodístico del Buenos Aires Herald entre 2013 y 2017. Actualmente se desempeña como corresponsal de la agencia estadounidense REDD y de Reporteros Sin Fronteras. Antes, trabajó trece años en el diario Ámbito Financiero y cinco como corresponsal del italiano Il Manifesto. Ha colaborado en medios como The Washington Post, PáginaI12, Anfibia, Le Monde Diplomatique, elDiarioAR, Inter Press Service, Letra P y La Diaria. Cubrió acontecimientos y crisis en países de América, Europa y Medio Oriente. Formado en la Universidad de Buenos Aires, Flacso y la Universidad del País Vasco, escribió dos libros: Wiki Media Leaks (2012) —en coautoría— y Pensar el periodismo (2017). Es docente de maestría en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. En redes es @sebalacunza
Fuente: Editorial Paidós

martes, 25 de agosto de 2020

Levantamiento (Virginia y Orlando) Vignatti

Publica el Boletín Oficial:
Editorial Amfin S.A.
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial Nº 5, interinamente a cargo de la Dra. Valeria Pérez Casado, Secretaría Especial a cargo de la Dra. Lucila Carsoglio, en los autos caratulados “OIL Combustibles SA s/ quiebra s/ incidente de investigación s/ incidente de medida cautelar levantamiento Vignatti” Expte. N° 19981/2016/35/8, convoca a los Señores Accionistas a la Asamblea General Extraordinaria de Editorial Amfin S.A. a celebrarse el 15 de Septiembre de 2020 a las 11:00 horas en primera convocatoria y a las 12:00 horas en segunda convocatoria, en su sede social sita en la calle Av. Paseo Colón 1196, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para tratar el siguiente Orden del día:
1.Designación de dos accionistas autorizados a suscribir conjuntamente con el Presidente el acta de asamblea.
2. Aumento de capital en la suma de $ 13.500.000 con una prima de emisión de $ 15.681 por acción, a integrarse en pesos en efectivo. Modificación del art. 5 del Estatuto.
3. Designación de autorizados para realizar el trámite de inscripción del aumento de capital en la Inspección General de Justicia. La Asamblea será presidida por el Dr. Javier Saravia, Auxiliar Judicial designado al efecto con fecha 28 de Noviembre de 2019. Asimismo, se hace saber a los accionistas que las comunicaciones de asistencia del art. 238 LGS deberán ser cursadas a (J Saravia) Editorial Amfin SA a la calle San Martín 483, Piso 8, Oficina “D” de ésta Ciudad Autónoma de Buenos Aires de Lunes a Jueves, en el horario de 10 a 12 horas. En caso de perdurar el aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido por DNU 297/2020, 325/2020, 408/2020 y 459/2020 y eventuales prórrogas, y el art. 3 de la RG IGJ 11/2020, el acto se realizará mediante el sistema Zoom o Meet, transmisión simultánea de sonido, imágenes y palabras; el instrumento habilitante correspondiente de comunicación, suficientemente autenticado, en formato PDF, deberá ser enviado al auxiliar de justicia (J.Saravia) a través del mail: javiersaravia@cpacf.org.ar; con una antelación de tres días hábiles anteriores a la fecha de celebración de la Asamblea, con copia del DNI del representante designado. A los accionistas que se hubieran registrado en el plazo legal, se les enviará por correo electrónico, a la casilla de correo informada al registrarse o, en su defecto a aquella desde la cual se hubiera registrado, el link y en caso de corresponder ID y contraseña, necesarios para el acceso a la asamblea a través del sistema correspondiente. En caso de participar mediante apoderados o representantes legales, los accionistas, al registrarse deberán informar el correo electrónico de sus apoderados o representantes legales designados, a donde se les enviarán en link y en caso de corresponder ID y contraseña necesarios de acceso. Para participar de la asamblea, los accionistas o sus representantes, según corresponda, deberán ingresar a dicho link con al menos 10 minutos de anticipación al horario indicado para el comienzo de la misma a efectos que la asamblea comience con puntualidad. Buenos Aires, 20 de Agosto de 2020.
Firmado: Lucila Carsoglio – Secretaria. Valeria Pérez Casado Juez
Andrés Sanguinetti, publicó en IProfesional: El diario, fundado por Julio Ramos, fue comprado por Indalo al empresario Orlando Vignatti, quien había desembarcado a mediados de 2008 y quien encaró un sugestivo proceso de achicamiento y redimensionamiento del grupo, con oscuros resultados.

Vignatti llegó junto a Gustavo Isaack, a quien designó como director general de la Editorial AnFin y lideró el proceso de desmembramiento que sufrió el diario en esos años con la venta de varios de sus activos como la planta impresora en el barrio porteño de La Boca, hasta obras de arte y equipos de aire acondicionado que refrigeraban el microcine y que sugestivamente terminaron en algunas de las viviendas de sus por entonces propietarios.

Para Vignatti e Isaack, el achicamiento de la editorial era necesario ya que criticaban la forma en la cual Ramos había hecho crecer el negocio. "Era inviable" decían sin tener en cuenta que Ámbito no sólo era superavitario sino que había hecho millonario a su creador. Con esta excusa, también vendieron las plantas impresoras que Ramos había distribuido en varias provincias para, vía satélite, llevar las páginas y distribuir el diario mucho tiempo antes que el resto, incluso que Clarín. También se desprendieron del diario que controlaba la editorial en Córdoba.

Cuando en febrero de 2015, Cristóbal López llega a un acuerdo para comprar el diario, encara una auditoría para encontrar las diferencias que existían entre los activos declarados y los que realmente existían. Esa investigación detecta un deteríoro patrimonial de la editorial valuado en $300 millones que se habría generado desde la salida de la familia Ramos hasta el ingreso de Vignatti.

jueves, 25 de junio de 2020

La crisis en los medios de comunicación del interior se supera con federalismo

En una entrevista televisiva, el empresario Daniel Machado cuestionó el rol de periodistas militantes ricos en detrimento de medios cada vez más pobres. El manejo periodístico del caso Vicentin.

El empresario de medios de comunicación, Daniel Machado, durante una entrevista televisiva al programa "Futuro Regional" que conduce Rubén Sauro, por TV Regional, analizó la crisis en la mayoría de los medios del interior del país y destacó la importancia de iniciar el camino que va desde una distribución más justa de la pauta oficial hasta un profundo cambio de paradigma en la manera de informar.

En tal sentido, consideró que los medios están atravesando una crisis muy grave y que la proliferación de señales porteñas dejan al descubierto que: "hoy no hay un verdadero federalismo en la forma de comunicar. Aún persiste un alto protagonismo de algunos periodistas en detrimento de los medios con la proliferación de comunicadores militantes. Es necesario reordenarlo todo, hoy tenemos muchas empresas de comunicación pobres con pocos periodistas ricos", sentenció al recordar los lineamientos dados por Alberto Fernández al iniciar su gestión cuando dijo que la pauta se distribuiría entre medios y no a periodistas.

El tratamiento de Vicentin en los medios de prensa
A la vez, Machado opinó que este reordenamiento también se verá reflejado en el tratamiento de temas que implican grandes intereses económicos y políticos de la Argentina. Consideró que, un ejemplo de esto es el manejo mediático de la crisis con la agroexportadora Vicentin. El empresario al deslizar que tras comunicarse la decisión de una intervención nacional en procura de cuidar los intereses de los argentinos, se alzaron desde los medios hegemónicos campañas de confusión con mucha fuerza. 

"El gobierno está cuidando el patrimonio de los argentinos que son los 5.850 millones de pesos que se llevaron del Banco Nación ¿Si usted está en ´situación 5´ de calificación en un banco, acaso le prestarían dinero? A Vicentin se lo dieron y es un tema que la Justicia tendrá que investigar. Fíjese, se llegó al punto que el Presidente (Alberto Fernández) no pudo venir a Rosario al Monumento para el Día de la Bandera, porque se estaba organizando una marcha de protesta en su contra".

Finalmente, el empresario calificó de "inteligente" la propuesta del gobernador Omar Perotti en el conflicto de Vicentin, al opinar que, de prosperar se descomprimiría el estado de reclamos en la provincia de Santa Fe.

¿Quién es Daniel Machado?
Cuando los hermanos Guillermo y Fernando Whpei, abandonaron AM 680 Radio Cerealista y se la vendieron a César Giancrisostemi, titular de Vórtice Productora Multimedios, el titular de la empresa fue Giancrisostemi, pero más tarde apareció en escena Daniel Machado, que desembarcó en el mundo de los medios de comunicación de la mano de Orlando Vignatti, integrante del directorio del diario La Capital. Machado se define como "abogado, político, empresario y peronista", arrancó como dirigente político en Villa Gobernador Gálvez, luego se unió a Orlando Vignatti. Daniel Machado asegura que es el propietario del Multimedios Norte Asociados S.A. que imprime en la provincia de Tucumán El Tribuno. Para la Asociación de Prensa de Tucumán Machado es el "supuesto propietario de El Tribuno y para nosotros un simple testaferro de otros intereses".

Habitualmente utiliza las páginas de El Tribuno para hablar de él: "La ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó su libro “Sinceramente” en la ciudad de Rosario y alzó al nieto de un dirigente peronista de Villa Gobernador Gálvez y lo subió al escenario", titularon y destacaron: "Martino, el bebé de la foto, es el nieto del dirigente peronista de Villa Gobernador Gálvez, el Dr. Daniel Machado".

También, El Tribuno imprimió en sus páginas este suelto: "Habría habido una reunión en Rosario con referentes de la región…. el Dr Daniel Machado y dirigentes Tucumanos entre ellos el Dr Daniel Deina presidente de la Mutual Pcial (Tucumán) donde en la Fundación para la Democracia Internacional se habló de un proyecto Político Nacional luego de la inauguración del museo para la Democracia!!!!! Se habrá sabido de la candidatura de Alberto Fernández?"
En ese textual se deslizan varios errores y omisiones: Daniel Deina presidente de la Mutualidad Provincial, la Fundación para la Democracia Internacional es un emprendimiento del empresario mutual Guillermo Whpei. En las fotos que acompañan se ve a Machado, Deina y Alberto Fernández.
Fuentes: El Tribuno, Señales

viernes, 6 de marzo de 2020

Santa Fe recupera oficinas de un edificio histórico cedido a la Fundación La Capital

Lo resolvió Emilio Jatón mediante el decreto 0032/20, del 19 de febero. Esta mañana, las puertas de este sector estaban abiertas -se encontraban con llave-
Por: José Curiotto
El 9 de enero pasado, la noticia publicada en Aire Digital causó verdadera sorpresa: un piso y un entrepiso ubicados en el ala norte del Molino Marconetti, habían sido cedidos a una fundación perteneciente a empresas privadas por el exintendente José Corral, apenas siete días antes de terminar su gestión.

Se trata de la Fundación Capital, que pertenece a un grupo de medios de comunicación de Rosario (Diario La Capital, Radio 2, LT8, Canal 3, entre otros), Santa Fe (Diario Uno Santa Fe y participación del titular del diario El Litoral) y Entre Ríos (Diario Uno Entre Ríos).

El 10 de diciembre, cuando las nuevas autoridades asumieron en la Municipalidad de Santa Fe, se encontraron con este sector cerrado con llaves y puertas ploteadas con la inscripción Fundación La Capital.

En la mañana de este viernes, a 88 días de que Emilio Jatón se convirtiera en intendente, este sector del Molino Marconetti lucía diferente. Las puertas estaban abiertas y apenas quedaban rastros del ploteo con las inscripciones. El Municipio recuperó este espacio.

Poco antes de dejar el poder, José Corral y la exsecretaria de Gobierno, Malena Azario, firmaron el decreto 708en el que se dispuso que la Municipalidad cediera en comodato a la Fundación La Capital parte del ala norte del edificio del Molino Marconetti, donde ahora funciona el Liceo Municipal.

Dicho decreto acompañaba un Contrato de Comodato en el que aparecía la firma de Sergio Mario Ceroi, quien figuraba como "Apoderado de la Fundación Capital".

Sergio Mario Ceroi es desde hace años el CEO del diario La Capital de Rosario y sería vicepresidente de la Fundación. De hecho, fue el hombre fuerte de este medio mientras pertenecía al grupo Vila-Manzano, y continuó siéndolo a partir del arribo del nuevo grupo empresarial que se hizo cargo del diario el año pasado.

Más de 3 millones de dólares
El edificio del Marconetti fue construido en 1920 en el dique II del Puerto de Santa Fe y estuvo abandonado durante décadas, hasta que la Municipalidad de Santa Fe decidió intervenir y recuperar este imponente inmueble.

Entre 2014 y 2017 se llevó adelante un minucioso proceso de recuperación del edificio, que representó una inversión de la Municipalidad de Santa Fe de $ 51.974.339, a través del Fondo de Asistencia Educativa (FAE). En marzo de 2017, cuando finalmente quedó inaugurado, el valor del dólar en la Argentina oscilaba en los 16 pesos. De esta manera, el costo afrontado por la ciudad para recuperar el edificio superó los 3 millones de dólares.

Según fuentes de la anterior administración, "la idea era que allí el multimedio -se refería al Multimedio La Capital- pudiera producir contenidos, incluso con la participación de estudiantes del liceo. No es un multimedio rosarino, sino un multimedio de alcance provincial, que podría producir información desde Santa Fe vinculada con actividades culturales, comunicativas y educativas".

Y agregó: "Al tratarse de un comodato es un acuerdo revocable y que no genera mayores compromisos para el municipio. Si el nuevo intendente lo considera inconveniente, puede revocarlo".

Informe de la Sindicatura
Sin embargo, la situación no era tan sencilla. El 20 de diciembre pasado, Jatón ordenó que la Sindicatura General del Municipio realizara una auditoría sobre la situación recibida en diversas áreas. El decreto y el contrato de comodato que cedían parte del Marconetti fueron incluidos en dicho análisis jurídico.

El contrato tenía una vigencia de tres años, renovable automáticamente por idénticos plazos, salvo que las partes expreseran su voluntad en contrario con sesenta (60) días de antelación a que opere el vencimiento. No obstante lo señalado, "la Municipalidad conserva la facultad de resolver -decía resolver, no disolver- el acuerdo antes de su término, debiendo comunicar tal decisión en forma fehaciente a la Fundación con una antelación mínima de ciento ochenta (180) días".

Además, planteaba que la fundación "ha presentado un proyecto consistente en la creación de un espacio que promueva tanto la realización como la difusión de expresiones audiovisuales de los santafesinos, necesitando para ello de algún espacio municipal apropiado a tal fin".

Y luego se agregaba que el Municipio "ha evaluado el referido proyecto, y considera viable ceder un espacio ubicado en el Liceo Municipal (ex Molino Marconetti) para su desarrollo, considerando que hace falta equipamiento edilicio integral que responda a las necesidades funcionales del molino".

La Fundación no debía pagar ningún tipo de canon por la cesión de parte del ala norte del Marconetti.
Fotos: Maiquel Torcatt
Fuente: Aire de Santa Fe

Ver también: José Corral cedió parte de un edificio histórico a la Fundación La Capital, José Corral cedió parte de un edificio histórico a la Fundación La Capital

sábado, 1 de febrero de 2020

Evalúan la forma de recuperar el sector que Corral cedió a la Fundación La Capital

Parte del edificio del Molino Marconetti fue cedida por el exintendente José Corral a una fundación que pertenece a medios de comunicación de Rosario, Entre Ríos y Santa Fe. A tres semanas de conocida la noticia, la Sindicatura Municipal analiza la cuestión jurídica antes de avanzar en la decisión
Por: José Curiotto
El jueves 9 de enero la noticia se conoció públicamente a través de Aire Digital y Aire de Santa Fe. Sin embargo, las actuales autoridades municipales ya se habían encontrado con la sorpresa a poco de asumir: el 2 de diciembre de 2019, a tan sólo siete días de abandonar la Intendencia, José Corral entregó en comodato parte de ala norte del Molino Marconetti a una fundación que pertenece al Multimedios La Capital, un conglomerado de medios de comunicación de Rosario, Santa Fe y Entre Ríos, con el objetivo de que monten estudios de radio y televisión. Incluso, corrió un rumor nunca comprobado de que se barajó la idea de mudar la redacción de uno de los medios del grupo a este lugar.

No se trata de un inmueble cualquiera, sino de un edificio recuperado con fondos públicos, que depende de la Municipalidad de Santa Fe y en el que funciona el Liceo Municipal, una institución educativa relacionada especialmente con disciplinas artísticas.

El Multimedios La Capital es propietario de medios de comunicación como Diario La Capital de Rosario, Diario Uno de Entre Ríos, Diario Uno Santa Fe; las radios de AM:LT8, LT15 radio Concordia, LT39 radio Victoria y LT41 radio Gualeguaychú; radios de FM: Cadena 100 y Estación del Siglo 99,5.

En la página web de la fundación se informa que fue creada en la ciudad de Rosario, el 2 de agosto del 2000. Que lleva el nombre del diario La Capital de Rosario. Y que nace en el seno de este diario centenario cuando pertenecía al Grupo UNO. Sin embargo, el año pasado el diario fue vendido a un grupo empresario liderado por el rosarino Gustavo Scaglione, acompañado por el empresario de la salud, Roberto Villavivencio, el empresario del biodiesel, Federico Pucciarello, y el titular del diario El Litoral de Santa Fe, Nahuel Caputto.

En estos momentos, la Sindicatura General Municipal de Santa Fe realiza una auditoria general sobre la actividad financiera y administrativa del Departamento Ejecutivo municipal, entes autárquicos y organismos descentralizados, con el objetivo de revisar las decisiones adoptadas durante el segundo semestre de 2019. La decisión de auditar el último período de la gestión Corral se anunció el 19 de diciembre, y el plazo para esta tarea es de 60 días (hasta el 19 de marzo) que pueden prorrogarse por un mes adicional (hasta el 19 de abril).

Dentro de esta auditoría, actualmente la Sindicatura General revisa el decreto 708, que el 2 de diciembre del año pasado con la firma de José Corral y la exsecretaria de Gobierno, Malena Azario, dispone ceder en comodato a la Fundación La Capital parte del ala norte del edificio del Molino Marconetti.

Sin embargo, mientras este proceso se realiza, fuentes de la actual gestión municipal adelantaron a Aire Digital que "la decisión política del intendente (Emilio) Jatón es restituir la totalidad del edificio del Molino Marconetti a las actividades educativas y culturales públicas", sin la intervención de entidades que pertenezcan a empresas privadas, por tratarse de un inmueble que pertenece a la ciudad.

El decreto
El decreto 708 estuvo acompañado por un Contrato de Comodato en el que no sólo aparecen las firmas de Corral y de cuatro exfuncionarios municipales de Santa Fe, sino que también se observa la rúbrica de Sergio Mario Ceroi, quien figura como "Apoderado de la Fundación Capital".

Sergio Mario Ceroi es desde hace años el CEO del diario La Capital de Rosario y sería vicepresidente de la Fundación. De hecho, fue el hombre fuerte de este medio mientras pertenecía al grupo Vila-Manzano, y continuó siéndolo a partir del arribo del nuevo grupo empresarial que se hizo cargo del diario el año pasado.

El contrato dice que la fundación "ha presentado un proyecto consistente en la creación de un espacio que promueva tanto la realización como la difusión de expresiones audiovisuales de los santafesinos, necesitando para ello de algún espacio municipal apropiado a tal fin". Lo que no se aclara, es por qué para generar este espacio se requiere de manera indefectible "de algún espacio municipal". Sobre todo, teniendo en cuenta que estos medios ya cuentan con inmuebles en Santa Fe en los que desarrollan sus actividades periodísticas.

Y luego se agrega que el Municipio "ha evaluado el referido proyecto, y considera viable ceder un espacio ubicado en el Liceo Municipal (ex Molino Marconetti) para su desarrollo, considerando que hace falta equipamiento edilicio integral que responda a las necesidades funcionales del molino".

La Fundación no se compromete al pago de ningún tipo de canon. El contrato establece que la fundación debe generar un "Espacio Cultural y Educativo para el desarrollo de las comunicaciones comunitarias, que promueva tanto la realización como la difusión de expresiones audiovisuales -especialmente de quienes concurren a las escuelas del Liceo Municipal y/o se encuentren nucleados en ONG, clubes y vecinales-, y a los trabajos afines que de estas actividades pudieran surgir, sobre la base del proyecto presentado por ésta y toda otra actividad que tenga por finalidad el desarrollo de las comunicaciones comunitarias".

Y que para todo esto está obligada a "adecuación de las oficinas con aire acondicionado central, cortinas y amoblamiento en general; más la inversión en estudio de grabación, televisión y radio".

El edificio del Marconetti fue construido en 1920 en el dique II del Puerto de Santa Fe y estuvo abandonado durante décadas, hasta que la Municipalidad de Santa Fe decidió intervenir y recuperar este imponente inmueble.

Entre 2014 y 2017 se llevó adelante un minucioso proceso de recuperación del edificio, que representó una inversión de la Municipalidad de Santa Fe de $ 51.974.339, a través del Fondo de Asistencia Educativa (FAE). En marzo de 2017, cuando finalmente quedó inaugurado, el valor del dólar en la Argentina oscilaba en los 16 pesos. De esta manera, el costo afrontado por la ciudad para recuperar el edificio superó los 3 millones de dólares.
Fotos: Maiquel Torcatt

jueves, 9 de enero de 2020

José Corral cedió parte de un edificio histórico a la Fundación La Capital

El exintendente de Santa Fe, José Corral, firmó el convenio siete días antes de terminar su gestión. Ahora, parte del Molino Marconetti está bajo llave y los empleados municipales no pueden entrar
Por: José Curiotto
El 2 de diciembre de 2019, a tan sólo siete días de su último día como intendente de Santa Fe, José Corral firmó un convenio con la Fundación La Capital por el que entregó en comodato a esta institución el uso del ala norte del Molino Marconetti, un edificio que representa parte del patrimonio arquitectónico e histórico de la ciudad.

La decisión no terminó con la simple firma de este convenio. En estos momentos, dos pisos del ala norte del Marconetti ya están en manos de la Fundación La Capital. A tal punto, que los encargados del edificio –empleados municipales- ni siquiera cuentan con llaves para abrir las puertas vidriadas y ploteadas con el nombre del nuevo locatario.

En la página web de la fundación, se informa que fue creada en la ciudad de Rosario, el 2 de agosto del 2000. Que lleva el nombre del diario La Capital de Rosario. Y que nace nace en el seno de este diario centenario -motivada por el Directorio de Editorial Diario La Capital- y forma parte de Multimedios La Capital, perteneciente al Grupo UNO. El mismo está integrado por los diarios: La Capital y Diario Uno de Entre Ríos, Diario Uno Santa Fe; las radios de AM: LT8, LT15 radio Concordia, LT39 radio Victoria y LT41 radio Gualeguaychú; radios de FM: Cadena 100 y Estación del Siglo 99,5.
De todos modos es imprescindible realizar una aclaración a estos datos: a fines de marzo del año pasado, el diario La Capital fue vendido a un grupo empresario liderado por el rosarino Gustavo Scaglione, acompañado por el empresario de la salud, Roberto Villavivencio, el empresario del biodiesel, Federico Pucciarello, y el titular del diario El Litoral de Santa Fe, Nahuel Caputto.

En el paquete accionario del grupo también se incluyen los diarios UNO de Santa Fe y Paraná, las radios LT8, Canal 3 de Rosario y radios FM de esa ciudad y de Entre Ríos.

El sector ahora en manos de esta fundación abarca un espacio de aproximadamente 180 metros cuadrados en un piso, más un entrepiso de unos 80 metros cuadrados.
Patrimonio recuperado de la ciudad
El edificio del Marconetti fue construido en 1920 en el dique II del Puerto de Santa Fe y estuvo abandonado durante décadas, hasta que la Municipalidad de Santa Fe decidió intervenir y recuperar este imponente inmueble.

Entre 2014 y 2017 se llevó adelante un minucioso proceso de recuperación del edificio, que representó una inversión de la Municipalidad de Santa Fe de $ 51.974.339, a través del Fondo de Asistencia Educativa (FAE). En marzo de 2017, cuando finalmente quedó inaugurado, el valor del dólar en la Argentina oscilaba en los 16 pesos. De esta manera, el costo afrontado por la ciudad para recuperar el edificio superó los 3 millones de dólares.

En estos momentos funcionan allí las escuelas y carreras del Liceo Municipal.

A partir de ahora, resta determinar qué postura asumirán las nuevas autoridades municipales y el Concejo de la ciudad desde el punto de vista político y jurídico, ante este convenio firmado por el exintendente Corral.
Jatón promete revisar la cesión de parte del Molino Marconetti a la Fundación La Capital
La iniciativa se enmarca en el Decreto 723/19, que dispone realizar una Auditoría General de la actividad financiera y administrativa del Municipio en los últimos seis meses de la gestión de José Corral y en uno de los puntos centrales del Plan de Austeridad presentado este jueves.

La Municipalidad de Santa Fe revisará el convenio mediante el cual el 2 de diciembre de 2019, a pocos días de dejar la intendencia de Santa Fe, José Corral entregó en comodato a la Fundación La Capital –vinculada al grupo empresario que posee el diario rosarino homónimo y decenas de medios periodísticos de la región– el uso del ala norte del Molino Marconetti, un edificio que representa parte del patrimonio arquitectónico e histórico de la ciudad.

Fuentes oficiales confirmaron que dicha revisión se enmarca en dos decisiones asumidas por el actual intendente, Emilio Jatón. Por un lado, el Decreto 723/19 instruyó que la Sindicatura General Municipal de Santa Fe realice una Auditoría General sobre la actividad financiera y administrativa del Departamento Ejecutivo Municipal, entes autárquicos y organismos descentralizados durante los últimos seis meses de la gestión de José Corral. El objetivo es revisar el cumplimiento de los recaudos legales vigentes y consolidar el estado de situación patrimonial al 12 de diciembre de 2019. Con fecha del 2 de diciembre, el convenio entre el Municipio y la Fundación está comprendido en el rango de actos que serán auditados.

Además, el Decreto establece que los inmuebles comprendidos en actos administrativos de los seis meses en cuestión no pueden ser utilizados hasta que la Auditoría sea efectuada.

Por otro lado, el Plan de Austeridad presentado este mismo jueves por el mandatario establece entre sus puntos la necesidad de evaluar la situación de todos los inmuebles vinculados a la Municipalidad: tanto los espacios que el Estado local alquila para el funcionamiento de distintas reparticiones como de los contratos y convenios mediante los cuales el Municipio cede espacios propios a terceros.

Las fuentes consultadas precisaron que, si efectivamente se detectan irregularidades en el contrato de cesión a la Fundación La Capital, el mismo se revocará con otro decreto o se enviará al Concejo para que se revoque a través de una ordenanza.

Archivo Señales: Quienes integraban La Fundación diario La Capital en sus comienzos:
Fue también presidente de la institución, uno de los dueños del diario, Orlando Vignatti. Antes de la venta del Diario La Capital, las radios La Ocho, FM Del Siglo y La Red Rosario, la Fundación había perdido su nombre original para sumarse a la Fundación Grupo América.
Las condiciones con que Corral cedió parte del Marconetti
Si bien el acuerdo fue con la Fundación La Capital, quien firma el Contrato de Comodato es el hombre fuerte del diario La Capital y de confianza de los nuevos dueños de los medios
A siete días del final del mandato, el 2 de diciembre de 2019, el entonces intendente de Santa Fe, José Corral, y la exsecretaria de Gobierno, Malena Azario, firmaron el decreto 708 en el que se dispuso que la Municipalidad cediera en comodato a la Fundación La Capital parte del ala norte del edificio del Molino Marconetti, donde ahora funciona el Liceo Municipal.

Dicho decreto acompaña un Contrato de Comodato en el que no sólo aparecen las firmas de Corral y de cuatro exfuncionarios municipales de Santa Fe, sino que también se observa la rúbrica de Sergio Mario Ceroi, quien figura como "Apoderado de la Fundación Capital".

Sergio Mario Ceroi es desde hace años el CEO del diario La Capital de Rosario y sería vicepresidente de la Fundación. De hecho, fue el hombre fuerte de este medio mientras pertenecía al grupo Vila-Manzano, y continuó siéndolo a partir del arribo del nuevo grupo empresarial que se hizo cargo del diario el año pasado.

No resulta sencillo saber exactamente qué actividades realiza la Fundación La Capital desde que Vila-Manzaro vendieron el diario. Tanto es así, que la pequeña oficina que funcionaba en el edificio de La Capital ya fue desarticulada. Y la directora ejecutiva de la Fundación, Laura Bartolacci, abandonó el grupo para sumarse al gobierno municipal de Pablo Javkin como subsecretaria de Vinculación Ciudadana de la Municipalidad de Rosario.

La Fundación contaba apenas con un par de empleados, que habrían sido absorbidos por el diario La Capital. La ciudad de Santa Fe firmó el Contrato de Comodato con la Fundación La Capital, pero quien aparece como apoderado de esta ONG es el hombre fuerte y de confianza de los propietarios del Multimedio La Capital.

Contrato de Comodato firmado por la Municipalidad y la Fundación La Capital

Tal como lo revelara Aire Digital, un sector del ala norte de este emblemático Molino Marconetti ya se encuentra cerrado, con puertas vidriadas y ploteadas con la inscripción Fundación La Capital, una entidad que surgió en 2000 en el seno del diario La Capital de Rosario, conducido por un grupo empresario que también es propietario de numerosos medios de comunicación de aquella ciudad, de la ciudad de Santa Fe y de la región.

¿Por qué el exintendente Corral tomó la decisión de ceder este espacio?, ¿cuáles fueron las condiciones establecidas entre las partes?, ¿por qué no se hizo pública la medida en ese momento?, ¿acaso la Fundación La Capital debe pagar un canon por el uso de este espacio público? ¿la Fundación La Capital es en realidad el Multimedio La Capital? ¿qué hará el intendente Emilio Jatón frente a este contrato de comodato?
¿Por qué no se hizo pública la medida en ese momento?, ¿acaso la Fundación La Capital debe pagar un canon por el uso de este espacio público?
Luego de la publicación de la noticia en Aire Digital, una fuente de máximo nivel de la gestión anterior que pidió mantener su nombre en reserva explicó que "se trata de un espacio en el que no se realizaban trabajos académicos y la idea es que allí el multimedio -dijo multimedio, no Fundación- pudiera producir contenidos, incluso con la participación de estudiantes del liceo. No es un multimedio rosarino, sino un multimedio de alcance provincial, que podría producir información desde Santa Fe vinculada con actividades culturales, comunicativas y educativas".

Y agregó: "Al tratarse de un comodato es un acuerdo revocable y que no genera mayores compromisos para el municipio. Si el nuevo intendente lo considera inconveniente, puede revocarlo".

El Multimedio La Capital está integrado por medios privados como por ejemplo el Diario La Capital de Rosario, diario UNO de Santa Fe, diario UNO de Entre Ríos, Radio 2 de Rosario, Canal 3 de Rosario, entre otros. Y parte de las acciones pertenecen al titular del diario El Litoral de Santa Fe.

Interrogantes
Son numerosas las preguntas que sobrevuelan este caso. Y, al menos hasta ahora, prima la cautela. No sólo de la Municipalidad, que decidió evaluar jurídicamente una serie de medidas asumidas por Corral a poco de dejar el cargo, sino también del arco político de todos los partidos.

El decreto 708 acompaña al Contrato de Comodato, firmado por Sergio Mario Ceroi, como apoderado de la Fundación La Capital; José Corral, intendente; Juan Martín, secretario de Comunicación -actual diputado nacional-; María Cecila Batistuti, secretaria de Desarrollo Social y Erika Figueroa, secretaria de Educación.

El decreto firmado por Corral y Asario 
El contrato dice que la fundación "ha presentado un proyecto consistente en la creación de un espacio que promueva tanto la realización como la difusión de expresiones audiovisuales de los santafesinos, necesitando para ello de algún espacio municipal apropiado a tal fin".

Y luego se agrega que el Municipio "ha evaluado el referido proyecto, y considera viable ceder un espacio ubicado en el Liceo Municipal (ex Molino Marconetti) para su desarrollo, considerando que hace falta equipamiento edilicio integral que responda a las necesidades funcionales del molino".

La Fundación no se compromete al pago de ningún tipo de canon.
La Fundación -directamente vinculada al Multimedios La Capital, propietario de numerosos medios privados de comunicación en Rosario y en Santa Fe- no se compromete al pago de ningún tipo de canon.
El contrato establece que la fundación debe generar un "Espacio Cultural y Educativo para el desarrollo de las comunicaciones comunitarias, que promueva tanto la realización como la difusión de expresiones audiovisuales -especialmente de quienes concurren a las escuelas del Liceo Municipal y/o se encuentren nucleados en ONG, clubes y vecinales-, y a los trabajos afines que de estas actividades pudieran surgir, sobre la base del proyecto presentado por ésta y toda otra actividad que tenga por finalidad el desarrollo de las comunicaciones comunitarias".

Y que para todo esto está obligada a "adecuación de las oficinas con aire acondicionado central, cortinas y amoblamiento en general; más la inversión en estudio de grabación, televisión y radio".

Durante las últimas semanas circuló con fuerza el rumor de que la redacción del diario UNO de Santa Fe se trasladaría al Marconetti. Sin embargo, nada de esto fue confirmado. De hecho, en Rosario las versiones indican que, en realidad, serían Radio 2, LT8 y Canal 3 los que harían pie en la ciudad de Santa Fe.

¿Realmente la administración Jatón puede revocar este contrato si lo considera necesario?

El contrato tiene una vigencia de tres años, renovable automáticamente por idénticos plazos, salvo que las partes expresen su voluntad en contrario con sesenta (60) días de antelación a que opere el vencimiento. No obstante lo señalado, "la Municipalidad conserva la facultad de resolver -dice resolver, no disolver- el presente acuerdo antes de su término, debiendo comunicar tal decisión en forma fehaciente a la Fundación con una antelación mínima de ciento ochenta (180) días".

En definitiva, Corral firmó un decreto a 7 días del fin de su mandato y, de esta manera, cualquier decisión al respecto termina recayendo en la administración de Emilio Jatón.
Fotos: Maiquel Torcatt
Fuente: Aire Digital

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