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domingo, 24 de agosto de 2025

Donde no triunfa el silencio: Una calle en Rosario para Melitona Enrique, sobreviviente de la masacre de Napalpí

El Concejo Municipal de Rosario designó una calle con el nombre de Melitona Enrique, última sobreviviente de la masacre de Napalpí. Este homenaje simboliza el reconocimiento a los pueblos originarios y la memoria de un capítulo doloroso de la historia argentina, aún pendiente de justicia y reparación
Melitona se fue una noche, silenciosa y firme, como supo vivir. Se fue caminando por un arco iris tejido con la luz de las estrellas, llevando en sus oídos los ecos de un grito antiguo. Tal vez la voz de un pueblo que, en su último cumpleaños, le pidió perdón. Tenía 107 años. Fue la última sobreviviente de la masacre de Napalpí, ocurrida en el Chaco en 1924, y falleció en 2008. Su historia fue contada muchas veces, incluso en vida, como un testimonio que se resistía a desaparecer.

Nacida en un contexto de extrema pobreza, Melitona Enrique vivió gran parte de su vida en el olvido. No tenía casa, ni acceso a condiciones dignas, como muchos integrantes de las comunidades originarias del norte argentino. A principios de los años 2000, su historia fue recuperada por integrantes de su comunidad, por un maestro qom —el maestro Juan Chico— y por quienes, al escuchar su nombre, empezaron a entender que la masacre de Napalpí no era un relato lejano, sino un crimen de lesa humanidad sin justicia ni reparación. Fue la Organización Panamericana de la Salud quien, durante un relevamiento de la situación sanitaria en comunidades del Chaco, documentó su vida y su historia, y con ella visibilizó la falta de políticas públicas para las comunidades qom y moqoit que vivían en zonas como Machagai.

Melitona tuvo 12 hijos. Algunos de ellos, y sus descendientes, hoy viven en Rosario. Y es precisamente en esta ciudad donde su nombre vuelve a resonar con fuerza. Porque una calle de Rosario lleva ahora su nombre. En la última sesión del Concejo Municipal, gracias al impulso de diversas organizaciones y familiares, el hasta ahora Pasaje 734 del barrio Sorrento fue renombrado oficialmente como Melitona Enrique.
Así lo explicó la concejala Norma López (foto), en Señales: "El 19 de julio de 1924, el presidente de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear, y el gobernador del Chaco, Fernando Centeno, planificaron la masacre de Napalpí. Napalpí era una reducción de pueblos originarios, Qom y Moqoit, que vivían de la recolección algodonera en condiciones infrahumanas, prácticamente de esclavitud.

Aquel día, decidieron protestar. La respuesta fue una masacre: 40 personas de todas las edades fueron asesinadas, mutiladas y torturadas. Durante muchos años, en nuestro país hubo impunidad respecto a este trágico suceso.

Recién en 2022, una jueza federal del Chaco, la doctora Zunilda Nirenberger, habilitó un juicio para investigar los hechos desde la perspectiva de los derechos humanos. Así se constituyó el primer juicio por delitos de lesa humanidad contra una población de pueblos originarios.

Hubo pocos sobrevivientes. Entre ellos, Melitona Enrique, quien además vivió muchos años en nuestra ciudad.

En la última sesión del Concejo Municipal, a pedido de diversas organizaciones y de referentes y referentas de distintas naciones originarias —entre ellos, Daniel Naporichi, Rosana Esquivel, Oscar Talero, y familiares de Melitona, como bisnietos y una de sus hijas, Jara—, una de las calles de nuestra ciudad fue nombrada en homenaje a ella. En el barrio Sorrento, el pasaje 734 lleva, desde el jueves pasado, el nombre de Melitona Enrique.

Simbólicamente, para nosotros es un hecho muy significativo, porque implica también reconocer los delitos cometidos por el Estado contra los pueblos originarios. Son delitos de lesa humanidad, y la reparación aún no ha sido completada".

La ordenanza sancionada establece:
Artículo 1°: Desígnase con el nombre de Melitona Enrique a la arteria anteriormente denominada Pasaje 734, ubicada en barrio Sorrento.
Artículo 2°: Encomiéndase al Departamento Ejecutivo que coloque en el lugar la señalética correspondiente.

En palabras del tema musical que Lucas Segovia le dedicó —acompañado por Antonio Tarragó Ros—, Melitona no solo fue madre de doce hijos, sino madre de un pueblo. Su letra es un verdadero poema que merece ser leído, compartido, recordado. Porque como dice la canción: que no triunfe el silencio.

Melitona se fue una noche a encontrarse con las abuelas muertas,
se fue caminando por un arco iris formado por la luz de las estrellas,
llevando en sus oídos tal vez aquellos gritos
o tal vez la voz de un pueblo blanco que en su último cumpleaños le pidió perdón.

Si una estrella mañana veo en el cielo,
será la que has encendido para tu pueblo,
no dejes que en esta tierra triunfe el silencio,
enciende en las gargantas un grito nuevo.

Madre del pueblo indio, Melitona,
fuiste hacia la casa del que no olvida.
Madre del pueblo indio, Melitona,
de tus ojos dormidos fluye la vida.

Cuando llegues al cielo de los recuerdos,
consíguenos la memoria del universo,
y que abriendo los brazos al fin
formemos con el criollo y el gringo un solo pueblo.

Madre del pueblo indio, Melitona,
de los recuerdos veo en el cielo un grito nuevo.

Hoy, su nombre queda grabado en una calle, pero también en la historia.

Escuchá la nota completa:

martes, 5 de agosto de 2025

Desmontaje colectivo: una respuesta poética al odio en la muestra La tierra (a)guarda

La Tierra (a)guarda es una muestra que se exhibe hasta el próximo viernes 8 de agosto en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez (Pje. Álvarez 1550). Fue construida a partir del registro fotográfico del colectivo documental Posteo. La propuesta recupera una historia íntima y profundamente política: en plena dictadura, Ernesto Blanco enterró los libros de su hijo en San Gregorio (Santa Fe) para protegerlos de la represión. Casi 40 años después, su nieta Julia Blanco los desenterró, gesto que dio origen al documental Desentierros. Los libros que no heredamos, y luego al libro homónimo publicado en febrero de este año.

Las fotografías de Matías Sarlo, Héctor Río y Franco Trovato Fuoco capturan ese acto de rescate como una metáfora de la memoria como resistencia. Sin embargo, el martes 22 de julio, la muestra fue vandalizada por una persona que escribió mensajes de odio con marcador indeleble sobre el texto de sala y parte de las imágenes.

Matías Sarlo es fotógrafo, oriundo de la Provincia de Buenos Aires. A lo largo de su carrera trabajó en medios como El Ciudadano, Crítica, La Capital, y colaboró con agencias internacionales como Associated Press y Archivo Latino. También formó parte de InfoJus. Desde hace algunos años, junto a otros colegas, impulsó un proyecto significativo vinculado a la memoria y los derechos humanos, llamado Zafarrancho Ediciones

En una entrevista en las Señales, Sarlo contó que la muestra proponía originalmente una intervención artística durante el primer mes de exhibición, en un sector específico, con la intención de invitar a reflexionar sobre la dictadura, especialmente desde la perspectiva de los barrios y las familias trabajadoras. El concepto giraba en torno a los libros enterrados o desenterrados como símbolo de memoria.

Sin embargo, el grupo organizador se vio sorprendido por una intervención indebida y ajena a la propuesta original, que incluyó palabras como "zurdo", "terrorista" y "fertilizante". Sarlo expresó que estas palabras resultaron violentas y difíciles de soportar, especialmente por la carga simbólica que implicaban, motivo por el cual decidieron emitir un comunicado para aclarar al público el contenido de la muestra y marcar su postura frente a ese acto.

Ante esta situación, el colectivo decidió responder desde el arte, sin recurrir al enfrentamiento directo. Propusieron una acción poética para el día viernes 8 de agosto a las 17 horas, que consiste en un acto colectivo de desmontaje de la muestra. La idea es que cada persona que asista pueda retirar una parte de la exhibición, incluyendo una letra del texto de sala, como gesto simbólico de quitarle sustento a ese discurso de odio.

Sarlo sostuvo que muchas veces quienes promueven estos discursos no construyen, sino que se dedican a destruir lo que otros crean. Por eso, al retirar la muestra, consideraron que las palabras ofensivas quedarían vacías, sin contexto que las sostenga.

El acto está programado para comenzar puntualmente a las 17:00, ya que a las 18:00 se realizará un concierto de jazz en la Biblioteca y desean evitar superposiciones. Durante el desmontaje se leerán textos del colectivo, de los trabajadores de la Biblioteca Argentina, de Posteo (quienes realizaron las fotografías) y de Julia Blanco, responsable de la parte performática del desentierro de libros.

Para quienes deseen más información o sumarse, Zafarrancho Ediciones compartió una convocatoria a través de su cuenta de Instagram, invitando a artistas, colectivos y organizaciones de derechos humanos a participar de esta acción, que consideran breve pero potente.

Finalmente, se recordó que la muestra La Tierra (a)guarda puede visitarse hasta el viernes, en el horario habitual de la Biblioteca Argentina.

Escuchá la entrevista completa:

Ver también: Vandalismo y mensajes de odio en una muestra sobre la memoria en la Biblioteca Argentina, La tierra (a)guarda: memoria violentada, respuesta que evita incomodar

sábado, 26 de julio de 2025

La tierra (a)guarda: memoria violentada, respuesta que evita incomodar

La muestra titulada La tierra (a)guarda se exhibe en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez. Había sido montada a partir de un registro fotográfico del colectivo documental Posteo, como se informó poco más de un mes atrás, durante los preparativos finales. El proyecto rescata una historia íntima y, a la vez, profundamente política: los libros que un abuelo enterró durante la última dictadura cívico militar y que su nieta desenterró décadas después. Aquella recuperación fue registrada en imágenes que hoy forman parte de la muestra.

El martes 22 de julio, ese trabajo fue vandalizado. Se escribieron mensajes de odio con marcador rojo indeleble que arruinaron parte del texto de sala y algunas de las copias montadas. 

En Señales dialogamos con Nicolás Chárles, subsecretario de Innovación Cultural de la Municipalidad de Rosario, para entender qué sucedió en la Biblioteca Argentina tras un grave episodio de vandalismo. Según relataron personas que frecuentan la biblioteca, el autor del ataque no habría protagonizado por primera vez una acción de este tipo: gritos, insultos, maltratos. Esta vez, sin embargo, fue más allá. Dañó directamente una obra de arte con lo que parecía ser un crayón o marcador rojo, con el que escribió palabras insultantes y agravios.

Chárles remarcó que la obra La tierra (a)guarda, construida a partir de una investigación de María Julia Blanco y el trabajo artístico del colectivo Zafarrancho, representa una reflexión profunda sobre la dictadura, la memoria y su vínculo con el presente. Según explicó, la propuesta artística surge de un acto íntimo y político: el entierro de libros por parte de un abuelo durante la dictadura, en un gesto de supervivencia y amor. Décadas después, esa memoria fue recuperada por su nieta y convertida en imágenes que hoy componen la muestra.

Desde la curaduría, contó Chárles, se decidió que las paredes pudieran ser intervenidas como parte del proyecto, buscando vincular pasado y presente, dictadura y juventud. Señaló que casi todas las intervenciones previas —realizadas con lápiz o lápices de colores— habían sido respetuosas, invitando al diálogo y la reflexión. Pero destacó que en este caso puntual, una persona utilizó un fibrón rojo para escribir insultos y mensajes cargados de odio, alterando el sentido del espacio.

Si bien repudiaron la agresión, Chárles sostuvo que el hecho permitió visibilizar la violencia discursiva que circula en otros ámbitos, como las redes sociales, y que muchas veces se naturaliza. En cambio, en este caso, al materializarse en una muestra artística, cobró otra dimensión. Señaló que el episodio encendió una alarma sobre el tipo de tensiones que pueden emerger, especialmente en un año previo al 50° aniversario del golpe de Estado de 1976, donde, estimó, este tipo de conflictos simbólicos podrían intensificarse.
Durante la entrevista, también se puso sobre la mesa un punto importante: el hecho de que la intervención artística propuesta por el colectivo Zafarrancho no era ilimitada. Desde un comienzo, esa participación del público —dibujar, escribir o dejar mensajes en las paredes— se pensó desde una lógica colectiva, cuidada y con un sentido estético-político definido, y con un tiempo acotado. Por eso, se le planteó a Chárles que lo ocurrido excedía esos límites de manera evidente.

El funcionario admitió que, efectivamente, este caso desbordó el concepto original de intervención artística. Dijo que, si bien la muestra había sido pensada para habilitar la interacción del público, lo sucedido distorsionó completamente esa intención. Reconoció que hubo un tiempo excesivo en la acción del agresor, que nadie intervino a tiempo para frenarlo, y que el contenido escrito fue abiertamente violento, insultante y agraviante.

Este exceso, explicó, llevó a revisar el modo en que se gestiona ese tipo de propuestas participativas dentro de espacios públicos. Señaló que, tras debatirlo con el colectivo y el equipo de la Biblioteca, se optó por no borrar las marcas ni tapar lo sucedido, sino sostener la muestra hasta el 8 de agosto y transformarla en una acción de desmontaje colectivo. Una forma, según dijo, de visibilizar lo que pasó, repudiarlo públicamente y, al mismo tiempo, fortalecer el sentido de la propuesta original.

Chárles insistió en que no se avala bajo ningún punto de vista lo escrito por el agresor, pero que, lejos de invisibilizarlo, se optó por que ese hecho —doloroso y perturbador— quede expuesto y pueda servir como disparador para el debate, la reflexión y el fortalecimiento del diálogo democrático en un momento especialmente cargado de tensiones políticas y simbólicas.

Sobre el agresor, confirmó que ya fue identificado: se trata de una persona que asiste regularmente a la biblioteca y se le señaló que ha mostrado comportamientos agresivos no sólo durante este episodio, sino también hacia trabajadores y trabajadoras del lugar. Chárles mencionó que se intentó generar un espacio de diálogo con la persona, aunque reconoció que, por su posicionamiento ideológico, fue inviable mantener una conversación sana.

Aclaró que no se realizó una denuncia formal, aunque sí se consultó a los asesores legales de la municipalidad. En ese marco, subrayó la importancia de cuidar la institucionalidad, y aseguró que, llegado el caso, se tomarán las medidas necesarias, siempre priorizando el consenso, la reflexión y la pedagogía, por sobre las reacciones impulsivas.
Uno de los libros enterrados
Finalmente, Chárles destacó el impacto positivo que tuvo la muestra en la comunidad: por su enfoque innovador, por su capacidad de conectar con jóvenes y escuelas, que pasaron por el lugar, y por cómo acercó un tema complejo desde un lugar sensible. A pesar del hecho lamentable, insistió en la necesidad de capitalizar lo ocurrido para abrir un debate más amplio sobre cómo, como sociedad, se enfrentan los discursos de odio y la violencia simbólica, sin caer en respuestas punitivas automáticas. "Hay que repensar, respirar hondo, y seguir trabajando en cómo construir espacios comunes desde la diferencia", concluyó.

Consultado sobre el agresor, Nicolás Chárles indicó que se trata de una persona de mediana edad, sin brindar más detalles. Sin embargo, el eje de la conversación se desplazó rápidamente hacia el contenido del comunicado difundido por el colectivo Zafarrancho el mismo martes del hecho y publicado, en partes, en las redes de la biblioteca pública. En ese texto, los artistas señalaron sin eufemismos que la acción vandálica tenía la intención de bloquear y obturar la acción artística de lectura y escritura colectiva que la muestra proponía. Además, agregaban que ese intento de silenciar el pasado pretendía reinstalar la teoría de los dos demonios, desconociendo la experiencia histórica concreta del terrorismo de Estado. Y aún más: advertían que este tipo de gestos no eran aislados ni apolíticos, sino habilitados desde la violencia que —según sostuvieron— expresa a diario el actual presidente de la Nación, Javier Milei. La omisión no pasó desapercibida, generando incluso ruido dentro de la audiencia de Señales.

Frente a esta observación, Chárles respondió con una aclaración que puso en primer plano la tensión entre la dimensión personal y la responsabilidad institucional. Dijo que, en lo personal, coincidía con gran parte del análisis del colectivo —recordó que Rosario fue la primera ciudad del país en contar con un Museo de la Memoria y que desde hace décadas mantiene una militancia activa en la defensa de los derechos humanos—. Pero, subrayó, el rol público exige otra prudencia: "Tenemos que ser lo más cuidadosos posible para hablarle a la mayor cantidad de población posible", sostuvo.

Reiteró su repudio al acto vandálico, pero explicó que la comunicación oficial no puede replicar todas las expresiones políticas de un colectivo artístico, por más afinidad que exista. Insistió en que ese cuidado no implica neutralidad ni tibieza, sino una decisión institucional de construir consensos amplios, sin dejar de atender los contextos ni de buscar estrategias para que los discursos de odio no encuentren espacio en espacios culturales como la Biblioteca.

La respuesta dejó en evidencia un punto de fricción: mientras Zafarrancho señala sin vueltas que el ataque se inscribe en un clima político de hostilidad promovido desde el poder, el municipio optó por una línea comunicacional más moderada, consciente del lugar desde donde se habla.

Sobre el cierre de la muestra, Chárles confirmó que el 8 de agosto se realizará una acción especial impulsada por el colectivo, en formato de desmontaje colectivo, para visibilizar lo ocurrido y reafirmar el valor del trabajo artístico. Señaló que estarán acompañando esa instancia, entendiendo que el episodio, aunque lamentable, permite redoblar el compromiso con una cultura democrática, participativa y profundamente ligada a la memoria.

En Señales se reafirmó esa lectura: lo que ocurrió no fue un hecho aislado ni espontáneo. El agresor intervino con tiempo, con intención de provocar y de marcar una postura. Inscribió insultos, califió de zurdos y tachó textos, escribió frases con una carga ideológica evidentemente negacionista, incluso ironizando sobre el nombre del colectivo ("sí, obvio, son un zafarrancho"). Tal como expresó Zafarrancho en su comunicado original, fue un intento de silenciar una acción colectiva de memoria y una expresión más del discurso que busca reinstalar la teoría de los dos demonios.

No se trató solo de un daño material. Fue un gesto político y, como tal, debe ser leído en su contexto: un presente atravesado por la disputa del sentido sobre nuestra memoria reciente y el lugar que esta ocupa en el espacio público; un momento de creciente agresividad discursiva, de ataques simbólicos, y de discursos que habilitan estas expresiones desde los más altos niveles del poder político. Desde Señales se reiteró la solidaridad con el colectivo Zafarrancho, y se informó que, si bien sus integrantes prefirieron no hablar en estos días, las puertas siguen abiertas para cuando decidan hacerlo.

jueves, 10 de julio de 2025

La motosierra de Milei y su costo devastador para la ciencia, la verdad y la memoria

Una mujer sostiene la silueta de un bebé

Por: Haley Cohen Gilliland*
Muchos laboratorios pueden presumir de mejorar vidas —con la creación de terapias de genes que alivian la agonía de la anemia falciforme o nuevos tratamientos para combatir el cáncer—, pero quizá ninguno haya cambiado vidas de manera tan fundamental como el Banco Nacional de Datos Genéticos de Argentina.

Durante casi cuatro décadas, el BNDG ha sido un custodio constante de pruebas científicas y de una justicia largamente esperada al trabajar en restablecer las identidades de los cientos de niños robados por los militares durante la dictadura argentina más reciente y reunirlos con sus familias de sangre.

Ahora que la investigación científica experimenta recortes drásticos en la financiación y ataques cínicos —en Argentina, Estados Unidos y otros países—, el futuro del BNDG está en duda. Esta amenaza debería inquietar a cualquiera que valore el papel de la ciencia en el descubrimiento de la verdad y la rectificación de errores pasados, pero es especialmente alarmante para las abuelas que tanto lucharon por crear el banco genético y para los nietos que este ayudó a encontrar.

Uno de ellos se llama Daniel.

En abril de 2023, un hombre de 46 años llamado Daniel Enrique González entró en el Banco Nacional de Datos Genéticos, en el centro de Buenos Aires. Estaba ahí para investigar un crimen, un crimen de 46 años en el que sospechaba que él podría ser la víctima. Se sentó en una silla azul con apoyabrazos pronunciados y se arremangó la camisa para que lo atendiera un flebotomista. Cuando la aguja le atravesó la piel, se sintió emocionado.

A Daniel siempre le habían dicho que había nacido el 24 de marzo de 1977, exactamente un año después de que una junta militar brutal tomara el poder en Argentina. Fue criado en la provincia de Buenos Aires por un agente de policía y su esposa. Su padre trataba su revólver como una extensión de sí mismo, y solo se lo quitaba para comer, cuando lo dejaba cargado junto al plato. Su madre era 20 años mayor que las madres de sus amigos: tenía 50 cuando él era un niño pequeño. Pero Daniel nunca pensó mucho en estas cosas. ¿No era la familia de todos un poco peculiar?

Entonces, cuando Daniel era un veinteañero, su madre murió, lo que inspiró a su hermana adoptiva, mucho mayor que él, a hacer una sorprendente confesión: sospechaba que Daniel tampoco era hijo biológico de sus padres. Un día, explicó, en plena dictadura, simplemente apareció, como si lo hubiera traído una cigüeña.

El 24 de marzo de 1976, las fuerzas armadas tomaron el poder en Argentina y prometieron detener la violencia política que había asolado el país durante años. Pero en la búsqueda del orden, el gobierno militar pisoteó la ley. Los Ford Falcon sin matrícula llenaron las calles, conducidos por agentes vestidos de civil que sacaban a gente de sus casas, oficinas, iglesias y hospitales y los metían en centros clandestinos, donde la mayoría eran torturados y asesinados.

Sus objetivos no solo incluían a los argentinos que participaban en movimientos revolucionarios de izquierda que las fuerzas de seguridad pretendían aniquilar, sino también a periodistas, artistas, abogados, monjas, sacerdotes que atendían a los pobres y a cualquier otra persona considerada con “ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana”. Los grupos de derechos humanos calculan que las fuerzas armadas argentinas desaparecieron por la fuerza a unas 30.000 personas en los casi ocho años que gobernaron el país.

El acto más atroz de los militares argentinos fue la desaparición de al menos 358 mujeres embarazadas. Las retuvieron en centros de detención clandestinos hasta que dieron a luz, las separaron de sus hijos y se los llevaron, y no se las volvió a ver más. Sus bebés fueron entregados a otras familias, muchas de ellas encabezadas por militares y policías. Las fuerzas armadas hicieron lo mismo con niños y niñas capturados junto a sus padres en redadas. A estos niños se les entregaban certificados de nacimiento falsificados con nuevos nombres, fechas de nacimiento y padres, borrándose sus vínculos familiares, al igual que se había hecho desaparecer a sus madres y padres.

Pero los dirigentes de la dictadura no habían comprendido algo esencial: no todo puede desaparecer. La identidad no puede extinguirse como los cuerpos, ni tampoco el amor paterno. Ambos son inalterables, irreprimibles y eternos.

Las abuelas de los niños robados por los militares lo comprendieron instintivamente. En una época en la que hacer mucho menos podía hacer que te sacaran de tu casa y te torturaran, se movilizaron con rapidez para encontrar a sus nietos. Con la ayuda de una renombrada científica estadounidense, fueron pioneras en métodos genéticos que podían sacar a la luz lo que el gobierno militar deseaba ocultar. Se dieron cuenta de que la genética les daría un arma mucho más potente y duradera que las ametralladoras de la dictadura: la verdad.

Al comenzar la dictadura, muy pocas cosas estaban claras para las abuelas, a quienes no les faltaban solo sus hijos, sino también sus nietos. Pulularon por las iglesias, los juzgados y el Ministerio del Interior, en cualquier lugar en el que se les ocurriera buscar información. Finalmente, se encontraron unas a otras y formaron una organización llamada Abuelas de Plaza de Mayo, en honor a la emblemática plaza frente al palacio presidencial de Argentina, donde cada semana protestaban con valentía.

Juntas, las mujeres escribieron cartas a organizaciones internacionales y al papa, y se hicieron pasar por vendedoras de artículos para bebés y empleadas del hogar para vigilar más de cerca a los niños que creían que podían ser de su familia. (Una abuela incluso se internó en un centro psiquiátrico para obtener información sobre un posible nieto). “Como hormigas, como espías”, dijo más tarde una abuela a la académica argentina Rita Arditti. “Y nos entrenamos solitas”.

Su valentía empezó a llamar la atención y, con ella, las denuncias anónimas. Hombres y mujeres se acercaban a las abuelas con nerviosismo mientras ellas protestaban en la Plaza de Mayo y les entregaban papeles con nombres o direcciones antes de escabullirse. Estas pistas permitieron a las abuelas localizar a varios de sus nietos, incluso mientras la matanza militar seguía.

Entonces, en 1983, tambaleándose tras su humillante derrota en la guerra de las Malvinas y la creciente condena de su salvajismo, la dictadura cayó definitivamente. Los militares, a regañadientes, permitieron la vuelta de la democracia al país, pero no devolvieron a los nietos de las abuelas; centenares seguían desaparecidos. A muchos se los habían llevado cuando aún estaban en el vientre de sus madres.

Las abuelas reunieron su propio dinero y donativos de grupos internacionales y organizaciones religiosas para viajar por todo el mundo, repitiendo una pregunta sencilla a cualquier científico que quisiera escuchar: ¿puede utilizarse nuestra sangre para identificar a nuestros nietos? Aún no se disponía de análisis de ADN, y durante años nadie pudo darles una respuesta definitiva. Aunque las pruebas de paternidad eran habituales, las pruebas de abuelidad —sin sangre de la generación intermedia— eran inauditas.

Finalmente, a medida que la dictadura se desmoronaba, las abuelas encontraron a alguien que las ayudó: la genetista estadounidense Mary-Claire King. King sería más tarde ampliamente conocida por descubrir el gen BRCA1 del cáncer de mama y ya era venerada en el campo de la genética. Era una progresista comprometida, que había ayudado a organizar campañas contra la guerra de Vietnam como estudiante de doctorado en el campus de Berkeley de la Universidad de California, y había presenciado personalmente los horrores de una dictadura mientras enseñaba como parte de un programa de intercambio en Chile en 1973. Su hija tenía la misma edad que los nietos que buscaban las abuelas. “Si yo hubiera nacido en Buenos Aires, y no en Chicago, probablemente habría sido una de las desaparecidas”, dijo King a la revista Science for the People, “y mi hija habría sido secuestrada”.

Junto con otras personas, King ideó una ecuación llamada Índice de Abuelidad que permitía a las abuelas demostrar su parentesco con quienes creían que eran sus nietos. Fue la primera fórmula de este tipo y, según la propia King, representó “la creación de la genealogía genética”, cuyo uso se generalizaría más tarde entre las fuerzas del orden y empresas de patrimonio familiar como Ancestry.com.

A medida que se disponía de análisis de ADN, las abuelas incorporaron métodos genéticos aún más poderosos. A finales de la década de 1980, King les ayudó a implementar las pruebas de ADN mitocondrial. A diferencia del ADN nuclear, que se hereda de ambos progenitores, el ADN mitocondrial lo transmiten exclusivamente las madres, permaneciendo prácticamente inalterado de generación en generación. Como tal, demostró ser una herramienta poderosa para vincular a las abuelas con sus nietos, incluso en ausencia de otros parientes.

A menudo, King ha bromeado con que la existencia del ADN mitocondrial demostraba que Dios era una mujer, que lo puso en la Tierra específicamente para las abuelas. Sin embargo, las propias abuelas siempre habían sido muy conscientes de su propia mortalidad. Muchas tenían entre 50 y 60 años cuando se llevaron a sus nietos. Casi tan pronto como empezaron a trabajar juntas, reconocieron la necesidad de garantizar que su misión les sobreviviera.

En 1987, tras años de furiosa presión, las abuelas convencieron al gobierno argentino de que creara un banco nacional para archivar su información genética, de modo que, aunque ellas murieran, se pudiera encontrar a sus nietos. Desde entonces, los datos genéticos de las abuelas se conservan en el BNDG —el primer biobanco de este tipo— a la espera de una coincidencia.

El actual presidente de Argentina, Javier Milei, ha planteado dudas sobre el destino del biobanco. Milei, un libertario excéntrico con el cabellera rebelde y una manada de mastines ingleses clonados, se ha enfrentado constantemente con grupos como las Abuelas de Plaza de Mayo durante el año y medio que lleva en el poder. Ha intentado reescribir la historia de la dictadura, presentándola como una “guerra” justificada y no como un periodo de terrorismo de Estado.

El año pasado, como parte de su agresiva campaña para pasarle la “motosierra” al gasto público —una campaña que ayudó a inspirar la iniciativa del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk en Estados Unidos—, Milei desmanteló la unidad de investigación de un organismo gubernamental que trabaja estrechamente con las abuelas para encontrar a sus nietos robados y suprimió las subvenciones que las abuelas recibían del gobierno desde hacía tiempo, haciéndolas más dependientes de las donaciones para sostener su trabajo. Mientras que el Estado argentino se llevó a los nietos de las abuelas, el gobierno de Milei parece considerar que encontrarlos es un gasto innecesario.

Ahora Milei se enfoca en la institución que ha impulsado y protegido la misión de las abuelas durante décadas: el BNDG. El 22 de mayo, Milei promulgó un decreto para reestructurar el banco genético. Aunque su ministro de desregulación lo calificó de cuestión de sentido común para combatir la sobrecarga burocrática, la medida ha generado pánico entre las abuelas, que lo consideran una “intervención de facto” por parte del gobierno. Han solicitado al poder judicial que rechace el decreto y garantice que todos los datos genéticos contenidos en el BNDG se copien y resguarden. El mes pasado, un tribunal respondió que cualquier cambio que Milei pretenda introducir en el BNDG deberá pasar primero por el poder judicial.

Mientras tanto, el trabajo del BNDG continúa sobre una base endeble. El gobierno de Milei no ha actualizado el presupuesto del país desde 2023, dejando que la inflación erosione la capacidad de gasto de instituciones como el banco genético. Y no se ha celebrado ningún proceso de selección para sustituir a Mariana Herrera Piñero, cuyo mandato de 10 años como directora del BNDG expiró recientemente; permanecerá en el cargo de forma temporal hasta que eso ocurra. Herrera Piñero afirma que el banco contiene la información genética de 180 familias que siguen buscando a sus familiares robados. La suya está entre ellas. Tres primas de Herrera Piñero desaparecieron durante la dictadura, dos de ellas mientras esperaban un hijo.

Unos tres meses después de que Daniel González visitara el BNDG para donar su sangre, lo citaron en Buenos Aires y le entregaron una carpeta blanca con las palabras “Memoria. Verdad. Justicia. Ciencia. Identidad”. Dentro había un breve informe que describía las pruebas genéticas que el BNDG había aplicado a su muestra.

Las probabilidades eran de 49.400.000.000.000.000.000.000.000 a 1. No era hijo de la pareja que lo había criado, sino hijo de Cristina Silvia Navajas, que había sido desaparecida por las fuerzas armadas en julio de 1976 cuando estaba recién embarazada, y de Julio César de Jesús Santucho, quien había huido del país durante la dictadura y seguía vivo; una rareza milagrosa, ya que en la mayoría de los casos de las abuelas se trataba de dos padres desaparecidos.

Su abuela Nélida Gómez de Navajas había sido una integrante dedicada de las abuelas y era especialmente activa en los esfuerzos científicos del grupo. Había muerto en 2012, pero Daniel se enteró de que todos los años, desde el secuestro de su hija embarazada, Nélida le había preparado un pastel de cumpleaños en la fecha en que se sospechaba que iba a nacer, un requesón dulce con trocitos de chocolate. Tras soplar las velas a solas, llevaba el pastel a la sede de las abuelas para compartirla.

Pronto Daniel conectó con uno de sus hermanos biológicos por videochat. Entre sollozos, ahogó las palabras: “Gracias por no haber bajado los brazos, por seguir la búsqueda y el legado de la abuela”. Poco después, cambió su nombre por el de Daniel Santucho Navajas y se tatuó su verdadera fecha de nacimiento —10 de enero de 1977— en el antebrazo, junto con un pañuelo blanco, como los que las abuelas llevaban en la cabeza durante sus protestas semanales en la Plaza de Mayo.

Daniel Santucho Navajas era el nieto número 133 localizado por las abuelas. Desde entonces, con el apoyo del BNDG, han identificado a más. Una de las últimas coincidencias exitosas del biobanco fue en enero, cuando se analizó una muestra de sangre de una mujer que coincidía con la de los familiares de una pareja desaparecida en 1977. El personal del BNDG se reunió en la zona del laboratorio para analizar y volver a analizar los resultados y esperaron mucho después de la puesta de sol para analizar el ADN mitocondrial, el ADN nuclear, los microsatélites y otros marcadores genéticos de la mujer. Con cada método, surgía la verdad, sólida y segura como la piedra.

Obstruir la misión del BNDG no solo obstaculizaría la posible reunión de decenas de otros argentinos con sus familias biológicas, sino que retrasaría aún más el camino de Argentina hacia la sanación total. La ventana para la acción se está cerrando. En la actualidad, las abuelas sobrevivientes tienen edades entre los 87 y los increíbles 105 años. Muchas otras han muerto sin tener el privilegio de abrazar a sus nietos. Los nietos que siguen sin ser identificados se acercan ya a los 50 años, lo que deja solo unas décadas para localizarlos.

Nieto por nieto, las abuelas y el BNDG han obligado a Argentina a enfrentarse a su legado más sombrío. Hasta que se revele cada identidad robada y se repare cada linaje destrozado, ese legado no podrá convertirse realmente en historia y seguirá atormentando el presente y el futuro de Argentina.

*Haley Cohen Gilliland es directora de la Iniciativa Periodística de Yale y autora del libro A Flower Traveled in My Blood, que está por ser publicado.

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Por: Facundo Iglesia, Buenos Aires
Leonardo Amarilla está desesperado. Este genetista y doctor en ciencias biológicas ocupa un puesto codiciado como investigador a tiempo completo en el prestigioso Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CoNICET) de Argentina, donde estudia cómo mejorar el rendimiento de cultivos como maní, soja y girasol.

Pero tras la imposición de severas medidas de austeridad por parte del presidente Javier Milei, conocido localmente como el plan "motosierra", el salario de Amarilla se desplomó y ya no puede costear productos básicos ni sostener a sus padres ancianos.

Para llegar a fin de mes, se anotó para trabajar como conductor de Uber, dedicando cuatro horas diarias entre semana y seis los fines de semana.

"Trabajo entre 12 y 13 horas al día en total", dice. "Estoy agotado. Esto afecta la calidad de mi investigación y mi enseñanza. Antes llegaba a casa y leía artículos científicos, ahora llego y me voy directo a manejar pasajeros".

Amarilla no está solo. Ante la caída rápida de sus ingresos, muchos de los mejores científicos argentinos abandonan la investigación o toman trabajos extra — como conductores de aplicaciones, vendedores ambulantes, tutores o artesanos.

Desde que Milei asumió en diciembre de 2023, los salarios en Conicet perdieron cerca del 35% de su poder adquisitivo, según un informe del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI). Además, el gobierno congeló la contratación de 850 investigadores ya aprobados bajo la gestión anterior. Otras instituciones estatales, como la Comisión Nacional de Energía Atómica y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, también sufrieron recortes bajo el plan "motosierra”.

Milei, autodenominado "anarcocapitalista" y negacionista del cambio climático, ha atacado las instituciones públicas científicas argentinas, considerándolas ineficientes y prescindibles. "Si creen que su investigación es tan útil", dijo en un discurso en 2024, "vayan al mercado como cualquier ciudadano, publiquen un libro y vean si a alguien le interesa".

Los recortes del gobierno van más allá de los salarios. Según el Inter-University Council del Reino Unido, la administración de Milei suspendió contratos con editoriales académicas, cortando el acceso a revistas científicas; eliminó todos los programas de cooperación internacional; y desmanteló los sistemas de compra de equipamiento y suministros para laboratorios.

En Buenos Aires, Valeria —quien pidió no revelar su apellido por temor a represalias—, investigadora de cáncer, abandonó recientemente su trabajo. Estudiaba una proteína vinculada a varios tipos de cáncer, con la esperanza de inhibirla como tratamiento. Pero su salario mensual de 950.000 pesos (unos 787 dólares) ya no le alcanza para cubrir lo básico. Ahora enseña biología en secundaria, donde gana más. "Pienso retomar mi investigación en otro país", dice. "No quiero que mi formación se desperdicie"

El mes pasado, miles de científicos protestaron frente al Ministerio de Ciencia, vestidos como el protagonista de la exitosa serie argentina de Netflix El Eternauta. Cubrieron sus rostros con la máscara antigás del héroe y denunciaron un "cienticidio”.

Pero no todos pudieron participar. En febrero, Jerónimo Montero, geógrafo económico de Conicet y la Universidad de Buenos Aires, comenzó un trabajo secundario como electricista para mantener a sus tres hijos, en lo que él describe como "un cambio radical” en su vida.

"Ese día de paro trabajé haciendo electricidad", dice Montero. "Fue duro saber que mis compañeros luchaban por mejores condiciones para todos, incluyendo a mí, mientras yo estaba pasando cables por tubos"

Montero, discípulo del geógrafo marxista británico David Harvey y estudioso de las condiciones laborales en la industria textil, gana alrededor de 1,5 millones de pesos mensuales (1.243 dólares). Pero la estrategia del gobierno de sostener artificialmente el peso para frenar la inflación convirtió a Argentina en el país más caro de América Latina, según un informe de El País. Para los empleados públicos, los salarios reales cayeron drásticamente frente a la inflación.

Según CIICTI, desde que Milei asumió se perdieron más de 4.000 empleos en el sector científico nacional. "En 2024, las renuncias aumentaron un 33% respecto al año anterior", afirma Gonzalo Sanz Cerbino, delegado sindical de Conicet. "Estamos frente a una fuga de cerebros. Los que no pasan al sector privado se van a instituciones científicas en el extranjero, lugares que aún valoran el conocimiento"

El mes pasado, Rodrigo Quiroga, bioinformático y químico de la Universidad de Córdoba, empezó a considerar dejar Argentina. En el consulado español, donde solicitó la ciudadanía, se encontró con otros dos investigadores de su universidad que también preparan su salida. "Perderemos recursos humanos altamente capacitados con múltiples posgrados... y probablemente no volverán", advierte Quiroga.

La campaña ideológica contra la ciencia parece intensificarse.

La semana pasada, una orden ejecutiva restringió la autonomía de la Agencia Nacional de Promoción Científica, principal fuente pública de financiamiento, reemplazando su directorio por designados del gobierno. Se rumorea un decreto similar para Conicet. Las ciencias sociales están en la mira: Milei las tilda de "propaganda política” sin valor real.

Pero los investigadores ven las cosas distinto. "Nuestro trabajo es transdisciplinario; depende del diálogo con economistas, lingüistas y científicos sociales", dice Matías Blaustein, biólogo que lleva más de 20 años en Conicet. Dirige un equipo que estudia las dimensiones biológicas, ambientales y sociales del cáncer en la Universidad de Buenos Aires. La ciencia financiada públicamente, explica, es fundamental porque no tiene sesgos comerciales como el sector privado. Pero la falta de insumos básicos amenaza sus investigaciones.

"Nuestras células necesitan mantenerse en nitrógeno líquido y requerimos dióxido de carbono. Si no lo recibimos, se perderán 20 años de líneas celulares", explica, y agrega que los investigadores deben usar sus propios fondos o pedir donaciones para seguir adelante. "Sería una tragedia"

A pesar de todo, muchos científicos siguen trabajando por pura pasión. "Fingimos locura", dice Blaustein con ironía, citando una frase popular argentina. "Como la orquesta del Titanic, seguimos tocando. Vamos a protestas, seguimos investigando, porque amamos nuestro trabajo y creemos que ayuda a la gente. Pero no tenemos presupuesto ni para lo básico"
Fotos: Gianni Ferrari/Getty Images, Luis Robayo/AFP
Fuentes: The New York Times y The Guardian

sábado, 5 de julio de 2025

Memoria en primer plano: El Villazo y una foto que enfrenta al olvido

Por: Norma "La Negra" Ríos – Asamblea Permanente por los Derechos Humanos

Una foto es congelar para siempre un instante.Un momento irrepetible del presente que se transforma rápidamente en pasado, y puede durar en el futuro hasta que alguien definitivamente la queme, la rompa (si es papel) o la borre o la transforme, (con las nuevas tecnologías).

Una foto es recuerdos en colores o en blanco y negro, que transmiten emociones y sentimientos de todo tipo: ternura, alegría, dolor, tristeza, amor, amargura, abandono, presencia, olvido, memoria, desesperación, remordimientos….

Una foto te hace pensar si algo de ese momento pudo cambiarse. Si significa algo en tu vida o simplemente estabas ahí, sin ninguna importancia. ¿Era un momento para guardar? ¿Estabas de casualidad? ¿Nunca lo buscaste? ¿Querías esa foto? ¿Cuántas veces te escapaste de una foto? Hay gente que odia las fotos y otra que las ama. En fin… tantas cosas…

Hay fotos de todo tipo, pero hay fotos que cuentan historias.

Y hay fotos que merecen historias: Yo voy a hablar de una que me impactó al verla por primera vez y lo sigue haciendo. Está adjunta y la realizó Laura Benítez, Prensa de APDH Rosario, a quien le pedí permiso especialmente. También suelo robarlas con cierta impunidad, pero este no fue el caso.

Está sacada en la Sala del tribunal, en un día, seguro no cualquiera y eso también lo muestra la foto, de audiencia del Juicio El Villazo, TOF de calle Oroño 940.

En primer plano, hay un hombre sentado.

Sólo.
 
Con un gesto adusto, tal vez, juraría es así, de fastidio por ser fotografiado.

Es un abogado defensor de genocidas.

Un hombrecito intrascendente, oscuro, desconozco ni me interesa su nombre, que jamás será repetido en ningún momento glorioso en la historia, ni siguiera para maltratarlo, no es esa la idea.

Un hombre que tal vez no se atrevió a decir no, o está convencido de su papel.

Y eso no puedo reprocharlo. Son las reglas del juego. Los genocidas tienen la defensa que jamás le permitieron a los y las nuestres.

Pero sí puedo repetir lo que siempre digo, para defender a un genocida, después de escuchar los testimonios de las víctimas y a esta altura de la historia, tenés que ser diez veces peor que el genocida.
Tan imperdonables.

Pero eso no importa.

Vuelvo a la foto.

Allí está ese ser de moral empobrecida, como detalle central, rodeado de la historia que pudimos lograr contar en este juicio.

Allí están decenas de otras fotos de compañeras y compañeros, grandes pancartas, con sus rostros eternamente jóvenes…

Buscadas con mucho esfuerzo, preparadas con mucho trabajo y militancia, entregadas por las familias con amor, a veces la única que existe de ellos después de huidas, quemazones, allanamientos, escapes…a veces sacadas de los archivos oficiales, porque sólo quedó la del documento…

Allí están los/as desaparecido/as, lo/as preso/as, lo/as ya fallecido/as, Presentes, diciendo con sus rostros inolvidables, que estamos en el camino correcto, que no pudimos, pero lo intentamos, que el enemigo es feroz y cruel, pero no pudieron callarnos, que gracias, porque a cincuenta años ya todes saben quienes son los genocidas y quienes les valientes luchadores. La sociedad los ha condenado.

Esas enormes fotos, que rodean al representante del negacionismo y el odio, nos dicen que nada es imposible, que siguen acá, sonriendo alguno/as, con sus hermosos ojos que nos miran a todes, porque perseveramos buscando justicia.
 
Que seguirán viviendo en el pueblo mientras no olvidemos ni perdonemos a sus asesinos ni sus cómplices.

La foto, impactante y bellísima , ese contraste de ellos y nosotro/as, me hizo sentir la necesidad de compartirla.

lunes, 24 de marzo de 2025

Marzo es memoria, es unidad, es organización y es lucha

Este lunes 24 de marzo, Rosario fue escenario de una multitudinaria marcha por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, fecha en la que se recuerda el golpe cívico-militar de 1976, ocurrido hace 49 años. Más de 100 mil personas se sumaron a la convocatoria, que se extendió a lo largo de unas 20 cuadras en el centro de la ciudad. La Mesa de Derechos Humanos Rosario, organizadora del evento, cerró la jornada con la lectura de un documento único, reafirmando el compromiso con la memoria histórica y la lucha por los derechos humanos:

Un nuevo 24. Un nuevo acto, realizado con el sonido de las consignas cantadas por las calles rosarinas porque somos orgullosamente antiimperialistas, anticapitalistas, antifascistas, antirracistas y no se tolera discriminación alguna.

Un nuevo acto que será la continuación de las luchas sindicales, sociales, universitarias, de género, democráticas con que venimos combatiendo desde el primer día al gobierno reaccionario y autoritario de Milei que gobierna por decretos. Un multitudinario 8 de marzo. Y defendemos lo ganado a fuerza de lucha y presencia.

Realizamos este acto buscando el camino de la unidad y organización que se impone ante una derecha que redobla apuestas y pretende con violencia y represión disciplinarnos y condenarnos a tolerar en silencio las políticas económicas, sociales y culturales que imponen para remachar la entrega de la soberanía y sostener e incrementar los privilegios de la clase a la que pertenecen.

Sin embargo, tenemos nuestra Memoria, esa que fuimos construyendo en los albores de la Patria con verdaderos libertadores como Bartolina Sisa, Moreno, Monteagudo, Castelli, Juana Azurduy, San Martín, Macacha Güemes, con el valor de los afrodescendientes, los pueblos originarios, las mujeres, los gauchos, los pobres contra el conquistador foráneo y los cipayos de siempre.

La Memoria que recuerda aquella campaña del Desierto matando pueblos originarios y regalando tierras como lo hacen hoy, recurriendo a incendios que queman y matan la vida en nuestro sur.

La huelga de los inquilinos que se agruparon, como lo hacen en el presente, reclamando una vivienda digna.

La lucha de estudiantes y profesores en la Reforma Universitaria que luchaban por una Universidad pública, laica y gratuita. Y hoy marchamos para defenderla ante un nuevo ataque.

De la semana trágica, el grito de Alcorta, la masacre de Napalpi, la Patagonia fusilada, los talleres de Vasenas, la gesta obrera de Villa y todas las luchas de nuestro pueblo, la resistencia del pueblo peronista, organizada en clandestinidad, por la vuelta de su líder derrocado y proscripto por un golpe militar.

Memoria de las grandes movilizaciones obreras-estudiantiles de los años 60 y 70 donde se comienza a cuestionar al poder proyectando un cambio de sistema radical: la liberación y el Socialismo. Generaciones que fueron diezmadas por el Estado Terrorista, que recurre a las formas más aciagas de represión, como la desaparición forzada de personas, robo de bebés, de tortura, cárcel y muerte de militantes políticos, gremiales, sociales, estudiantiles, para imponer, encabezado por Martínez de Hoz, los planes neoliberales que destruirá la industria nacional y dejará a grandes mayorías en la pobreza y la exclusión en lo económico. Que ejercerá la más cruda censura a las expresiones culturales y destruirá lazos sociales cerrando vecinales, bibliotecas, clubes barriales y todo centro de reunión popular.

La clase obrera y el pueblo argentino lucharon contra el golpe de Estado desde el mismo 24 de marzo. Ferroviarios, obreros de luz y fuerza, mecánicos, fueron los primeros combates de un proceso que se extendió hasta la retirada de la dictadura. La Memoria que volcaron sobrevivientes, familiares y compañeros para armar el rompecabezas de nuestra historia reciente y logramos los juicios a los cobardes militares y civiles que apostaron a la desaparición, la tortura y muerte. Esa unidad, con convicción y organización se proyectó en los juicios de lesa humanidad, ejemplo en el mundo por juzgar genocidas en el país, con Tribunales Federales. Hasta el momento 1173 condenados con sentencias ejemplares, hace realidad aquello de que "como a los nazis les va a pasar". Hoy, que el estado se retira de las querellas en Lesa Humanidad, que cierran áreas que custodian Memorias, que resguardan derechos y garantizan igualdades.

Un gobierno que desmantela centros de Salud Mental y excluye a las mayorías de los más elementales derechos sanitarios. Que provoca el empobrecimiento de trabajadores y trabajadoras a fuerza de decretos y corrupción. Que maltrata a los desocupados y desocupadas, jubilados, jubiladas, pensionados y pensionadas, que mantienen digna lucha y resisten al despojo al que son sometidos.

Un gobierno nacional y provincial que ante la violencia que planifican y ejecutan sectores que embolsan enormes ganancias y dominan territorios en base al negocio narco, responde con más represión en los barrios, más cárceles. Que quiere bajar la edad de imputabilidad, a 13 años, para encarcelar a nuestros niños y someter su rebeldía. Que judicializa la lucha por proteger y obtener derechos como disciplinamiento social, como silenciador de las protestas ante la injusticia de las políticas antipopulares. Ejemplo de ello es el encarcelamiento de docentes y trabajadores del estado provincial cuando defendían los derechos previsionales.

Un Gobierno que entrega soberanía y riquezas, que entrega las vías navegables, los puertos y el agua, el más preciado de los bienes, sometiéndose gustoso a los designios del imperialismo y sus personeros, así como la entrega de Malvinas.

Tareas sucias en las que cuenta con el apoyo ferviente del gobierno provincial de Pullaro, gobierno que apoya el Pacto Fiscal, persigue a los docentes y estatales, y pretende una nueva Constitución que no defiende "ninguna garantía". Igual colaboración que presta el gobierno municipal de Javkin.

Pero es cierto que el estafador de Milei no lo hace solo. Mantiene por disciplina de clase o por hechos de corrupción evidentes, mayorías parlamentarias que les permite accionar libremente en sus objetivos. Tiene también la complicidad de dirigentes que sumergidos en sus intereses no ven, no actúan, traicionando los objetivos que juraron defender. Tenemos la Memoria de heroicas luchas, la Convicción de generaciones que determinados a ser libres se entregaron a la búsqueda de un país independiente y una sociedad sin explotados.

Debemos entonces encontrar la unidad imprescindible de todos los atacados y humillados por esta ultraderecha autoritaria y vende patria para encontrar los caminos de organización y lucha que el momento impone para la defensa de la Patria. Seamos libres… que lo demás no importa nada.
Documento de la Mesa de los Derechos Humanos Rosario
A continuación se leyeron las consignas planteadas por las organizaciones:
Exigimos la restitución de la soberanía de Malvinas y de las islas del Atlántico Sur y honramos a los combatientes y los caídos de Malvinas. Las Malvinas son y serán argentinas.

No a la instalación de bases militares extranjeras en Argentina y Latinoamérica. No al acuerdo con EEUU para la instalación de bases en nuestro Río Paraná. No a la pérdida de soberanía. No a la injerencia de ejércitos foráneos.

Rechazamos la intervención de las fuerzas armadas en asuntos de seguridad interior.

No a la intromisión de la OTAN y demás potencias imperialistas en los pueblos libres.

Por la autodeterminación de los pueblos. Viva la patria grande.

¡No al pago de la deuda!

Juicio y castigo para todos los responsables del terrorismo de Estado, partícipes y beneficiarios del poder económico y sus cómplices. Cárcel común perpetua y efectiva.

Restitución de las hijas e hijos de desaparecidos apropiados por los genocidas.

Sentencia firme para todos los condenados en Argentina por delitos de lesa humanidad. Exigimos la aceleración de las causas por crímenes del terrorismo de Estado, aún pendientes.

Repudiamos la apología del terrorismo de Estado.

Seguimos exigiendo al Vaticano el libre acceso y la publicación de sus archivos de la represión asesina. También exigimos al gobierno estadounidense que entregue sus documentos sobre la dictadura en Argentina y el plan Cóndor en América Latina.

Exigimos justicia y el esclarecimiento por la desaparición de Jorge Julio López y el asesinato de nuestra compañera Silvia Suppo.

Reafirmamos que los delitos de la Triple A, son crímenes del terrorismo de Estado y de lesa humanidad.

Exigimos el esclarecimiento sobre lo ocurrido con el submarino ARA San Juan. Justicia para los y las 44 compatriotas.

Pedimos justicia por los muertos y desaparecidos de la Tablada.

Exigimos juicio y castigo a los policías de la Metropolitana de CABA, responsables del asesinato de Facundo Molares.

Exigimos la tipificación y erradicación del chineo.

Exigimos juicio y castigo para los responsables materiales y políticos de los asesinatos de Juan Alberto Delgado, Rubén Pereyra, Ricardo Villalba, Walter Campos, Yanina García, Graciela Acosta, Claudio Lepratti, Graciela Machado y Marcelo Pacini, cometidos por la policía de Reutemann en diciembre de 2001.

Pedimos juicio y castigo para los responsables de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, Facundo Astudillo Castro y Rafael Nahuel.

Seguimos reclamando el juicio y castigo a los responsables materiales y políticos de los asesinatos de todos los militantes sociales, políticos y gremiales, como los del maestro Carlos Fuentealba; el presidente de la Federación Nacional Campesina y dirigente originario Mártires López; y los militantes populares Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, Marcos Soria, Mercedes Delgado, Mariano Ferreira, Jere, Mono y Patón y Florencia Gómez.

Exigimos justicia por todos y cada uno de los casos de gatillo fácil en nuestra provincia y convocamos a acompañar a los familiares en los procesos judiciales que se están llevando adelante.

Reclamamos justicia por las víctimas de violencia institucional, que va en aumento día a día. Justicia por Franco Casco.

Justicia por Pichón Escobar, justicia por María de los Ángeles París, justicia por Valentín Reales, justicia por Maxi Geréz, justicia por Ivana Garcilazo, justicia por Leonardo Ferragut.

Ni un pibe menos. Repudiamos la sentencia absolutoria y seguimos reclamando justicia por Bocacha Orellano.

Exigimos el esclarecimiento sobre la muerte de Giovanni Mvogo.

Por políticas para la vida para todos nuestros pibes y pibas. Basta de narcopolicías, represión e impunidad. Por el fin de institutos como el Ex IRAR. No a la baja de la edad de imputabilidad.

Libertad a todos los presos y presas políticas de nuestro país.

Libertad a Milagro Sala y todos los compañeros de la Tupac.

Repudiamos todo acto de amedrentamiento, persecución y espionaje a organizaciones sindicales, sociales y populares. No a la judicialización y criminalización de la protesta. Cierre de todas las causas abiertas contra luchadores y luchadoras.

Derogación de la Ley antiterrorista y de todas las normativas y legislaciones que pretendan penalizar el ejercicio de las libertades democráticas y el derecho a las manifestaciones sociales.

Repudiamos el desmantelamiento de los Centros de Memoria y el vaciamiento de Ministerios, Secretarías y Áreas que resguardan los Derechos Humanos. Convirtiendo al Estado de garante de derechos en este Estado represor que impone presencia persiguiendo, encarcelando y reprimiendo como forma de disciplinar a la sociedad y silenciar las luchas populares.

Plena implementación de la ley de salud mental. Justicia por Juan Gabriel Zárate, justicia por Alexis Agüero, justicia por Gabriel Pérez.

Recortar y congelar los presupuestos universitarios es atacar a la democracia. No al recorte universitario. Educación y ciencia públicas y gratuitas para todos.

Denunciamos un desabastecimiento alarmante en todo el país para la garantía de los derechos sexuales reproductivos y (no) reproductivos. El gobierno de Milei está desfinanciando la Ley N° 27.610 y suspendió la compra y distribución de medicación para realizar los procedimientos de interrupción voluntaria del embarazo de manera segura y gratuita. ¡Al aborto clandestino no volvemos nunca más! Seguimos levantando los pañuelos verdes como bandera de autonomía, derechos humanos, salud pública y justicia social. ¡En Argentina el derecho al aborto es ley!

Repudiamos el discurso de Milei en Davos, rechazamos la discriminación y el homolesbotransodio como política de Estado. Justicia para todas las víctimas de femicidios y de los crímenes de odio, así como para las niñeces víctimas de abuso sexual en las infancias.

Exigimos justicia por Sandra Cabrera y Caren Peralta. Exigimos al Estado reconocimiento de derechos laborales y sociales para las, los, les trabajadores sexuales.

Efectivo cumplimiento del cupo laboral travesti-trans a nivel Nacional, Provincial y Municipal.

No al recorte del cupo laboral por discapacidad. Por más políticas laborales inclusivas. No a la quita de pensiones no contributivas.

No a la resolución 187 y a su anexo nefasto que usa términos como idiotas, imbéciles y débiles mentales para clasificar y nombrar.

No al vaciamiento y desjerarquización de la ANDIS y a su confinamiento a la órbita del Ministerio de Salud, lo que significa un retroceso y vuelve a modelos viejos que reemplazan políticas públicas y derechos por asistencialismo. Reincorporación de les trabajadores discas que despidieron.

No al desfinanciamiento del programa Incluir Salud que se traduce en falta de cobertura de prestaciones y medicamentos.

Por un sistema de prestaciones básicas que apoyen la vida en comunidad de las personas con discapacidad. No exigimos privilegios sino equiparación de oportunidades. "A los ghettos no volvemos nunca más."

Nos manifestamos en defensa de La Toma, y decimos: no al desalojo.

¡Pedimos la aprobación de la Ley de Humedales!

Repudiamos la derogación de la ley de fuego.

¡Basta de represión a las protestas, Bullrich! ¡Justicia por Pablo Grillo!

¡Exigimos cárcel común perpetua y efectiva para todos los genocidas! ¡30.000 detenidos, detenidas, desaparecidos y desaparecidas Presentes, Ahora y Siempre! Este 24 de marzo seguimos exigiendo Memoria, Verdad y Justicia!

¡Basta de hambre!

Restitución de alimentos a los comedores y ollas populares.

Unidad y lucha contra las políticas de hambre, ajustes y represivas de Milei y sus aliados!

Exigimos una nueva ley de alquileres.

Las mujeres, las feministas y disidencias sexogénero no estamos dispuestas a dar un solo paso atrás en los derechos conquistados por nuestras luchas. Las calles son de quienes luchan por un mundo mejor, más justo, más igualitario.
Foto: Fede Padín

sábado, 16 de marzo de 2024

El ajuste de Javier Milei llega a los Sitios de Memoria

Adriana Arce en mayo de 1978 tenía 30 años, estaba embarazada, tenía tres hijos, daba clases, es una de las fundadoras de la CTERA. Fue secuestrada por aquel momento por una patota, es sobreviviente del centro clandestino de detención que funcionó en la caballeriza de la Fábrica de Armas Domingo Matheu. Luego fue trasladada al batallón de Comunicaciones 121 de Rosario. Cuando fue legalizada, cosa que pasó con muchos, terminó en la cárcel de Villa Devoto: Al salir se terminó exiliando en España hasta 2004. Adriana fue una testigo privilegiada de aquel golpe comando que una madrugada del 8 de octubre de 1984 produjo el robo de cientos de documentos en nuestros tribunales provinciales, incluida la declaración que ella misma había dado horas antes. Hasta hace algunos días estaba trabajando en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y hoy es una de las despedidas de ese lugar. Adriana habló en las Señales sobre su historia y el presente:
El robo a los Tribunales Provinciales
A mí me preocupa, porque por primera vez y gracias al enorme esfuerzo que hicieron desde el Tribunal Oral Federal número 2 de Rosario, esta causa del robo al Palacio de Tribunales de Rosario, producido el 8 de octubre del 84, hubo finalmente una sentencia, implicados y condenados, pero quedaron muchas cosas por investigar y yo regresé de Marruecos para dedicarme pura y exclusivamente a investigar este asunto para aportar nuevas líneas, nuevas cosas a la causa que se sigue investigando.
Los despidos en la Secretaría de Derechos Humanos
Debo decir que no soy la única, tenemos 26 compañeros despedidos en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en el archivo, sobre todo en los Sitios de Memoria, que fueron centros clandestinos de detención. Allí el personal está siendo despedido.

Lo más preocupante son los hechos que se están produciendo. El programa siniestro que ellos anunciaron con respecto al tema de derechos humanos. Nuestras consignas de memoria, verdad y justicia, ellos han decidido terminar con esto y esto es lo realmente importante. Por eso están desmantelando la ex ESMA, los Sitios de Memoria. Ellos necesitan matar la memoria, necesitan dejarnos sin memoria. La memoria es la que garantiza la no repetición de estos hechos tan aberrantes como los que sucedieron en este país. Ellos no acuerdan con esta idea y por eso están desmantelando todo lo que tenga que ver con derechos humanos.

Me preocupa especialmente porque no puedo continuar con la investigación que estoy haciendo sobre este asunto del robo al Palacio de Tribunales. Eso es lo que más me preocupa, porque una vez más, después de 40 años denunciando lo que había pasado, cuando logramos avanzar, esto se vuelve a parar. Y como soy la única persona viva que queda de aquel momento, que llegué a ver la documentación, no hay ninguna persona que pueda reconocer esa documentación si logramos recuperarla. Esto es bastante lamentable, pero realmente a mí me preocupa mucho que en los cargos de la más alta responsabilidad del Estado tengamos a personas que no están informadas realmente sobre cómo son estas cosas, porque pareciera que es una ocurrencia de los argentinos.
Terrorismo de Estado
El tema del genocidio, el tema del terrorismo del Estado, el tema de todas estas calificaciones, nosotros no las hemos inventado. Estas calificaciones existen en la Corte Internacional, existe la desaparición forzada de personas, o sea, no se puede equiparar de ninguna manera el Estado, que tiene una función inalienable, que es cuidar a sus ciudadanos, que, en lugar de hacerlo, se dedique a torturarlos, desaparecerlos, robarles los niños, robarles el patrimonio, eso fue lo que pasó aquí. Y no importan los números, porque el problema de los desaparecidos no es un problema aritmético. No lo es, no se puede medir aritméticamente. Pero para los que les gustan tanto las matemáticas, si quieren discutir cuántos son, yo les recomiendo que se den una vueltita por Google, ya que tanto les gustan las redes y la información que hay en internet, y lean los documentos desclasificados de la CIA, que reconoce que en los primeros 800 días de dictadura, que en total fueron 2.900 días, ya habían desaparecido 22.000 personas, y hacen una proyección donde dicen que creen que son más de 30.000 los desaparecidos.
Debemos cumplir los pactos que hemos firmado
Qué las personas que nos gobiernan no sean capaces de informarse de una fuente indiscutible, que son los documentos desclasificados de la CIA y están en internet, no es ningún misterio, ¿te das cuenta? Entonces, es importante que todo esto lo tengamos claro, porque realmente nosotros hemos tenido un Estado terrorista, y los delitos que se han cometido han sido de lesa humanidad, imprescriptibles, así están estipulados en la Corte Penal Internacional. Nosotros hemos adherido a todos estos acuerdos internacionales, y los tenemos incorporados con rango constitucional. Debemos cumplir los pactos que hemos firmado, no podemos ahora hacernos los desentendidos. Esto es lo que me preocupa. Este discurso que quieren que la gente empiece a tomarlo como verdadero, porque si nosotros no somos capaces de defender la memoria, estos hechos se van a volver a repetir. Si no, explíquenme por qué los alemanes tienen Auschwitz, tienen un montón de Sitios de Memoria para evitar que se vuelva a repetir el holocausto. Señores, no somos nosotros. Los pueblos del mundo tienen esta dinámica. Todos sabemos que la única garantía de no repetición es la memoria sobre lo sucedido. Y estos señores ahora están desmantelando el lugar emblemático que tenemos nosotros, que es donde desaparecieron más de 5.000 personas en la ESMA. Señores, tenemos ahí el avión del cual tiraban a nuestros compañeros en la Bahía de Samborombón. Ellos quieren desmantelarlo todo y empiezan despidiendo a personas que llevan trabajando años comprometidos con esto y además en un lugar donde desde que llegamos existe la huella digital, con lo cual nosotros ponemos la huella al entrar y al salir y la liquidación de nuestros sueldos es según esas horas que hemos trabajado. El mismo secretario de Derechos Humanos, el exjuez Alberto Baños, cuando llegó dijo: "esto no es lo que me contaron". Aquí, el que no ficha no cobra. Somos 1.005 trabajadores y no hemos tenido ñoquis, que son lo que ellos dicen. Aun así están actuando de esta manera. Y siguen llegando telegramas, no sabemos hasta dónde van a seguir. Y una semana antes del 24, están haciendo esto con manifestación de fuerza… no sé. Esta es la situación que tenemos.
Despidos sin causa
No hubo ninguna causa, es un mail que me mandaron que dice, hemos decidido rescindir un contrato. Además, de una manera insólita, porque yo la semana pasada estuve yendo a trabajar toda la semana y el 14 recibí el mail diciendo que es desde el lunes, Yo he estado trabajando toda la semana. O sea, es una cosa absurda. Pero es lo mismo que les ha pasado a los otros compañeros. Y, además, despidieron, por ejemplo, a todos los del Regimiento 9 de Corrientes. Entonces ahí no queda ninguna persona en ese Sitio de Memoria. No habrá actividades, estará cerrado. Y creo que es lo que intentan hacer con todos los Sitios de Memoria. Además, tenemos muchos compañeros cuyo contrato vence el 31 de marzo y estamos muy preocupados de que esta gente no renueve esos contratos. Porque entonces estamos hablando de cientos de compañeros en la calle.

Estamos en riesgo de perderlo todo
Siento que corre peligro nuestro Archivo Nacional de la Memoria, la Secretaría de Derechos Humanos, los Sitios de Memoria, los edificios incluso que tenemos allí de los organismos de derechos humanos. Y bueno, esperemos que de alguna manera recapaciten o traten por lo menos de comprender que no se puede entrar a destruir todo lo que hemos construido en estos años. Porque es mucho tiempo, son más de 40 años que nosotros estamos tratando de recuperar información, investigación, con las que luego se han aportado a las causas, con las que se han podido juzgar todos los delitos cometidos. Estamos en riesgo de perderlo todo. Esa es la realidad.

El 24 de marzo todos a la calle
Tenemos que estar en la calle todos el 24 porque tenemos que defender la memoria, que es lo único que nos pertenece a todos y que es la única forma que tenemos de que por lo menos las generaciones futuras no vean repetirse esto, que nos tocó vivir a nosotros.
Los archivos robados de Tribunales están
Ellos no han tirado todo, no han tirado nada. Ellos no tiran, nunca han tirado nada y eso los vamos descubriendo día a día porque, por ejemplo, en el Archivo General de la Nación te encuentras con libros de actas, de entradas y salidas, de sentencias, del Consejo Supremo, de las Fuerzas Armadas, pero todos los archivos históricos están allí. Tienes que revisar papel por papel, buscando a ver si encontramos, pero evidentemente hay una lógica muy simple y ese fue un operativo especial de inteligencia, tal cual reconoció la persona que terminó condenada, que era el más responsable de inteligencia del Segundo Cuerpo, evidentemente si era una operación especial de inteligencia, esto debe estar en el archivo que tiene Inteligencia, obviamente, pero a ese archivo no podemos acceder, si no se desclasifican los documentos. Porque estos documentos se generaron durante un gobierno constitucional, entonces se requiere la desclasificación de esos documentos para poder acceder a ellos.

Seguiremos como sea
Yo voy a seguir investigando, yo no voy a dejar de investigar este asunto porque para eso he venido, he levantado mi vida en Marruecos, desde hace siete años estaba trabajando, para poder dedicarme a esto. Porque me di cuenta que era la única que podía hacerlo, yo voy a cumplir con mi objetivo. Será con más dificultades, pero bueno, siempre es posible encontrar alguna vía para resolver las situaciones.

Proteger todo lo construido en estos años
Es impresionante todo lo que ha sucedido, lo que vas encontrando, además es bastante sorprendente porque en este caso en concreto, yo investigué por ejemplo todo lo que había salido en la prensa internacional y me di cuenta de que la prensa internacional dio más importancia a este hecho (NdR: el robo a Tribunales), que la prensa nacional, porque nunca había sucedido en el mundo de que un comando tomara por asalto el Palacio de Tribunales y se llevara toda la documentación que se había incautado en los allanamientos del día anterior. Entonces le dieron una importancia enorme, porque no es que tomaron por asalto el Palacio de Tribunales a punta de pistola. Esta fue otra cosa, fue una orden del Segundo Cuerpo del Ejército.
Mano de obra ocupada
Ese discurso de la mano de obra desocupada quedó totalmente desvalorizado por la declaración de los que se fueron implicados y acusados y con condena de esta causa. Fue una orden del Segundo Cuerpo de Ejército, entonces no fue la mano de obra desocupada. Y es de reconocer que, si el comandante en jefe del Ejército de las Fuerzas Armadas es el presidente constitucional, que en este caso era el doctor Ricardo Alfonsín, lo que no podía hacer el Segundo Cuerpo es hacer este tipo de acciones ilegales, las operaciones especiales de inteligencia a espaldas de la conducción de las Fuerzas Armadas, que es lo que hicieron, porque lo hicieron a las espaldas del comandante en jefe. Esto le costó el cargo a Víctor Pino Cano, que era el comandante del Segundo Cuerpo, pero lo hicieron, lo cual demuestra una vez más que el Poder Militar, aunque tengamos un gobierno constitucional, siempre tiene un sector de poder que maneja la oscuridad. Eso es lo preocupante.

El 24 tenemos una cita de todos los argentinos en la calle, como todos los años, para defender nuestra memoria, para defender la verdad, para defender la justicia y para dar la garantía de no repetición y para demostrarle a las autoridades que están gobernando el país que nosotros tenemos una historia de la cual no renegamos, nos hacemos cargo y la vamos a defender.

Sobreviviente del terrorismo de Estado
Fue una dictadura cívico, militar, eclesial y empresarial. Porque no hay que olvidarse nunca de que entre toda la documentación que robaron, también estaba la documentación que se refería a 50 empresas implicadas en solventar económicamente la dictadura, la represión, etcétera. Entonces, eso también fue parte del material robado. Tampoco podemos olvidarnos de que hubo 600 empresarios a los cuales se les confiscaron sus bienes, sus empresas y sus inmuebles. No podemos olvidarnos de Papel Prensa, no podemos olvidarnos de todas las medidas que tomaron en todos los ámbitos, para poder implementar un plan. Porque es que hubo un plan que aplicaron.

Tuve acceso a leer el plan operacional de las Fuerzas Armadas, cuando dieron el golpe. Es un plan de 400 páginas, y ahí sí está todo absolutamente explicitado. Todo lo que iban a hacer está en el mínimo detalle, todo. Entonces el plan existió y es el que nos aplicaron, porque necesitaban esa enorme represión para poder aplicar un plan económico que iba a ser muy resistido por la sociedad. Y fue necesario matar a mucha gente, y lo hicieron. Entonces, cuando escucho a la vicepresidenta (Victoria Villarruel) decir que no hubo ningún plan, es como que o no está informada o no está actualizada, a pesar de haber estudiado Derecho. Evidentemente, yo creo que sabe perfectamente que está mintiendo, ¿no? Obviamente, sabe que está mintiendo porque tendrá sus intereses y por eso lo hace. Nosotros tenemos que seguir trabajando como siempre, defender lo que venimos construyendo, con tanto esfuerzo, con tantas dificultades, con tantos compañeros muertos...

Nosotros, los organismos de Derechos Humanos de este país han dado una lección al mundo de lucha permanente, las madres, las abuelas, los hijos, los nietos, todos. Entonces eso no se puede perder, eso tiene que crecer todos los días para que cuando llegan estos momentos con estas personas que de golpe creen que todo es fácil de tirar abajo, pues no lo puedan hacer con facilidad, por lo menos.

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