Amnistía Internacional Argentina expresó su profunda preocupación ante la decisión del juez Alejandro Maraniello, al considerar que impedir la circulación de información constituye una forma de censura previa.
El caso se refiere a la difusión de audios grabados en la Casa de Gobierno de la Nación, atribuidos a la Secretaría General de la Presidencia, Karina Milei, cuya publicación fue prohibida por resolución de un juez del fuero Civil y Comercial de la Nación, en una medida que configura censura previa.
Este tipo de censura está expresamente prohibida por los artículos 14 y 32 de la Constitución Nacional, así como por el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Conforme a estos estándares, los eventuales conflictos relacionados con la honra o la intimidad deben resolverse a través de responsabilidades ulteriores —es decir, mediante sanciones posteriores, legales y proporcionales—, y nunca mediante bloqueos preventivos.
Un aspecto especialmente cuestionable de la resolución judicial es que desatiende la protección reforzada que merece la libertad de expresión cuando se trata de asuntos de interés público. Lejos de proteger derechos, prohibir la difusión de información sobre temas relevantes para la ciudadanía vulnera el derecho de la sociedad a estar informada.
"La difusión de información de interés público no puede ser bloqueada de forma preventiva. Eso constituye censura previa, una práctica absolutamente prohibida. La amenaza penal hacia quienes ejercen el periodismo, así como impedir que la sociedad acceda a información relevante, representan graves ataques a la libertad de expresión, a la transparencia y a la rendición de cuentas. En este contexto, hemos solicitado el acceso al expediente —actualmente reservado— y reclamamos que se haga público", expresó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
Amnistía Internacional también advierte que la denuncia penal contra periodistas por presunto espionaje ilegal constituye una amenaza seria a la libertad de expresión, y genera un efecto amedrentador incompatible con los estándares internacionales de derechos humanos.
La Tierra (a)guarda es una muestra que se exhibe hasta el próximo viernes 8 de agosto en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez (Pje. Álvarez 1550). Fue construida a partir del registro fotográfico del colectivo documental Posteo. La propuesta recupera una historia íntima y profundamente política: en plena dictadura, Ernesto Blanco enterró los libros de su hijo en San Gregorio (Santa Fe) para protegerlos de la represión. Casi 40 años después, su nieta Julia Blanco los desenterró, gesto que dio origen al documental Desentierros. Los libros que no heredamos, y luego al libro homónimo publicado en febrero de este año.
Las fotografías de Matías Sarlo, Héctor Río y Franco Trovato Fuoco capturan ese acto de rescate como una metáfora de la memoria como resistencia. Sin embargo, el martes 22 de julio, la muestra fue vandalizada por una persona que escribió mensajes de odio con marcador indeleble sobre el texto de sala y parte de las imágenes.
Matías Sarlo es fotógrafo, oriundo de la Provincia de Buenos Aires. A lo largo de su carrera trabajó en medios como El Ciudadano, Crítica, La Capital, y colaboró con agencias internacionales como Associated Press y Archivo Latino. También formó parte de InfoJus. Desde hace algunos años, junto a otros colegas, impulsó un proyecto significativo vinculado a la memoria y los derechos humanos, llamado Zafarrancho Ediciones.
En una entrevista en las Señales, Sarlo contó que la muestra proponía originalmente una intervención artística durante el primer mes de exhibición, en un sector específico, con la intención de invitar a reflexionar sobre la dictadura, especialmente desde la perspectiva de los barrios y las familias trabajadoras. El concepto giraba en torno a los libros enterrados o desenterrados como símbolo de memoria.
Sin embargo, el grupo organizador se vio sorprendido por una intervención indebida y ajena a la propuesta original, que incluyó palabras como "zurdo", "terrorista" y "fertilizante". Sarlo expresó que estas palabras resultaron violentas y difíciles de soportar, especialmente por la carga simbólica que implicaban, motivo por el cual decidieron emitir un comunicado para aclarar al público el contenido de la muestra y marcar su postura frente a ese acto.
Ante esta situación, el colectivo decidió responder desde el arte, sin recurrir al enfrentamiento directo. Propusieron una acción poética para el día viernes 8 de agosto a las 17 horas, que consiste en un acto colectivo de desmontaje de la muestra. La idea es que cada persona que asista pueda retirar una parte de la exhibición, incluyendo una letra del texto de sala, como gesto simbólico de quitarle sustento a ese discurso de odio.
Sarlo sostuvo que muchas veces quienes promueven estos discursos no construyen, sino que se dedican a destruir lo que otros crean. Por eso, al retirar la muestra, consideraron que las palabras ofensivas quedarían vacías, sin contexto que las sostenga.
El acto está programado para comenzar puntualmente a las 17:00, ya que a las 18:00 se realizará un concierto de jazz en la Biblioteca y desean evitar superposiciones. Durante el desmontaje se leerán textos del colectivo, de los trabajadores de la Biblioteca Argentina, de Posteo (quienes realizaron las fotografías) y de Julia Blanco, responsable de la parte performática del desentierro de libros.
Para quienes deseen más información o sumarse, Zafarrancho Ediciones compartió una convocatoria a través de su cuenta de Instagram, invitando a artistas, colectivos y organizaciones de derechos humanos a participar de esta acción, que consideran breve pero potente.
Finalmente, se recordó que la muestra La Tierra (a)guarda puede visitarse hasta el viernes, en el horario habitual de la Biblioteca Argentina.
Sin embargo, el grupo organizador se vio sorprendido por una intervención indebida y ajena a la propuesta original, que incluyó palabras como "zurdo", "terrorista" y "fertilizante". Sarlo expresó que estas palabras resultaron violentas y difíciles de soportar, especialmente por la carga simbólica que implicaban, motivo por el cual decidieron emitir un comunicado para aclarar al público el contenido de la muestra y marcar su postura frente a ese acto.
Ante esta situación, el colectivo decidió responder desde el arte, sin recurrir al enfrentamiento directo. Propusieron una acción poética para el día viernes 8 de agosto a las 17 horas, que consiste en un acto colectivo de desmontaje de la muestra. La idea es que cada persona que asista pueda retirar una parte de la exhibición, incluyendo una letra del texto de sala, como gesto simbólico de quitarle sustento a ese discurso de odio.
Sarlo sostuvo que muchas veces quienes promueven estos discursos no construyen, sino que se dedican a destruir lo que otros crean. Por eso, al retirar la muestra, consideraron que las palabras ofensivas quedarían vacías, sin contexto que las sostenga.
El acto está programado para comenzar puntualmente a las 17:00, ya que a las 18:00 se realizará un concierto de jazz en la Biblioteca y desean evitar superposiciones. Durante el desmontaje se leerán textos del colectivo, de los trabajadores de la Biblioteca Argentina, de Posteo (quienes realizaron las fotografías) y de Julia Blanco, responsable de la parte performática del desentierro de libros.
Para quienes deseen más información o sumarse, Zafarrancho Ediciones compartió una convocatoria a través de su cuenta de Instagram, invitando a artistas, colectivos y organizaciones de derechos humanos a participar de esta acción, que consideran breve pero potente.
Finalmente, se recordó que la muestra La Tierra (a)guarda puede visitarse hasta el viernes, en el horario habitual de la Biblioteca Argentina.
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