La empresa TSC, vinculada con el Grupo, reactivó su juicio por $ 7000 millones contra la AFA y lo informó a todas las firmas que estaban en pugna por la televisación paga. El respaldo del gobierno se sumó a una extensa lista de beneficios durante la gestión de Cambiemos. El rol clave que tendrán los cables de Magnetto en las transmisiones
Por: Néstor Espósito > @nestoresposito
Una precisa y coordinada estrategia que aprovechó un expediente judicial como elemento de presión le permitió a la sociedad Turner – Fox - Clarín quedarse con el fútbol argentino. Para ello, fue necesario despertar un expediente, manejar tiempos judiciales y, finalmente, disparar la bala de plata para quedarse con todo.
Televisión Satelital Codificada (TSC), la empresa relacionada con el Grupo Clarín que tenía los derechos de televisación del fútbol hasta 2009, activó el juicio contra la AFA –e indirectamente contra el Estado Nacional– cuando el gobierno de Mauricio Macri convirtió al "Fútbol para Todos" (FPT) en el "fútbol para todos los que lo puedan pagar". El juicio transitaba un lento camino procesal que llevaba ya casi seis años. Se inició a mediados de 2010, pero tomó velocidad a partir de que el 20 de julio de 2016 Macri anunció oficialmente el fin de FPT.
Tiempo Argentino tuvo acceso al expediente judicial, que está a cargo del juez de primera instancia en lo Comercial, Alberto Alemán. De su lectura se desprende que hasta julio del año pasado se movía errático, pero el 5 de agosto el abogado Damián Cassino (conocido como representante del Grupo Clarín por su actuación en la audiencia pública por la Ley de Medios) impulsó la causa pidiendo que se fijara la "audiencia preliminar" que establece el Código Procesal en lo Civil y Comercial. ¿Qué significaba eso? Que le pidieron al juez que llamara a las partes a "conciliar", pero previamente resolviera dar inicio formal al juicio propiamente dicho, por entre 6000 y 7000 millones de pesos, monto aproximado actualizado.
¿Qué más hizo TSC? Le anotició al juez que se terminaba FTP, que la AFA iba a renegociar los derechos de televisación y le pidió que notificara a todos los potenciales interesados en adquirirlos (que nada tenían que ver, hasta entonces, con el proceso) que, junto con el fútbol, también se llevarían un juicio millonario resucitado. Y, además, que también el Estado Nacional, en su condición de “tercero interesado”, fuera notificado.
¿Por qué el Estado si el reclamo de TSC apuntaba a la AFA? Para el eventual embargo el dinero que el gobierno le pagaría a la AFA por la rescisión del contrato. Esos 350 millones de pesos que posibilitaron la reanudación de los campeonatos. "La notificación deviene absolutamente necesaria a fin de garantizar los derechos de TSC". Así, el dinero que el Estado le iba a pagar a la AFA corría el riesgo de no llegar nunca a los clubes. ¿La consecuencia? Otra vez sin fútbol.
El 22 de diciembre pasado, cuando estaba en plena eclosión el tironeo para determinar quién se quedaría con el fútbol, el abogado Cassino le pidió al juez que les avisara a los interesados en comprar los derechos "la existencia del presente pleito, detallando su objeto y estado procesal", para "garantizar la ejecución de una eventual sentencia favorable a esta parte, evitando la invocación de eventuales derechos privados de un accionar de buena fe por desconocimiento".
No era el único interesado en que trascendiera la existencia de ese juicio. El fallo que confirmó el procesamiento de exjefes de Gabinete y dirigentes de la AFA por FPT incluyó un párrafo en el que la Cámara Federal le recomendó a la jueza María Servini "requerir información sobre el expediente 21.315/2010 'Televisión Satelital Codificada c/ Asociación del Fútbol Argentina s/ ordinario' de la justicia comercial, de donde podrían surgir nuevos perjuicios para el Estado Nacional". El fallo fue firmado el 9 de marzo pasado.
TSC empujó la notificación de la existencia del juicio a Cablevisión, DirecTV, Telecentro, Fox Latin American Channel, ESPN, Turner International Argentina y Mediapro. Todas ya sabían. Las dos primeras, porque son parte del Grupo Clarín, al igual que Fox, asociada con Turner en la puja. El resto de los "notificados" son (eran) los competidores.
Cuando la negociación por el fútbol entró en su etapa decisiva, TSC le pidió al juzgado, el 13 de febrero pasado, que suspendiera la audiencia que había pedido en agosto (cuando reactivó la causa). Los abogados Ramiro Riobó Aráoz y José María Méndez Acosta (esta vez no firmó Cassino) pidieron la postergación. "Es de público conocimiento y se informa periódicamente por diversos medios de comunicación que la AFA, los clubes que la integran, el Estado Nacional y terceras empresas interesadas en la comercialización de los derechos se encuentran llevando a cabo negociaciones y tratativas para concretar la 'normalización' del fútbol argentino y la reanudación de los campeonatos. La concreción y finalización de dichas tratativas y negociaciones necesariamente influirá en el presente pleito y en las reales posibilidades de conciliación con los demandados". El Grupo Clarín negociaba los derechos del fútbol a través de Fox, y operaba en el expediente judicial como TSC.
En la audiencia, TSC podía haber dicho que si ganaban Fox y Turner desistiría del juicio. Pero la audiencia estaba fijada para el 21 de marzo y para esa fecha ya debía haberse reanudado el fútbol, que ya llevaba casi tres meses de parate. Entonces pidieron la postergación de la audiencia y el 22 de febrero TSC jugó el ancho de espadas: le "envió" a Turner-Fox la carta en la que le prometía que si resultaba adjudicataria de los derechos del fútbol no continuaría adelante con el juicio, que –ahora sí– estaba en pleno movimiento.
Se queda con el fútbol, pero en las sombras
El regreso del fútbol premium (o lo que se conocía como codificado) resulta vital para los negocios del Grupo Clarín, cuyas ganancias principales se sostienen en Cablevisión, la operadora que maneja el 40% del mercado de la televisión por cable. Clarín ya se sabía ganadora desde el momento en que conoció que volvería el fútbol de pago, más allá de qué empresa se quedara con los derechos de transmisión de los partidos del fútbol argentino. Pero la sociedad entre Fox y Turner era el vehículo para hacerse el dueño de manera directa. Van a tener el fútbol, fue la promesa del gobierno, pero debían aparecer camuflados.
La clave se puede ver a través de los nexos societarios que unen a Fox y Turner con Clarín. Turner es propiedad de AT&T, que a la vez es dueña de DirecTV, la cual tiene acciones en Torneos, socia de Clarín en Televisión Satelital Codificada (TSC) y Tele Red Imagen (TRISA), la empresa que controla el canal de deportes TyC Sports.
Precisamente, fue a través de TSC que Clarín comenzó a presionar por el fútbol a favor de Fox-Turner en la disputa con ESPN y Mediapro, las dos empresas que también le habían realizado una oferta a la AFA. Lo hizo en la Justicia, como demuestran los documentos que Tiempo publica en esta edición. Y lo hizo también al presentar ante la Comisión Audiovisual de la AFA una carta en la que se comprometía a dar por finalizado el juicio iniciado a partir del Fútbol para Todos, siempre que los derechos recayeran en Fox-Turner.
Con Clarín también ganó su socia, Torneos, que en diciembre pasado se responsabilizó ante la Justicia de Estados Unidos por las coimas que su exCEO, Alejandro Burzaco. Se comprometió a pagar 112 millones de dólares. Ya recuperará el dinero: tiene un gran negocio por delante con el fútbol argentino.
En el Asenso también manda con la estática y el streaming
TyC Sports, señal de Clarín, envió una carta a la AFA en defensa de sus derechos publicitarios en la B Nacional y B Metro
Por: Federico Amigo > @amigofede
El regreso del fútbol privado, que desde agosto estará a cargo de Turner-Fox si la AFA lo ratifica en la asamblea del 29 de marzo, fue el escenario propicio para que el Grupo Clarín tomara impulso. En la misma semana que la sociedad estadounidense firmó el contrato para transmitir el deporte redondo, el conglomerado periodístico más grande de la Argentina empezó a desplegar su estrategia para recuperar el terreno perdido desde 2009, cuando alumbró el Fútbol para Todos (FpT). La avanzada tuvo dos acciones: un mensaje en clave de recordatorio y una carta formal dirigida a la AFA para imponer condiciones en la B Nacional y la Primera B, las dos categorías cuyas transmisiones están en manos de TyC Sports.
La última movida del grupo lleva la firma de Carlos Martínez Núñez y Julio Franco, los apoderados de Tele Red Imagen SA (TRISA), empresa titular de la señal deportiva que en febrero del año pasado acordó volver a televisar la segunda categoría después de que el FpT quedará solo enmarcado en el campeonato de Primera División. Luego de un saludo cordial y la descripción de la AFA como una asociación "digna", los representantes de una de las tantas sociedades del Grupo repasan el largo listado de derechos de explotación que tienen sobre las categorías e informan que Publicidad Estática Internacional (PEI) será la única empresa reconocida para realizar todas las tareas vinculadas al esponsoreo, la cartelería y la publicidad adentro del campo de juego. Inclusive el foso, aclara la carta. Desde el carrito con el que sacan a los jugadores hasta los auspiciantes oficiales del torneo. Desde la lona que cubre el círculo central hasta la entrega del trofeo para el campeón, una ceremonia en la que también estarán a cargo de confeccionar -vender- el palco al que se suban los futbolistas.
"Asimismo entendemos que sería oportuno que ustedes recuerden también a las instituciones que disputan la categoría que por cada partido el club local dispone gratuitamente de seis carteles de publicidad que podrán ser utilizados por los clubes únicamente para sus proveedores de indumentaria, transporte terrestre y sponsor de la camiseta", dice la carta fechada el 16 de marzo pasado y dirigida a la "Mesa de la Categoría Nacional" y a la Mesa de la Categoría B".
PEI, la compañía que TyC Sports ratifica como monopólica en el manejo de la publicidad en las dos categorías de ascenso, pertenece a Alejandro Abdo, quien heredó la titularidad del emporio cuando Carlos, su padre, asumió como presidente de San Lorenzo en diciembre de 2010. La firma tuvo su origen en Paraguay, donde nació Carlos Abdo, y desembarcó en la Argentina en 1982. Desde allí, creció hasta lograr comercializar en forma exclusiva la estática de Primera, B Nacional, la Copa Argentina y los torneos de verano. Esa es la empresa por la que el Grupo Clarín, mediante la carta, pide a los clubes que "colaboren" para que realice sus tareas sin molestías.
No fue el único episodio con el que la señal deportiva intentó resguardar sus ganancias. El martes pasado, los departamentos de prensa de la B Nacional y la Primera B recibieron un recordatorio sobre los partidos transmitidos por YouTube: TyC Sports Play tiene la exclusividad de los derechos y la emisión. Los transmite online, de manera abierta, sin restricciones. Pidió, además, que rechazaran las acreditaciones de los medios que usan esa plataforma, algo que ocurrió, por caso, con Pasión X Instituto, al que Atletico Paraná, rival de la fecha jugada esta semana, le canceló los pases de prensa. El alerta salió desde la señal del Grupo Clarín, aunque una fuente de la empresa aseguró a Tiempo que solo fue un aviso a la AFA, no un comunicado. Sostienen que defienden un derecho por el que pagan 150 millones por año. Pasión X Instituto ya sabía lo que era verse perjudicado por TyC Sports: el año pasado TRISA elevó varias demandas, por lo que YouTube les bloqueó el canal mediante el cual transmitían los partidos. Vivo por Los Andes tampoco pudo realizar su cobertura por streaming ante Ferro, el miércoles. "No tengo dudas de que van a querer cobrar ese servicio. Van a ir por el monopolio absoluto, pero no va a tener efecto porque hay un vacío legal", dice Pacho Cerpa, integrante del medio que sigue a Los Andes y parte de @MPUnidosOk (Medios Partidarios Unidos), una cuenta creada esta misma semana para defenderse ante la avanzada. La rápida acción logró que tiraran para atrás la prohibición y esta fecha volverían a transmitir sin problemas.
La pelea, de cualquier modo, recién comienza. Los nuevos patrones ya pisan la cancha. Y el Grupo Clarín, afecto a sus propias reglas, muestra sus primeras maniobras.
Insaciable
Por: Adrián Murano
El Grupo Clarín terminó la semana con otra alegría. El pasado viernes 17, como ocurre casi sin pausa desde que Mauricio Macri llegó al poder, el valor bursátil de la compañía trepó otro 0,5% y la cotización alcanzó un nuevo pico histórico. En palabras llanas: Clarín cada vez vale más.
Según las estadísticas de la Bolsa de Comercio de Buenos, los $ 252 que cotizó la acción del Grupo en la ronda del viernes fue el máximo valor que obtuvo el multimedios en las últimas 252 ruedas, período en el que la acción acumuló alzas cercanas al 45 por ciento. Los números coinciden con los del balance que Clarín hizo público a principios de la semana que pasó, donde declaró ganancias por $ 4179,6 millones, un 43,3% superior al 2015. Clarín, parece, tiene la fórmula para crecer fuerte en medio de una prolongada y profunda recesión.
En su balance el Grupo declaró haber facturado unos 41.178,2 millones de pesos en 2016, lo que implica un incremento del 48,2% en las ventas respecto del año anterior. Sobre ese total, Cablevisión aportó $ 30.571,2 millones, es decir, más del 70% de los ingresos. Ese aporte explica por qué el Grupo estaba obsesionado con recuperar el negocio del fútbol, pilar sobre el que se cimentó la expansión de la cablera a lo largo y ancho del país.
Pero no es solo la preservación de posiciones oligopólicas lo que motiva a Clarín. En el apogeo de la oferta on demand, el deporte y las noticias son de las pocas cosas que los televidentes necesitan recibir en vivo y en directo. El fútbol, además de un formidable negocio, es un imán que atrae a audiencias masivas y diversas. Y el poder de Clarín radica, precisamente, en concentrar la mayor cantidad de audiencia posible para irradiar sobre ellas su "toque de atención sobre los problemas de los argentinos".
El kirchnerismo intuyó bien la necesidad de disputar audiencia mediante el fútbol. Pero una ejecución económica viscosa y políticamente procaz metió al Fútbol para Todos en la bolsa de lo que Cambiemos denomina "pasado". Eso abrió la puerta para que Clarín recuperase su joya más preciada justo cuando se dispone a disputar el negocio que más ambiciona: la provisión de telefonía móvil.
La obscenidad con la que el gobierno favoreció el arribo del multimedios en ese mercado es tan escandalosa como el evidente blindaje mediático que el multimedios le provee a Clarín. El macrismo se equivoca, sin embargo, si cree que la sucesión de concesiones al multimedios garantizan la continuidad del blindaje. Cualquier político argentino más o menos entrenado sabe que encomendarse a los deseos de Clarín es pan duro para hoy y hambre para mañana frente a ese grupo económico insaciable y voraz.
Fotos: Mariano Martino
Fuente: Tiempo Argentino