El despidido fue a principios de mes y no se pagó el último sueldo. Tampoco se abonó la indemnización, ni el aguinaldo, ni las vacaciones proporcionales, que por derecho le corresponden. Esto pasa en la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, y es denunciado por el Colectivo de Trabajadores de Prensa y diferentes grupos de periodistas desde hace años sin que las autoridades atinen a dar una respuesta concreta. "Júntese enfrente, toque el tambor: haga lo que quiera", dice la señora.
Tal vez el audio de este video les parezca gracioso, pero la libertad de expresión está en manos de una mujer como esta. "Dónde sacó usted que va a poder escribir cualquier cosa sin que yo lo vea", dice. Y se escucha la voz de una persona que desprecia a los demás, los tortura y los trata como el amo al esclavo. "Yo no los tengo a nadie encadenado. ¿Les digo, por favor, quedense? ¿Están acá con una condena?", dice. Y se escucha a una persona para la cual el derecho no existe, que tiene el poder de premiar y castigar, que se burla de los lugares académicos y de las capacidades de las personas cuando lo que hace es violar la Ley. Explotadora es un término que parece quedarle chico.
Escuchá la voz de la directora del diario Hoy de La Plata:
Myriam René Chávez de Balcedo dice: “¿Usted no me escuchó que no trabaja más? (…) Le voy a decir exclusivamente que no tengo que darle explicaciones a usted que no tenía franco. No tengo que… usted no es mi par (…) Y además, como ustedes no son brillantes, de dónde sacó usted que va a poder escribir cualquier cosa sin que yo lo vea. De dónde cree que tiene usted la capacidad para hacerlo así en 65 mil ejemplares (…) No hay más francos. Hasta que lo diga yo. Más quiero que si alguno de ustedes se aburra así se va. No va a haber franco. Uno solo. Nunca más. Hasta que empiecen a ser periodistas en serio, cosa que les falta un abismo. Un abismo les falta (…)
Entonces si ustedes como le dije fueran Bioy Casares, hicieran una nota llamando a la fuente en menos de tres horas, bueno. Pero ustedes necesitan seis horas, siete horas para hacer una nota que es lamentable, que las veces se las tengo que corregir yo. Y la verdad me tienen cansada.
Entonces, no voy a seguir más hasta que no aprendan a ser periodistas (...) Usted es un empleado. Usted cree que porque yo me siento con usted face to face usted tiene la confianza. ¿Usted siente que es un par mío? (…) Yo me siento con ustedes porque realmente a veces ustedes me dan terror. ¿Entiende? Terror me dan. Entonces no puedo permitir, pese a todas mis tareas, que se confundan tanto y que salga al otro día impreso. ¿Entiende? (…) No es así (...) No entienden las cosas yo no puedo hacer nada porque ustedes no es que se recibió ahora. A ustedes les falta un abismo porque no son autodidactas, porque no leen (…) Sino no harían las notas pedorras que hacen (...) Al que no le gusta se va. Yo no los tengo encadenados.
Yo no los tengo a nadie encadenado. ¿Les digo, por favor, quedense? ¿Están acá con una condena?: para nada. Haga juicio, si me puede ganar. Júntese enfrente, toque el tambor: haga lo que quiera. Pero usted va a discutir no de igual… va… el día que sea periodista de enserio. Le falta un abismo (...) No sé de dónde sacaron... de esa escuelita, este, pedorra donde fueron. Acaban de darle, la mayor ofensa, darle un premio a la libertad a un loco como Chávez. Y el decano de esa facultad (...) Claro, porque usted no vivió. De esa escuelita… por favor, lea la historia, de esa escuelita salía la gente de la primaria y yo tengo conocidos por la edad, se metían ahí como un secundario. Porque los profesores… Habrá alguna honrosa excepción, alguna: es una escuelita. Y además ustedes no son autodidactas, porque le pueden dar un formato mínimo, de escribir. Y después ustedes se se se se llenan, se nutren, cotidianamente de cosas, tal vez, con amor a la profesión, sean periodistas, pero así no ¿Saliendo de esa escuelita? No leen los diarios ustedes. Váyase nomás”.
Fuente: Colectivo de Prensa La Plata