Desde hace unos años, analistas de prestigio internacional vienen desarrollando los estudios en economía política de la comunicación en el contexto de la llamada "sociedad de la información", al punto de que hoy tienen plena vigencia y han cobrado una importancia fundamental para comprender la actualidad
Por: Mariana Zugarramurdi
Un análisis en el campo de la comunicación orientado a relaciones de poder que implican "desequilibrio y desigualdad" es el objetivo de "Poder, Medios, Cultura", nuevo libro a cargo de expertos argentinos, brasileños, canadienses y españoles que se presenta estos días en Buenos Aires y que celebra la Ley de Servicios Audiovisuales de Argentina. Según explicó en una entrevista con ANSA el compilador de la obra, el argentino Luis Albornoz, se trata de mostrar la vigencia de estudios de la "economía política de la comunicación". En ese sentido, la idea es presentar una perspectiva crítica para pensar, por ejemplo, el desarrollo de redes y servicios digitales, el debate sobre industrias culturales y "creativas", o la problemática del consumo cultural y el poder mediático. "Poder, Medios y Cultura" es impulsado por analistas de la asociación científica sin fines de lucro Unión Latina de Economía Política de la Información, la Comunicación y la Cultura (ULEPICC), fundada hace aproximadamente diez años.
Derivado justamente tras el VII Congreso Internacional ULEPICC, realizado en 2009 en la Universidad Carlos III de Madrid, la obra sugiere en una de sus partes, escrita por Albornoz, la necesidad de construir una "nueva agenda político-tecnológica para el escenario digital". La propuesta, en efecto, es elaborar esa agenda porque "las posibilidades de las tecnologías son múltiples pero la definición de los usos y de los modelos son decisiones políticas", declaró. En ese sentido, advierte cómo el desarrollo de las infraestructuras digitales es conducido por intereses económicos, lo cual da lugar a "desigualdades en el grado de penetración y acceso", o a la "concepción de redes o servicios digitales exclusivamente como segmento mercantil". Albornoz, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid que preside desde 2007 la ULEPICC, también se refirió a otros aspectos del libro, como los "modos de intervención" que señala el sociólogo belga Armand Mattelart en el marco de los estudios de la economía política de la comunicación. Mattelart se refiere a la "crítica al accionar de los medios hegemónicos" a través de observatorios críticos de la comunicación desarrollados sobre todo en América Latina, que "poco a poco" empiezan a "tener presencia en Europa".
También menciona la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en Argentina o la reflexión al respecto "que está teniendo lugar en Brasil" como pasos adelante para democratizar las comunicaciones. Para Albornoz, la norma argentina es importante porque "toca la estructura del sector de las comunicaciones audiovisuales en el país y evidentemente se tiene que enfrentar con la fuerte oposición de un poderoso sector privado, construido a lo largo de las últimas décadas y que se ha alimentado de los procesos de desregulación". Así, valoró que la norma "da espacio a nuevas voces", aunque alertó "sobre la viabilidad económica del nuevo sistema que se ponga en marcha y la necesidad de dotarlo de contenidos de calidad".
Asimismo, Albornoz mencionó la reflexión que se realiza en Brasil, donde "está la Conferencia Nacional de Comunicación o el colectivo Intervoces. En el marco de esa lucha, se ve con buenos ojos la llegada de Dilma Rousseff al gobierno". "Los brasileños ven además que están ocurriendo cambios importantes en el entorno latinoamericano, ven con buenos ojos la ley de servicios de comunicación audiovisual en Argentina", añadió. Aparte de Albornoz y Mattelart en el libro participan, entre otros, el brasileño César Bolaño, la mexicana Delia Crovi Druetta y los españoles Enrique Bustamante, Francisco Sierra y Ramón Zallo. Sierra, por ejemplo, esboza una perspectiva sobre el consumo cultural, cuya investigación, afirma, debe pasar "de la cultura a la política" y poner así en cuestión el modelo de "industrias creativas" impulsado en 1998 en el Reino Unido, tras el arribo al poder un año antes del laborista Tony Blair. Al respecto, otro participante, el canadiense Gaëtan Tremblay, aporta otra mirada sobre la "economía creativa", mientras el español Bustamante avisa que, al contrario de las industrias culturales, las creativas "han perdido todo complejo cultural y democrático y se orientan exclusivamente hacia el ámbito del mercado y la rentabilidad a corto plazo".
Fuente: Agencia ANSA