domingo, 9 de abril de 2017

Persecución ideológica, una herramienta para permitir el ajuste en TelAm

El Sindicato de Trabajadores de Prensa (SiTraPren), Personería Gremial N°1880, repudia y rechaza la persecución ideológica contra los trabajadores del Estado, y puntualmente contra los compañeros de la Agencia TelAm S.E., esta vez reflejada en el informe del periodista de Canal 13, Nicolás Wiñazki, en el que señala que en la empresa hay todavía 200 kirchneristas.

Cabe señalar, que lo lamentable de esta situación es que no se trata de un hecho aislado, sino que son los mismos funcionarios del Gobierno –Nacional y Provincial- los que tienen ese pensamiento.

A modo de ejemplo podemos citar a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, cuando le exigió a los docentes que “digan si son kirchneristas”; o al ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, quien ratificó que recusarán a la jueza Dora Temis –aquella que ordenó que se convoque a la paritaria nacional docente- por tener “antecedentes kirchneristas”; o cuando el Titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, manifiesta que en los organismos públicos los funcionarios se encuentran con empleados que siguen el lema “resistiendo con aguante”.

Desde el SiTraPren observamos la actualidad con preocupación, porque lamentablemente se trata del mismo pensamiento que tienen las actuales autoridades de TelAm S.E. Para ello, basta con recordar algunas de sus últimas declaraciones:
En marzo de 2016, el presidente del Directorio, Rodolfo Pousá, manifestó al programa de Luis Majul que la Casa de la Defensa había sido utilizada como “un centro de adoctrinamiento político y de difusión de las ideas políticas del kirchnerismo…”. Sería bueno investigar en qué condiciones se encuentra la misma a 15 meses de su gestión, ya que se prohibió el ingreso a toda persona que no fuera autorizada por el Gerente General.

En otra entrevista, realizada por Pablo Sirvén, Pousá aseguró: “Me fui de TelAm con 400 personas trabajando en la Agencia (en referencia a su anterior gestión en 2001), hoy hay cerca de mil”.

El vicepresidente del Directorio, Ricardo Cárpena, en declaraciones a la Política On Line, manifestó que existía la posibilidad de implementar retiros voluntarios como los que tuvieron lugar en el 2000, durante el gobierno de la Alianza (10-03-16).

En el mismo mes, Carlos Villoldo explicó a dirigentes sindicales que tenían un listado compuesto por aproximadamente 84 empleados a los que se iba a desvincular de la empresa.

“En ningún momento nosotros hemos planteado la posibilidad de despidos, si estamos efectuando un análisis de la calidad profesional del personal que tenemos adentro”, Rodolfo Pousá 15-03-2016.
En enero de 2017, el gobierno nacional incluyó a la agencia TelAm S.E. en un plan de achicamiento y fusión de distintas empresas del Estado. Los trabajadores aún desconocemos cuál fue el plan estratégico de reducción de costos que el Directorio elevó al Ejecutivo, más si consideramos que continúan con la tercerización innecesaria del comedor que ya le costó al Estado un millón y medio de pesos.

La experiencia nos lleva a pensar qué futuro nos puede esperar a los trabajadores de Telam S.E. si los funcionarios tienen ese concepto, y más aún cuando el Directorio es presidido por la misma persona que en el 2000/2001 llevó adelante el achicamiento encomendado por el gobierno de Fernando De la Rúa, que dejó a más de 300 compañeros en la calle y finalizó con el cierre, disolución y liquidación de TelAm S.A.I.y.P..

Por la situación vivida, que derivó en la creación del SiTraPren a instancias de nuestro secretario general, Lucho Giménez, recordamos que en aquel tiempo los comentarios de los funcionarios eran prácticamente los mismos:
30 de mayo 2000. El secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, dijo que la agencia TelAm “era un elefante tonto” al que era necesario “reestructurar”, y explicó que “la idea” era producir un “achicamiento general”, porque la agencia de noticias nacional “era una empresa engordada”.

El funcionario argumentaba que la empresa tenía “700 y pico de empleados y algunos de ellos con sueldos sobredimensionados”. Aseguraba que en la agencia estatal “había un montón de gente que no cumplía funciones muy definidas y que tenía sueldos muy abultados” y que la reducción de esos sueldos “en un 50 o un 60 por ciento” podría ser “una de las herramientas” para la disminución de la “masa salarial”.

Loperfido aseguraba que TelAm estaba “sobredimensionada”, y que tenía “capas geológicas de las distintas administraciones políticas”.

Junio de 2000. El presidente de la Nación, Fernando De la Rúa, afirmó: “fuimos claros en suprimir la agencia de Publicidad, con exceso de personal y altísimo déficit” y “en cuanto a la parte periodística hay que ver realmente quiénes están cumpliendo su misión y su trabajo…”.

Frente a la lucha ejercida contra el cierre de TelAm, la postura de los funcionarios fue pretender poner en tela de juicio a los dirigentes gremiales para poder llevar adelante el desguace, misma metodología que intentan implementar ahora a través de un pequeño grupo propatronal, demonizando a los mismos y generando divisiones entre los trabajadores.

Durante el achicamiento, Loperfido señaló que “la CGI estaba desprestigiada” y que tendrían que dar un paso al costado, ya que la acción de sus integrantes “olía a maniobra política”, mientras que destacaba como algo negativo “que algunos de sus integrantes no fueran periodistas”.

En este sentido, los delegados gremiales de TelAm indicaron que las expresiones del funcionario “tendían a dividir al conjunto de los trabajadores de la agencia entre periodistas y personal administrativo”. Y nada bueno resultaría para ellos a partir de esa división.
Basta con tener presente que nuestra “maniobra política” era luchar contra el cierre de la fuente de trabajo, por eso los funcionarios inventaban cualquier excusa para poder continuar con sus planes.

Por su parte, el Directorio, encabezado por Pousá, inició un juicio sumarísimo para quitar la tutela sindical a los delegados y sancionarlos por realizar asambleas “sin permiso” durante el horario laboral. Reiteramos, estaba en juego la continuidad de nuestra fuente de trabajo, y así respondía quien ejecutaba el macabro plan.

Finalmente, nuestra resistencia y persistencia en la lucha nos permitió a los trabajadores recuperar la agencia en diciembre de 2002, esta vez como TelAm Sociedad del Estado, mientras que Pousá -una especie de cazador cazado- le inició un juicio al Estado por el cual luego cobró una suma considerable de pesos.

Desde el 2016, Pousá fue designado nuevamente al frente de TelAm, y aún se desconoce exactamente cuál fue el plan que le encomendaron esta vez. Sus declaraciones sumadas a la de los demás funcionarios no nos permiten vislumbrar nada bueno.

En TelAm hoy sufrimos la persecución sindical e ideológica, la violación al artículo 37 del Convenio Colectivo de Trabajo 301/75, demás leyes laborales y el acuerdo paritario, la tercerización innecesaria del Comedor que ya lleva cinco meses -después de tres meses de cierre-, la discriminación y la división de los trabajadores, el cierre de áreas y modificación de otras…

Por eso, estas declaraciones nos ponen en estado de alerta, porque ya lo vivimos antes y sabemos cómo sigue la historia. Más aún cuando ningún funcionario (Marcos Peña, Hernán Lombardi, Jorge Sigal) ni el Directorio de TelAm realizó alguna declaración o emitió un comunicado rechazando esa persecución ideológica, al contrario tienen un pensamiento único.

Una vez más, decimos: “TelAm somos todos”, no discriminamos por sexo, raza, religión, ubicación geográfica o ideología política, y desde el SiTraPren no vamos a permitir la persecución ni la estigmatización de los compañeros porque sabemos que se esconde detrás de eso: la “herramienta” que luego utilizarán para justificar el ajuste.
Comisión Directiva, Sindicato de Trabajadores de Prensa

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