Como continuidad de las asambleas por sectores que venimos realizando, llegó el turno de Fotografía. En el encuentro con los fotógrafos y editores confirmamos que la situación es grave y su preocupación muy grande. Los temas más alarmantes son el vaciamiento del área (se fueron al menos 20 miembros del equipo en los últimos dos años) y la desidia que la empresa tiene con el equipamiento.
Para que todos estemos al tanto de la situación, aquí repasamos algunos de los detalles más relevantes del estado en el que están trabajando.
Equipamiento
La mayoría de las cámaras han quedado obsoletas. Entre los equipos con los que trabajan una gran cantidad supera la década de uso, y llegando algunos hasta 14 años de antigüedad. No es sólo que no sean competitivos ante las nuevas exigencias de la tecnología y la convergencia (no filman ni tienen conexión a Internet cuando las cámaras actuales lo hacen); la paradoja es que está comprobado que se pierde más dinero y tiempo en repararlos que lo que costaría invertir en la renovación. También faltan lentes, flashes y tarjetas de memoria acordes a las tareas que deben realizar.
Por otro lado, tampoco las computadoras y softwares disponibles en el sector están actualizados para trabajar de forma eficiente. No tienen la capacidad ni la velocidad suficiente para editar profesionalmente imágenes en alta calidad. Y en la era de la convergencia, tampoco podrían editar video.
Dinámicas de trabajo
Con la partida de gran cantidad de compañeros, el sector de Fotografía está sobrepasado de tareas. En el tiempo que antes se hacía una nota, ahora tienen que cubrir quizás tres artículos. Lo cual baja su rendimiento y su motivación. Eso, junto al problema con los equipos tiene como consecuencia -casi como un círculo vicioso- la desvalorización de su trabajo por parte de la empresa.
Tampoco hay fluidez en la comunicación con los jefes de sección: algo indispensable. Falta información clara y precisa sobre las coberturas o las necesidades fotográficas de una nota o página. Sin ir más lejos, el rediseño del diario Clarín no fue comunicado en tiempo y forma al sector de Fotografía.
Más preocupante aún es que algunos de los editores de las plataformas web, ajenos al sector de Fotografía, no tienen pautas de trabajo claras, sobre cómo cuidar la procedencia de las imágenes y privilegiar una foto propia antes que una agencia.
También pasa en las ediciones de papel, donde en algunas oportunidades (y sin razones evidentes) se opta por imágenes cedidas por agencias de noticias o departamentos de prensa, en lugar de las fotos tomadas por nuestros fotógrafos. Sin contar las veces que ni siquiera se convoca a los reporteros gráficos para que cubran la noticia.
Si bien en la asamblea los compañeros se mostraron dispuestos e interesados en sumarse a los desafíos que implican los avances tecnológicos, preocupa mucho el hecho de que a los redactores se les esté pidiendo que hagan la cobertura de las noticias incluyendo imágenes tomadas con celulares (fotos o videos), perdiendo calidad y descartando la tarea profesional de quienes son expertos en contenido visual.
Sin embargo, la falta de equipos óptimos y los problemas de comunicación atentan contra su tarea y la forma en que pueden desarrollarla de la mejor manera.
Comisión Interna Trabajadores AGEA-Clarín