Los trabajadores de prensa de Diario Popular denunciamos:
La muerte de nuestra compañera Luli morena no debe quedar impune
La obra social (OSTPBA), y por consiguiente sus autoridades - ya que ellos contratan los prestadores-, el centro de atención medica (Sanatorio Güemes) y los profesionales que han intervenido en este hecho, deben asumir la responsabilidad que les cabe en la muerte de esta joven trabajadora del gremio.
En prensa, en general, y en diario popular en particular, no es la primera muerte que sufrimos de un compañero por estas mismas circunstancias, Alejandro Quintana fue otra victima. Que como Luli pagó con su vida esta desatención de la obra social y sus "prestadores de salud".
No podemos permitir que la situación de vaciamiento de nuestra obra social -para cual nos descuentan el 3% mensual, y al que debemos sumar los famosos "coseguros"-y la destrucción de la contención de salud de sus afiliados se pague con la vida de una joven mama que murió al ir a parir a su tercer hijo.
La pérdida de nuestra compañera Luli Morena es y será irreparable. No sólo una familia quedó destruida, como sucede cada vez que se pierde a un ser querido, sino que a esta tragedia se le suma la frustración e impotencia de pensar (o saber) que podría haber sido evitada.
Decimos que podría haber sido evitada porque Luli Morena llevó, hasta que se lo permitieron, el control de su embarazo con el mismo médico que la atendió en sus dos partos anteriores. Con su embarazo ya avanzado, se enteró de que la obra social de prensa OSTPBA, dejó de abonarle al Centro Gallego (donde era atendida por su profesional de confianza) de modo que Luli debió recurrir al único lugar con disponibilidad, según le informaron en la obra social: el sanatorio Güemes.
Así sucedieron los hechos: Luego de muchas idas y vueltas Luli acordó con su obstetra una cesárea programada para el día 23 de enero, a las 9, porque le habían indicado que por el tamaño del bebé debían hacer la intervención. Esta idea la sostuvo ya que había realizado una interconsulta con otra médica. Cuando llegó al Sanatorio Güemes, donde finalmente perdió la vida, el médico que la recibió decidió que estaba en condiciones de tener a su bebé por parto natural. Emma nació alrededor de las 17, luego de unas cuantas horas de trabajo de parto, un rato después falleció Luli, por el "descuido" de los "profesionales" que la atendieron? La familia, que el miércoles 28 de enero participó de la asamblea que realizamos en el diario, además de aportar datos de esta muerte evitable, mostró su intención de llevar a cabo la denuncia en la comisaría correspondiente e iniciar una demanda por "mala praxis" contra este lugar, el médico, y la obra social, que debía velar por su salud.
Nosotros, sus compañeros y compañeras, creemos que tenemos el deber de acompañar la acción de la familia para que expliquen los involucrados, cómo una mujer de menos de 35 años, con tres hijos, sin ningún problema de salud y controlada durante todo el embarazo puede morir, en 2009, por sólo parir a su hija.
No podemos dejar que la muerte de un ser humano nos pase de largo. Hagamos lo que debemos. Como dijimos, la pérdida es irreparable, pero actuemos porque sí existen responsables en la muerte de Luli, y no podemos quedarnos de brazos cruzados.
Luli dejó tres hijos, un marido, una hermana, una madre, amigos a granel y compañeros que a pesar de su insistencia por pasar desapercibida en la redacción, la conocimos y pudimos ver su belleza. Entre otras cosas, Luli también era SamanthA.
SamanthA era antipoetisa, periodista de espectáculos, relataba las vidas tristes de las vedettes glamorosas en un diario argento muy popular. Publicó dos libros con varias ediciones; colaboraba en Poesía Urbana y recitaba sus antipoesías en sitios como: Kasa las estrellas, La Sala, El surco, la FLA, Sexto Cultural, Asamblea de Flores, Feria del libro independiente, esas cosas la hacían vibrar...
Asamblea de Trabajadores de Prensa Diario Popular
Foto: Poesía Urbana