domingo, 22 de febrero de 2009

"Ciudadano Kane", en apuros

Murdoch y la prensa estadounidense acusan su peor crisis
"Sólo hay una persona que puede decidir lo que voy a hacer, y soy yo mismo". La cita proviene de Ciudadano Kane, la película de Orson Welles inspirada en William Randolph Hearst, el todopoderoso magnate de la prensa estadounidense de principios del siglo XX. Si Welles la rodara ahora seguramente se inspiraría en Rupert Murdoch, el dueño de News Corp, el mayor grupo de medios de comunicación del mundo, pero tal vez no pudiera poner esa frase en su boca.
El empresario de origen australiano ya no sabe lo que hacer para frenar el deterioro de las finanzas de su grupo. News Corp, que posee cabeceras como The Sun, New York Post o The Wall Street Journal, acaba de anunciar unas pérdidas récord de 6.400 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2008. Ni los sucesivos planes de ajuste ni su apuesta por Internet, con la compra de la red social MySpace en 2005, le han servido de mucho.
Pero Murdoch no está solo en el callejón oscuro de la prensa estadounidense, que vive su peor crisis desde la Gran Depresión de los años treinta, la que acabó con el imperio Hearst. Las editoras New York Times Co, Gannett y McClatchy -entre las tres suman 135 diarios-, han visto caer sus ingresos el 13%, el 16% y el 18%, respectivamente en 2008. Y pronostican mayores caídas para este año. El 60% de su publicidad corresponde a firmas del automóvil, cadenas de distribución, bancos e inmobiliarias, que no están para derroches.
The New York Times (NYT) anunció el viernes que no repartirá dividendo a sus accionistas, que han perdido el 82% de su inversión el pasado año. Asfixiado por la deuda, el emblema de la prensa liberal estadounidense hipotecó su sede, ha tenido que doblegarse e incluir publicidad en su portada -rompiendo una de sus tradiciones más queridas-; y acaba de aceptar un préstamo de 250 millones de dólares del multimillonario mexicano Carlos Slim, que además es el segundo accionista, amenazando el liderazgo de la familia Sulzberger, dueña tradicional de esa compañía.
Todos tienen en mente el precedente de Tribune Company, el segundo mayor grupo de periódicos de EE UU, propietario de The Chicago Tribune y Los Angeles Times, que se declaró en bancarrota en diciembre.
Las recetas para escapar de la crisis son variadas. Las más recurrentes son los recortes de plantilla y de costes, y la venta de activos. Se estima que un 10% de los 50.000 periodistas que trabajan en cabeceras diarias han perdido su empleo en 2008. McClatchy ha puesto en venta su principal diario, The Miami Herald, ha suspendido el dividendo y ha congelado los planes de pensiones. Gannett, dueño de USA Today, el diario de mayor circulación en Estados Unidos, ha pedido a sus 31.000 empleados que tomen una semana de vacaciones sin sueldo.
Internet se plantea como una solución, pero por ahora, también forma parte del problema. Aunque el acceso a las noticias se esté trasladando a las webs, la competencia de las marcas nacidas de la Red por ese pastel publicitario es feroz y exitosa. Aunque afectada por la crisis, Google batió su récord de ingresos y beneficios en 2008 (6.632 millones de dólares) y podría engullir a todos los grandes dinosaurios de la prensa como presumió su consejero delegado. "Podemos comprar diarios pero eso no solucionaría su problema. La gente ama las noticias, las discute, las copia, las envía. Internet ha hecho las noticias más accesibles. El problema está en la publicidad y el coste mismo del periódico: imprimirlo, distribuirlo, etcétera. Y lo cierto es que el modelo de negocio se está estrechando", señaló Schmidt en la revista Fortune.
Los medios se han volcado en la web con inversiones millonarias, pero el retorno es insuficiente. En el caso de NYT, los ingresos de su edición digital sólo representan el 12% del total. Todos miran a iTunes, el servicio de Apple a través del que vendió 2.400 millones de canciones el año pasado. "Necesitamos un iTunes para la prensa", clamaba en un artículo David Carr, periodista de NYT. La palabra de moda entre los editores son los micropagos: en lugar de abonar una suscripción, ofrecer pequeños contenidos diferenciados en la web (animaciones, imágenes, informes...) al precio de una canción, y romper así el modelo del gratis total que se ha extendido irremisiblemente en Internet.
Otros dicen que la apuesta es la calidad. Y la diferenciación. Como el diario Politico, posiblemente el único proyecto completamente rentable en Internet, que lideró la opinión del país en la campaña presidencial. Mientras los popes de la prensa escrita repetían los ampulosos discursos de Obama del día anterior, Politico destapaba sin rubor historias como las casas que poseía John McCain o el millonario guardarropa de Sarah Palin. Newsweek, el segundo semanario de EE UU, va aplicar una medida anticíclica: duplicar el precio de la suscripción. Quiere conservar sus mejores lectores y ofrecerles opinión e historias distintas y elaboradas. No dará cobertura a los grandes eventos de la semana. "Si no tenemos algo original que decir, no hablaremos de ello", dijo Jon Meacham, el director.
Y si Ciudadano Kane gira en torno al significado de la palabra "Rosebud", los editores de todo el mundo también quieren resolver el Rosebud de la prensa escrita.

Foto: Danel Acker, Bloomberg News
Fuente: Diario El País

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