martes, 2 de octubre de 2007

Malas relaciones...

Por Andrés C. D´Alessandro de IPYS
Aún no se sabe quién será el candidato del oficialismo en las elecciones presidenciales. Y aunque era indudable que el presidente Néstor Kirchner buscaría ser reelegido, él mismo ha deslizado la duda sobre su candidatura, ya que la Primera Dama y senadora, Cristina Fernández, se pasea por varias metrópolis con el cartel de futura jefa de Estado. A pesar de ello, según los analistas, nada podrá confirmarse hasta mediados de año, y pocos dudan de la derrota oficialista.
Esto conlleva a otra certeza: no cambiará la relación conflictiva entre el gobierno y los periodistas. Es más, quizá empore.
Los ataques verbales del Presidente a la prensa son habituales, e imitados por algunos de sus ministros y voceros. Durante 2006, por diversas causas, las acusaciones y críticas del jefe de Estado hacia los medios fueron constantes: una especie de política gubernamental que para muchos analistas esconde intenciones oscuras.
Por ejemplo, durante un acto en la Casa Rosada, Kirchner afirmó que la prensa tiene "poca calidad intelectual" y "defensa corporativa" y pidió a los periodistas que "además de pedir libertad de expresión, la ejerzan independientemente de lo que piense el dueño del medio en el que trabajan". "Estudien, investiguen, lean, prepárense", disparó el Presidente, molesto por las críticas recibidas a su intento de dotar al Jefe de Gabinete de Ministros de poderes para distribuir a su criterio el presupuesto nacional.
Por su parte, Cristina Fernández de Kirchner, en defensa del mencionado proyecto, denunció: "Debo decir que hay censura de prensa. Somos censurados por los periodistas que publican la parte de los discursos que sirven a los discursos que ellos construyen y crean”. Según ella, ningún medio reflejó que las facultades exigidas por el Poder Ejecutivo ya estaban contempladas en el marco jurídico de varias provincias. Para Fernández "es casi imposible debatir con esta metodología" ya que "muchas veces se confunde oposición con oponerse y obstruir, y se confunden los roles de quienes deberían difundir honestamente las posturas de lo que decimos acá adentro. Así, no tenemos prensa, sino que tenemos una oposición que no fue votada", puntualizó.
Una semana después, la senadora calificó a los medios de "oposición no votada" que enfrenta al Poder Ejecutivo. En su discurso, acompañado por recortes y apuntes periodísticos, la Primera Dama atacó a los columnistas del diario La Nación (Joaquín Morales Solá, José Ignacio López y Adrián Ventura); al del diario Clarín, Julio Blanck; a la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y al Foro de Periodismo Argentino (FOPEA). "Es curioso. En la República Argentina uno puede hablar de todo, de los políticos, de los empresarios, de los militares, de los sacerdotes, de las costureras [...], de cualquier cosa, menos del periodismo", señaló.
Es evidente que la prensa está en la mira de Kirchner. Que forma parte de una estrategia basada en el enfrentamiento con el resto de poderes de Estado. Ausencia de conferencias de prensa y entrevistas (salvo amigables excepciones), escasa participación de funcionarios y ministros en los medios (previa autorización del propio Presidente), cuestionamientos públicos con nombre y apellido, discriminación en el ingreso al avión presidencial y manejo discrecional de la pauta oficial, son algunas de las prácticas habituales denunciadas, oportunamente, por las organizaciones defensoras de la libertad de prensa y representantes de los periodistas en el país y en el extranjero.
Asimismo, otra práctica habitual es la extorsión a empresas privadas para que quiten de su pauta publicitaria a los programas de determinados periodistas. Además, en el último año, hubo una “limpieza” en los medios estatales de periodistas considerados opositores. Ya sin “enemigos” en la radio y TV del Estado, con gran parte de la prensa dependiente de una pauta oficial que se distribuye en forma discrecional, con los equipos de investigación de los medios alejados de la fiscalización al gobierno, la última escalada de agravios y presiones parece estar ingresando peligrosamente en las prácticas de los regímenes autoritarios.
Hace poco, un informe de la ONG Freedom House reveló que, en el marco de un “retroceso de la libertad de expresión en el mundo”, se destaca Argentina debido a las acciones del Gobierno y a las condiciones de inseguridad".
Por tanto, en lo que queda del año, el panorama para la libertad de prensa se vislumbra desfavorable. Una carta del jefe de gabinete, Alberto Fernández, publicada en un diario nacional, aclaró cómo es y seguirá siendo la política de los Kirchner: “los medios están en retirada y ya no tienen el peso de antes”.

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