Recambio de cúpula policial en Santa Fe (y van...)
La provincia de Santa Fe encabeza hace varios años el "ranking" de policías asesinas del país. Proporcionalmente a la cantidad de habitantes del distrito, registra el índice mayor de asesinatos por gatillo fácil y en comisarías. Este año, además, logró el record de cambios de mando, al consagrar cuatro jefes de policía desde agosto de 2006. Cada recambio, a su vez, se produjo en el marco de fuertes escándalos por la eternamente comprobada participación policial en delitos gravísimos. Hace años que se reiteran las evasiones de presos que "arreglan" su fuga y que se conoce la existencia de pistas clandestinas de aterrizaje en los departamentos del norte de la , donde llegan avionetas desde Paraguay con cargas de cigarrillos y drogas. Son recurrentes las denuncias de la justicia federal rosarina sobre la connivencia de policías con el tráfico y la comercialización de estupefacientes y las denuncias de corrupción.
El 13 de agosto de 2006, la echada fue la comisaría Leyla Perazzo, después de la fuga de un narcotraficante, "King Kong", de la Alcaidía de Policía de Reconquista. La reemplazó el subjefe Jorge Pallavidini, que más que legajo tenía prontuario, y que con la excusa de haber cumplido 30 años de servicio fue reemplazado el 20 de febrero de 2007 por Gabriel Leegstra. Esta semana, el ministro de gobierno Roberto Rosúa le exigió la renuncia a Leegstra, debido a la incomodidad que causaron al gobernador ciertas declaraciones que hizo el comisario sobre la investigación que se sigue contra el ex jefe de Drogas Peligrosas de Rosario, comisario Alejandro Franganillo. En su reemplazo asumirá el Comisario General Ricardo Daniel Cáceres, quien se venía desempeñando como sub-jefe provincial de la fuerza.
Más allá de que, como decimos siempre, si las purgas o descabezamientos de cúpulas sirvieran para algo más que lavarse la cara ya nos hubiéramos enterado a esta altura de los permanentes recambios, veremos cuánto dura el nuevo jefe, y cuando llega el próximo escándalo. Mientras tanto, como en todo el país, pero más desfachatadamente, la policía de Santa Fe seguirá cobrando coimas para asegurar a ciertos presos alojamiento más confortable; participando en ilícitos de todo tipo, especialmente el narcotráfico; cometiendo exacciones ilegales; estafando al erario público con el tráfico del combustible para los patrulleros; administrando el cuatrerismo en el norte de la provincia, igual que la pesca ilegal y la venta de medicamentos "truchos"; amparando, pago mediante, a los “arbolitos” (vendedores ilegales de moneda extranjera), a los lugares de venta de ropa de marca, DVD y CD falsificados, por ejemplo frente mismo a la Comisaría Primera de Santa Fe; protegiendo hoteles que funcionan ilegalmente como moteles y capitalistas del juego clandestino, explotando la prostitución, incluso de menores, los desarmaderos de autos, o haciendo zonas liberadas para los piratas del asfalto.
De un informe de la CorRePI