Manifestamos y solicitamos
Señor Fiscal,
Jorge Eduardo Rulli, titular del DNI XXXXXXXX, con domicilio real en la Calle Rondeau XXX de la localidad de Marcos Paz, de la Provincia de Buenos Aires, con el patrocinio letrado del Doctor Osvaldo Rafael Fornari, inscripto en el Tomo XX, folio XXX del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, con domicilio procesal en Avenida Corrientes XXXX, séptimo XXX – sede donde constituyo domicilio -, al Señor Fiscal, conforme corresponda en derecho, respetuosamente me presento y manifiesto:
En mi carácter de ciudadano argentino, integrante del GRR Grupo de Reflexión Rural, ejercitando derechos contenidos en el artículo 41 de la Constitución Nacional, s.s y concordantes, como así también, la legislación dictada en su consecuencia, y visto la legítima y justificada preocupación de los vecinos de San Lorenzo de la que he tomado conocimiento, vengo a formular esta denuncia, anexando a sus efectos, diversa documentación, material fílmico que en foja separada se detallan.
En tal sentido, deseo manifestarle que motiva esta presentación la enorme inquietud del Grupo de Reflexión Rural (GRR) por las consecuencias del vertiginoso crecimiento de los cultivos de la soja y del maíz RR, aunado a la masiva deforestación de bosques y montes nativos y a la desaprensión con las que se realizan las fumigaciones aéreas y terrestres, que acompañan esos cultivos, y que afectan gravemente la salud, la vida humana y el medio ambiente, cuestiones que desarrollamos a continuación.
La creciente expansión de los monocultivos de soja y de maíz RR que este año alcanzarán las veinte millones de hectáreas, ha barrido con los cinturones verdes de producción de alimento que rodeaban los pueblos y que eran una natural barrera para los impactos de la agricultura industrial. Estos corredores verdes estaban generalmente constituidos por montes frutales, criaderos de animales pequeños, tambos y chacras de pequeños agricultores. Ahora los monocultivos llegan a las primeras calles de las localidades y las asperjaciones de venenos propios de los paquetes tecnológicos que acompañan a los monocultivos, a través de fumigaciones aéreas o terrestres, impactan en forma directa e inmisericorde sobre las poblaciones.
Las máquinas fumigadoras se guardan y se lavan dentro mismo de las zonas urbanas contraviniendo toda norma de prevención, los aerofumigadores suelen decolar de los aeroclubes de las propias localidades y cruzan los pueblos chorreando venenos cuando se dirigen o cuando retornan de sus objetivos sin que la autoridad municipal haga nada para impedirlo. Los granos se almacenan - por razones de comodidad de los cerealeros y sojeros- en enormes silos ubicados generalmente en zonas céntricas de los pueblos, y diseminan con el venteo de los granos partículas tóxicas que afectan el corazón de las pequeñas urbanizaciones.
La agricultura industrial de la soja ha devenido en sinónimo de desmontes, degradación de suelos, contaminación generalizada de las napas, degradación del medio, destrucción de la Biodiversidad y expulsión de poblaciones rurales. Sin embargo, puede haber consecuencias aún mucho más horrendas
Creemos haber descubierto los elementos necesarios para confirmar una vasta operatoria de contaminación sobre miles de poblados pequeños y medianos de la Argentina. Se esta configurando una catástrofe sanitaria de envergadura tal, que nos motiva a imaginar un genocidio impulsado por las políticas de las grandes corporaciones y que solo los enormes intereses en juego y la sorprendente ignorancia de la dirigencia, logran mantener asordinado. El cáncer se ha convertido en una enfermedad masiva y generalizada en miles y miles de localidades argentinas, derivada de las irracionales condiciones de producción del actual modelo agrícola alentado por los agronegocios.
Sin embargo, existen situaciones más agudas todavía, que son la consecuencia natural del modelo de agriculturización industrial y cuyos impactos resultan aún más devastadores. Nos referimos a las caravanas de decenas de miles de camiones cargados de porotos de soja y de maíz, que cruzan los pueblos ribereños hacia los puertos del Río Paraná, dejando a su paso regueros de muerte en las poblaciones que viven a orillas de las rutas, sin soslayar la “contribución” del transporte a las emanaciones de dióxido de carbono mientras se pretende aumentar aún más la producción de oleaginosos como agrocombustibles para contar con energía limpia.
Existe entre esas poblaciones un pueblo emblemático por su historia y por su actual crucifixión, en la medida en que ha sido elegido por diversas corporaciones para situar sus silos de almacenaje y sus puertos privados para la exportación de las cosechas argentinas hacia los mercados internacionales.. Nos referimos a la histórica localidad de San Lorenzo en la provincia de Santa Fe, justamente el lugar donde en territorio argentino, San Martín diera la primera batalla contra el imperio español en Suramérica.
El pasaje de miles de camiones por las calles del pueblo en un tráfico incesante preocupó en un principio a los vecinos en la medida que las vibraciones comenzaron a afectar las estructuras de las casas además de perturbar absolutamente la vida social de la comunidad. Sin embargo, a poco se dieron cuenta que los riesgos eran infinitamente mayores que la pérdida del valor inmobiliario o el deterioro de los muros de sus viviendas. No demoraron en advertir que los casos de cáncer y las enfermedades terminales se registraban con pavorosa multiplicidad a lo largo del recorrido de las caravanas y que no eran sino las consecuencias del venteo natural de los agro tóxicos que los camiones iban dejando a lo largo de su marcha. Si le sumamos a ello las emanaciones propias de los grandes silos ubicados en las inmediaciones de las viviendas y algunos accidentes graves habidos en esos mismos silos, accidentes que desparramaron contaminación y muerte por doquier, más la despreocupación y desidia de las autoridades municipales de San Lorenza, reacias a reconocer la existencia misma del problema angustiante que moviliza a los vecinos, y aún peor todavía, inclinadas a reprimir las manifestaciones de denuncia y de protesta, lo que tenemos es una situación explosiva desde el punto de vista social y sumamente crítica desde el punto de vista jurídico por ausencia manifiesta de respuesta a los justos reclamos de los habitantes del lugar.
Nosotros como GRR no pretendemos reemplazar la voz de los vecinos de la localidad de San Lorenzo sino tan solo ser apenas un instrumento, un vehículo para lograr interesar a la Fiscalía ambiental de la República en una situación de grave daño ecológico y de agresión a la salud, situación que consideramos sumamente grave, donde además, estimamos se sufre una ausencia manifiesta de justicia y en la que al menos una de las letradas a cargo de las actuaciones, la Doctora Norma Tenaglia, ha sufrido importantes presiones psicológicas y amenazas a su seguridad. Los vecinos de la localidad de San Lorenza han sabido exponer con solvencia sus propios problemas en distintos medios radiales y televisivos, sin embargo esto ha sido insuficiente para frenar las constantes agresiones que sufren en su vida cotidiana y, fundamentalmente, en su salud. Solicitamos por todo ello de la Fiscalía que atienda esas voces y que les proporcione el camino más conveniente para obtener justicia ante estos reclamos.
Va de suyo, Sr. Fiscal, que todo este contexto de referencia, amerita según nuestro leal saber y entender, una seria, sensata e ineludible investigación por la presunta comisión de delitos penales. Estimamos que un primer hilo conductor estaría dado por la presunta infracción al Art. 200 del Código Penal, en este caso agravado además, por el resultado, toda vez que de los antecedentes que se acompañan surgiría que se han precipitado muertes de vecinos de la localidad de San Lorenzo por vía directa o indirecta. De las demás constataciones que pudiera el Sr. Fiscal llevar a cabo, bien podría descubrirse otros delitos conexos como por ejemplo incumplimiento de los deberes de funcionario publico etc. etc. Asimismo, de los antecedentes que se acompañan y visto las presiones que estaría sufriendo la Dra. Tenaglia, “prima facie” no seria aventurado conjeturar que la citada profesional bien podría estar siendo sujeto pasivo de un delito de coacción sutilmente entretejido, por todos aquellos vinculados con los criminales intereses que informan a quienes que se ven beneficiados con las enormes ganancias, que generan los agronegocios
Le ruego proveer de conformidad
Será justo
Jorge Eduardo Rulli
Doctor Osvaldo R. Fornari