domingo, 2 de diciembre de 2018

“100 días para enamorarse” fue una ficción que dialogó con el público

Por: Pablo Culell, Director de Contenidos y Producción de Urderground ProduccionesCreo que ahí está la explicación primordial de su éxito, más allá de sumar una gran historia creada por Sebastián Ortega, y excelentes libros desarrollados por el equipo autoral, que nos acompaña hace años, formado por Korovsky-Fredjkes y Quesada, un elenco de grandes figuras que cualquier productor soñaría tener, y un gran trabajo de dirección (Ardanaz y Ambrosini), más la notable producción, y realización artística general, del equipo de Underground y Telefe, esta comedia romántica tuvo la virtud de ser oportuna en su planteo temático y fiel reflejo de su época, lo que logró una identificación directa con la audiencia (principalmente mujeres de 25 a 50 años, aunque atravesó todas las franjas de composición de público, de manera compacta, y captó al target masculino, lo que por lo general solo sucede en los grandes éxitos de la TV abierta de prime time).

Mujeres emponderadas, y al mismo tiempo de carne y hueso, preocupadas por su familia, sus trabajos, su contexto social, y también por los achaques típicos de la joven madurez, pero sin dejar de sentirse seductoras, y con fuerza para marcarse un nuevo destino.

Hombres que no estaban por encima de las mujeres, sino a su lado, con las problemáticas de los cuarentones, con mucho por vivir, pero en una época del patriarcado, afortunadamente, en crisis. 

Jóvenes que ya no se cuestionan su sexualidad como un conflicto tabú, sino que imponen sus deseos, y enseñan a los adultos a vivir con mayor libertad.

El tamiz del humor y la ironía convivió con el debate de los temas actuales que la sociedad argentina comentaba en la mesa familiar, como lo hacían los personajes, como sucediera  con el aborto. Otros temas fueron visibilizados, como la transición de género, y la educación sexual en las escuelas. Todo sucedía aquí y ahora, y siempre, sin perder el noble oficio de entretener.

Nada hubiera sido posible si no contábamos con uno de los mejores elencos que la TV argentina pudo reunir en años. El talento y el carisma de Carla Peterson y Nancy Dupláa (todas las mujeres quisieron ser sus amigas). Acompañadas por esos dos grandes actores populares como lo son Juan Minujín y Luciano Castro. Sumados a la gran Jorgelina Aruzzi, Juan Gil Navarro, Pablo Rago, entre tantos otros maravillosos intérpretes. Y la revelación, sin dudas, de Maite Lanata, que convirtiera a su “Juani / Juan” en el personaje del año.

Extrañaremos esta ficción que sin dudas marcó, y acompañó, a una época de transformación en los contenidos televisivos y en la sociedad argentina

Y nosotros, como productores, extrañaremos a un programa que nos llenó de orgullo y entusiasmo. 
Fuente: Diario Perfil

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