El fomento de un "clima del miedo" entre los periodistas por parte de Gobiernos y grupos armados ha sustituido a métodos clásicos como la censura como la principal táctica para acallar a la prensa en el mundo, denunció hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
La organización asegura en su informe "Ataques a la prensa en 2008" que los asesinatos de periodistas en Latinoamérica, la copia del modelo chino de control de la prensa y las amenazas en Oriente Medio a la independencia de canales de televisión por satélite son varios de los elementos que alimentan este nuevo "clima de miedo".
El Comité, que trabaja desde hace casi 30 años en defensa de la libertad de información, recordó que 41 periodistas perdieron la vida ejerciendo su profesión en 2008, lo que supone un descenso del 37% respecto al año anterior, cuando se documentaron 63 muertes.
Un 70 por ciento de estas muertes fueron asesinatos deliberados, según el documento presentado en la sede de las Naciones Unidas.
Además, 125 periodistas fueron encarcelados, dos menos que en 2007, y casi la mitad de estos son profesionales que trabajan en medios de Internet.
Los autores del informe de 341 páginas, que cuenta con un prólogo del periodista Carl Bernstein, hacen una mención especial a la grave situación de los profesionales de la prensa en Latinoamérica.
"Poderosos narcotraficantes en México, gángsters en las favelas brasileñas, paramilitares en Colombia y bandas criminales violentas en El Salvador y Guatemala aterrorizan a la prensa", advierten.
El resultado es que "los asesinatos, secuestros y agresiones han causado una autocensura generalizada en Latinoamérica", agregan.
También recuerdan que Cuba sigue siendo, con 21 periodistas en prisión, el país con más profesionales de la información encarcelados, solamente superado por China.
Bernstein señaló en la presentación del informe que métodos clásicos empleados todavía por Gobiernos como el de Cuba para suprimir la libertad de prensa han sido sustituidos en otras partes por tácticas menos ortodoxas, pero igualmente efectivas.
"Las grandes amenazas hoy en día contra la libertad de prensa son más insidiosas que las que se afrontaban en anteriores generaciones porque intentan inducir un clima de miedo y autocensura a través de la violencia sistemática y los arrestos de aquellos que practican el periodismo verdadero", apuntó.
Los periodistas en países en desarrollo que afrontan este "clima de miedo" demuestran "un heroísmo que los que trabajamos en Washington, Londres, París o Montevideo no tenemos necesidad de mostrar", indicó el veterano reportero, que junto a Bob Woodward destapó el escándalo Watergate.
El director ejecutivo del CPJ, Joel Simon, destacó que la celebración en 2008 de los Juegos Olímpicos de Pekín no contribuyó a distender el férreo control de la prensa que ejerce el Gobierno comunista chino.
Al mismo tiempo, advirtió con alarma que países como Birmania (Myanmar), Vietnam e incluso Tailandia han seguido el modelo chino de restricción de acceso a Internet y también castigan a quienes tratan de burlarlos.
En Oriente Medio, un nuevo acuerdo amenaza la independencia de los canales de televisión por satélite que se han convertido en la última década en la principal fuente regional de información no tamizada por las autoridades, indicó.
Simon atribuyó el descenso de las muertes de periodistas a la reducción de la violencia en Irak, a pesar de que el país árabe fue por sexto año consecutivo el lugar más peligroso del mundo para los periodistas.
"Los once periodistas muertos en Irak (en 2008) siguen siendo a todas luces una cifra extraordinariamente alta", valoró.
Recordó que los militares estadounidenses han matado a 16 periodistas desde la invasión de 2003 de esa nación y que las circunstancias en que se han producido esos incidentes, pese a que no parecen deliberados, siguen sin aclararse satisfactoriamente.
A la violencia ejercida por Gobiernos y grupos armados se suma un deterioro de los marcos legales en los que los periodistas desempeñan su labor.
Esos cambios han permitido un aumento "espectacular" de los encarcelamientos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 y del posterior inicio por parte de Washington de la "guerra contra el terrorismo".
"Esas acciones envalentonaron a los Gobiernos autócratas que justifican los encarcelamientos mencionando vagas razones de seguridad", agregó.
Fuente: EFE