No es casualidad que un equipo de televisión italiana eligiera Entre Ríos y en particular la localidad de San Salvador para realizar un informe sobre el daño que provoca el glifosato en la salud de las personas.
“San Salvador es un lugar paradigmático en cuanto a contaminación”, explicó Patricio Eleisegui, periodista y escritor, que oficia como guía y hombre de consulta para los reporteros extranjeros, que intentar contar qué pasa en las tierras donde se cosecha la soja que se consume en Italia.
Eleisegui es autor del libro “Envenenados, una bomba química nos extermina en silencio”, que lleva en tapa la imagen de Fabián Tomasi, el trabajador de Basabilvaso que ha dado testimonio con sus padecimientos físicos sobre las daños que provoca el glifosato y cuya imagen ha recorrido ampliamente redes sociales y medios del mundo. El caso de Tomasi, justamente, se conoció a través del libro de Eleisegui.
A raíz de “Evenenados…”, la producción del programa televisivo italiano “Le Lene” (“La Hiena”, en italiano, una versión del clásico CQC, que se emite por el canal Italia 1), se contactó con el escritor para avanzar en una investigación periodística sobre la incidencia de los agrotóxicos en la salud de las personas y los problemas que se padecen en Argentina en ese sentido.
Por la experiencia y la información recogida en su libro, Eleisegui orientó a los visitantes hacia Entre Ríos y en particular a San Salvador, en principio “por los altos indicadores de enfermedades como el cáncer, vinculadas a la utilización de herbicidas como el glifosato”, explicó el periodista en diálogo con este sitio.
En este momento la Municipalidad de San Salvador publica los resultados de estudios realizados por la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Nacional de La Plata motorizados a raíz de la movilización popular fundada en los crecientes casos de cáncer en la población y el temor creciente por la contaminación en suelo, agua y aire.
Policías en acción
El sábado pasadas las 2 de la madrugada el equipo de producción de Le Lene, junto con Eleisegui, llegó a San Salvador. Se hospedaron en el Hotel 3 de Febrero de esa ciudad y por la mañana comenzaron con la tarea, ahora también acompañados por Andrea Kloster, una vecina de la ciudad con fuerte participación entre los vecinos autoconvocados frente al drama de la contaminación por agrotóxicos.
Recorrieron campos, hablaron con algunas personas y también hicieron una suerte de prueba: poner el micrófono ante vecinos que encontraban en la calle para preguntarles sobre el tema. El resultado, asegura Eleisegui, fue asombroso.
“Todos sabían del tema, pero por tener un familiar o un conocido con cáncer y todos sabían que estaba vinculado al glifosato”.
El periodista dice que casi de inmediato se dieron cuenta de una presencia policial permanente. “A 60 o 100 metros, pero estaban, todo el tiempo”, señaló el escritor.
Investigamos el cáncer en San Salvador, Entre Ríos. Nos mandan policía que nos intercepta. Y pide datos en el hotel pic.twitter.com/wvFv8F8Qot— Patricio Eleisegui (@Eleisegui) 3 de julio de 2016
Este sábado también el convoy de investigación salió a recorrer campos de arroz por caminos vecinales. Estaban en esa tarea, cuando se cruzan con dos autos que metros más adelante se detienen. Sus ocupantes, pudieron observar, fotografiaron los vehículos.
“Ahora están llamando a la policía, me dijo Andrea Kolster y me anticipó que de momento a otro iban a aparecer”, narró Eleisegui. A los diez minutos llegó el patrullero y pidió explicaciones a los periodistas sobre la tarea que estaban realizando. La excusa, implementada por los uniformados, fue las frecuentes denuncias en la zona por cuatrerismo.
El accionar de la policía provincial no se limitó a vigilar a los periodistas e interceptarlos con preguntas inapropiadas. Cuando el equipo de producción volvió al hotel, recibió una información aún más preocupante que la presencia a distancia de los uniformados: la policía había estado en el lugar y se había llevado todos los datos personales de los visitantes. Vestían de civil y pertenecían a Investigaciones, les dijeron.
Este domingo, otra vez, la policía estuvo siguiendo de cerca la tarea periodística. Esa presencia permanente e intimidatoria, será referida y retratada en un canal de televisión italiano.
Eleisegui denunció la situación por redes sociales y en diálogo con este sitio reconoció que “me llamó mucho la atención, claramente fue una situación de marcarnos que no teníamos libertad absoluta de movimiento. Este trabajo tiene estas situaciones, pero el hecho de tener una custodia así, por decirlo de alguna manera, era preocupante”, señalo el periodista y analizó que “cuando vieron que filmábamos las arroceras, se ve que alguien se puso nervioso”.
Fuente: Entre Ríos Ahora