Según informó Radio Nacional Salta, la mujer se comunicó por teléfono con la periodista refiriéndole una columna de opinión de su autoría, publicada en 2009 en la versión digital de Nuevo Diario de Salta, en la que se detallaban las pruebas que incriminan a los hermanos Delfín y Raúl “Ula” Castedo en el crimen de la productora rural, cometido el 21 de septiembre de 2006 en Salvador Mazza.
La periodista Elena Corvalán puso en conocimiento de la Fiscalía Federal N° 1, a cargo de Eduardo Villalba, haber recibido correos electrónicos y llamadas telefónicas de una persona que se identificó como Viviana y dijo ser “la mano derecha de Delfín Castedo”, el sindicado jefe narco que está detenido investigado por narcotráfico y como presunto autor intelectual del asesinato de la pequeña productora rural Liliana Ledesma.
Tras contactarse primero vía correo electrónico, sin dar su identidad, Viviana se comunicó por teléfono con la periodista refiriéndole una columna de opinión de su autoría, publicada en 2009 en la versión digital de Nuevo Diario de Salta, en la que se detallan las pruebas que incriminan a los hermanos Delfín y Raúl “Ula” Castedo en el crimen de la productora rural, cometido el 21 de septiembre de 2006 en Salvador Mazza.
“Yo te necesito, pero estás equivocada”, le dijo Viviana a la periodista en una charla en la que le planteó que publicara una información en la que se afirma que Ledesma era narcotraficante y fue asesinada en una pelea entre narcos, lo que dijo que consta en un expediente radicado en Bolivia, con declaraciones de un detenido (ya fallecido). Además, al finalizar le dijo “Vos tenés que publicar la verdad”.
La causa por la denuncia de Corvalán fue caratulada “Autores a establecer s/amenazas”, expediente 18559/16, quedó radicada en el Juzgado Federal Nº 2, a cargo del juez Miguel Medina.
Cabe recordar que en 2006 trabajadores de radio Noticias y Nuevo Diario que investigaban el crimen de Ledesma recibieron amenazas de muerte vía correo electrónico.
En la sesión de la Cámara de Diputados de hoy, miércoles 14, los legisladores Ramón Villa, Claudio del Plá y Lucas Godoy expresaron su solidaridad con la periodista Elena Corvalán.
Fuente: Radio Nacional Salta
Amenaza a periodista salteña por investigar un asesinato
La periodista Elena Corvalán denunció haber recibido amenazas por su investigación sobre el asesinato de Liliana Ledesma y las conexiones con el poder político de la provincia de Salta. La denuncia se basa en correos electrónicos y llamadas telefónicas.
Liliana Ledesma pequeña productora del norte asesinada y Delfín Castedo que hoy está preso |
La denuncia de las amenazas hecha por Corvalán fue caratulada “Autores a establecer s/amenazas”, expediente 18559/16 y quedó radicada en el Juzgado Federal Nº 2, a cargo del juez Miguel Medina.
Hasta el 24 de noviembre, “Viviana”, quien le dijo a la periodista que forma parte del estudio de abogados que defiende a Delfín Castedo, la “invitó” a encontrarse para entregarle una supuesta información sobre la causa que llevaría a conocer “la verdad”.
Según sus dichos, Liliana Ledesma murió no víctima de un ataque dirigido a ella sino por una “pelea de narcos”. Dijo que esta versión tiene sustento en declaraciones de un detenido en el marco de una causa en Bolivia. Sin embargo, esta persona ya murió.
También le expresó a la periodista se había comprado un celular exclusivamente para comunicarse con ella. Ese día fue el último contacto con Corvalán, quien decidió realizar la denuncia.
En septiembre de 2006 Ledesma, productora rural, denunció que una finca cercana a la suya, en Salvador Mazza, era utilizada por narcotraficantes. Fue asesinada de seis cuchillazos, uno de los cuales le cruzaba la boca, un mensaje mafioso sobre “cómo pueden terminar quien se atreva a hablar”. En ese momento los trabajadores de radio Noticias y Nuevo Diario de Salta, que investigaban el crimen, recibieron amenazas de muerte por correo electrónico.
Tres años más tarde, en septiembre y octubre de 2009, el diario El Tribuno, propiedad de la familia del actual senador nacional por el PJ Juan Carlos Romero, publicó varias notas sobre el caso. Afirmaban que este asesinato era el resultado de un “ajuste de cuentas” entre narcotraficantes, un recurso clásico para equiparar a la víctima con sus asesinos.
El diario de Romero vinculó a Ledesma con el comercio de drogas ilegales, mientras se refería a los hermanos Delfín y Raúl Castedo, acusados de haber encargado este crimen y de actividades de narcotráfico, como productores rurales y de carbón vegetal. En su defensa, los “informes” los daba por “injustamente perseguidos”.
En octubre de ese mismo año la periodista Elena Corvalán escribió una nota titulada “Periodismo envenenado”, en la que con información disponible en la causa desenmascaró la acción de El Tribuno. Asimismo, estableció vínculos entre el Estado provincial y el crimen de la productora rural.
Algunos datos que publicó Corvalán y aclaran los hechos: Ledesma estaba enfrentada con Ernesto Aparicio, ex diputado provincial (fallecido en 2013), quien figuraba como propietario de la finca donde trabajaban los hermanos Castedo. Aparicio y los Castedo habían cerrado un camino vecinal e impedían el paso de los campesinos que vivían más al norte. Liliana Ledesma denunciaba este accionar y lo vinculaba con el narcotráfico.
Aparicio murió en 2013, pero su nombre resurgió en febrero de este año, ligado al narcotráfico. El camión que fue interceptado en Santiago del Estero por Gendarmería con 267 kilos de cocaína oculta en su carga está a nombre del ex diputado, alineado con Juan Carlos Romero, hoy senador nacional, en 2006 gobernador de la provincia de Salta y quien no se mostró muy colaborativo con la investigación del homicidio.
La madre de la víctima, Élida Romero, denunció que en el primer aniversario del homicidio el gobernador llegó a ofrecerle dinero a cambio de que dejara de insistir con la investigación.
Fuente: Comuna