A las aplicaciones de AM y FM en los celulares, al intercambio instantáneo entre quienes están de uno y otro lado del micrófono se agrega la globalización
Por: Ana Gerschenson
La radio como soporte mediático atraviesa una transformación vertiginosa. A las aplicaciones de AM y FM en los celulares, el intercambio instantáneo entre quienes están de uno y otro lado del micrófono a través de las redes sociales, se agrega la globalización, que hoy permite que una frecuencia se pueda escuchar en cualquier lugar del planeta.
Aunque algunos sostengan lo contrario, la radio es hoy más de lo que siempre fue. Conserva su magia intacta.
En el caso de Radio Nacional, su condición de radio pública conlleva responsabilidades adicionales. Más aún en estos tiempos de bisagra cultural que tiñe la vida de los argentinos.
La radio pública se había transformado en los últimos años en parte de un mecanismo de propaganda política al servicio del kirchnerismo, sin matices. Ya no.
De Tartagal a la Antártida. De Iguazú a Río Grande.
Radio Nacional es una red federal que comunica a la Argentina. Plural y profesional. Al servicio de todos.
Ahora mismo, en medio de una solitaria ruta patagónica, mesopotámica o cuyana, Radio Nacional es, en muchos casos, la única frecuencia que acompaña, que logra sintonizarse. Y en más de una emisora alejada de las ciudades centrales, como las que están emplazadas en el corredor cordillerano que va desde Malargüe hasta Río Grande, la radio funciona como comunicador vital entre los pobladores, como mensajero de buenas y malas noticias. Ejerce una función social, no comercial, y se convierte en un vaso comunicante indispensable.
Esta semana, en el aniversario del 25 de Mayo, el Cholo Gómez Castañón, quien conduce las mañanas de Nacional, transmitió para todo el país desde La Quiaca, y desde ese extremo maravilloso de la Argentina se comunicó con LRA 36, Arcángel San Gabriel, en la otra punta del mapa nacional, en la Antártida.
Desde que asumimos la dirección de RNA nos propusimos primero que vuelva a ser la radio de todos los argentinos y no de un sector político. Que al aire se informe, se debata, se polemice, se reflexione, pero que no se agreda a nadie. Que no se maltrate por pensar distinto.
La premisa es el profesionalismo, la diversidad de opiniones, de puntos de vista, la necesaria crítica al poder, pero siempre bajo el halo del respeto.
No es sólo un enunciado bonito, basta con sintonizar la AM870 en Buenos Aires y escuchar la radio.
Se podrá decir que tal o cual programa no gusta, pero no que la radio del Estado se confunde con una del Gobierno. Generamos una grilla con profesionales que ya formaban parte del aire de la radio en la anterior gestión, con periodistas nuevos, que se integraron a los trabajadores de planta de la radio.
Hoy se trabaja en un clima de equipo, con la camiseta de Nacional puesta, un pequeño gran logro en los días hipersensibles en los que navegamos los argentinos.
El sueño, el objetivo, es que Radio Nacional sea federal en sus contenidos, y que haya programas que se emitan desde cualquier rincón del país a toda la Argentina. Estamos trabajando intensamente en esa dirección.
En muchas emisoras del país nos hemos encontrado con situaciones de abandono en sus instalaciones, o con obras paralizadas.
Es cierto que se han cambiado transmisores viejos por nuevos durante la anterior gestión, aunque muchos hoy no funcionen, y que en la planta de Pacheco, a la que visité varias veces desde que asumí a fines de enero pasado, hay un transmisor de última generación. Es una muy buena base para comenzar a trabajar.
Ahora, no es menos cierto que hay emisoras, como por ejemplo la de Tucumán, con agujeros en los techos, la discoteca histórica descuidada en medio de un montículo de basura, literalmente, y equipo técnico arrumbado, en total deterioro. O la de Mendoza, literalmente demolida. Y varias más. Basta con viajar y ver.
Acá no se trata de anotar goles discursivos. La pelea no es sobre la supuesta perfección ni sobre la absoluta equivocación de lo que se hizo.
El trabajo que llevamos adelante, y escribo en plural porque estoy convencida de que la única manera de trabajar es en equipo, es el de construir con responsabilidad.
Construir a partir de lo que la gestión anterior ha dejado, y corregir, con humildad, lo que haya que corregir. No venimos a apropiarnos del Estado. Ni a repartir verdades. Trabajamos en equipo, teniendo en cuenta que es nuestra obligación administrar, cuidar y mejorar lo que es de los argentinos. En este caso, Radio Nacional, la radio de todos.
*Directora Radio Nacional
Fuente: Diario Perfil