Los trabajadores de Radio Nacional nos aprestamos a transitar el ultimo trimestre del año con nuestros salarios virtualmente congelados. La paritaria está vencida desde mayo pasado, en un contexto de inflación rampante.
Esta situación se da, a su vez, en un cuadro donde los compañeros que revistan en la categoría 6, hoy la más extendida en nuestra emisora, ganan en promedio 22.000 pesos, es decir que están por debajo de lo que el INDEC estableció en septiembre como canasta de pobreza para una familia tipo, en 22.558,17 pesos.
Con un aumento de precios que alcanzará hacia fin de año cifras cercanas al 50%, el congelamiento de una paritaria que no se actualiza desde mayo de 2017 retrata un accionar criminal, le cabe la figura del abandono de persona. No solo está en juego el porcentaje de aumento sino el retroactivo a mayo.
La paritaria hoy no existe. Sólo cuando los trabajadores se disponen a realizar algún tipo de acción, aunque más no sea una asamblea, aparece como por arte de magia algún cartel gremial con novedades que no son tales: la fecha de una reunión, un compromiso trucho sobre no despedir, entre otros. Pero la patronal sobre esto no dice esta boca es mía, debido a “la volatilidad económica”. Algo lógico si observamos que para este año calculaban una inflación del 10%, pero “pasaron cosas”. No firma nada ni escribe nada. Igual otros lo hacen por ella. A los amagues paritarios esta vez le agregaron que cada emisora pueda generar recursos propios (publicidad) para paliar gastos. Esto para una radio vaciada, que se cayó del share.
Esta iniciativa ya fue implementada en los 90 y fue la base de la liquidación del salario puesto que al no haber paritarias, los recursos recaudados eran repartidos entre los trabajadores bajo la forma de la “productividad” (todo en negro). Mediante esta maniobra el salario básico fue aplastado al punto que Radio Nacional fue durante años la peor paga de la rama, Va de suyo que quien se jubilaba era condenado a la miseria. Menem lo hizo, Macri lo repite.
Tuvimos que luchar años desde la base, contra estas direcciones, para alcanzar la eliminación de las cifras en negro y años de estabilidad laboral. No volvamos atrás.
Sin salario y con retiros hay vaciamiento
El derrotero que está tomando la (no)-negociación paritaria da cuenta de manera precisa de cuáles son los planes del gobierno en relación a RTA en general y a Radio Nacional en particular.
La línea maestra se expresa en la radio desde hace meses mediante el plan de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas con el que empresa busca desangrar la planta de trabajadores por goteo.
La serie de reveses judiciales que la justicia propinó al directorio de TelAm, en el marco de una lucha ejemplar librada por los trabajadores, hizo “recalcular” a las autoridades de RTA sobre una modalidad que había arrancado por su opuesto al despedir 20 trabajadores de la radio en enero del corriente año.
En ese marco, las sucesivas “prorrogas” de un plan que en su inicio iba a durar hasta el 31 de diciembre del 2018, es la demostración de lo expuesto.
Las “sugerencias” e “invitaciones” a retirarse de la esfera estatal ha sido extendida a un universo que abarca hasta quienes tienen 20 años de antigüedad en la emisora. Quiere decir que la empresa busca denodadamente achicar el personal cuando durante 2 años su personal político se dedicó una y otra vez a prometer a las distintas representaciones gremiales que en Radio Nacional “no sobraba gente”.
También adelantaron que producto de la reconversión que se da en los medios de comunicación empieza a ser necesaria una discusión sobre los convenios. Ni más ni menos que cercenar al máximo nuestros derechos para ultra flexibilizar el trabajo.
Una primera avanzada de esto es la idea de pasar a contratación eventual al personal suplente. Dicen que les sale más barato y “ahorra conflictividad”. Nada de pase planta, una maniobra para dejar a un número cada vez mayor de trabajadores en una situación de vulnerabilidad que no está enfocada en cuidar ningún puesto de trabajo, sino en preparar las condiciones de futuros despidos una vez vencido el “evento”.
Este panorama sombrío presentado por la empresa cuenta con la concurrencia de la burocracia postal que lejos de enfrentar la situación deja correr todas y cada una de las iniciativas de la empresa sin oponer ningún tipo de resistencia. Ellos también repiten el rol que cumplieron en los 90.
Para superarlos, defender el salario y la fuente de trabajo es necesario que los trabajadores repitamos lo que hemos hecho ya muchas veces: Unirnos en asamblea general sin distinción gremial.
Solo participando y deliberando democráticamente podremos elaborar un plan de lucha para enfrentar a una patronal decidida a vaciar Radio Nacional.
Son momentos decisivos que reclaman la unidad irrestricta de todas/os las trabajadoras/es mas allá de los matices o diferencias que podamos tener.
ATRaNa se compromete fuertemente a ello