Uno de los hombres más ricos del mundo dice que hay cambios aún por hacer "acá y en todo el mundo" y que la región "tiene la gran oportunidad de salir del subdesarrollo"
Por: Esteban Lafuente
Las telecomunicaciones son el sistema nervioso de la civilización moderna", plantea el magnate mexicano Carlos Slim, en referencia a un sector que, en su opinión, "reclama millones todos los años". Para el dueño de la empresa de telefonía Claro Argentina, cuya fortuna personal supera los US$ 63.700 millones, el avance tecnológico en la materia es un factor clave para el desarrollo, aunque, en diálogo con periodistas, en el marco de la Cumbre de ex Presidentes de Iberoamérica, advierte que el estado de las redes y la infraestructura existente en la Argentina son deficitarios.
"Lo que tienen que hacer nuestros países es buscar que haya gran inversión, porque es un sector que avanza muy rápido con demanda de servicios para diferentes fines", sostiene el empresario, de 77 años, que también administra inversiones a nivel global en minería, real estate, construcción, bienes de consumo y hasta controla el 17% de The New York Times.
¿Tiene planes de ingresar en otros sectores, además de la telefonía, en el país?
Más que la telefonía, hoy hablamos de las telecomunicaciones. Es un campo muy importante para nosotros y tenemos un gran interés. Tenemos varios años trabajando en América latina en esa área. Otra de las actividades que desarrollamos en varios países y fuertemente en México es la inversión en infraestructura. Creemos que es una situación con rezago en muchos de nuestros países y es necesario trabajar ahí. De hecho, hasta el presidente Donald Trump ha hablado del atraso que hay en los Estados Unidos, y planteó que es necesario desembolsar 1000 millones de dólares al año, buscando que se haga con inversión privada.
Telefónica objetó al Gobierno la adjudicación de frecuencias del espectro radioeléctrico a Nextel. ¿Cuál es su opinión sobre ese tema y sobre la evolución del sector?
Creo que todas las empresas tienen que tener espectro suficiente para dar un servicio de calidad de banda ancha, tanto en móvil como en redes fijas, y que todos podamos competir. Ese asunto todavía está en proceso. Creo que lo importante va a ser que todos podamos tener participación y que haya convergencia en el mercado, y que de esa manera pueda haber varios actores ofreciendo el mismo servicio y no pase como ahora con la TV satelital, donde hay una única empresa en actividad (DirecTV).
El Gobierno anunció una nueva legislación sobre el sector, pero aún no se concreta. ¿Cuáles son sus expectativas en ese sentido?
Esperamos que dentro de la Argentina pueda haber competencia y convergencia, que quiere decir que todos los participantes puedan entrar a todos los sectores. Si quieren dar voz, telefonía móvil o fija, banda ancha, TV paga o streaming. Eso es algo que sigue pendiente. En enero supuestamente va a abrirse la TV paga a nuevas empresas en algunos lugares, las compañías que dan contenidos han entrado en las telecomunicaciones. Creo que es necesario que todos los participantes puedan invertir en todos los sectores para que haya mayor competencia. Se necesita mucha inversión, de varios miles de millones de dólares al año.
¿Cómo ve a la Argentina y la región en el aspecto económico?
Creo que hay cambios que se van a tener que seguir haciendo, acá y en todo el mundo, para conducir esta nueva civilización, que en realidad ya tiene varios años. Para que se concreten inversiones, lo importante es pensar en el largo plazo. Un factor fundamental es el potencial que pueda encontrarse en el sector en el que uno invierte para la sociedad o para el país. Después, son importantes la seguridad jurídica y la previsibilidad. En la región, veo que los países son muy diferentes en cuanto a su dimensión y sus situaciones, pero creo que América latina, hoy más que nunca, tiene la gran oportunidad de salir del subdesarrollo. Hoy, en muchos países estamos con niveles de ingreso per cápita que rompen con la inercia de la falta de desarrollo y crecimiento.
¿Y qué faltaría?
Hay que hacer grandes esfuerzos en educación moderna y de calidad usando tecnología moderna. A través de la tecnología se le pueden dar a toda la población las mismas oportunidades que puede tener el que va a estudiar a las grandes universidades norteamericanas o inglesas. Hay que aprovechar esas herramientas para formar mejor el capital humano de nuestros países. Y también hay que buscar inversiones privadas, que rebasan los limitados presupuestos anuales de los gobiernos, en infraestructura, sectores como el agropecuario, la minería, la industria, los servicios o el turismo, entre otros, que generen el empleo bien remunerado que nuestras sociedades necesitan.
Fuente: Diario La Nación