 |  | Max Seitz BBC Mundo, Buenos Aires |
Grupos de camioneros bloquean varias carreteras del interior de Argentina para protestar contra los piquetes que realizan los productores rurales, de paro desde hace casi tres meses, mientras se teme una crisis de desabastecimiento en los mercados.
Los transportistas se quejan de que la huelga del campo está causándoles grandes pérdidas.
Es que una de las modalidades de la protesta de los agricultores es no dejar pasar camiones que llevan productos primarios.
"Estoicamente hemos aguantado, viendo cómo nosotros éramos los únicos que estábamos parados", dijo a la prensa Pablo Trapani, de la Federación del Transporte Automotor de Carga, de la provincia central de Córdoba.
El campo realiza un paro por la decisión del gobierno de Cristina Fernández de aumentar los impuestos a las exportaciones de granos y, en particular, a las de soja, el principal cultivo de Argentina.
Con sus bloqueos, los transportistas pretenden obligar a los productores rurales a levantar la huelga.
El presidente de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, criticó la medida de los camioneros: "Si hay algo que no queríamos era que la sociedad se viera perjudicada. Sin embargo, ahora aparecen estos transportistas por su cuenta y enrarecen el ambiente".
A última hora del viernes, los dirigentes del sector agropecuario decidieron levantar el paro a partir del lunes y ofrecieron dialogar con la mediación de la Defensoría del Pueblo.
Peligro de desabastecimiento
Los bloqueos de camiones no sólo complican el panorama en el ya tenso conflicto entre el campo y el gobierno, sino que además podrían tener como inminente resultado una crisis de desabastecimiento de alimentos.
Organizaciones de consumidores advirtieron que hacia el fin de semana podrían faltar productos lácteos en los comercios y que la principal plaza mayorista del país, el Mercado Central de Buenos Aires, ha recibido un 40% menos de frutas y verduras.
La preocupación más inmediata es la escasez de leche. En las últimas horas se vieron camiones a la vera de las carreteras arrojando miles de litros de este producto en mal estado por la imposibilidad de desplazarse por los caminos.
"Las empresas lácteas comenzaron a sufrir graves dificultades en el desarrollo de sus actividades", advirtió el Centro de la Industria Lechera en un comunicado.
"De persistir esta situación, se verá afectado el abastecimiento normal de un alimento que es básico para la población".
Por otra parte, en una semana podría falta carne en los supermercados, porque los frigoríficos no tienen suficiente reserva debido a los bloqueos de carreteras.
Tensión
Según los observadores, el conflicto entre el campo y el gobierno se encuentra en su mayor momento de tensión.
La presidenta Fernández se niega a negociar mientras siga el paro agrario. Por su parte, el sector rural ha insistido en la huelga ante cada fracaso en las conversaciones.
El jueves, la mandataria volvió a subir el tono de la disputa, al atacar duramente al campo. "Sólo pueden estar 90 días sin trabajar los que acumularon mucha riqueza. El resto tiene que salir a ganarse la vida", dijo en un discurso.
Por su parte, los líderes rurales expresaron su enojo por las declaraciones de Fernández.
"Qué necesidad hay de provocar de la manera que se provocó. Es como cerrarnos todas las puertas, toda posibilidad de diálogo", opinó Hugo Biolcati, de la Sociedad Rural Argentina.
Mientras subía el tono de las declaraciones, la Iglesia Católica intervino en el enfrentamiento y pidió al gobierno y al campo que tuvieran "gestos de grandeza".
Les solicitó a ambos que cedan en sus posiciones, porque "ni la moderación en las demandas, ni la magnanimidad en el ejercicio del poder son signos de debilidad". Según los observadores, la prolongación del conflicto agrario ha generado fastidio en la sociedad y está afectando la marcha de la economía, particularmente en el interior del país.
