Fusionados no, pegoteados sí
Hay un fallo judicial que frena la unión de los dos operadores de cable en todo el país, pero Clarín dijo dos veces por escrito a la Comisión Nacional de Valores que esa resolución no existe.
Por: Damián Glanz, Crítica de la Argentina
“Notifíquese y, oportunamente, elévese a la Corte Suprema de Justicia”. Así finaliza el fallo de la Sala D de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial que la semana pasada suspendió la absorción de Cablevisión por parte del Grupo Clarín. Pero la proveedora de televisión por cable e internet y su compradora Multicanal niegan la existencia de la resolución que reveló este diario y que hoy se reproduce en esta misma página.
Dos días después de la publicación, las dos firmas le comunicaron a la Comisión Nacional de Valores (CNV) “la inexistencia de fallo alguno judicial (sic) por el cual se habría suspendido una supuesta fusión entre Multicanal y Cablevisión”. Al parecer, no tan supuesta. La persona que firmó las dos notificaciones, en nombre de cada una de las sociedades, es la misma: Martín G. Ríos, responsable de las relaciones de Multicanal y Cablevisión. La carta salió de una misma oficina de la calle Juana Manso, en Puerto Madero, donde las dos compañías fijaron su sede ante la Bolsa.
Las notificaciones que firmó Ríos fueron cursadas a pedido de la propia CNV, que quiso saber si había habido algún cambio en la relación comercial que las propias compañías habían anunciado en septiembre de 2006. Hace casi dos años, confirmaron a las autoridades bursátiles lo que tanto habían negado: la fusión de las compañías que monopolizó el 80% del servicio de TV por cable e internet del país. Pero Clarín niega la existencia de una “fusión”, ya que habla de una “administración compartida”. Esa figura, a diferencia de la fusión, viola solamente tres leyes: Radiodifusión, Protección de Bienes Culturales y Defensa de la Competencia.
Al menos a esa conclusión arribó la fiscal general Alejandra Gils Carbó, que presentó un recurso extraordinario contra la resolución de la Cámara que había habilitado la “supuesta fusión”, como la describió Ríos en sus cartas. Los mismos camaristas que a comienzos de marzo –cuando la relación entre el Gobierno y el Grupo Clarín era óptima– dieron vía libre a la monopolización del servicio de TV por cable, dos meses más tarde, y ante la queja de Gils Carbó, resolvieron suspender la operación y elevar el tema a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El fallo que Clarín niega relata que Cablevisión obtuvo en forma fraudulenta las mayorías legales necesarias para homologar el acuerdo que le permitió al fondo buitre estadounidense Fintech obtener la mayoría de las acciones.
La ley de Preservación de Bienes y Patrimonio Cultural prohíbe que una sociedad extranjera adquiera más del 30% de una empresa de medios. Fintech violó esa limitación. Y la Ley Federal de Radiodifusión prohíbe que un “fondo buitre” sea titular de un medio de comunicación.
Cuando la causa avanzó, Cablevisión justificó la participación “excesiva” de Fintech aduciendo que estaba avalada por el Tratado sobre Protección Recíproca de Inversiones firmado en 1992 con Estados Unidos. Para Gils Carbó no existió tal reciprocidad: las leyes norteamericanas limitan la participación de capital extranjero en medios a un 20 por ciento.
La resolución “inexistente” para las empresas también da cuenta de que Cablevisión “proveyó información falsa e incompleta a la Bolsa de Comercio y a la Comisión Nacional de Valores, lo que repercutió en las condiciones de mercado que debían valorar los acreedores”.
Para la fiscalía, Cablevisión encubrió que en aquellas negociaciones de Fintech también participaba el Grupo Clarín, que finalmente adquirió el 60% de las acciones. Aquella no habría sido entonces la única vez que la CNV recibió información inexacta. Clarín lo niega. La fusión fue suspendida por la Cámara. El expediente está en la Corte. “Notifíquese”.