Funcionarios de Gobierno y los productores rurales se han convertido en la atracción televisiva del momento, ocupando shows de variedades y programas de farándula.
El escenario estaba dispuesto: una veintena de bailarinas con polleritas mínimas, los músicos y coristas preparados para la fiesta, y el público ansioso por avivar a sus parejas favoritas.
Pero toda la euforia se frenó cuando, el lunes en la noche, Marcelo Tinelli apareció ante las cámaras de "Bailando por un Sueño" e hizo un pedido. "El miércoles van a hacer dos actos", dijo, muy serio, refiriéndose a las concentraciones anunciadas por el gobierno y los ruralistas. "El mejor acto que pueden hacer es reunirse y arreglar todo. Queremos vivir en paz y somos rehenes de esta pelea", aseguró al comienzo del programa más popular de la televisión argentina.
"La verdad es que se agotaron los ansiolíticos en la Argentina y la gente los toma sin receta. Estamos muy nerviosos porque no sabemos en qué va a terminar todo esto", se quejaba horas antes que Tinelli, enjoyada y envuelta en un tapado rojo de piel, la conductora de TV Mirtha Legrand.
La diva, como se le llama, conduce desde hace 40 años un programa diario de almuerzo, donde entrevista a vedettes, cómicos y políticos.
En medio del conflicto que mantiene desde hace tres meses el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con los productores agropecuarios argentinos, Legrand decidió convocar a la plana mayor de la dirigencia rural del país. Ahí, entre bocado y bocado, los comensales criticaron ante las cámaras a la Presidenta, a su marido (el ex Mandatario Néstor Kirchner), respondieron preguntas del público y hasta enviaron mensajes a los huelguistas que cortan rutas en protesta contra el Gobierno.
Ese día, Legrand duplicó el rating que usualmente registra su programa, y sumó más de un millón de espectadores.
Pero la crisis entre el campo y el Gobierno aún no se resuelve, y programas como el de Legrand optaron por mantener los reflectores sobre la crisis política. Dejando de lado su tradicional agenda de invitados del mundo del espectáculo, la diva ahora prefiere entrevistar a las figuras políticas del momento.
Ayer, por ejemplo, los comensales de su programa fueron un grupo de parlamentarios que hacían apuestas sobre si el polémico aumento de impuestos a las exportaciones de granos (decretado por la Presidenta en marzo) será ratificado o rechazado en el Parlamento.
De esta forma, el paro agrario y sus incidencias tomaron por asalto la TV argentina, y se han instalado en shows de variedades y magazines de farándula, escapando al corset de los noticieros. El fin de semana, por ejemplo, no menos de seis canales de TV abierta y por cable transmitieron en simultáneo el encarcelamiento del dirigente agrario Alfredo De Angeli. Y el lunes en la noche, mientras los cacerolazos y bocinazos en protesta contra el Gobierno recorrían al país, emisiones tan masivas como el show de Susana Giménez (que reparte cientos de miles de dólares en premios) perdieron audiencia ante lo que sucedía en las calles.
Pero para algunos televidentes la dosis de realidad que ofrece la televisión trasandina aún es insuficiente. "En la tele falta información sobre lo que realmente sucede en el país, y programas como el de Mirtha Legrand terminan llenando el vacío de información de calidad que tenemos", asegura el guionista de televisión Marcelo Cabrera.
El oficialismo, en cambio, se queja de lo contrario: la televisión argentina, aseguran, es tendenciosa y magnífica los problemas, creando pánico en la población, un punto de vista que confirman, en parte, algunos especialistas.
"Los medios han dado gran cabida a las agresiones por parte de grupos piqueteros oficialistas contra opositores y caceroleros en Plaza de Mayo y en los alrededores de la residencia presidencial, y eso genera un fuerte rechazo social contra ese aspecto negativo del kirchnerismo", dijo Ricardo Rivas, profesor en la cátedra de Opinión Pública de la Universidad de Palermo.
Los más vistos
Almorzando con Mirtha Legrand: Magazine diario donde los invitados comen y conversan en partes iguales. Como no hay temas preestablecidos, muchas veces personajes del espectáculo terminan opinando de política y viceversa (Canal América 2).
Mañanas Informales: Programa matutino de variedades, donde se dan vistazos a temas de interés noticioso en medio de entrevistas, recetas de cocina y comentarios deportivos (Canal 13).
TVR y Zapping: Programas magazinescos que repiten y comentan lo más impactante de la TV durante la semana. Tienen una mirada humorística o irónica sobre los temas que tratan, y en general se burlan de los políticos y el establishment (Canal 13 y Telefé, respectivamente)
Tras 100 días de crisis, imagen de Cristina Fernández cae 26 puntos
El conflicto entre el Gobierno y el campo, que ayer cumplió 100 días, sigue golpeando la imagen de la Presidenta Cristina Fernández, que continúa en descenso según la última encuesta que realizó la consultora Poliarquía.
Desde que se dio a conocer el aumento del impuesto a las exportaciones del agro, el pasado 11 de marzo, la popularidad de la Jefa de Estado bajó 26 puntos y suma una caída de 36 puntos en lo que va del año, ubicándose este mes en apenas 20 por ciento.
La Presidenta asumió el poder el 10 diciembre con 51% de imagen positiva. En enero logró trepar al 56% y, desde entonces, empezó un descenso, que desde la confrontación con el agro se volvió abrupto. Según el sondeo, sólo el 4% de los encuestados tiene una imagen muy buena de Cristina Fernández y el 16% dijo tener una imagen buena, consignó el diario argentino "La Nación".
La encuesta, realizada entre el 2 y 10 de junio en 40 localidades de todo el país, sostiene además que el 33% de la población tiene una imagen regular de ella. El 46% de los entrevistados evalúa la gestión de Fernández como negativa.
Además, la imagen positiva de la "Sra. K" experimentó un descenso de seis puntos desde la medición realizada en mayo.
En su afán por paliar las repercusiones del conflicto, el gobierno está buscando el consenso de los gobernadores de las regiones agropecuarias para que apoyen el proyecto de ley a las retenciones móviles (impuestos) que el Ejecutivo envió al Congreso.
En cifras
20% de aprobación tiene la Presidenta, según la consultora Poliarquía.
56% tenía la "Señora K" en enero de este año, cuando todavía no estallaba la crisis con el campo.
Fuente: El Mercurio, Chile