El rol de los medios hegemónicos y los alternativos, su relación con los gobiernos kirchneristas y con la nueva Ley de Comunicación Audiovisual fueron los temas sobre los que debatieron funcionarios e investigadores
¿Qué tiene que hacer el Estado cuando el capital de los medios de comunicación se concentra en pocas manos? ¿Qué tiene que hacer la comunicación comunitaria una vez sancionada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual? Los medios comunitarios, ¿son necesariamente medios alternativos? En la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, diez panelistas reflexionaron alrededor de esas preguntas en un seminario sobre medios, poder político y kirchnerismo. “El kirchnerismo entendió que el problema central era poner a la política por encima de la economía, y a las mayorías sobre los factores económicos y de poder. En esa disputa, los medios tienen un rol central.” El subsecretario de Comunicación Estratégica, Facundo Nejamkis, llamó la atención sobre la discusión acerca de qué significa “calidad institucional”. “Los diarios decían que la de Néstor había sido la etapa de la excepción y la de Cristina iba a ser la de la calidad institucional. El punto cúlmine de esa disputa fue la crisis del campo”, explicó.
El auditorio de la nueva sede de Sociales está en el hall central. No hay puertas ni paredes que lo separen del comedor en el que los estudiantes preparan sus parciales. “La ley es eterna, es humana, y es divina, porque Dios es eterno, porque son los hombres lo que deciden qué está bien y qué está mal, y porque Dios...”, les decía una chica de lentes estilo John Lennon, pelo larguísimo y revuelto, a sus compañeros que repasaban antes de un parcial. Ante militantes políticos y de medios populares, estudiantes y curiosos sentados en las trece filas de bancos de madera del auditorio, la vicedecana, Adriana Clemente, abrió el debate, realizado la semana pasada. “Mi tema es la pobreza urbana. Tenía dudas sobre si tenía que venir. Pero después pensé que no tendría que decir que no tengo familiaridad con el tema de la comunicación, porque es un tema central. Todos estamos saliendo del analfabetismo comunicacional”, dijo, anticipando una idea que atravesaría toda la jornada.
El tema del primer panel fue “El mito de las tres tapas de Clarín”. “Este Gobierno demostró que sí se puede resistir a las tres tapas negativas. El problema no está en las tapas sino en cómo la política puede conjurar las operaciones mediáticas”, afirmó Clemente. El responsable de Juventud de la JP Descamisados, Juan Miguel Gómez Perotti, por su parte, repasó el diagnóstico del ex presidente Néstor Kirchner sobre la estrategia de alianza presión, y negociación del multimedio Clarín con los gobiernos democráticos, y concluyó: “El mito de las tres tapas se cayó con la voluntad política de Kirchner”. El filósofo Dante Palma consideró que la Argentina atraviesa una “segunda crisis de representación”: “En el 2001 asistimos a la implosión de la representación política, y los periodistas ocuparon un lugar de representación de la sociedad civil. Hoy, los transgresores de los ‘90 son los transgredidos, increíblemente, por un gobierno”, sintetizó.
“¿Cuántos diarios se leen en la fábrica? ¿Cuántos en los puestos de trabajo?” Con ese interrogante, el secretario general de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa, Gustavo Granero, abrió el segundo panel, sobre comunicación popular. Comentó que con la implementación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se abrirían cerca de 40 mil nuevos puestos de trabajo y planteó el debate sobre el rol de los medios comunitarios y su vinculación con los problemas sociales. “El periodismo es militante por definición. En la redacción, uno es trabajador de prensa y se debe a la sociedad. No es una cuestión de oficialismo u oposición”, sintetizó, y le pasó la posta el coordinador de Televisión Digital, Osvaldo Nemirovsci, quien destacó el rol formativo de la televisión. “Más allá de la información y el entretenimiento, la TV culturiza porque refleja el signo. Si hay algo que pone una cosa en lugar de otra, eso es la televisión. También educa porque genera y reproduce modelos”, advirtió. Luego comentó los efectos que tiene la conexión a la televisión digital en la vida cotidiana de las personas: “Es una gran política pública de este Gobierno, porque cuando más informado estoy, más puedo ejercer mis derechos ciudadanos. Es clave para construir ciudadanía. Por eso, si me informo con un solo canal y la familia de al lado con 120, ellos están en mejores condiciones objetivas para defender sus derechos”, remarcó. Cerró el panel Fernando Borroni, de la Escuela Popular de Medios, quien puso en cuestión el desempeño de los medios comunitarios que surgieron al calor de los espacios de resistencia al neoliberalismo en la década del ’90, y señaló la diferencia entre lo comunitario y lo alternativo. “No nos pudimos constituir como medios alternativos ante el discurso del pensamiento único. No pudimos ser una alternativa real, porque nuestras luchas eran marginales. Nuestras radios tenían un alcance de cinco cuadras”, resumió, y reflexionó sobre el rol que deberían tener esos medios con la nueva ley: “Esto nos para ante el desafío de preguntarnos qué vamos a producir”.
En la última mesa de discusión, Nejamkis contó una anécdota para graficar lo que consideró un mecanismo extorsivo por parte del poder mediático. “A fines de los ’90 me tocó ser funcionario de esta facultad. Eran épocas de vacas flacas y Clarín nos propuso hacer una maestría en conjunto, en la que ellos definían la currícula, por lo que dijimos que no. Negarles el sello de la UBA significó que la facultad, durante esa gestión, fuera tres veces tapa del diario, por cosas muy negativas como una supuesta situación de discriminación a mujeres.” El director de la carrera de Ciencias de la Comunicación, Glenn Postolsky, retomó la anécdota y cuestionó el rol del diario durante la última dictadura. Luego describió la historia de los 21 puntos básicos por el derecho a la comunicación que fueron la base de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y planteó las tareas de cara al futuro. “Dar la batalla por crear medios de comunicación que respondan a los intereses colectivos: ese es el desafío”, afirmó. En la misma sintonía estuvo el director de Oveja Negra, Marcelo Koenig. “La dictadura nos desapareció la palabra”, dijo. Cerró el encuentro el presidente de la agencia Télam, Martín García, quien enmarcó el accionar de los medios concentrados dentro de una estrategia imperialista: “No es que hay un sector que es el kirchnerismo y otro que es Clarín. Se trata del pueblo y las corporaciones que no han tenido problema en crear un plan monstruoso como el Plan Cóndor”, afirmó.
Informe: Sol Prieto
Fuente: Diario PáginaI12