Comunicado ATVC: Una telefónica admite sus ventajas respecto del Cable y su objetivo de ampliación de ganancias.
El viernes, el Director General Ejecutivo de Telecom sostuvo que el proyecto oficial de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual les permitirá brindar “una nueva línea de negocio” al mismo tiempo que aseguró que les permitirá a las telefónicas “aprovechar más la infraestructura” que “es más poderosa, más fuerte, más capaz, en términos de capacidad tecnológica, que la infraestructura que existe en el sector de la televisión por Cable”.
Admitió también que invirtieron en tecnología en los últimos años “con la mira puesta en este negocio”, al tiempo que presentaba las ganancias del primer trimestre, muy superiores a las del año pasado, que contrastaba con la queja por “el congelamiento de las tarifas”.
Ante estas declaraciones, la ATVC estima en mucho la sinceridad del ejecutivo y la voluntad de reconocer todo aquello que nuestra industria denuncia y argumenta.
Es cierto, las telefónicas quieren brindar una nueva línea de negocio y permitir que dos sectores con singular asimetría, compitan. Sectores que él admite, tienen una diferencia de potencia, dada por el hecho de la adquisición de parte de las telefónicas de la red pública de Entel, construida con el capital social de todos los argentinos, pero adquirida a precio bajo con la condición de no brindar servicios de radiodifusión durante 99 años.
Es bueno encontrar una franqueza cruda como la que admite que han ganado en el primer trimestre, y al mismo tiempo exige el aumento de tarifas sin argumento, en conjunto con la afirmación de que la televisión es “una oportunidad (de negocio) importante”, que permitirá aumentar sus ganancias.
Se aplica en pleno el principio legal de la declaración de una persona contra sí misma: “a confesión de parte, relevo de prueba”. Ganan dinero, han invertido en lo que no tenían que invertir, reconocen la asimetría, piensan en la radiodifusión como una renta adicional, se enorgullecen de tener más poder e infraestructura, exigen aumento de tarifas y por sobre todo no tienen interés real en democratizar la comunicación, lo que se verifica en otro pasaje de las declaraciones: “No somos una empresa que produce contenidos, no tenemos esa tradición, esa cultura, esa capacidad e interés”
Todo esto constituye un claro y contundente ejemplo de que la propuesta de Ley de Radiodifusión desmantelará la industria de la televisión por Cable, reducirá la pluralidad, ahogará la competencia y dejará al ciudadano en manos de actores con intereses extraños a los medios.