miércoles, 12 de septiembre de 2018

El periodismo no se paga solo, sostiene Ignacio Escolar

Entre otras, el jurado le otorgó el Reconocimiento por su “redefinición del periodismo político en la era digital”
Por: Ronal Castañeda
Desde que tenía 20 años de edad ya colaboraba para diferentes diarios y revistas. En 2001 escribió el artículo “Por favor, pirateen mis canciones” en el que explicaba las pocas pesetas que le quedaban —era también músico– luego de vender un disco legal. El artículo de Ignacio Escolar causó revuelo en el sector musical, pero lo perfiló como un reportero que incomodaba y tenía de qué hablar.

En 2003 inició Escolar.net, una bitácora especializada en actualidad política, una de las más leídas en España, cuando internet apenas arrancaba.

Actualmente, es director y fundador de eldiario.es y una de las voces más respetadas del periodismo español. Acaba de ser elegido para el Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo 2018, que entregará la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.

¿Cómo logró crear un medio digital sostenible?
Llevamos seis años con eldiario.es y ahora es uno de los periódicos más leídos e influyentes de España, y una empresa periodística rentable capaz de subir los sueldos a sus periodistas, contratar más y ser capaces de hacerlo sin comprometer nuestra posición editorial. Lo hemos logrado con la ayuda de 33.000 lectores que pagan por leernos.

¿Cómo captaron a ese público?
Demostrando que ese tipo de periodismo sería imposible si no existiese detrás lectores que lo apoyan. Llevamos un modelo radicalmente independiente. Cada vez que demostramos que podemos hacer noticias e investigaciones relacionadas con el poder y sus abusos, es cuando convencemos a la gente que vale la pena pagar nuestras publicaciones.

Hoy se habla de la tiranía del clic, ¿los mide la misma vara?
No tenemos un muro de pago o aduana a través del cual, si no pagas, no puedes leer las páginas. Nuestros lectores pagan por un periódico que se puede leer gratis.

Ese modelo nos vacuna contra ese periodismo de poco rigor y mucha audiencia. En el momento que nos deslizamos –aunque sea por error– rápidamente nos penaliza.

¿Cómo es eso?
El lector nos exige un tipo de periodismo y nos castiga cuando hacemos otro. Es algo que va a pasar en el mundo y que va a hacer que la prensa se divida en dos bloques: una de pago, que se van a parecer mucho más al ideal de un periodismo ético capaz de un watergate, de tumbar gobiernos y fiscalizar el poder; y una prensa con reacciones de menor coste, basadas en los artículos de clic fácil.

¿Qué fue lo más difícil en la transición tecnológica?
Fundé uno de los últimos periódicos impresos que existieron en España, Público, hace 11 años. Entonces, los periódicos habían tocado techo y ya se hablaba de internet.

El problema fundamental que teníamos entonces era que las estructuras eran tan enormes en el papel que era imposible adaptarse al papel sin morir. Cada euro que perdíamos en publicidad en un impreso eran unos céntimos en el digital. No había manera de cuadrar los números.

Creo que es mucho más fácil juntar algo digital desde cero que hacer una reconversión desde internet.

¿Fue lo más frustrante del salto de un lado al otro?
Mi gran defensa es que lo que ha estado en crisis en estos años no ha sido el periodismo; eso está bastante consolidado desde hace décadas: cómo se investiga, cómo se comprueba. Lo que está en crisis es cómo hacerlo pagando las nóminas de los periodistas, sin que este oficio fuese un voluntariado que sea de ratos perdidos.

¿Cómo se puede lograr ese salto al digital sin caer al vacío?
Seguir el clic fácil de las noticias virales es un gran error porque ese tipo de noticias te dan audiencia pero te alejan mucho del tipo de medio por el cual un lector estaría dispuesto a pagar. Y como la única manera de ser rentables es que el lector se suscriba, porque Google y Facebook son cada vez más fuertes, sigue haciendo falta más audiencia para conseguir los mismos ingresos por publicidad digital. Esto lleva a una carrera en una rueda de hámster en la que nunca vas a llegar a la meta.

Bajo este esquema habría que elaborar información con costes de producción más baratos y para audiencias más grandes, a fin de conseguir el mismo resultado que antes.

Esta carrera no tiene sentido y a lo que lleva es a deteriorar las marcas periodísticas, que se pierda su relevancia y credibilidad. La única opción es cambiar de pista. Hacer un periodismo de calidad, que comprometa al poder, que genere debate público y que consiga convencer a la gente de lo que hacemos merece la pena.

¿Un tema como los bots serían una amenaza?
En ningún caso pueden suplantar el trabajo nuestro. Pueden rellenar páginas para audiencias muy baratas. A lo mejor generan una rentabilidad por una publicidad cada vez más barata pero eso no es periodismo, es llenar páginas con información de bajo valor.

La razón por la que no podemos ganar solo de la publicidad en internet es porque hacer una buena noticia nunca se paga con la publicidad. Desde luego, tenemos que combatir esa tensión con lo que le cuesta a Facebook rellenar páginas con información que suben los propios usuarios.

¿Qué recomienda para saltar a la web por suscripción?
Creo que los medios que hacemos verdadero periodismo, sí o sí, tenemos que pasar a los modelos de pago. Eso no significa, necesariamente, que tengan que ser muros de pago. En eldiario.es seguimos un modelo de pago sin muro. Es lo mismo que pasa con The Guardian, un modelo inspirado en el nuestro.

El debate falso que tienen muchos editores, de que si al cerrar o restringir se perderían ingresos por publicidad, es un error. Hay un abanico de grises y de muros porosos en distintas gradaciones, pero ese debate de si pagar o no de los directores debería estar resuelto. La duda es cómo se cobra.

¿Qué le dice a esos nuevos periodistas que están entrando en este modelo?
Lo fundamental que ha traído Internet (no solo a los medios de comunicación) es que te demuestra lo que puedes hacer sin necesidad de que alguien te dé la oportunidad para hacerlo. También fui músico y la única manera de grabar discos era que si una disquera te elegía. Hoy hay muchos grupos que se auto editan, con un ordenador portátil consiguen lo que antes se conseguía en un estudio.

Con el periodismo pasa algo parecido. A disposición de los periodistas existen herramientas que antes eran imposibles de alcanzar (podcast, canales de Youtube, revistas digitales). Muchas cosas con las que un joven periodista puede demostrar lo que hace, sea para que monte su propio medio, o para demostrarle a un medio grande que tiene talento y le interesa contratarlo.

Contexto de la Noticia
La Microhistoria de un maestro para los jóvenes. El relevo natural de internet también trajo cambios para el oficio del periodista. Para Ignacio, internet demuestra que se puede ejercer el oficio así no hayan muchas posibilidades, como sucede con la música: “hoy hay muchos grupos que se auto editan; con un ordenador portátil consiguen lo que se necesitaba en un estudio.

Para Escolar, con la profesión pasa algo similar a como sucede con la música. A disposición de los periodistas existen herramientas que antes eran imposibles de alcanzar. Ahora pueden hacer podcast, canales de Youtube o revistas digitales. Un joven reportero puede ahora demostrar lo que hace.
Fuente: El Colombiano

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