El director del monárquico ABC de España, vislumbra un fortalecimiento de las marcas periodísticas tradicionales en la era digital. Los periodistas no estamos para incendiar las redes sociales, sentencia Bieito Rubido Ramonde, de visita en Buenos Aires. Advierte a los periodistas: los medios que no generan ingresos no son libres
Por: Guillermo Belcore @Guiasterion
Desde hace ocho años, el señor Bieito Rubido Ramonde dirige el diario ABC de Madrid, uno de los más importantes de habla hispana y referencia ineludible para todos aquellos que gustan de leer opiniones alternativas al pensamiento hegemónico en la cultura occidental, esa nube rencorosa llamada progresismo. Rubido estuvo de visita en Buenos Aires. Fue el moderador del Foro ABC sobre inversiones que se celebró el jueves pasado en la Embajada del Reino de España. Compartió escenario con el ministro de Finanzas, Luis Caputo, y con los CEO de BBVA Frances y Gas Natural Fenosa. Concluido el coloquio, conversó con La Prensa.
¿Cómo afronta el ABC la migración hacia las tecnologías digitales?
Nosotros estamos tomando muchas medidas para intentar liderar en España el área digital. De hecho, tenemos una pugna permanente con El País y El Mundo. El mes pasado, en febrero y marzo en realidad, fuimos los segundos del mercado con 1.800.000 visitantes. En la redacción, tenemos una gran transformación en todos los órdenes, eso lo hemos hecho.
¿Y de cara al futuro?
La revolución tecnológica que se está dando en el mundo de la información, me parece, hará que vuelva a ponerse en valor la marca, los atributos de la marca serán resignificados. Quiero decir, la marca será cada vez más importante, según vislumbran los expertos. La velocidad en que se genera la información está haciendo que la calidad de la información sea cada vez peor, de ahí las famosos fakes news. Debajo de La Prensa, ABC, The Wall Street Journal, habrá valores importantes. Debajo de una marca determinada, el ciudadano tendrá la oportunidad de saber de inmediato si la información es buena o mala.
¿Qué porvenir tiene el papel en el periodismo, si es que lo tiene?
Nosotros seguimos dándole mucha importancia al papel por la sencilla razón que significa el ochenta por ciento de los ingresos. Pero en el plano conceptual, yo sigo creyendo que el papel es un gran pacto entre los que editamos el periódico y los que lo consumen, quienes lo leen. Un gran pacto diario de confianza. Nosotros le explicamos algo caótico al lector: la realidad. En las páginas de papel se jerarquiza la información y se contextualiza. No vamos a renunciar a ese pacto de credibilidad.
Hay quien dice que al diario de papel le quedan diez años de vida
Tal como evolucionan las ventas en España, sí, nos queda poco tiempo. Las ventas han caído mucho, estamos vendiendo poco más de cien mil ejemplares, lo que equivale a una caída del 50 por ciento.
¿No se puede hacer un diario rentable con cien mil ejemplares de venta?
La redacción es cara y ABC lleva mucho tiempo sin ganar dinero. El problema es que el mundo digital no genera ingresos y cuando en un medio de comunicación no se generan ingresos no son libres. Nosotros tenemos el mandato moral de ser rentables.
No leen
Ustedes, supongo, tienen estudiado la composición etaria del lector. ¿Es verdad que las nuevas generaciones no van al papel?
Sí. Los menores de 40 años en España leen muy poco en papel. Lo cual no quiere decir que sea bueno. Todos decimos ``es que los jóvenes no leen''... y eso es muy malo. La lectura en general -y la de los diarios en particular- significa inocularle al cuerpo social los anticuerpos contra todo aquello que simplifica el pensamiento y manipula la información. Sin lectura no hay pensamiento complejo, todo se reduce a unas pocas palabras. Yo creo que debemos alertar a la sociedad sobre los riesgos de la pérdida de la lectura.
No leen y votan muy mal, los jóvenes...
Así es, votan mal.
Escuchaba a usted hablar de inversión extranjera con Caputo y empresarios y me preguntaba: ¿ABC no tiene en vista invertir en la Argentina, comprar o asociarse con medios de comunicación locales, como han hecho sus competidores?
Nosotros en su día estuvimos en la Argentina. El grupo Vocento, propietario del ABC, tuvo participación en un diario económico de la capital argentina y en diarios del interior. En el famoso corralito de 2001-2002 perdimos todo. Decidimos marcharnos. Pero vamos, ahora con la vuelta a la normalidad de la Argentina, no descarto nada. Yo creo que el hecho de que organicemos este coloquio en Buenos Aires marca nuestro regreso a su país.
Habrá leído usted que se ha suscitado en Buenos Aires una polémica envenenada respecto a una aberrante red de pedofilia que se descubrió en el Club Independiente. Una señora mediática denunció a famosos del periodismo y la farándula como supuestos clientes de esa red. Los diarios en cambio actuamos con prudencia y un sector de la opinión pública nos acusa de encubrir a pervertidos. ¿Qué piensa al respecto? ¿Qué línea baja en su periódico?
En este punto soy inflexible. Las diferencias entre las redes sociales y los medios de comunicación se manifiestan claramente en lo que atañe al estado de derecho y la reputación de las personas. Yo no digo que Don Fulano o Don Zutano no sean culpables, digo que en un estado de derecho rige por suerte la presunción de inocencia. En mi diario, bajamos la idea de que nosotros no estamos para acusar a los ciudadanos, no somos fiscales ni policías. Somos periodistas. Esa impunidad en que se mueven las redes sociales, en donde cualquiera lanza acusaciones con o sin fundamento contra personas concretas es justamente lo que nos diferencia. Las empresas que editan periódicos deben respetar la ley. Es una cuestión de valores, en última instancia. En el caso concreto de la red de pederastia en el fútbol infantil, los diarios hacen bien en decir: "Oiga, yo le acusaré cuando tenga las pruebas". No somos locos que arrojamos piedras contra los escaparates. Si tengo pruebas de algún delito, lo publicaré. No es lo nuestro incendiar las redes sociales.
Imagine que le aprueban sumar un periodista más a su plantilla, en qué se fija, qué valora.
La actitud, la responsabilidad para trabajar. El periodismo es una vocación, al fin y al cabo. También me gusta que sea una persona culta, leída. Finalmente, que sea una buena persona.
Fuente: Diario La Prensa