El gobernador Rogelio Frigerio en los estudios de Radio Ciudadana junto al intendente Francisco Azcué, el hombre que supo encontrar la manera de apagar voces en nombre de la gestión
Fue en ese contexto que comenzó a gestarse una experiencia concreta en la ciudad de Concordia: la creación de Radio Ciudadana. La iniciativa surgió a partir de una decisión política del entonces intendente Gustavo Bordet, quien en 2012 convocó a un periodista con el fin de poner en marcha una emisora municipal.
Ya en 2013, el proyecto había avanzado con la elaboración de un borrador de licitación para los equipos y con propuestas de ordenanza que darían marco a la radio. Una de las ideas que se plantearon en ese momento fue la conformación de una asamblea de oyentes, que tendría la responsabilidad de elegir a los representantes del directorio de la emisora. Este mecanismo apuntaba a garantizar una participación ciudadana activa, permitiendo que la comunidad definiera democráticamente los rumbos del medio. Se promovía así una radio abierta, participativa, con contenidos propios y espacio para el debate.
La persona que estuvo desde el inicio de este proceso era Claudio Gastaldi, quien se encontraba en comunicación con Señales. El motivo de la entrevista no era solo recuperar la experiencia positiva de la radio, sino también dar cuenta de una noticia reciente: el municipio había decidido cerrar Radio Ciudadana, tras casi diez años de intensa labor comunitaria.
Una decisión repentina y una maniobra calculada
Claudio Gastaldi relató que, luego del receso invernal, cuando se retomaron las actividades en el Concejo Deliberante, se produjo una situación inesperada: de forma repentina, se propuso el cierre de Radio Ciudadana. Según explicó, la maniobra fue cuidadosamente diseñada para que la votación ocurriera en el mismo momento en que se presentaba la propuesta, lo que permitió que, en el lapso de apenas una hora, se desmantelara un proyecto que llevaba una década de trabajo y construcción colectiva.
Advirtió también que parte de esa estrategia incluyó una modificación en los tiempos: la sesión del Concejo comenzó más tarde de lo habitual, justo después de que concluyera el programa de Radio Ciudadana que habitualmente transmitía en vivo lo que ocurría en el recinto. Según interpretó Gastaldi, se trató de una maniobra deliberada para impedir que la emisora pudiera cubrir la sesión en la que se debatiría —y aprobaría— su cierre.
Una emisora que cubría lo público
Gastaldi (foto) recordó que Radio Ciudadana contaba con un programa especial que se emitía una vez por semana y que estaba dedicado exclusivamente a informar sobre las actividades del Concejo Deliberante. En ese contexto, destacó especialmente el papel de la asamblea de oyentes, a la que definió como una instancia clave de participación ciudadana. Según señaló, este espacio representó una verdadera bocanada de aire fresco para muchas personas, al ofrecerles la posibilidad de involucrarse activamente en la vida pública a través de un medio propio.
El periodista señaló que, a pesar de ser la segunda ciudad más importante de Entre Ríos, después de Paraná, Concordia no contaba con una radio pública. Mientras otras ciudades de la provincia, como Paraná, Concepción del Uruguay o Gualeguaychú, sí disponían de emisoras públicas, Concordia había estado históricamente privada de ese derecho. Según su análisis, esto se debía en gran medida a la resistencia del establishment local, que se oponía a la existencia de un medio de comunicación gestionado desde lo público.
En su repaso, Gastaldi advirtió que en la ciudad existía una sola emisora AM dominante, LT15 AM560, que ejercía un fuerte control sobre los contenidos y los temas que se podían tratar. Como ejemplo, recordó un episodio ocurrido durante el período democrático, en 1988, cuando Aldo Rico encabezó una sublevación militar en Monte Caseros, Corrientes. En esa oportunidad, la emisora optó por difundir los partes del militar carapintada y negó el micrófono a los partidos democráticos, cerrando sus puertas a los representantes de la Multipartidaria, quienes buscaban defender el orden institucional. Para Gastaldi, ese hecho era revelador del sesgo editorial y político que predominaba en los medios tradicionales de la ciudad.
Una dirección con autonomía y participación ciudadana
Según Gastaldi, la creación de una radio pública en Concordia vino a quebrar un esquema comunicacional hegemónico, lo que —a su entender— explica por qué fue tan resistida por ciertos sectores locales. Aclaró que en la actualidad ya no formaba parte del proyecto, aunque recordó que fue él quien redactó la ordenanza fundacional. En ese texto propuso que la dirección de la emisora tuviera un mandato de seis años: los cuatro correspondientes al gobierno que nombraba al director y dos del siguiente, como forma de preservar cierta autonomía institucional y evitar interferencias directas.
Fiel a esa propuesta, renunció al cargo una vez cumplido ese plazo, permitiendo que la siguiente gestión municipal designara a su reemplazante. Sin embargo, esa nueva conducción duró solo dos años. Según relató, lo que siguió fue la llegada de lo que calificó como una “hecatombe”, encabezada por la nueva administración municipal. Describió esa gestión como inoperante y destructiva, no solo en relación con la radio, sino con la ciudad en su conjunto. En sus palabras, se trataba de un gobierno de "puro humo", al que comparó con la administración nacional liderada por Javier Milei.
Dirigió también críticas al actual intendente, Francisco Azcué, a quien señaló como una figura que se autodefine como radical, aunque —según afirmó— no goza de buena reputación entre muchos dirigentes del propio radicalismo. Recordó que Azcué intentó presidir el partido a nivel provincial, pero no logró avanzar debido a impedimentos establecidos en la carta orgánica, siendo finalmente la justicia la que cerró esa posibilidad. A juicio de Gastaldi, el intendente actuó como una "topadora" que arrasó con todo lo que funcionaba bien, empeorando incluso aquello que ya estaba mal.
Gastaldi calificó el cierre de Radio Ciudadana como un “zarpazo horrible” y subrayó que el impacto había sido tan fuerte que, al buscar “Cierre de Radio Ciudadana” en Google, aparecían decenas de notas de medios no solo de Entre Ríos, sino de distintos puntos del país. Señaló que el golpe fue muy duro, incluso para personas de distintas corrientes ideológicas, que más allá de sus diferencias coincidían en la defensa de la emisora. Según explicó, radicales, peronistas, socialistas, comunistas y otros sectores se habían unido en ese momento, convencidos de que la radio había representado una verdadera novedad para la ciudad.
Volvió a referirse al modelo de gestión participativa de la emisora, recordando que cuando él presidía el Consejo de Administración, este estaba compuesto por seis o siete personas. La mayoría eran designadas por el Ejecutivo y el Concejo Deliberante, pero también —gracias a la ordenanza— existía una asamblea de oyentes, encargada de elegir a uno de los integrantes del directorio.
Esa asamblea, explicó, era un espacio de debate en el que se discutía lo que se hacía bien y mal en la radio. Consideró que se trataba de una verdadera innovación en términos de participación ciudadana. Sin embargo, concluyó con una nota amarga: como muchas cosas en la vida, esa experiencia pasó, y lo que vino después —según su mirada— fue mucho peor.
Un cierre sin argumentos sólidos
Consultado por los motivos esgrimidos para cerrar Radio Ciudadana, Claudio Gastaldi consideró que la excusa utilizada no solo era débil, sino directamente insostenible. Según explicó, el argumento de que la radio representaba una carga económica para las finanzas municipales carecía totalmente de fundamento. Recordó que cuando él se retiró de la dirección, en diciembre de 2021, el presupuesto que el municipio destinaba al funcionamiento de la emisora era de apenas 220 mil pesos mensuales, lo que representaba poco más de dos millones de pesos al año.
Además, señaló que esa suma era complementada con ingresos provenientes de la publicidad comercial, lo cual contribuía a sostener el funcionamiento general del medio. Para dimensionar lo absurdo del planteo, comparó ese monto con el presupuesto total de la ciudad de Concordia, que supera los 100 mil millones de pesos y está destinado a atender a una población de alrededor de 200 mil habitantes. Desde su perspectiva, era completamente inverosímil que una suma tan pequeña pudiera representar un obstáculo financiero real para la gestión municipal.
De hecho, mencionó que el ex intendente Gustavo Bordet se había pronunciado públicamente en redes sociales sobre el tema, dejando en claro que el supuesto ahorro no podía ser utilizado como justificación válida para un retroceso institucional de tal magnitud.
Además, señaló que esa suma era complementada con ingresos provenientes de la publicidad comercial, lo cual contribuía a sostener el funcionamiento general del medio. Para dimensionar lo absurdo del planteo, comparó ese monto con el presupuesto total de la ciudad de Concordia, que supera los 100 mil millones de pesos y está destinado a atender a una población de alrededor de 200 mil habitantes. Desde su perspectiva, era completamente inverosímil que una suma tan pequeña pudiera representar un obstáculo financiero real para la gestión municipal.
De hecho, mencionó que el ex intendente Gustavo Bordet se había pronunciado públicamente en redes sociales sobre el tema, dejando en claro que el supuesto ahorro no podía ser utilizado como justificación válida para un retroceso institucional de tal magnitud.
La comparación con el desmantelamiento de medios nacionales
Gastaldi reconoció que quizá estaba hablando con intensidad, pero justificó su tono por la carga emocional que le producía la situación. El entrevistador coincidió con él y expresó que, al escuchar su relato, no podía evitar pensar en lo que estaba ocurriendo a nivel nacional, con el cierre de TelAm y el desmantelamiento de los medios públicos. Agregó que le resultaba doloroso ver cómo hechos de esa magnitud pasaban desapercibidos para buena parte de la sociedad.
De la creación a la destrucción
Ante esa reflexión, Gastaldi compartió lo que había sentido personalmente: relató que había sido uno de los impulsores del proyecto de Radio Ciudadana desde sus orígenes, y que junto a un grupo de personas habían comprado el equipamiento técnico de la emisora. Detalló que se trataba de equipos de altísima calidad, poco comunes incluso en otras radios del país, e incluían no solo el transmisor principal sino también un sistema de respaldo, preparado para mantener la señal en caso de fallos técnicos.
Recordó también que, cuando asumió la dirección, la radio funcionaba en un local alquilado, con muchas limitaciones edilicias. Sin embargo, aproximadamente un año después, lograron trasladarla a un edificio propio: una propiedad del municipio que fue reacondicionada específicamente para albergar a la emisora. Gracias a esa mudanza, se dejó de pagar alquiler y se consolidó una sede definitiva para la radio pública de la ciudad. Todo ese proceso de construcción, según lamentó, fue desmantelado de un día para el otro.
En otro tramo del diálogo, el entrevistado valoró profundamente el trabajo de otras radios comunitarias, como la emisora en la que se estaba desarrollando la conversación. Celebró la existencia de medios que no respondieran a los intereses de los grandes grupos económicos y que, por el contrario, construyeran su línea editorial desde el compromiso con la realidad: con aquello que sucede, que duele, que no puede ni debe silenciarse, sin importar a quién moleste.
Contó que él mismo fue nombrado por Bordet como director de Radio Ciudadana, y que desde el comienzo tuvo total libertad para organizar el medio. En ese rol, también condujo el programa central de la emisora durante los primeros cuatro años, donde abordaba temas locales y se realizaban críticas abiertas tanto al gobierno provincial, encabezado por Bordet, como al municipal, a cargo de Enrique Tomás Cresto. Subrayó que, a pesar del tono crítico de muchos de los periodistas, nunca hubo intentos de censura ni represalias, algo que —destacó— consideraba natural en el marco de una democracia.
Contrastó esa experiencia con la situación actual, donde —según denunció— los periodistas son señalados como enemigos o tratados como si fueran perseguidores, mientras que quienes desmantelan lo público son presentados como "los buenos". Mencionó directamente al actual intendente, Francisco Azcué, y recordó que durante la campaña electoral y en los primeros meses de su gestión, la emisora había sido uno de los medios que más había visitado. Ese hecho, a su entender, hacía aún más evidente la contradicción con su posterior decisión de cerrarla.
Ataques a medios críticos y censura encubierta
Gastaldi afirmó que no se trataba de que estuviera prohibido hablar mal del actual intendente o que hubiera censura directa, pero advirtió que el contexto general resultaba alarmante. Contó que en la actualidad se estaba desarrollando una persecución contra Diario Junio, el medio que él dirige. Como ejemplo, mencionó el caso de un compañero, que no realiza tareas periodísticas sino que se encarga de la administración digital del diario y que también es trabajador municipal. Este fue suspendido por 45 días sin goce de sueldo por el municipio. Según explicó, el joven, de poco más de treinta años, tuvo una discusión con otros compañeros y una de las personas involucradas lo denunció. El hecho fue suficiente para que se aplicara la sanción sin siquiera darle la oportunidad de presentar su versión de los hechos.
Agregó que otro integrante del equipo, quien también conducía un programa en la radio luego de su alejamiento de la emisora, fue directamente despedido. En su opinión, estos casos reflejan una situación de hostigamiento generalizado hacia el periodismo crítico. Vinculó esta actitud con las declaraciones del presidente Javier Milei, quien había dicho públicamente que "no odiamos lo suficiente a los periodistas". Según Gastaldi, esas palabras no se referían a figuras mediáticas o a periodistas "ensobrados", sino precisamente a aquellos que intentan seguir haciendo periodismo real en un país cada vez más hostil con la verdadera prensa independiente.
En ese contexto, expresó su preocupación por la dirección que estaban tomando los acontecimientos en Concordia, y aunque no tenía claro cómo era la situación en Rosario, intuyó que también allí debía haber tensiones similares. Insistió en que, bajo la actual gestión municipal, el panorama no era nada alentador.
Sospechas de intereses privados detrás del cierre
Cuando se le preguntó si esta situación tenía vuelta atrás, respondió con escepticismo. A su entender, ya había intereses económicos detrás del cierre de la emisora. Creía que había negocios en marcha y que el objetivo final era entregar el espacio a un privado, probablemente a precio vil. Comparó lo que estaba sucediendo con experiencias anteriores de vaciamiento del patrimonio estatal, como la privatización de Aerolíneas Argentinas, YPF y otras empresas públicas durante los años noventa.
En esete punto, se le mencionó que, según la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la frecuencia utilizada por la radio pública era intransferible y debía ser devuelta si no era utilizada por el municipio. Sin embargo, sospechaba que se intentaría sortear esa norma, ya que —en sus palabras— la ley, para ciertos sectores, no tenía ningún valor.
Además, lamentó la falta de consecuencias judiciales ante situaciones graves, como el caso de las criptomonedas en el que estaría involucrado un funcionario, quien, según dijo, debería estar preso pero no enfrentaba consecuencias. Sostuvo que en Argentina había cuestiones profundas que debían ponerse en debate con urgencia.
La banalización del rol de los medios públicos
Además, lamentó la falta de consecuencias judiciales ante situaciones graves, como el caso de las criptomonedas en el que estaría involucrado un funcionario, quien, según dijo, debería estar preso pero no enfrentaba consecuencias. Sostuvo que en Argentina había cuestiones profundas que debían ponerse en debate con urgencia.
La banalización del rol de los medios públicos
En ese contexto, se mencionó que una concejala libertaria de Concordia celebró públicamente el cierre de la radio, sosteniendo que los medios públicos eran simplemente "aparatos de propaganda". Gastaldi señaló que ese mismo argumento era repetido por el Gobierno Nacional, que paradójicamente utiliza esos medios para difundir sus propios discursos, en los que solo aparecen funcionarios oficialistas que se felicitan mutuamente. Opinó que lo que alguna vez fue la televisión pública y lo que es hoy representaba una vergüenza. En ese marco, se expresó solidaridad con los trabajadores de esos medios, con la convicción de que muchos de ellos no comparten el rumbo que se les impone.
En el tramo final de la charla, Gastaldi agradeció especialmente por visibilizar lo que ocurría en Concordia. Reconoció que, aunque geográficamente estaban lejos, el cierre de una radio pública no era un hecho lejano, mucho menos para quienes ejercen el periodismo. Valoró el rol de los medios comunitarios como espacios clave para la construcción democrática.
Al cerrar la entrevista, se expresó que el cierre de Radio Ciudadana no solo implicaba silenciar una emisora, sino romper un pacto democrático construido colectivamente. Señaló que los medios públicos deben existir precisamente para dar lugar a aquellas voces que no aparecen en los grandes medios comerciales, y que eliminarlos significaba apagar espacios fundamentales para sostener el debate y la información en un país que atraviesa —según dijo— uno de sus momentos más oscuros desde la última dictadura.
Escuchá la entrevista completa: