"No hay reemplazos por jubilaciones ni renuncias", remarca Spies. Esto implica que áreas enteras, incluso las administrativas, quedan al borde del colapso operativo. Un ejemplo alarmante: la renuncia reciente de una trabajadora de Recursos Humanos —sector esencial para el funcionamiento de un CCT con 20 unidades ejecutoras y más de 1.500 personas— ocurrió sin previo aviso. "Se fue al mismo sueldo, pero no soportó el nivel de estrés. Esto no es sostenible", asegura.
Y no es solo una percepción. "Esta es la peor crisis que hemos atravesado", subraya. Ni siquiera la debacle de 2002 fue tan grave. Hoy, no se discute qué tipo de ciencia queremos hacer: directamente no se discute nada. No hay diálogo, ni prioridad, solo desfinanciamiento.
El deterioro en cifras
La caída de la inversión en ciencia y tecnología es elocuente:
"El número habla solo", advierte Spies. "Es muy triste".
La caída de la inversión en ciencia y tecnología es elocuente:
- En 2024 se destinó apenas el 0,21% del PBI.
- Para 2025 se proyecta un desplome al 0,15%, el valor más bajo desde el retorno democrático en 1983.
"El número habla solo", advierte Spies. "Es muy triste".
Fuga de cerebros, parálisis de proyectos
Los efectos de este desfinanciamiento ya son visibles. En 2023, 27 personas se fueron del CONICET Santa Fe. En lo que va de 2024, otras 15. Y se esperan al menos 8 jubilaciones más antes de fin de año. "Vamos a cerrar 2025 con más de 50 bajas y ninguna reposición"”, afirma.
Esto significa no solo pérdida de talento, sino también sobrecarga para quienes permanecen. Y en paralelo, el desinterés de los jóvenes: la última convocatoria a becas tuvo una caída del 30% en postulaciones, algo inédito en la historia del organismo.
"No hay ingresos a la carrera del investigador desde 2022", denuncia. "Hay 850 personas evaluadas que están listas para ingresar, y el sistema sigue cerrado a cal y canto".
Emigración y precariedad
Spies también señala que la emigración científica se intensificó. Jóvenes altamente formados —con doctorados, posdoctorados, hasta 15 años de preparación— están dejando el país. "Se los entregamos a costo cero al primer mundo", advierte. "Nos cuesta una fortuna formarlos, y los países desarrollados los reciben con los brazos abiertos. Es una pérdida económica y estratégica brutal".
El deterioro salarial tampoco ayuda: el poder adquisitivo cayó un 40% desde que comenzó esta gestión. Y en áreas aplicadas, donde se requieren insumos y equipamiento, el panorama es directamente inviable. "Sin recursos, los proyectos se paralizan. La gente se va".
Contratados precarizados: en la cuerda floja
A comienzos de 2024, el Gobierno nacional ordenó el cese masivo de contratos en organismos del Estado: unas 1.200 personas fueron desvinculadas en todo el país, de las cuales 38 pertenecían a Santa Fe. Consultado sobre esa situación y si esos trabajadores forman parte de los que abandonaron el CONICET, Spies aclaró: "Solamente dos contratados de Santa Fe se fueron el año pasado bajo el artículo 9, de los llamados precarizados".
Y explicó el trasfondo de una maniobra que generó preocupación y rechazo en todo el sistema:
"El gobierno de Javier Milei implementó una evaluación a empleados estatales en tres áreas: lectocomprensión, lógica-matemática y, para los administrativos, algunos contenidos vinculados a la Constitución". El objetivo: justificar despidos, comenzando por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Pero el plan no salió como esperaban. "El 95% aprobó con excelentes notas. Entonces, cuando vieron los resultados, desistieron de aplicarlo en el interior del país", relató Spies.
Los contratos finalmente fueron renovados hasta fin de año, pero siguen siendo precarios. Es decir, los trabajadores continúan en la cuerda floja, apenas un poco más holgados "por ahora". Sin estabilidad, sin certezas.
Paralización tecnológica: satélites, radioisótopos, litio
Pero los datos más impactantes surgen cuando Spies enumera los sectores que han sido totalmente abandonados:
Pero los datos más impactantes surgen cuando Spies enumera los sectores que han sido totalmente abandonados:
- Producción satelital: Argentina, único país de Latinoamérica con capacidad de fabricar satélites, tiene hoy la actividad completamente paralizada. Incluso podría perder una órbita geoestacionaria por falta de continuidad.
- Radioisótopos para tratamiento del cáncer: Producción detenida. (Y pensar que esos insumos salvan vidas.)
- Energía nuclear: Tecnología nacional estancada. (Argentina era exportadora de reactores.)
- Baterías de litio: El país pasó de fabricarlas en convenio con la UNLP e ITEC, a volver a exportar litio en bruto, como en tiempos coloniales.
Sin inversión, no hay futuro
La conclusión es tan contundente como desesperanzadora: sin inversión, no hay país que pueda desarrollarse. "El gobierno debe entender que apostar a la ciencia no es un lujo, es una necesidad estratégica", sostiene.
Y lo dice con el respaldo de la historia y de la evidencia empírica. Como lo recordaba Bernardo Houssay, Premio Nobel argentino: "Los países ricos son ricos porque invierten en ciencia y tecnología.
Los que no lo hacen están condenados a la pobreza".