La decisión fue aprobada este jueves por el Concejo Deliberante, tras el envío de un proyecto por parte del Ejecutivo municipal que estableció la derogación de la ordenanza que creaba la Comisión Administradora de la Radio Pública (CARP). Con eso, la emisora, fundada en 2015, quedó formalmente disuelta. Sus bienes pasarán a manos de la Municipalidad, y el futuro del personal, según lo aprobado, quedará en manos del intendente, que podrá reasignarlos, reubicarlos o directamente prescindir de sus servicios.
El pretexto: el presupuesto
Según el oficialismo, la decisión responde a una evaluación de “costo-beneficio”. El concejal Felipe Sastre (JxER) explicó que, en una ciudad con alta pobreza, el presupuesto de $150 millones anuales que insumía la Radio era “un privilegio” que no podía sostenerse. Sin embargo, ese gasto representaba apenas el 0,16 % del presupuesto total del municipio para 2025, de $89.500 millones. Es decir, una incidencia marginal.
La concejal libertaria Yaiza Pessolani Beichet (La Libertad Avanza) celebró el cierre y lo comparó con la clausura de Télam dispuesta por el presidente Javier Milei, repitiendo la idea de que los medios públicos son “aparatos de propaganda” que deben eliminarse. “Es un despropósito financiar esto con los impuestos de todos”, dijo, sin mencionar que la emisora funcionaba sin escándalos, con personal precarizado que sostenía la programación con vocación, muchas veces cobrando sueldos equivalentes a jubilaciones mínimas.
Según el oficialismo, la decisión responde a una evaluación de “costo-beneficio”. El concejal Felipe Sastre (JxER) explicó que, en una ciudad con alta pobreza, el presupuesto de $150 millones anuales que insumía la Radio era “un privilegio” que no podía sostenerse. Sin embargo, ese gasto representaba apenas el 0,16 % del presupuesto total del municipio para 2025, de $89.500 millones. Es decir, una incidencia marginal.
La concejal libertaria Yaiza Pessolani Beichet (La Libertad Avanza) celebró el cierre y lo comparó con la clausura de Télam dispuesta por el presidente Javier Milei, repitiendo la idea de que los medios públicos son “aparatos de propaganda” que deben eliminarse. “Es un despropósito financiar esto con los impuestos de todos”, dijo, sin mencionar que la emisora funcionaba sin escándalos, con personal precarizado que sostenía la programación con vocación, muchas veces cobrando sueldos equivalentes a jubilaciones mínimas.
FM 89.7 no era solo un medio de comunicación. Era un espacio de encuentro cultural, de información, de construcción ciudadana. Una tribuna abierta a las organizaciones sociales, al periodismo independiente, a las expresiones barriales, juveniles, de mujeres y trabajadores. Cerrar esta radio es quitarle la voz al pueblo. Es romper un pacto democrático. Es apagar un faro en medio de un país que atraviesa momentos cada vez más oscuro.
Lo que realmente dolía: las voces
Pero la oposición y gran parte de la comunidad cultural y periodística no compraron el argumento económico. Carolina Amiano (PJ) fue tajante: “Esto no es ahorro, es censura. Lo que molesta al intendente Azcué es que existan voces institucionales que no puede controlar”.
Y no es solo retórica. Radio Ciudadana se había consolidado como uno de los medios más escuchados de Concordia en solo dos años desde su fundación. Con programación social, cultural, comunitaria y periodística, con debates, entrevistas incómodas, poesía, política y micrófonos abiertos a la gente del barrio, cumplía una función que ningún otro medio local ofrecía. Y, sobre todo, sin el filtro de la pauta oficial ni los intereses privados que dominan el resto del dial.
El exdirector y fundador de la radio, Claudio Gastaldi, también director de DiarioJunio, denunció que el cierre fue el final de una persecución silenciosa pero constante. Contó que incluso en reuniones privadas, funcionarios del gobierno como el secretario de Gobierno, Luciano Dell Ollio, cuestionaban la posibilidad de un concurso abierto para elegir autoridades, temiendo que él ganara. “El pecado original fue existir, y hacerlo bien”, resumió Gastaldi.
Pero la oposición y gran parte de la comunidad cultural y periodística no compraron el argumento económico. Carolina Amiano (PJ) fue tajante: “Esto no es ahorro, es censura. Lo que molesta al intendente Azcué es que existan voces institucionales que no puede controlar”.
Y no es solo retórica. Radio Ciudadana se había consolidado como uno de los medios más escuchados de Concordia en solo dos años desde su fundación. Con programación social, cultural, comunitaria y periodística, con debates, entrevistas incómodas, poesía, política y micrófonos abiertos a la gente del barrio, cumplía una función que ningún otro medio local ofrecía. Y, sobre todo, sin el filtro de la pauta oficial ni los intereses privados que dominan el resto del dial.
El exdirector y fundador de la radio, Claudio Gastaldi, también director de DiarioJunio, denunció que el cierre fue el final de una persecución silenciosa pero constante. Contó que incluso en reuniones privadas, funcionarios del gobierno como el secretario de Gobierno, Luciano Dell Ollio, cuestionaban la posibilidad de un concurso abierto para elegir autoridades, temiendo que él ganara. “El pecado original fue existir, y hacerlo bien”, resumió Gastaldi.
Silenciar para gobernar
El cierre no fue comunicado con claridad al personal. Se ejecutó de manera informal, casi con desprecio, como si fuera un trámite menor. Pero fue mucho más que eso. Fue la clausura de un espacio de ciudadanía, de memoria colectiva y de pensamiento crítico. Un lugar donde no se pedía permiso para hablar, donde se ejercía la palabra como derecho, no como privilegio.
Como sintetizó un concejal opositor en la sesión: “A Radio Ciudadana no la cerraron: la ejecutaron. Le metieron una bala en la nuca entre ordenanza y ordenanza”.
Lo que deja la gestión del intendente Francisco Azcué es un mensaje claro: en su modelo de ciudad, la cultura es gasto, no inversión; la pluralidad es un estorbo; y la libertad de prensa, un lujo prescindible.
La ciudad, como tantas veces, se enteró tarde. Ya sin su radio pública, sin su espacio plural, sin ese eco incómodo pero necesario que hacía ruido donde había silencio oficial.
El silencio, esta vez, no fue casual. Fue una estrategia política, un síntoma del odio, y una muestra de inoperancia de gestión que no supo –o no quiso– sostener lo que funcionaba. Porque funcionaba.
Ver también: Un director de 'Radio Ciudadana' será nombrado por la asamblea de oyentes, Radio Pública: El Concejo Deliberante de Concordia avaló por unanimidad la designación de Claudio Gastaldi como director, La radio pública de Concordia ya tiene casa propia, Radio Ciudadana cumplió tres años al aire: 'Hoy no somos una radio más; somos una radio importante', Repudio al proyecto de control político en radio pública: amenaza a la pluralidad de voces y libertad de expresión
Carta de despedida de Radio CiudadanaMe llamo Radio Ciudadana. Nací allá por diciembre de 2015, y este año iba a cumplir mis 10 añitos. Dentro de mí vivieron miles de historias, personajes y personas que guardaré por siempre en mi memoria sonora. Fui más que una frecuencia; fui una casa abierta, una voz compartida, un latido colectivo.
Gremio de prensa repudian el cierre de Radio Ciudadana en ConcordiaCada uno de mis miembros son parte de mí. Fueron ellos, los trabajadores, quienes me dieron vida cada día, y hoy quiero detenerme para nombrarlos, para que el olvido no los alcance y sus huellas no se borren.
José, nuestro ordenanza, el primero en llegar cada mañana, el que abría mis puertas y dejaba todo en orden para empezar. Con su "que hace"? "¿cómo anda?" que resonaba en mis pasillos, fue siempre una presencia amable. Te voy a extrañar, amigo. Cuídate mucho.
Lucre y Laura, las chicas de Tarea Fina, llevaron adelante una lucha necesaria, honesta, valiente. Su periodismo comprometido con la verdad, aun cuando dolía, fue y será un tesoro de esta radio.
Daniel, Federico y Marcelo, gracias por reflejar la realidad de nuestra ciudad, por cubrir los casos policiales con respeto y humanidad, y por aquellos sorteos que regalaron sonrisas en las mañanas. Que "Una Mañana por Delante" quede grabada como un hermoso recuerdo en el aire.
Marianito Almeida, a través tuyo me despido del deporte concordiense. Gracias por cada transmisión, por esa pasión incansable que contagiaste a tu equipo y a cada oyente. Gracias por hacer que el deporte tuviera siempre su lugar en mi casa.
Mauro, Nahuel, Agustín, Ruth y Claudia… ustedes son mi corazón. Gracias por prestar sus manos e ingenio para que tantas voces se escuchen, porque del otro lado del vidrio ustedes daban vida. Sin ustedes, nada hubiera sido posible. Gracias infinitas.
Leticia, la que hizo posible lo imposible, enfrentando la burocracia para que todo saliera bien. Gracias por tu esfuerzo, por mantener mi casa en orden y transparente.
Claudia, o Claudita, como todos te decían. Llegaste a mí con el alma atravesada por la vida, y aun así me entregaste tus días, tus tardes, tus noches, tus madrugadas. Me amaste, y créeme que lo sentí. Me cuidaste como se cuida a quien se quiere de verdad. Hoy me duele despedirte, pero te abrazo en esta despedida.
No me quiero olvidar de quienes alguna vez fueron los que me dirigieron. Claudio Gastaldi, Gustavo Guaglianone y Guillermo Pérez: gracias por su compromiso, predisposición y responsabilidad. Gracias por hacerme crecer, por cuidar mi rumbo, por creer en este proyecto que hoy, por decisión de unos pocos, fue borrado de un plumazo.
Diego Lopes, Dieguito, crack, como todos te decimos… gracias por tu magia. Porque con ella me vestías, me dabas color, ritmo, identidad. A través de tus separadores, jingles, avances, y ni hablar de los podcasts, me hiciste brillar. Sos arte puro, y siempre serás parte de mi esencia.
Agustín Álvarez, tampoco me olvido de vos. Valiente como pocos, el que trepaba mi antena sin miedo para asegurarse de que todo funcionara. El Tero, el gran técnico. Gracias por tu entrega silenciosa, por estar siempre donde hacía falta, aun sin pedir nada a cambio.
Y a ustedes, mis queridos oyentes, gracias de corazón. Porque sin ustedes, nada de esto hubiera tenido sentido. Gracias por estar del otro lado, por acompañar, por creer, por hacer de esta radio su casa también.
No quiero olvidarme de nadie. Si lo hice, pido perdón. En cada programa, en cada voz, viajé por el arte, la cultura, la educación y la música. Viví aventuras increíbles. Extrañaré las transmisiones del carnaval, las expos, las coberturas, los encuentros, los abrazos compartidos a través del aire.
Hoy me toca callar los micrófonos y apagar las luces. Mi corazón deja de latir por el puñal de quienes no supieron cuidarme, de quienes no comprendieron mi valor y me dejaron caer.
Pero me voy en paz, porque sé que Dios, el todopoderoso, conoce los corazones de cada uno. Él sabe quién luchó, quién aguantó, quién soñó conmigo.
Me despido con amor, con gratitud, y con la esperanza de que, alguna vez, mi voz pueda volver a encenderse.
Hasta siempre.
Radio Ciudadana, la Radio Pública de Concordia.
Desde la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPren), junto al Sindicato Entrerriano de Trabajadores de Prensa y Comunicación (SETPyC), expresamos nuestro enérgico repudio al cierre de Radio Ciudadana, emisora perteneciente a la Municipalidad de Concordia, y manifestamos nuestra solidaridad con todas y todos sus trabajadores.
En un contexto de profunda crisis social y económica, el cierre de un medio de comunicación público no solo representa la pérdida de fuentes laborales, sino también la vulneración del derecho a la información de la ciudadanía. Apagar una voz institucional es restringir el acceso a contenidos informativos confiables, especialmente en un momento en que más se necesitan.
Lamentamos profundamente que se haya silenciado una emisora que, con compromiso y esfuerzo, había logrado consolidarse como un espacio relevante para la comunidad concordiense.
Exigimos que se revierta esta medida y se garantice el pleno funcionamiento de los medios públicos y los derechos laborales de quienes los integran.
Fuente: Diario Junio