Sos el convencional más joven de la Convención. ¿Cómo vivís el desafío de representar no solo a tu fuerza política, sino también a una generación que muchas veces no se siente escuchada por las instituciones?
Es un momento histórico. No hay una representación generacional amplia en la Convención. Está Candela Rodríguez de La Libertad Avanza, a quien vi un par de veces pero con quien aún no tuve la oportunidad de debatir. También está Lucila De Ponti, que ronda los 40 años. Pero en general, hay un vacío en cuanto a la voz de nuestra generación.
Desde mi lugar, fue una grata sorpresa —más que sorpresa, una alegría— saber que dentro del socialismo había un espacio para que una persona joven ocupe este rol. Y no se trata solo de una renovación de nombres o caras, sino de poder pensar el mundo con la mirada puesta en los próximos años, en las generaciones que vienen.
Hay que tener en cuenta que la reforma constitucional que estamos por encarar va a marcar no solo la vida política e institucional, sino también los derechos, las garantías y los vínculos sociales de la provincia durante las próximas décadas. Tal vez 20, 30 o 50 años. Y nuestra generación va a ser la que viva con más intensidad y por más tiempo esos cambios.
La constitución no cambia las cosas de un día para el otro, pero sí traza el horizonte hacia donde queremos que vaya el Estado. Por eso, asumo este desafío con mucha responsabilidad y con el entusiasmo de poder aportar una mirada que represente a quienes muchas veces no son tenidos en cuenta.
Ustedes en mayo lanzaron La previa de la reforma, un espacio abierto y participativo. ¿Qué conclusiones sacaron? ¿Qué se debatió?
La previa de la reforma fue una iniciativa que impulsamos junto a Daiana Gallo Ambrosis, también convencional constituyente, con la idea de abrir el debate a la ciudadanía antes del inicio formal de la Convención. Creemos que hubiese sido muy importante que todos los convencionales nos tomáramos este tiempo previo al 14 de julio para convocar a la sociedad. Lamentablemente, no fue así en todos los casos.
Desde nuestro lugar, pensamos esta instancia como una especie de “cabildeo” previo, donde la gente pudiera ser protagonista. Porque si no, el riesgo es que la reforma constitucional quede como un debate cerrado entre convencionales, ya sea desde posiciones personales o partidarias. Y nosotros creemos que ese músculo social, ese anclaje territorial, es clave para llevar al debate las ideas reales del pueblo santafesino.
En este camino recorrimos la provincia y conversamos con más de 1.500 personas. Generamos espacios similares a audiencias públicas, rondas de diálogo, comisiones temáticas. Trabajamos con centros de estudio, organizaciones sociales, y también recibimos propuestas de una gran variedad de actores que nos venían buscando para compartir proyectos y buscar acompañamiento.
La experiencia fue sumamente positiva. Estamos en proceso de sistematizar toda esa información, pero ya llevamos realizados unos 30 encuentros en distintos puntos de la provincia. Hablamos sobre temas como salud, educación, cultura, ambiente, juventudes, trabajo… una agenda muy diversa que refleja las preocupaciones y esperanzas de los santafesinos y santafesinas.
A partir del lunes, ¿habrá mecanismos de participación ciudadana que puedan incidir en el texto final de la reforma?
Sí. El lunes esperamos aprobar el reglamento que definirá la dinámica de funcionamiento de toda la Convención, y hay un consenso bastante amplio entre todos los espacios políticos sobre la importancia de que esta primera etapa sea abierta a la comunidad.
Esto significa, por un lado, que cualquier vecino o vecina, organización social, partido político o convencional podrá presentar proyectos para que sean considerados. Aún no se definió el plazo exacto, pero se estima que habrá una o dos semanas para la presentación de propuestas. Luego, las comisiones temáticas serán las encargadas de convocar a distintos actores e instituciones vinculadas a cada temática para enriquecer el debate.
Al menos, esa es la intención compartida: que esta Convención arranque con un proceso de escucha activa y participación amplia.
¿Podemos esperar en la nueva Constitución herramientas nuevas como plebiscitos, consultas populares vinculantes o revocatorias de mandato?
Seguramente sí. Hay una comisión que va a trabajar específicamente estos temas, que además están habilitados por la Ley de Necesidad de Reforma de la Constitución. Esa habilitación marca un sentido claro: repensar la democracia y abrir paso a mecanismos de participación directa.
Para mí, eso es fundamental. Hoy vivimos una crisis de representación profunda. Hay una porción importante de la ciudadanía que ya no se siente convocada a votar, o que no se ve representada por quienes elige. Y frente a eso, algunas respuestas desde la política son restrictivas: eliminar elecciones intermedias, votar menos, participar menos. Yo creo que eso va en contra de la democracia.
La salida a esta crisis no es menos participación, es más. Más política, más democracia, más herramientas reales de participación. Hablamos de plebiscitos, consultas populares, audiencias públicas, la posibilidad de que la ciudadanía presente proyectos de ley y que esos proyectos sean efectivamente tratados. Pero no como una formalidad, sino como una participación que tenga impacto y pueda cambiar las cosas.
Eso, creo, puede volver a generar vínculo entre la sociedad y la política pública. Porque son herramientas que devuelven poder a la gente, no solo para elegir representantes, sino también para opinar y decidir sobre los grandes temas que afectan a sus vidas y comunidades.
En distintas notas hablaste sobre salud, inteligencia artificial, juventudes, cultura. ¿Cuáles son los puntos que sí o sí tienen que tener mayor profundidad y estar en el nuevo texto constitucional?
Todos esos temas, y seguramente muchos más. Vamos a reformar de forma parcial más de 40 artículos, por lo tanto, es fundamental que haya un hilo conductor, una mirada común que atraviese todo el trabajo de la Convención. No creo que haya temas más o menos importantes en términos absolutos, pero sí es natural que cada convencional ponga el foco en aquellos temas que ha trabajado más o que lo tocan más de cerca.
En mi caso, hay algunos ejes que me parecen clave. Uno es la salud, sin dudas. Hoy no podemos seguir pensando la salud con el mismo enfoque de hace 60 años, centrado solo en lo biológico o lo físico. Necesitamos una mirada integral, que incluya la salud mental, la salud ambiental, incluso la salud animal. La salud mental en particular es urgente, sobre todo en las juventudes, donde se ve reflejada en cifras alarmantes de suicidios, que en muchos lugares ya superan incluso las muertes violentas. Lo mismo con el consumo problemático, las adicciones, la ludopatía. El Estado tiene que asumir un rol activo, con estructura, recursos, políticas públicas sostenidas y en articulación con organizaciones e instituciones que ya vienen trabajando en estos temas.
Otro eje importante es el mundo digital. Hoy muchos conflictos se trasladaron a lo virtual: el bullying, el acoso, el grooming. Y el Estado está prácticamente ausente en ese plano. Necesitamos un marco constitucional que reconozca la existencia de ese territorio digital, lo regule, lo proteja, y también promueva el acceso y la inclusión con eficiencia y transparencia.
También me parece fundamental que la nueva Constitución incluya una mirada más actualizada sobre salud sexual y educación sexual. En Santa Fe venimos con una tradición de trabajo en torno a la ESI, y sería muy importante que esa perspectiva quede consagrada en el texto constitucional, especialmente en el apartado educativo. Hoy estamos frente a problemáticas como el aumento de enfermedades de transmisión sexual —por ejemplo, la sífilis— que ya se vive como una pandemia silenciosa.
Entonces, creo que ese tipo de cuestiones tienen que quedar reflejadas. Y en definitiva, eso es lo que nos va a permitir tener una Constitución acorde a los tiempos que corren, que sirva como base sólida para los gobiernos que vengan. Una plataforma de acuerdos básicos que no se pueda romper con cada cambio de gestión, y que obligue a caminar en una dirección común.
Eso me parece lo más interesante: que podamos dejarle a la provincia —que ha tenido una estabilidad política importante— una Constitución moderna, robusta y consensuada, incluso en un país que en los últimos años ha sido tan inestable en esta materia.
Se presentó una propuesta firmada por distintas organizaciones sociales para que el nuevo Artículo 11 incluya el derecho a la comunicación, el acceso a la información pública, la distribución equitativa de la pauta oficial, y el respeto por la diversidad cultural y de pensamiento. ¿Cómo ves esta iniciativa?
La vi. Me la hizo llegar hace unos días la gente de la querida Biblioteca Popular Pocho Lepratti —Carlos Núñez y compañía— y también me llegó a través del Sindicato de Prensa de Rosario. Me parece una muy buena propuesta. Es justamente el tipo de iniciativas que deberían ingresar a la Convención cuando se habiliten las instancias de participación por parte de la comunidad.
Además, el respaldo de firmas le da una fuerza institucional muy importante. No es lo mismo que la idea la presente una sola persona que hacerlo con el apoyo de tantas organizaciones con años de trayectoria en el tema. Por eso creo que sería fundamental que puedan ser convocados a las comisiones temáticas correspondientes para exponer y defender sus planteos. Personalmente, coincido con la mayoría de los puntos y con el espíritu general de la propuesta.
Dicho esto, también creo que hay que tener en cuenta que la Constitución funciona como un paraguas, un marco general. El desafío será incorporar muchas de estas miradas ciudadanas e institucionales sin caer en una Constitución meramente declamativa o descriptiva. La clave está en que sea una Constitución clara, concreta, con fuerza normativa.
Y lo que no entre en esta reforma, no significa que se pierda. Una vez finalizada la Convención —que, si se extienden los plazos como se espera, será alrededor del 12 de septiembre— se abrirá una etapa clave: la de legislar. Tendremos que pensar y construir leyes que traduzcan el nuevo texto constitucional en políticas públicas efectivas.
Ese proceso también va a necesitar participación, ideas y continuidad. Probablemente haya puntos que queden afuera, nos va a pasar a todos. Pero lo importante es que podamos proyectar esa agenda en los próximos años y generar leyes que estén a la altura de los principios que se definan ahora.
De mi parte, todo el acompañamiento posible, y por supuesto, vamos a seguir en contacto para trabajar en esta propuesta y en otras que vayan surgiendo.
No es una cuestión de prejuicio, pero entre los 69 convencionales constituyentes uno puede notar una mayoría de personas —incluso dentro del espacio de Unidos— con ideas más cercanas a la derecha. Y eso preocupa, sobre todo respecto de muchos de los temas que hablamos hasta ahora. ¿Cómo te preparás para un debate que, en algunos casos, ni siquiera se quiere dar? Donde pareciera que ya hay frases hechas, bajadas de línea, sin espacio real para discutir.
Mirá, la experiencia que tengo dentro del bloque de Unidos —donde somos 33 convencionales— es que hay una fuerte diversidad interna. De esos 33, somos 7 socialistas, lo cual no es un número menor. Unidos es una coalición profundamente heterogénea, con una amplitud ideológica que, me animo a decir, es muy similar a la que se ve en el bloque del peronismo.
En el bloque peronista, por ejemplo, conviven figuras como Armando Traferri y Juan Monteverde, que expresan dos visiones muy distintas del panperonismo. Y en Unidos ocurre algo similar: hay posiciones que van desde la centroizquierda hasta sectores más cercanos al centro-derecha. En ese marco, lo que se construye son alianzas programáticas, no uniformidad.
Entonces, creo que el desafío está en cómo articulamos acciones estratégicas entre fuerzas que, a pesar de las diferencias, tienen voluntad de diálogo. El peronismo ha mostrado algunos gestos en ese sentido. Y me parece clave que, entre las fuerzas racionales —como me gusta decir— podamos construir una propuesta de Constitución que sea útil para la gente. En eso, tanto el socialismo como el radicalismo, e incluso sectores del peronismo, tienen mucho que aportar.
Ahora bien, también es cierto que va a haber complejidades. Particularmente con dos bloques: La Libertad Avanza y el espacio de Amalia Granata. Y lo digo con claridad, porque creo que no tienen una propuesta real de reforma constitucional. No creen que esta Constitución necesite aggiornarse, sino que, al contrario, entienden que la de hace 63 años ya era demasiado progresista para su época.
Entonces, su objetivo no es construir una nueva Constitución para el futuro, sino, muchas veces, operar políticamente, poner a Unidos en jaque, o incluso utilizar la Convención para disputar el liderazgo del gobernador. Y eso responde a intereses particulares, no al espíritu constituyente que debería guiar este proceso.
De todos modos, quiero destacar algo que me parece muy positivo: hoy hay un debate abierto, no solo entre partidos, sino también dentro de los bloques. Cada uno plantea públicamente lo que piensa, desde su historia, su ideología o su territorio. Y eso es sano. Ojalá el debate pueda realmente "convencionalizarse", es decir, que se dé con argumentos, con tiempo, con respeto, sin bajadas de línea cerradas desde un lado o el otro.
No le tengo miedo al debate. Creo que va a ser necesario tejer alianzas dentro de los bloques, entre bloques, y también con otras fuerzas. Porque si logramos que los temas importantes estén sobre la mesa, y que se discutan de verdad, va a haber muchas más posibilidades de que salgan adelante.
Y no comparto la idea de que haya una mayoría "de derecha". Porque tampoco hay una articulación real entre los sectores más duros, como La Libertad Avanza y Granata. Sabemos que incluso entre ellos hay tensiones internas fuertes. Así que, más que una mayoría ideológica cerrada, lo que veo es una composición diversa, con mucho por debatir y también con margen para construir consensos.
Hay temas que confluyen en varios ejes, como la salud sexual y la Educación Sexual Integral. Sabemos que ahí va a haber que dar batalla, y fuerte.
Sin duda, sin duda. Es un terreno donde hay que plantarse con mucha claridad. Pero también es cierto que ya tenemos un punto de partida importante: la Ley de Necesidad de Reforma establece un piso de discusión. Y dentro de Unidos —que somos la primera mayoría en la Convención— ese piso fue parte del acuerdo político que asumimos desde el comienzo.
Ese marco no solo define qué se puede discutir, sino que también marca un sentido. Por ejemplo, cuando se plantea que la Caja de Jubilaciones de los trabajadores provinciales no sea transferible, ahí hay un mensaje claro: hay temas que forman parte del consenso de base, y vamos a ir a fondo para garantizar que se sostengan.
Desde el bloque socialista venimos trabajando muy activamente para que ese piso no solo sea un límite, sino también una guía de avance. Y ahí quiero destacar el enorme trabajo que hicieron nuestros compañeros en la Cámara de Diputados para que esa ley saliera con un enfoque progresista. Gracias a eso, hoy tenemos una hoja de ruta que nos permite encarar esta reforma con responsabilidad y con una visión de futuro.
Así que no se trata de que puedan surgir sorpresas o "martes trece" en cada artículo. Porque si cada punto se debatiera como si no hubiera ley previa, la reforma perdería sentido. Al contrario, lo que estamos construyendo —y ojalá lo logremos— es una Constitución mejor que la actual, más moderna, más justa, más acorde al tiempo que vivimos. Y sin dudas, más progresista y mejor de la que hoy tenemos.
Convocatoria de la Multisectorial por una Reforma Constitucional con Participación Ciudadana
La Multisectorial por una Reforma Constitucional en Santa Fe, integrada por diversos colectivos de la sociedad civil, convoca a los medios de comunicación y a toda la población de la provincia a una conferencia de prensa que se realizará el lunes 14 de julio a las 9:30 horas en la explanada de la Legislatura provincial, ubicada en Av. Gral. López 3055, en la ciudad de Santa Fe.
En el marco del inicio de la Convención Constituyente, la Multisectorial proclama: "Nada sobre el pueblo santafesino sin el pueblo santafesino", posicionándose como Comunidad Constituyente y reclamando mecanismos efectivos de participación ciudadana.
El objetivo de esta conferencia es presentar el trabajo que vienen desarrollando los distintos colectivos que conforman la Multisectorial, para que la nueva Carta Magna santafesina incluya derechos humanos, feministas y transfeministas; los derechos de la comunidad LGBTI+; derechos ambientales, previsionales, laborales y sindicales; derechos culturales; así como los derechos de pueblos originarios y afrodescendientes, personas con discapacidad, y también el derecho a la ciudad, a la salud pública, a la educación, y de las infancias y juventudes.
La Multisectorial por una Reforma Constitucional en Santa Fe, integrada por diversos colectivos de la sociedad civil, convoca a los medios de comunicación y a toda la población de la provincia a una conferencia de prensa que se realizará el lunes 14 de julio a las 9:30 horas en la explanada de la Legislatura provincial, ubicada en Av. Gral. López 3055, en la ciudad de Santa Fe.
En el marco del inicio de la Convención Constituyente, la Multisectorial proclama: "Nada sobre el pueblo santafesino sin el pueblo santafesino", posicionándose como Comunidad Constituyente y reclamando mecanismos efectivos de participación ciudadana.
El objetivo de esta conferencia es presentar el trabajo que vienen desarrollando los distintos colectivos que conforman la Multisectorial, para que la nueva Carta Magna santafesina incluya derechos humanos, feministas y transfeministas; los derechos de la comunidad LGBTI+; derechos ambientales, previsionales, laborales y sindicales; derechos culturales; así como los derechos de pueblos originarios y afrodescendientes, personas con discapacidad, y también el derecho a la ciudad, a la salud pública, a la educación, y de las infancias y juventudes.