martes, 14 de agosto de 2018

El bombardeo de imágenes violentas en los medios contribuye a la inseguridad

El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, dijo que “el bombardeo de imágenes, escenas, alusiones e informaciones referidas a la violencia que recibimos día a día desde los medios de comunicación masiva es terrible, por no decir obsceno y contribuye a generar inseguridad y más violencia”
Vázquez fue invitado días pasados a realizar una exposición ante la Confederación Masónica Interamericana sobre: “Violencia y su influencia en la sociedad actual”.

En dicha instancia el jefe de Estado dijo que la violencia “está en nosotros, es inherente a la naturaleza humana como también lo son el amor, la compasión, la esperanza, el desánimo, la razón, la pasión, la resignación o la voluntad de cambio”.

“Aceptar que la violencia nos constituye, aunque nos duela, nos ayuda en la difícil tarea de mitigarla”, remarcó.

En tanto, cada individuo es un ciudadano y sujeto de derechos, “la violencia excede el componente coactivo del Estado e incluso a la fuerza como tal; por lo que debe ser combatida y superada”.

También han de ser combatidas y superadas “otras violencias” que surgieron o se están visibilizando más recientemente. En tal sentido, mencionó: “la violencia del terrorismo, del narcotráfico, de la discriminación (étnica, religiosa, sexual), la violencia doméstica (de género, pero también la de edad o capacidad), y hasta la violencia institucional, la violencia estructural, la marginación y la pobreza”.

Vázquez remarcó que se debe “prevenir, combatir y superar la violencia”, agregó que “es necesario construir acuerdos estratégicos a partir de los cuales diseñar políticas sustentables e instrumentar acciones concretas”.

Siete aspectos para contrarrestar la violencia
Mencionó una serie de aspectos para combatir la violencia. Dijo que “no debemos entretenernos intentando comparar si hoy hay más o menos violencia que en el pasado”.

“Ello no nos lleva a ninguna parte porque aunque la violencia viene de lejos la conciencia de la misma y su condena son relativamente recientes en la larga historia de la humanidad”, indicó.

Planteó asumir que se debe “hablar de violencias y no de violencia”, entre las cuales remarcó la “política, económica, intrafamiliar, la social y las que aún no conocemos en referencia a que hay acontecimientos que en un momento dado no eran considerados”.

Dijo que “en una sociedad existen normas, leyes e instituciones que rigen nuestro relacionamiento. Este ordenamiento implica la existencia de derechos y obligaciones de los individuos. Un binomio fundamental que nos permite, al mismo tiempo que respetamos a quienes conviven con nosotros, ser respetados”.

Manifestó que dicho equilibrio perfecto “debe ser garantizado por el Estado y defendido por todos nosotros”.

Por otro lado, expresó que la violencia “es una relación social particular”. Debe ser entendida más allá del comportamiento patológico de las conductas individuales y ser concebida a partir de un tipo particular de relación social cuya sustancia es, al fin y al cabo, cómo y sobre quiénes se manifiesta el poder.

“La violencia es un proceso. No es un hecho puntual que concluye con una víctima y un victimario, porque hay etapas anteriores y posteriores que son parte de ese proceso. Esto significa que se debe tener en cuenta los niveles que se establecen para todas y cada una de las fases del proceso de las violencias: por ejemplo para el nivel perceptivo, disponer de equipamientos, servicios, criterios éticos y disposiciones legales coadyuvantes a prevenir la violencia”, destacó.

El mandatario dijo que “así como promover la salud no es asunto de médicos solamente, prevenir y erradicar la violencia no es asunto exclusivo de policías y cuerpos de seguridad”.

La sociedad en su conjunto “ha de involucrarse en esa tarea, y ha de hacerlo en clave de equidad social, cultura ciudadana, participación y concertación social, o lo que es lo mismo: igualdad de oportunidades ante la ley y ante la vida, educación, trabajo, bienestar, ciudadanía justicia y democracia”.

El jerarca de Estado indicó que existen numerosas investigaciones sobre “las consecuencias de la violencia en los medios de comunicación de masas, especialmente el cine y la televisión, y sobre las tendencias de los espectadores a la violencia”.

“El bombardeo de imágenes, escenas, alusiones e informaciones que recibimos día a día desde los medios de comunicación masiva es terrible, por no decir obsceno y contribuye a generar inseguridad y, seguramente, más violencia”, aseguró.

Pero también es cierto que “los medios de comunicación reflejan actitudes ya dominantes ante la violencia, una auténtica subcultura de la misma”.

Por lo cual dijo que no se debe culpar a los medios de comunicación de lo que es responsabilidad de la sociedad en su conjunto.

Vázquez puntualizó que “superar la violencia no es suficiente para alcanzar la paz social”.

“Así como la salud no es solamente la ausencia de enfermedad. La paz es bastante más que la ausencia de violencia, tolerar o coexistir con los demás”, puntualizó.

La violencia y los medios de comunicación masiva
Existen numerosas investigaciones sobre las consecuencias de la violencia en los medios de comunicación de masas, especialmente el cine y la televisión, y sobre las tendencias de los espectadores a la violencia.

Los resultados son unánimes y podrían sintetizarse en la tan manida frase (atribuida al dramaturgo griego Esquilo, siglo V a.C.) “la violencia engendra violencia”.

Es verdad: el bombardeo de imágenes, escenas, alusiones e informaciones que recibimos día a día desde los medios de comunicación masiva es terrible, por no decir obsceno y contribuye a generar inseguridad y, seguramente, más violencia.

Pero también es cierto que los medios de comunicación reflejan actitudes ya dominantes ante la violencia, una auténtica subcultura de la misma.

Entonces: ¿causa o síntoma de violencia? No culpemos a los medios de comunicación de lo que es responsabilidad de la sociedad en su conjunto. Ello, por supuesto, no exime a los medios de sus responsabilidades. Los medios de comunicación social contribuyen a establecer agendas en sus aspectos social y político. Seleccionan, organizan, destacan, definen y amplían. Comunican significados y perspectivas, ofrecen soluciones, relacionan a ciertos grupos con ciertos tipos de valores y de conducta, crean ansiedad y legitiman o justifican el status quo y los sistemas de
mantenimiento del orden social.

Hace algunos años el sociólogo estadounidense Marchall Clinard, al escribir sobre la prensa y la delincuencia sostenía que: “al prestar una constante atención a la criminalidad, es probable que los periódicos contribuyan de manera importante a centrar nuestra cultura en el crimen. Como consecuencia, muchas veces parece que hubiera más delitos que los que hay en realidad” (Halloran, James, et. al.: “Los medios de comunicación social: ¿causa o síntoma de la violencia? Publicación colectiva de UNESCO, 1981).

En efecto: no hay que descartar la hipótesis que lo que se lee en los periódicos, se oye por la radio y se ve en la televisión pueda influir en las ideas del público sobre la índole y la extensión de la violencia en nuestra sociedad.

Dicho académico británico, consultor de UNESCO y director del Centro de Investigaciones sobre Medios de Comunicación –señala: “Hace algunos años unos estudios realizados en los Estados Unidos indicaban que las ideas del público sobre la frecuencia y el tipo de criminalidad en la comunidad dependían más de las informaciones periodísticas que del número real de delitos, según las estadísticas de la policía”.

¿Solamente en Estados Unidos? No es una excusa ni un atenuante, es una pregunta que amerita una respuesta seria y objetiva que muy probablemente nos conduciría a otra pregunta exigente y cuya respuesta podría resultar incómoda: ¿por qué y para qué?....
Discurso completo de Tabaré Vázquez
Fuentes: La Red21 y Presidencia de Uruguay

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