Por: Irene Valiente
Argentina recuerda este miércoles el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas cuando se cumplen 20 años de un crimen que sacudió a la opinión pública y convirtió al reportero en un "símbolo de la lucha por la libertad de expresión", asegura quien fue su compañero, el periodista Gabriel Michi.
En febrero de 1996, en pleno verano austral, Cabezas y Michi estaban en la ciudad costera de Pinamar, 350 kilómetros al sur de Buenos Aires, trabajando para la revista Noticias, cuando se enteraron de que iba a aparecer Alfredo Yabrán, entonces uno de los empresarios más poderosos y escurridizos del país.
Ahí comenzó la carrera por conseguir una fotografía de Yabrán, cuyos vínculos con la política, la Justicia, el sindicalismo, la Policía, la Iglesia, y los servicios de inteligencia habían llevado al entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, a considerarlo públicamente el jefe de una "mafia enquistada en el poder".
Según relata Michi, después de realizar un auténtico trabajo de detectives para averiguar cómo era el rostro del empresario y qué lugares visitaba, Cabezas logró capturar las codiciadas imágenes.
Una de ellas, en la que aparece Yabrán paseando por la playa en short de baño acompañado de su mujer, fue portada de la revista el 3 de marzo de 1996 junto a una investigación de Michi sobre los "negocios raros" del empresario y su relación con el narcotráfico y el lavado de dinero.
"El impacto periodístico fue impresionante porque era la imagen que todo el mundo buscaba", cuenta el redactor antes de revelar que durante ese año, amenazaron a Cabezas varias veces y cuando regresaron a la localidad costera al verano siguiente, se pelearon con la custodia del empresario y les llegaron a pinchar las ruedas del coche.
"No teníamos idea de lo que estaba pasando", señala. Hasta que llegó la noche del 24 de enero, y Michi dejó a su compañero en una fiesta de otro empresario. Fue la última vez que lo vio.
El 25 de enero encontraron en el fondo de una fosa a las afueras de la ciudad el coche en el que se había marchado Cabezas. Dentro, con las manos esposadas, estaba su cuerpo, completamente calcinado.
Aunque insiste en que nunca fue muy amigo de las "historias contrafácticas", Michi admite que se salvó "de milagro".
"Fue una casualidad que no hubiésemos estado juntos. Todo hace pensar que íbamos a correr los dos la misma suerte", apunta antes de admitir que el crimen le "atravesó" la vida porque más allá de lo profesional, era su "compañero y amigo".
Por eso tardó casi 20 años en animarse a escribir el libro "Cabezas: un periodista, un crimen, un país", que publicó recientemente y en el que además de lo ocurrido, aborda el entramado político y empresarial que articuló Yabrán.
Según Michi, este supo ganarse la confianza de funcionarios de todas las ideologías, incluida la del entonces presidente Carlos Menem (1989-1999), quien intentó proteger al empresario y desvincularlo del crimen con gestos como recibirlo en la sede del Gobierno argentino con la investigación en marcha.
Al recordar a Cabezas, el periodista habla de un "tipo muy divertido", dedicado a su pareja y a sus tres hijos, que disfrutaba "pasionalmente" de su trabajo.
"Era un perfeccionista de la imagen y quería un poquito más siempre", además de que conseguía convencer a los entrevistados más complicados para que posaran como él quería, como ocurrió con el fallecido expresidente argentino Raúl Alfonsín o el escritor Ernesto Sábato.
Michi piensa que el asesinato supuso "el peor ataque al periodismo desde que volvió la democracia a Argentina" y se reflejó en la masiva reacción que hubo por parte de los medios de comunicación y la sociedad en general. "Se convirtió en el símbolo de la lucha por la libertad de expresión", asegura.
Por el crimen fueron condenadas ocho personas, entre ellas Gregorio Ríos, jefe de custodia de Yabrán, quien se suicidó en 1999, cuando la Policía lo buscaba como instigador del homicidio del que finalmente se lo consideró autor intelectual "mediato".
La Justicia determinó que la banda de delincuentes apodada "Los Horneros" secuestró y mató a Cabezas en complicidad con policías y por orden de Ríos.
El único condenado que actualmente continúa en prisión es el integrante de dicha banda Sergio González, aunque no por el crimen, sino por su implicación en otra causa de narcotráfico.
Este 25 de enero se celebrará una misa en la localidad bonaerense de General Madariaga, donde encontraron el cadáver de Cabezas, y horas más tarde tendrá lugar el acto central en Pinamar con la presencia de familiares, amigos y colegas.
Además, habrá actos, exposiciones charlas y otras actividades por todo el país para que la memoria del crimen del incansable reportero gráfico que conmocionó a Argentina hace 20 años no se extinga.
Fuente: Agencia EFE
En Rosario "No nos olvidamos de José Luis Cabezas"
Acto en plaza Pringles por la libertad de expresión, el derecho a la información y la defensa de los puestos de trabajo para los gremios de prensa y de la comunicación
Argentina recuerda crimen del fotógrafo José Luis Cabezas que marcó a la sociedad hace 20 años
El Sindicato de Prensa Rosario y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) convocan a las y los trabajadores de prensa y de la comunicación, y también a la diversidad de organizaciones sindicales, sociales, políticas, comunitarias, académicas y de derechos humanos a reunirse el próximo miércoles 25 de enero cuando se cumplen 20 años del brutal asesinato del reportero gráfico de la revista “Noticias”, José Luis Cabezas. En la plaza Pringles, donde se encuentra desde hace años la placa que lo recuerda volveremos a manifestar que “No nos olvidamos de Cabezas”.
Y claro que “No nos olvidamos de Cabezas”, porque tenemos presente que su asesinato fue un mensaje mafioso que pretendió ser aleccionador para toda la sociedad al decir que con el poder no hay que meterse, no hay que mostrarlo y mucho menos señalarlo y responsabilizarlo. José Luis Cabezas sólo hizo su trabajo y en ese marco mostró el rostro, hasta ese momento desconocido, de Alfredo Yabrán, uno de los empresarios, socios del menemismo y del neoliberalismo en el poder que trajo desempleo, precarización, angustia y desesperación para trabajadores y trabajadoras y para todo el pueblo.
Cuando también se cumplió el peor año para el ejercicio periodístico entendido como aquel que concibe a la información como un derecho humano y un bien social, el SPR y la ARGRA piden el acompañamiento de la comunidad, ya que recordar a Cabezas es comprometerse con la libertad de expresión y con el derecho a la información de toda la sociedad.
El primer año transcurrido del gobierno de Mauricio Macri puso a la información y al trabajo de las y los periodistas en la mira y lanzó su ataque contra ellos: en primer término fue la derogación por decreto de los artículos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que ponían límites al monopolio y que garantizaban la autonomía de la autoridad de aplicación; luego fue el protocolo que criminaliza la protesta social y que quiere alejar a periodistas del lugar donde ocurren los hechos; después fue el intento de penalizar a quienes rebelaran detalles relacionados con el blanqueo de capitales (a través de un artículo contenido en el respectivo proyecto de ley que por la rápida reacción de organismos de derechos humanos y de trabajadores de prensa fue eliminado); siguió la aprobación de la Ley de Acceso a la Información Pública, cuyo responsable de la agencia que la aplica, sólo es elegido y removido por el Poder Ejecutivo Nacional y, además, otro Protocolo, esta vez para la supuesta protección de quienes trabajan con la información, los mismos que no fueron consultados ni una vez para el armado elitista, inoperante y de ficción de un organismo constituido por los socios directos del gobierno, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (AdEPA) y el Foro de Periodismo Argentino (FoPeA).
Recordar a José Luis Cabezas es seguir trabajando por ese valor de bien social de la información, por la pluralidad informativa, por la defensa de los puestos de trabajo de los que el gremio de prensa perdió alrededor de 3.000, contra la precarización y todas las formas del fraude laboral. También para señalar que Gustavo Prellezo, el matador de Cabezas, está en libertad condicional y que fue tratado, como empleado del poder más concentrado, con toda la condescendencia y la benevolencia a la que no accede ninguna otra persona condenada a la máxima pena que prevé la legislación argentina.
Por todo eso, hoy, miércoles 25, a las 20, en plaza Pringles, proyectaremos un fragmento del documental realizado por el SPR en 2001, dirigido por el cineasta Héctor Molina y volveremos a expresar ¡Cabezas, presente! ¡Cabezas, presente!, ¡Cabezas, presente!
El mapa de la impunidad
Fuente: Revista Noticias
Ver anteriores: "Cabezas: Un periodista. Un crimen. Un país": un libro que reconstruye y actualiza la historia que marcó al periodismo, Genera repudio decisión de la justicia que deja en libertad al asesino de José Luis Cabezas, Gustavo Prellezo, el asesino que trabajó para el poder