Por: Edi Zunino*
Pobre Pandora. Los hombres hemos sido injustos con ella. Tan hermosa y agraciada, persuasiva, vehemente y habilidosa con las manos… ¿Era inevitable que la recordáramos apenas por la caja? Cuidado: también parece que era bastante jodida. Falaz.
Un verdadero genio de la manipulación. Pandora, digo. Zeus le ordenó al fogoso Hefesto que la creara, a imagen y semejanza de los inmortales, para darnos nuestro merecido. Palas Atenea le inoculó la astucia y la sabiduría.
Fue la primera mujer. Sí, sí, Pandora. Símbolo de nuestra perdición. Toda una Eva, muchísimo antes de la maldita manzana del Edén. ¡Qué machistas! ¿Le habremos hecho mala fama por impuras razones de género? ¡Qué sé yo!
Pero ahora dicen que, de nuevo, a partir del 10 de diciembre se va a abrir la Caja de Pandora:
- Ya se verá, en caso de que sepamos conseguir indicadores creíbles, si salimos de la "década gabada" chochos cuan holandeses y más gorditos que los alemanes (como dicen Cristina y Anibal F) o con un tercio de la población bajo la línea de pobreza (como señala la Iglesia).
- Veremos si los niveles oficiales de desocupación sólo tapan un crecimiento alucinante del empleo público, en un Estado sobregirado y sin financiamiento.
- Tal vez conozcamos verdades ocultas sobre las reservas del Banco Central, los alcances futuros del cepo cambiario y una eventual devaluación del peso.
- Ya se sabrá, en síntesis, si la "pesada herencia recibida” justifica, por enésima vez en la historia nacional, un nuevo “shock” que debamos pagar todos. Y todas. Se habla de una “bomba de tiempo”.
Sin embargo, hay algo que puede darse por confirmado desde ahora mismo: pese al entusiasmo democratizante generado hace seis años, en los inicios del debate por la Ley de Medios, la calidad de la información que recibe la sociedad por la tele, la radio, la prensa escrita y la web se deterioró hasta límites alarmantes.
Entramos de cabeza a “la era de la información y el conocimiento” con un mapa mediático signado por el desembarco de empresarios inventados por el flujo de fondos gubernamentales contantes y sonantes; otros comprados o alquilados por la misma billetera; y otros que, absolutamente ajenos a la misión de informar e inducidos a invertir en medios de comunicación por el Poder Ejecutivo, provienen de rubros demasiado atados a la obra pública y el lobby, que antes funcionaba “sottovoce” y hoy, a grito pelado.
Es cierto: la virulencia verbal, jurídica y económica del Gobierno generó, del otro lado, una agenda informativa sesgada, monocorde, si se quiere vengativa. El “periodismo militante” se impuso, con asimetrías, de un lado y el otro de la grieta. Ganó la lógica de los buenos y los malos. Aún suena fatal la idea de que existe una realidad K y otra anti K. Pro y contra. O al revés. Porque, en este berenjenal, la contra es PRO.
Igual convendría evitar confusiones. Fueron las autoridades quienes, en nombre de la “variedad de voces” y en contra de las “prácticas monopólicas”, desprestigiaron la función periodística, edificaron su propia concentración mediática desde un inusitado festival de plata y dieron pasto a las fieras.
El “periodismo lacra” y el “periodismo mercenario” viven su primavera bajo el ala de empresarios amigos del poder que disfrazan sus intereses de noticias.
Cuando se abra la Caja de Pandora veremos, también, si el fenómeno habrá sido pasajero o llegó para quedarse.
Sin dudas, quien ocupe el Sillón de Rivadavia se preguntará: ¿para qué cambiar esto si al kirchnerismo le fue tan bien así?
Festival de millones. Según un relevamiento del Ministerio de Desarrollo Social, que comanda Alicia Kirchner, hay en el país 449 medios gráficos, radios, canales de TV y sitios web. En dicho informe, se los dividió entre “kirchneristas”, “coincidentes”, “neutros” y “opositores”, ubicados en siete regiones: Capital Federal (30), Noroeste (49), Nordeste (63), Cuyo (60), Centro (211), Patagonia norte (26) y Patagonia sur (10). Aunque sin cuantificar las audiencias reales de cada uno, se llegó a la conclusión de que el 96% les responde con más o menos énfasis. ¿En qué medida radicó en estos números el secreto del supuesto “triunfo cultural” del kirchnerismo?
En el 2003, cuando los K llegaron al poder, el Estado nacional destinó 47 millones de pesos a la publicidad oficial. En el 2013 (último balance publicitado), dicho presupuesto alcanzó los 2.700 millones, es decir, 57 veces más. Y este año superaría los 5.800 millones: el doble que dos años atrás. Nada de esto (que excluye los presupuestos publicitarios de la ANSES, las provincias y los municipios) podría compararse con las proyecciones de inflación, que acumuló en los productos de la canasta básica un 1.100% en el mismo lapso. Y ni siquiera con el incremento global del gasto público, que creció 26 veces. O sea, menos de la mitad que el gasto en publicidad estatal.
Veamos cómo se distribuye ese dinero entre los diarios porteños de circulación nacional. Con un 15% del mercado, los matutinos oficialistas (Tiempo Argentino, Página/12, Diario Popular, Ámbito Financiero, Crónica, BAE y Buenos Aires Herald) cubren el 98,5% de la torta publicitaria del Gobierno. Los no K (Clarín, La Nación, Perfil y El Cronista) llegan al 85% de los lectores y acceden al 1,5 por ciento. El caso del Grupo Szpolski sirve como ejemplo para entender a qué fueron destinados esos fondos provenientes del pago de impuestos.
En el 2003, el empresario de origen radical Sergio Szpolski tenía un periódico universitario gratuito (La U), producía un par de programas de cable y era socio minoritario de Daniel Hadad en el diario Infobae. En la actualidad, posee dos diarios, cinco radios, un canal de cable con versión digital y un website (ver infografía). De los 420.000 pesos recibidos en el 2003 fue duplicando su incidencia anual en esas partidas, hasta llegar a los 105 millones en el 2013, según el último balance oficial publicado.
Entre el segundo semestre de aquel año hasta el primero del 2015, recibió 451 millones más. Digamos que con 850 millones de pesos fresquitos en la mano resulta más sencillo dar por ganada una década.
Similar resultó la matriz K-dependiente de dos holdings de origen sindical. Uno de ellos está liderado por el titular del gremio de porteros, Víctor Santamaría: de publicar tres revistas pasó a sumar dos radios y un porcentaje de la productora GP, de Gastón Portal. El otro pertenece a los hermanos Raúl y Alejandro Olmos, ligados a la Unión Obrera Metalúrgica, que de la nada llegaron a tener tres diarios y el canal Crónica TV.
Pese a tal obra maestra del despilfarro y la discriminación en el uso y abuso de la “caja” (en este caso relevemos a la baqueteada Pandora), quedó visto que esta resultaba insuficiente para avanzar más en el tablero mediático argentino en busca de imponer un relato hegemónico. Dos buenos amigos del Gobierno, Gerardo Ferreyra primero y Cristóbal López después, resultaron indispensables para desplegar la avanzada. Ferreyra encabeza, junto a Osvaldo Acosta, el Grupo Electroingeniería.
Fueron pioneros de la movida en el 2008, cuando le compraron Radio del Plata a Marcelo Tinelli y, de inmediato, despidieron a todo el staff periodístico, empezando por Nelson Castro, Fernando Bravo y Alfredo Leuco. Luego lanzaron el canal digital 360 TV. En su página web se presentan como “una empresa dedicada a la ingeniería, construcción, operación y mantenimiento de grandes obras y servicios electromecánicos, civiles, de arquitectura, viales, de saneamiento, de conducción de fluidos y otras especialidades asociadas”. Los medios, por lo allí expresado, no estarían entre sus prioridades estratégicas. Salvo que se los considere “especialidades asociadas”, claro. Se adjudicaron la obra energética más grande del país, las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en Santa Cruz, con el financiamiento de capitales chinos.
Claro que la gran sorpresa provino del verdadero magnate de esta historia. Hace tres años y medio, Cristóbal López combinaba casinos, obras públicas y amistades K rechazando cualquier intromisión en el mundo de los medios. Entró por la puerta grande en el 2012. Al menos, por una bien ruidosa.
Desde que le compró el multimedios a Hadad, López no dejó de avanzar en ese terreno que él mismo consideraba no sólo extraño, sino sobre todo resbaladizo. Mientras en la Casa Rosada lo convencían de que tomara ese rumbo como “un seguro”, desde los mismos despachos presionaban a su ex aliado Hadad para que vendiera. Y se la tomó a pecho Don Cristóbal. Aparte de los canales y las radios hadadistas, compró tres diarios y tres significativas productoras: Ideas del Sur (de Tinelli), Pensado para Televisión (del ultra K Diego Gvirtz, hacedora de los brulotes propagandísticos “678”, “TV registrada” y “Duro de domar”) y La Corte (de los hermanos Monzoncillo, dueña de la televisación del fútbol local y eje de la producción audiovisual de Balcarce 50).
Así, se convirtió en el gran jugador paraestatal del kirchnerismo.
Putines. El modelo escapa al clásico egocentrismo argentino. Acá no valen el dulce de leche, la birome ni el colectivo. Vladimir Putin lo impuso en Rusia con asombrosos paralelismos.
Es simple: un gobierno con muchos recursos induce a empresarios que sean contratistas, concesionarios o tengan sus actividades reguladas por el Estado, a comprar medios de comunicación para ponerlos a su servicio. Así, sin necesidad de cerrar o nacionalizar medios, se consigue influir sobre la mayor parte de los periodistas cuyas fuentes de trabajo estarán en manos de personas afines al poder. Llevarle como trofeo de caza un medio a la Presidenta (en la Argentina) o al presidente (en Rusia) pasó a ser la principal actividad extracurricular de moda entre algunos empresarios de ambos países.
Las similitudes no se limitan a eso. Alinear a los medios con el gobierno no es una política aislada: deviene de sistemas con inspiración autoritaria.
Viene al caso un texto de Jorge Fontevecchia, fundador de Noticias: “En la reunión anual de la Asociación Mundial de Diarios que se realizó en Moscú, en el 2006, el CEO de dos de los principales diarios rusos me dijo apesadumbrado que ya no aguantaba más las presiones del gobierno, que lo maltrataba por cualquier detalle que le molestara de lo que habían publicado. Esos dos emblemáticos diarios rusos habían sido comprados para agradar a Putin por el mayor productor de aluminio del país, cuya rentabilidad dependía de que el gobierno colocara o no retenciones sobre las exportaciones, o no le autorizara aumentos de precios o giros al exterior con la distribución de dividendos. Sus ventas eran de varios miles de millones de dólares por año. ¿Qué le importaba perder ‘sólo’ 10 millones para dejar contento a Putin?”.
La empresa que conduce Fontevecchia y publica esta revista acaba de ser descalificada por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) para competir por dos señales de televisión digital. En nota aparte se explica por qué el organismo conducido por Martín Sabbatella mintió para dejar fuera de concurso a Editorial Perfil, pese a adecuarse a la Ley de Medios. Competían por las mismas licencias los holdings de Cristóbal López y Sergio Szpolski, cuyas propuestas fueron consideradas improvisadas y desprolijas. Ninguno de los dos protestó.
En el Grupo Indalo (de López) esperarían sin chistar hasta que se vuelva a abrir el concurso. Estiman que nada se resolvería con el actual gobierno. Apuestan fuerte al triunfo de Daniel Scioli, con quien mantienen una excelente relación. Ganaron mucho terreno en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, a partir de la concesión de la autovía Ezeiza-Cañuelas.
No es buena la relación actual, en cambio, con Mauricio Macri. El primer cortocircuito del año fue en mayo, cuando el Gobierno porteño decidió no prorrogar el convenio del juego y entrar en nuevas negociaciones, que quedarán en manos de Horacio Rodríguez Larreta y las futuras autoridades de Lotería Nacional.
Al igual que sus “vecinos” de Electroingeniería al desembarcar en Radio del Plata, Cristóbal López debutó en el manejo de los medios comprados a Hadad despidiendo a sus principales periodistas, empezando, a pedido de Cristina Kirchner, por Marcelo Longobardi. Acaso el principal heredero de ese puesto sea el “periodista” Roberto Navarro (ver abajo), tanto en la pantalla de C5N como en los micrófonos de Radio 10. Navarro pasó a ser, en los últimos meses, el principal operador antimacrista de los medios nacionales. Alguna vez defendió a Macri, incluso echando periodistas. Por la plata baila el mono.
Afirman en la Casa Rosada que la orden de rechazar las propuestas de Perfil fue de CFK. Y que a Sabbatella sólo le queda cintura para alinearse. Desde la AFSCA deslizan que el concurso debería abrirse pronto. Al cierre de esta edición se especulaba con que "pronto no quiere decir que nada termine antes de diciembre".
Cerca de Szpolski, por su parte, aguardarían un nuevo llamado para lograr que su canal de TDA Vibra se transforme en Rock&Pop TV, de la mano de Mario Pergolini, y así meterse en la industria de la ficción. También querrían hacer cine, tentados por los jugosos subsidios del INCAA.
En la Argentina, relato mediante, cualquier derecho reclamado por una empresa periodística genuina pasó a ser ilegítimo. Y lo único legal es el favor político. Está dicho: cuando se abra la Caja de Pandora se verá si la película sigue o el próximo presidente cambia de canal.
La tentación por tener buenos amigos será grande. Casi tanto como la ambición de durar.
Se Alquila
Roberto Navarro es la evolución del periodismo militante. No tiene problemas en salir a pedir a los cuatro vientos el voto para Daniel Scioli. Lo hace a la tarde en el magazine de C5N o los domingos a la noche en su programa “Economía Política”. Quizás el público general no lo conozca, pero se transformó en una figura fundamental en el elenco del periodismo militante. Es el encargado de bajar la línea en los medios de Indalo, tanto en C5N como en Radio 10.
Su crecimiento en los medios K se vio reflejado en el aumento que tuvo a la hora de facturar publicidad oficial a los diferentes organismos del Estado. Según el diario La Nación, Navarro en los últimos cuatro semestres recibió $ 8,3 millones.
En el último año, montó su sitio El Destape Web. Allí pueden verse los auspicios de entes públicos y empresas ligadas al oficialismo.
A mediados de marzo de este año, decidió crear una nueva productora y llamarla La Ñata, en sintonía con el nombre de la casa del candidato a presidente del Frente para la Victoria, Daniel Scioli. Su defensa de Scioli llamó la atención hasta a los propios, ya que en reiteradas oportunidades repartió críticas contra la gestión bonaerense. Eran otros tiempos, cuando Scioli no era el candidato bendecido por Cristina Fernández y había sospechas sobre su lealtad al proyecto nacional y popular.
Si bien se paseó por diversos medios oficiales, tuvo un recordado pero breve paso por el diario oficialista Tiempo Argentino. Duró dos días. Navarro ordenó vía mail la publicación de una nota. Cuando las autoridades del diario consultaron por qué debía publicarse, contestó sin sonrojarse que había sido un pedido de un ministro nacional. Al otro día, lo corrieron.
En las últimas semanas, Navarro difundió una serie de denuncias contra el Gobierno de la Ciudad y funcionarios del PRO que entusiasmaron a las autoridades del canal. Sin embargo, sus compañeros aseguran que, por momentos, el conductor de Economía Política se mareó con los 3 puntos de rating que alcanzó.
Hace unos meses que denuncia a Mauricio Macri y a su gestión. Hace diez años hubiera sido impensado que levantara esas banderas. Hay quienes recuerdan cómo decidió correr a una prestigiosa periodista de su programa de televisión tras una investigación que dejaba en offside al ex presidente de Boca.
Los productores Gvirtz y Víctor Hugo
Nadie resiste un archivo. Ni siquiera Diego Gvirtz, el editor del relato. Basta poner su nombre en YouTube para encontrar las críticas que repartía contra el Gobierno durante el mandato de Néstor Kirchner. Sin embargo, los millones de la pauta oficial pusieron al servicio del Gobierno a los editores de la productora Pensado para Televisión.
El método periodístico dejó paso a la propaganda. Al principio, desde la pantalla de “Televisión Registrada” el cambio de línea editorial fue de menor a mayor. Pero con la llegada de “678”, el viraje de Gvirtz fue brutal. Los panelistas se dedicaron a escrachar a quien no se mostrara disciplinado con la Casa Rosada.
En el 2014, Grupo Indalo adquirió la productora PPT, bajo el argumento de que necesitaban dotar el archivo para sus medios audiovisuales. Gvirtz se hizo de una abultada suma.
En sintonía, Víctor Hugo Morales también se vio beneficiado con la década ganada. Su productora Fabiana Segovia también facturó cifras abultadas de pauta oficial al Gobierno nacional. En los formatos que conduce Víctor Hugo, no sólo recibe avisos del Gobierno nacional sino que suele tener una excelente relación con diferentes municipalidades de tinte kirchnerista.
AFSCA contra Perfil
Era previsible que la AFSCA decidiera impedir el desembarco de la Editorial Perfil en la industria audiovisual. Más allá de los argumentos oficiales, quizás las explicaciones tienen que ver con lo periodístico.
En medio del análisis de los concursos de Televisión Digital Abierta, Perfil.com realizó una serie de investigaciones que incomodaron al titular de la AFSCA, Martín Sabbatella. Perfil.com reveló cómo la AFSCA repartió licencias de locutor exprés entre militantes. Tres semanas más tarde, se avanzó con otro artículo sobre algunas prácticas poco claras en la AFSCA. Esta vez se denunció cómo Sabbatella otorgó $ 2.250.000 a productora vinculada a Nuevo Encuentro, el partido del titular de la AFSCA. Sabbatella entendió que Perfil no era domesticable y cumplió con la orden de la Presidenta de no aprobar los pliegos.
¿Blanqueo?
El primero en diseñar el plan fue Sergio Szpolski. Vio en Mario Pergolini la posibilidad de despegarse del mote de empresario K. Lo sedujo con la propuesta de armarle la radio que soñaba. De esa relación, con la intermediación de Matías Garfunkel, en el 2012 surgió Vorterix, una plataforma multimedia que trasciende la radio. Hoy, si bien la radio no ocupa los primeros rankings de audiencia, Vorterix busca su lugar en la grilla.
Con la experiencia de la dupla Szpolski-Pergolini, Cristóbal López se interesó en Marcelo Tinelli, el conductor más importante de la televisión. Era un momento complicado para Tinelli. Quería desprenderse de su productora Ideas del Sur. Cristóbal no lo dudó y en noviembre del 2013 ofreció una cifra millonaria para quedarse con el mundo Tinelli. ¿Blanqueo o trascendencia?
*Jefe de redacción de Noticias. Autor del libro "Periodistas en el barro"
Infografía: Fernando San Martín
Fuente: Revista Noticias