En un editorial de primera plana escrito en letras blancas sobre fondo negro, el diario fundado por la familia Rosenthal y uno de los cuatro de circulación nacional en Honduras, afirmó que "se ve en la dolorosa situación de suspender temporalmente su entrega diaria al público que, generosamente por 45 años, nos ha favorecido con atención y su lealtad".
La suspensión "es consecuencia de una asfixia económica" que enfrenta por el "zarpazo descargado al Grupo Continental y el bloqueo de sus cuentas en el banco y las empresas subsidiarias de su base publicitaria".
El Departamento del Tesoro estadounidense y tribunales de Miami y Nueva York acusaron por narcotráfico y lavado de activos al exvicepresidente (1986-90) Jaime Rosenthal, uno de los hombres más ricos de Honduras, su hijo, el exministro de la Presidencia (2006-2009) Yani Rosenthal, y a su sobrino Yankel.
Estados Unidos congeló los bienes de siete empresas de la familia, propietaria el Grupo Continental, y el gobierno hondureño cerró el Banco Continental, que formaba parte del emporio económico Rosenthal, porque las medidas de Washington lo dejaron sin el capital mínimo para operar.
La familia Rosenthal ha rechazado los cargos y dijo que demostrará su inocencia en los tribunales de Estados Unidos.
A la vez, el gobierno hondureño tomó posesión de 20 empresas, viviendas y terrenos en los que trabajaban más de 11.000 personas.
El presidente Juan Orlando Hernández prometió que se mantendrían los empleos y que seguirían funcionando los medios de comunicación del grupo.
El editorial finaliza con un "hasta pronto, Honduras" (ver abajo).
Más de 300 empleados del diario que tenía sus sede principal en San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, incluyendo unos treinta periodistas reclamaron el reconocimiento de sus derechos laborales.
Editorial: Hasta pronto, Honduras
Tiempo, el Diario de Honduras, se ve en la dolorosa situación de suspender temporal su entrega diaria al público que, generosamente por 45 años, nos ha favorecido con atención y su lealtad a nuestra labor informativa y de opinión.
Las circunstancias que obligan esta suspensión son de la mayor gravedad en lo que importa a la libertad de expresión, al desarrollo de la comunicación social y a la democracia en nuestro país, al grado de constituir un caso atípico en el mundo occidental.
Es consecuencia de una asfixia económica, en primer lugar, debido a que Tiempo, desde su fundación, surgió como un medio de comunicación corporativo, estrechamente vinculado a la formación de un grupo empresarial netamente hondureño, precisamente para garantizar su independencia y, desde esa plataforma, trabajar por el desarrollo político, económico, social y cultural en nuestra Patria.
Lo que ha significado su fortaleza institucional a lo largo de casi medio siglo de presencia diaria en la vida nacional, es decir su naturaleza corporativa, ha tornado a ser su principal obstáculo ante el zarpazo descargado al Grupo Continental y el bloqueo de sus cuentas en el banco y de las empresas subsidiarias de su base publicitaria, o sea la vena yugular para el sostenimiento económico y laboral del medio.
De modo que resulta imposible la obtención de los insumos indispensables para la impresión (papel, tintas, refacciones y repuestos), así como el pago a proveedores y servicios. Asimismo, impide de manera muy penosa el pago de los sueldos y salarios del personal, creándose un problema sumamente grave de derechos humanos.
Por efecto de la liquidación forzosa del Banco Continental decretada por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) y el bloqueo de las empresas de Grupo Continental derivado de la actuación de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC) y la aplicación de la ley Kingpin, no se pudo ni siquiera desaduanar 412 bobinas de papel de Tiempo, ya pagadas y puestas en la empresa naviera norteamericana “Chiquita Logistic Services”. El papel fue devuelto al proveedor Resolute Inc.”
Como puede apreciarse, el ahorcamiento de Diario Tiempo se produce por acciones desproporcionadas del gobierno de Honduras en consecuencia de las sanciones establecidas por el gobierno de Estados Unidos de América.
Es un estrangulamiento de carácter histórico, de repercusión mundial, y que ocurre a un medio de comunicación social que, desde su primer día, ha luchado por el desarrollo democrático real, en la defensa de los derechos humanos, por el progreso económico y social equitativo e igualitario, y, denodadamente, contra las dictaduras, el militarismo, la corrupción y la impunidad.
La administración de Diario Tiempo da seguridades de que, en la medida de lo posible, pagará a los empleados sus derechos laborales con los dineros que le adeudan las empresas y el Estado, que constituyen el núcleo de sus anunciantes. Es obligado nuestro agradecimiento a su comprensión y paciencia, firmemente demostrada en estos momentos aciagos.
Tiempo, el Diario de Honduras, no puede menos que expresar su profundamente sentido agradecimiento a nuestros empleados, colaboradores, lectores y anunciantes que, por todos estos años de brega intelectual, nos han acompañado con afecto, pero sobre todo con inmensa lealtad.
Hasta pronto, Honduras