Por: Andrea Martínez
Los 251.000 cables diplomáticos que WikiLeaks filtró a fines del año pasado circulan en la red, pero ahora con los nombres propios de los informantes de Estados Unidos que, en algunos casos, pueden correr peligro de muerte. La organización acusa al diario británico The Guardian como responsable y argumenta que incluyó una contraseña en un libro sobre WikiLeaks, pero el rotativo se defiende.
Cuando WikiLeaks se contactó con cinco diarios de prestigio internacional, a fines de 2010, para que trabajaran la información de miles de cables diplomáticos que había obtenido, esos medios mostraron su orgullo de haber sido los elegidos. Pero con el paso del tiempo -y el bajo interés de la información filtrada por la organización en los últimos tiempos- comenzaron a surgir diferencias entre ellos y WikiLeaks.
El primer enfrentamiento que WikiLeaks tuvo con un medio ocurrió antes de publicar esos cables, y se dio con The New York Times, en octubre de 2010, por una situación similar a la que se presenta ahora. En ese entonces, WikiLeaks había utilizado un software para suprimir los nombres propios en los cables filtrados, pero a la hora de facilitarlos a los medios, su lectura era muy dificultosa, informó el diario español El País, uno de los medios que recibieron la información de la organización.
La segunda crisis de WikiLeaks con un medio de prensa es la que se está desarrollando ahora con The Guardian. El diario británico es acusado por la organización de haber revelado en un libro sobre WikiLeaks contraseñas confidenciales que permiten el acceso al archivo completo y sin editar de los 251.000 cables de embajadas a los que accedió. En esos textos figuran los nombres de todos los informantes del gobierno estadounidense, incluso aquellos que tenían que ser protegidos, no tanto por su reputación sino por su propia vida. Ése fue el argumento más utilizado por Estados Unidos para repudiar a WikiLeaks: que ponía en riesgo la vida de los informantes. Hasta ahora, desde la organización se respondía que las fuentes estadounidenses estaban protegidas cuando corrían riesgo de vida. Ya no más.
Así, se publicó por ejemplo el nombre de un senador brasileño que reveló información sobre cómo se forman las organizaciones criminales y paramilitares en su país; también figuran nombres de activistas por los derechos humanos que trabajan en países en los que suelen ser perseguidos.
En un comunicado de WikiLeaks, se responsabiliza directamente a David Leigh, el jefe de investigación de The Guardian que escribió el libro y que, en su momento, se jactó de haber hecho el contacto con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Dos fuentes cercanas al líder de la organización dijeron a la agencia de noticias Reuters que Leigh habría conseguido la clave a través del ex mano derecha de Assange, Daniel Domscheit-Berg.
Desde The Guardian se reconoció que la clave está incluida en ese libro, pero se dijo que las acusaciones son un "sinsentido", porque si ésa fuera la causante de las filtraciones, éstas deberían haber sucedido cuando se publicó, en febrero. Se aclaró que se consideró que el conocimiento de la clave sería inútil, porque en el libro no se menciona dónde debe ser utilizada, y además, les habían dicho que "caducaba y sería borrada en unas horas".
En todo caso, agregó un portavoz del periódico, "si alguien hubiera considerado que el libro comprometía la publicación de algunos documentos, WikiLeaks tuvo siete meses para borrarlos".
Fuente: La Diaria
Assange: La prensa occidental censuró informes de WikiLeaks
"Los grupos de comunicación que orgullosamente le dicen al público que persiguen la verdad son mentirosos" y "The Guardian" rompió nuestros acuerdos, indica
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, acusó a diarios de los países de occidente de haber omitido en sus publicaciones denuncias de crímenes que figuraban en los cables diplomáticos secretos divulgados por esa organización.
"Los grupos de comunicación que orgullosamente le dicen al público que persiguen la verdad son mentirosos", afirmó Assange en una videoconferencia transmitida este jueves en la sesión de apertura del InfoTrends, un seminario sobre las tendencias de internet que se celebra en Sao Paulo.
Según Assange, "los grupos de comunicación de occidente, The New York Times y The Guardian, más específicamente The Guardian, rompieron nuestros acuerdos y retiraron crímenes de los telegramas que eran divulgados al público".
En su videoconferencia desde el Reino Unido, en donde permanece bajo arresto domiciliario, Assange citó como ejemplo un conjunto de telegramas sobre Bulgaria cedido por WikiLeaks y publicado recientemente por “The Guardian”, y del que el diario británico supuestamente sólo dio a conocer una tercera parte.
"Esa censura impidió que la población búlgara accediera a información sobre la corrupción de su Gobierno", agregó el fundador de WikiLeaks, que espera que un juez falle sobre su extradición a Suecia, que lo reclama por una supuesta agresión sexual y violación a dos mujeres ocurrida en agosto de 2010.
"En nuestras negociaciones con The New York Times y con The Guardian vimos constantemente una diferencia entre lo que la población quiere y los ángulos escogidos por los grupos de comunicación. La población es mucho menos conservadora", afirmó.
Assange atribuyó la supresión de los nombres de criminales que figuran en los cables al miedo de los diarios de enfrentar procesos entablados por personas ricas e influyentes.
Los periódicos citados fueron precisamente los dos primeros que suscribieron acuerdos con WikiLeaks para divulgar parte de los cerca de 134 mil cables del servicio diplomático de Estados Unidos filtrados por la organización.
La videoconferencia con el fundador de WikiLeaks, la organización dedicada a desvelar documentos oficiales secretos, fue el acto de apertura del InfoTrends, un seminario que se extenderá hasta el viernes y en el que está prevista la presencia de Arianna Huffington, la presidenta del The Huffington Post.
Assange aprovechó su conferencia igualmente para denunciar que se encuentra detenido hace 267 días sin hasta ahora haber sido acusado formalmente de algún delito, lo que, en su opinión, deja en evidencia la quiebra del Estado de Derecho en los países de occidente.
Según el fundador de WikiLeaks, los diarios tienen poco interés en denunciar la corrupción en los países en desarrollo debido a que la misma beneficia a los países ricos.
"En occidente la información verdadera termina siendo superada por las numerosas mentiras subsidiadas por los gobiernos", aseguró.
Agregó que, por esa razón, la mayor dificultad de WikiLeaks no es acceder a fuentes de informaciones sino "la falta de habilidad para publicarlas".
Assange admitió que la omisión de una información se justifica cuando coloca en riesgo de muerte a alguna persona, pero alegó que los gobiernos no tienden derecho a suprimir informaciones.
"Ellos no tienen derechos. Lo que ellos tienen son responsabilidades", aseguró.
Fuente: Agencia EFE