Hace algunos días, salió en la prensa de gran difusión una nota, acusando al Juez en lo Penal Económico Alejandro Catania de atentar contra la libertad de expresión. En la nota se lo acusa de armar listas negras contra ciertos periodistas, además de poner en duda su capacidad profesional para ocupar el lugar de juez.
Desde este espacio queremos dar nuestro apoyo al Juez Catania (miembro del Consejo Consultivo del CIPCE) de reconocidísima trayectoria tanto profesional como académica.
En los últimos años estamos viendo un fenómeno inusitado en el periodismo. Un periodismo que no admite críticas, y ante cada cuestionamiento se impone el discurso de la libertad de expresión como una pseudo inmunidad. En primer lugar, somos los primeros en defender la libertad de expresión, ya que es la herramienta fundamental que tienen los habitantes del país de expresarse y de informarse en democracia y como consecuencia lógica realizar un correcto control de los actos de gobierno, medida eficaz para prevenir la corrupción. Sin embargo, la libertad de expresión encuentra su límite cuando hay un interés oculto que no se condice con función de informar responsablemente. La prensa independiente es claro que no existe, pero sin embargo hay un deber moral del periodismo de poner sobre la mesa sus intereses al momento de dar una noticia.
Cuando una información de fondo tiene una intencionalidad política, económica o social, la libertad de expresión no debe alcanzar estos supuestos, puesto que lejos de informar para fortalecer la democracia genera un efecto contrario. Pensar que cualquier cuestionamiento a la prensa es un ataque a la libertad de expresión, es una respuesta simplista, y que genera implícitamente una pseudo inmunidad periodística. No poder mostrar el cadáver de una persona entre los fierros de un tren es atentar contra la libertad de expresión, solicitar a un periodista que aporte más datos sobre lo que informa a la justicia es atentar contra la libertad de expresión. De este modo, consideramos que la citación del periodismo a que informe a la justicia, no es atentar contra la libertad de expresión sino todo lo contrario, colaborar con la justicia para la búsqueda de la verdad.
Por otro lado no queremos dejar de remarcar, la irresponsabilidad de usar el término listas negras para catalogar el pedido realizado por Catania. Querer asimilar la práctica judicial de llamar a declarar como testigos a periodistas con la práctica terrible de las listas negras, es a nuestro modo de ver un atentado a la credibilidad del poder judicial, y a la de un juez que obtuvo su cargo luego de un concurso realizado en democracia. Quisiéramos ver como esos mismos periodistas juzgan sin piedad a los jueces de la dictadura, que legitimaron la desaparición de personas, y colaboraron en las adopciones de los bebes robados durante ese periodo.
Desde este espacio le brindamos nuestro máximo apoyo al ataque al Juez Catania, ya que creemos que el tratamiento de la información de este modo lejos de querer defender la libertad de expresión ataca al Poder Judicial.
Fuente: Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica