El fundador de Wikileaks, Julian Assange, cargó hoy contra el periódico británico "The Guardian" por la difusión sin edición de los cables diplomáticos estadounidenses y eximió a su organización de cualquier responsabilidad
En su primera comparecencia pública desde la publicación íntegra de estos cientos de miles de documentos, el activista acusó de "negligente" al rotativo -con el que había colaborado estrechamente en el pasado- al haber difundido una clave empleada en la encriptación de los documentos en manos de Wikileaks.
Esta decisión, continuó Assange, provocó que decenas de documentos hasta entonces no difundidos y sin edición salieran a la luz a través de internet y que su portal decidiese a continuación publicarlos todos por una cuestión de "autentificación".
"La decisión de publicar fue exclusiva de 'The Guardian'. No consultaron con nosotros", explicó Assange en una teleconferencia retransmitida desde la casa en la que cumple arresto domiciliario en Reino Unido a un congreso sobre medios de comunicación y tecnologías que se celebra esta semana en Berlín.
A continuación, aunque sin aportar nombres de medios concretos, señaló que todas las organizaciones tienen "intereses" y que "quien diga que su único objetivo es difundir noticias, no está diciendo la verdad".
El controvertido periodista australiano agregó que algunos grandes medios tienen una agenda oculta e intereses económicos y que, de forma paralela, predican una "falsa moralidad".
La publicación de los documentos sin ningún tipo de edición -lo que implica la revelación de las identidades de las fuentes y colaboradores del servicio diplomático estadounidense en todo el mundo- "quizá" ha entrañado "algo de daño" para algunas personas, pero no mucho, aseguró Assange.
Pero a su juicio, lo relevante es que la difusión de los cables está provocando una "tremenda reforma" y un "intenso movimiento" a escala global, que ejemplificó con el cese de ministros y diplomáticos en todo el mundo y el inicio de investigaciones judiciales contra cargos públicos en varios países.
"Hemos destapado una vasta serie de casos de corrupción, malas prácticas y violencia", destacó el activista, que consideró que "la amenaza de salir a la luz debe pender sobre todo acto de la administración pública".
Asimismo, indicó que el acoso al que someten muchos gobiernos como el estadounidense o el australiano a Wikileaks son "expresión del miedo" de esas administraciones a la transparencia.
"Los ataques dejan entrever la debilidad subyacente de algunos gobiernos y el miedo que sienten ante la libertad de expresión", afirmó el activista.
En este sentido, subrayó el "extrajudicial" bloqueo económico que sufre su organización por parte de entidades como Visa, Mastercard o Paypal, que "ha eliminado el 90 %" de su financiación, por la presión encubierta de EEUU a estas entidades crediticias.
"Tener una tarjeta Visa en el bolsillo es tener un arma de Washington en el bolsillo", comparó, para señalar enseguida que "se puede donar al Ku Klux Klan a través de Visa y Mastercard, pero no apoyar a una organización a favor de la libertad de expresión".
Además, Assange distinguió radicalmente entre su obligación de preservar la identidad de las fuentes de Wikileaks con la de proteger a las de las embajadas de Estados Unidos en el extranjero.
"Wikileaks tiene una trayectoria de la que está muy orgullosa. Nunca hemos publicado nada falso. Ninguna de nuestras fuentes ha sido expuesta. Ningún individuo ha sufrido consecuencias físicas por lo que nosotros hemos publicado", afirmó.
Así, Assange reivindicó el nuevo papel de los medios de comunicación que debe ser la de difundir la información en manos de expertos y ponerla en el contexto adecuado.
"Eso es en esencia lo que nosotros hemos estado haciendo en los últimos cuatro años y medio", agregó.
Por último, tildó de "celosos" a aquellos que vaticinan el próximo fin de Wikileaks y reiteró que hay que "hacer que el poder se responsabilice de sus actos".
Fuente: Agencia EFE