sábado, 23 de febrero de 2019

Diego Paruelo 1976 - 2019

Diego Paruelo nació en la ciudad de Rafaela en el año 1976, es reportero gráfico y transcurrió su infancia en Rosario. Diego Paruelo falleció este viernes. Un ataque al corazón, publicó la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA).

Peruelo trabajó en el diario Tiempo Argentino y fue colaborador en el Diario El País (España) y en la agencia AFP. También ha trabajado para los diarios La Capital de Rosario, PáginaI12 y Crítica de la Argentina. Cómo colaborador pasó por las Revistas Veintitrés, Crisis, Rolling Stone, Anfibia, 32 Pies y revistas de Editorial Atlántida.

Participó de los talleres de edición coordinados por la fotógrafa Adriana Lestido. Realizó exposiciones individuales en el Museo de la Memoria de Rosario y en la Alianza Francesa el marco del Festival de La Luz, edición 2008. Participó en muestras colectivas en el Museo de la Memoria de La Plata, Muestra Anual de ARGRA 2009 y 2011, Fundación Itaú, Fundación Federico Klemm, entre otros.
Gallina hasta la médula, bromeaba permanentemente con sus primos bosteros, recordó ARGRA.

Padre incondicional amaba a León (en la foto superior de Federico Cosso) más que a nada en el mundo. En estos días lidiaba con entrega y amor con la salud de su madre Hebe.

Fotografió sensiblemente y con respeto, participó sin guardarse nada, acompañó todas las causas que consideró justas, militó con entrega absoluta, prestó su hombro y sus abrazos a todo el que anduviera flojo; empujó, discutió, amó.

Empezó a fotografiar a los 14 años con la Voigtlander de su padre, estudió en el IMDAFTA de Avellaneda y luego fotoperiodismo en ARGRA, participó de los talleres de Adriana Lestido. Trabajó en el diario Crítica de la Argentina, la revista Rolling Stone, el diario El País, la revista Crisis entre otros; actualmente se desempeñaba en la Cooperativa de los trabajadores de Tiempo Argentino.
Morgue judicial, donde estaba el cuerpo de Santiago Maldonado
Participó en comisiones directivas de ARGRA en distintos períodos siendo miembro del Tribunal de Ética, Vocal y Vicepresidente. Activo militante gremial en defensa de la libertad de prensa y los puestos de trabajo. Como parte del Colectivo de Trabajadores de Prensa, participó en la conformación del SiPreBA.

Con cierta dosis de ingenuidad ante las bromas, las remataba con una risa ancha y profunda. A “Lerner” -como le decía el Gordo, todos le pedíamos un tema, y alguna vez tiró unas estrofas. Aprendimos de él que la sonrisa y la pasión no se negocian nunca.

Tuvimos el placer, la alegría y el honor de conocerlo bien.

Se nos fue Paru. Un ataque al Corazón.
Comisión Directiva
ARGRA

Un compañero de lucha, un fotógrafo comprometido
El viernes nos golpeó la muerte de Diego Paruelo, reportero gráfico de Tiempo. En medio del dolor, lo recordamos con su obra
Festival de los trabajadores del Grupo 23, en el Parque Centenario
El viernes nos golpeó la muerte de nuestro compañero Diego Paruelo, reportero gráfico, integrante de la sección fotografía de Tiempo y, sobre todo, un luchador, un trabajador comprometido y solidario que puso el cuerpo para recuperar el diario y poner en pie la cooperativa después del vaciamiento patronal. Como toda muerte joven, su muerte, a los 42 años, es injusta. Diego era una persona querida por cada colega con el que haya compartido una redacción o una cobertura, un tipo generoso y solidario, siempre dispuesto a luchar por las causas que consideraba justas.

Diego nació en Rafaela el 26 de abril de 1976. Hizo la primaria en Rosario y a los 14 años se encontró con lo que sería su oficio y su pasión, la fotografía. Desde que descubrió una Voigthlander de su papá, no dejó de mirar a través de la lente. Estudió en el Instituto Municipal de Arte Fotográfico, en Avellaneda, y cursó Fotoperiodismo en ARGRA, de la que llegó a ser vicepresidente. Reportero sensible, preciso y valiente, Diego trabajó para los diarios Crítica, El País de España, y las revistas Rolling Stone y Crisis. Sus fotos integraron muestras y exhibiciones. Y con su obra "2 de abril", sobre la Guerra de Malvinas, recorrió las escuelas. Padre de León, de cinco años, y fanático de River, con Diego se nos va un compañero de lucha, en la calle y en las redacciones, donde militó activamente para la conformación del SiPreBA. La búsqueda de su propia identidad, desde que supo que había sido adoptado, también lo llevó a comprometerse con otras búsquedas. Para él ninguna pelea era individual. Diego se dedicó a unir puentes y generar amistades. Por eso tantos lo lloramos y tantos vamos a extrañarlo.

Hasta siempre, querido Diego.
Cristina Fernández de Kirchner, en la Iglesia de la Santa Cruz
Malvinas: Las balas de la indiferencia
A los 20 años, habiendo terminado el servicio militar, Sergio Gasco fue enviado a las islas. Su ubicación en el conflicto fue al pie del Monte Longdon, lugar donde ocurrió una de las batallas más cruentas. Luego de la derrota fue tomado como prisionero de guerra. Veinte años después Sergio se encontró con una realidad adversa: sin trabajo y con graves secuelas físicas y psíquicas. Desde la pérdida auditiva hasta el padecimiento de síndrome de stress post-traumático. En abril de 2003 fallece de una enfermedad terminal.
Diego Paruelo, explicó sobre su obra: “Su muerte (la de Gasco) no es ajena a la de los 455 ex combatientes que se suicidaron desde 1982 hasta nuestros días, cifra que supera ampliamente a la de los soldados muertos en combate. Dice Borges que en la vida de un hombre pueden estar contenidas la vida de todos los hombres”.
Y agregó: “En la vida y el destino de Sergio Gasco se condensa el de buena parte de sus compañeros ex combatientes que fueron enviado a la guerra con gloria, recibidos con indiferencia y abandonados en el olvido. Esta muestra habla de todos ellos, pero en verdad de todos nosotros, los argentinos”.

Durante la realización del ensayo fotográfico, Paruelo vio todas las semanas al veterano de guerra durante tres años. “Cuando terminé de hacer el trabajo Sergio ya era mi amigo y después de fallecer estuve casi un año sin poder mirar las fotos que le había tomado”, afirmó.

Hasta siempre Paru querido
Por: Diego Igal
Hace poco más de tres años, unas 800 personas nos enfrentamos a un fraude mayúsculo: un patrón nos abandonó sin pagar sueldos, vacaciones, aguinaldos, aportes e indemnizaciones. Recibimos mucha solidaridad pero también el señalamiento de que nos deberíamos haber dado cuenta para quién trabajábamos, como si viviéramos en un país donde se puede elegir patrones, acaso cuestionarlos, acaso preguntarles cómo hacen negocios. Pero hubo algo más: no sabíamos entonces que ingresábamos a una etapa en la que el gremio periodístico argentino atravesaría la peor realidad de toda su existencia donde no sólo habría cada vez menos fuentes de trabajo, precarización y multitarea, sino que perderíamos calidad de vida. Mucha, muchísima, calidad de vida.

Y calidad de vida no es tener que comprar segundas marcas, cortar gastos, resignarse un gusto o una salida cultural. Calidad de vida es tener que estar pensando las 24 horas del día en el mango que no llega, en no tener buena cobertura de salud, ni siquiera pensar en ir al médico porque eso nos sacará horas de trabajo, en tratar de permanecer en un gremio que está en llamas y derrumbándose ante la indiferencia casi general. La incertidumbre hasta cuándo. La pesadilla de pensar por qué.

Digo esto porque hoy me desayuné con la terrible noticia de la muerte de un amigo, un compañero, un gran compañero, un pibe de 41 años, padre de un chico de cinco. Y lo peor es que es el segundo compañero de Tiempo Argentino en dos años que nos deja y el cuarto o quinto de aquel grupo de abandonados por un patrón que sigue libre, haciendo negocios, disfrutando de sus millones, el muy hijo de yuta, al que perseguiremos hasta el fin de nuestros días.
Hasta siempre Paru querido.
Se nos fue Paruelo
Patán Ragendorfer
Tu sonrisa, hermano.

Mientras nos seguimos preguntando cómo mierda puede ser verdad, tu sonrisa
se nos aparece una y treinta mil veces.

Te vemos ahí, en fotos y fotos en el Facebook, como te vimos tantas veces a vos sacando fotos, en redacciones, en la calle, en la cancha, en marchas siempre, siempre bancando vos, siempre rebelándote frente a los garcas y las injusticias.

Te nos fuiste Diego, y no podemos creerlo, hoy todo el día fueron llamados, encuentros, abrazos, llantos y repetir una y otra vez que no puede ser. Pero es verdad, y por eso somos multitud que te recordamos. Y la mayoría recordamos, además de tu laburazo, de tu compromiso, de tu pasión por el oficio, por la música, por el fútbol, recordamos tu sonrisa, tu buena onda. La alegría que nos daba encontrarte y abrazarte.
Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga
Te conocimos en Crítica, y ahí nos hermanamos. Con algunos había amistad de antes, pero la mayoría te conocimos bien cuando cerró el diario y nos dejaron sin laburo. En esos meses inolvidables, de asambleas eternas, de angustias y alegrías compartidas, de turnarnos para dormir en la redacción, para limpiar, para cocinar, de adaptar las letras de las canciones de cancha a lo que nos estaba pasando, de putear a empresarios argentinos y españoles, de marchar por Corrientes, por Plaza de Mayo, por 9 de Julio, de llorar y abrazarnos, de mates y cornetas durante el Mundial, de muertes y nacimientos, durante esos meses, no hubo una sola persona que no supiera quién era y cómo pensaba Diego Paruelo.

Hoy lo escribió una compañera: siempre fuiste transparente.

Y siempre pusiste el cuerpo, sobre todo cuando lo que estaba en juego era colectivo.
Vigilia de la votación en el Senado por el Aborto Legal
Te jugaste entero en Crítica, de una te sumaste para que nacieran Cítrica y el SiPreBA, pusiste ladrillos, cuerpo y horas en Argra, y ahora en Tiempo habías vuelto a sentir esa satisfacción tan hermosa de ser parte de un colectivo, de una familia, de una cooperativa de mujeres y hombres tan valientes que no sólo recuperaron un diario, sino que también recuperaron una redacción de manos de unos mafiosos. Esa noche la recordabas con tanta alegría.

Y te vamos a recordar siempre con esa alegría. Por más que ahora no podamos dejar de llorar, siempre te vamos a ver sonriendo. Luchando. Te seguimos viendo ahora mismo, mientras te cagabas de risa y nos decías: “Ustedes lo periodistas son puro copipaste, puro copipaste”.

Bruce Dickinson, de Iron Maiden
Represión cerca del Congreso en marcha contra la reforma previsional de 2017
Gabriela Micheti, nota para la revista C del diario Crítica sobre los políticos y de que equipos simpatizan. Año 2009

Cristina Kirchner en Zárate recorriendo la zona por los incendios rurales

Fotos: Diego Paruelo
Fuentes: ARGRA, Revista Cítrica, Tiempo Argentino, Diego Igal, Revista Sublime

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