jueves, 21 de febrero de 2019

Carlos Slim se entusiasma con un regreso de Cristina Kirchner al poder y choca con David Martínez

Publica LPO México: Las empresas compiten en el mercado Telecom en Argentina. David Martínez, dueño de Fintech, es socio de Clarín. El rol del Papa
A comienzos del 2018 Carlos Slim comenzó a hacer discretos movimientos para tener una mayor cercanía con el Papa Francisco. Fue a través de diversos intermediarios, argentinos y mexicanos, a quienes el magnate les explicaba que había que apoyar al Sumo Pontífice porque este estaba en la mira del "poder financiero global". Una audacia si se considera quién es el emisor de ese mensaje.

Lo cierto es que la comunicación se activó, allí tuvo un rol muy importante Gustavo Menéndez, histórico alcalde peronista de la ciudad de Merlo, en las afueras de Buenos Aires y muy cercano al Vaticano. En ese ir y venir entre Slim y la Santa Sede asoma una realidad ineludible: el entusiasmo de Bergoglio y del mexicano por un probable regreso de Cristina Kirchner a la presidencia en Argentina.

Desde ya los motivos de ese interés son bien distintos. Bergoglio no está conforme con el desempeño económico y el esquema de distribución de riqueza de Mauricio Macri. El Papa es muy coherente con la estrategia de la Iglesia Católica desde inicios de los 90: ocupar el lugar del comunismo y preocuparse por los pobres y las inequidades generadas por el capitalismo. Macri, un empresario del fútbol y heredero de una familia de clase alta, está en las antípodas de este pensamiento. A eso se suman ciertos deslices espirituales, como el gusto presidencial por filosofías orientales de meditación que terminan por configurar al mandatario como un personaje frívolo. Algo que un jesuita como Bergoglio no puede digerir.

Los motivos de Slim, quien ya le habría enviado mensajes a la ex mandataria, son mucho más terrenales. Cuando Kirchner era presidente, el dueño de Telmex anunciaba inversiones en Argentina (es dueño de Claro, una de las tres grandes operadores de telefonía) y se fotografiaba en la Casa Rosada. El clímax de ese idilio fue en 2012 cuando Slim compró las acciones en YPF, la paraestatal argentina dedicada al petroleo, que habían pertenecido a la familia Eskenazi. Cristina le había arrebatado YPF a los españoles de Repsol y cuando todo el circuito financiero condenaba la expropiación, el entonces hombre más rico del mundo acudió en ayuda.

Otros detalles. Cuando Kirchner envió una ambiciosa ley de medios y telecomunicaciones que la enfrentó al dominante Grupo Clarín el comentario general en el gobierno peronista era que la ley se proponía desmantelar a Clarín para dar aire a dos nuevos jugadores en el rubro de distribución y contenidos: uno era Telefónica (que en ese entonces poseía el canal de mayor audiencia) y el otro era Slim. La Corte Suprema avaló la norma pero esta nunca pudo ser aplicada por una serie de amparos judiciales logrados por los abogados de Clarín. En 2015 Cristina perdía las elecciones frente a Macri.

Este año habrá nuevamente elecciones en el país sudamericano. Macri llega muy golpeado por una economía sumida en una profunda recesión producto de una inflación descontrolada y una presión impositiva récord en un país con un gasto público sumamente desfasado. En ese escenario han vuelto a crecer las chances de Cristina Kirchner, que tiene fuerte apoyo del Vaticano y que entusiasma a Slim.

Más allá de los negocios que al mexicano le pudieran interesar hay otro factor: Slim tiene la posibilidad de recuperar terreno contra David Martínez, el dueño del fondo Fintech que es socio del Grupo Clarín en Telecom, una fuerte competidora de Claro. El Grupo Clarín ha respaldado con fuerza a Macri y es adversario acérrimo de Kirchner.

Y Martínez está inquieto por esta situación electoral. Así lo ha deslizado en algunas de sus últimas reuniones. Le preocupa el regreso de Kirchner por la situación financiera del país (teme que caigan en default contratos y obligaciones en dólares) a pesar de que él había construido una buena imagen con dos hombres del entorno directo de la ex presidenta: su marido Nestor Kirchner y el ministro de Planificación Federal Julio De Vido. El primero murió y el segundo está preso por supuestos actos de corrupción.

Martínez nunca encontró la frecuencia exacta con Cristina y para colmo luego se asocio a su enemigo Héctor Magnetto, el dueño de Clarin para así controlar Telecom y obtener grandes cuotas de mercado.

Hace meses Slim y Martínez tuvieron un cruce por la caída del Nuevo Aeropuerto de la CDMX en los albores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El primero condenó la suspensión y el segundo apareció como aliado del Gobierno y facilitador a través de su constructora ICA. La situación argentina ahora se vislumbra como el nuevo escenario para el segundo asalto.

Y esa contienda inminente podrían ser las frecuencias que tiene que asignar el Arsat, que es el regulador del sector en Argentino. Claro y Telefónica le piden a Macri un plan nacional de frecuencias a 25 años para desarrollar la banda 5G. Pero el presidente, según sospechan ambas empresas, no obligaría a Clarín (Martínez) a desprenderse de ciertas frecuencias que actualmente ostenta. Al menos no en un año electoral, donde un Gobierno golpeado por la economía requiere tanto del aval mediático de dicho conglomerado.
Fuente: lapoliticaonline.com.mx

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