Tras doce años de populismo kirchnerista, primero por parte del presidente Néstor Kirchner y posteriormente por parte de su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, que heredó la presidencia argentina, Telefónica se las prometía muy felices en el país del cono sur, su segundo mercado en la zona tras Brasil, ante la llegada al poder de Mauricio Macri, un político conservador y en las antípodas del activismo antiempresas de la política peronista. Sin embargo, la situación estratégica de Telefónica ha dado un giro para peor, y no por los competidores tradicionales -Telecom Argentina y Claro, la filial del mexicano Carlos Slim- sino por la creciente competencia de un rival inesperado, el Grupo Clarín, el mayor grupo multimedia de Argentina, pero que ha apostado decididamente por el mercado de las telecomunicaciones y que cuenta con el apoyo del Gobierno de Macri.
El Grupo Clarín, que mantuvo una feroz oposición a Cristina Fernández de Kirchner -quien a su vez, hizo todo lo posible por perjudicar al grupo mediático, con leyes diseñadas ad hoc para obligarle a desmantelar su imperio- fue uno de los grandes soportes para la candidatura de Macri a la presidencia y ahora está empezando a ser compensado.
Moratoria para Telefónica
Para empezar, Clarín logró mantener su gran mercado de televisión de pago a resguardo de la entrada de Telefónica y Telecom Argentina, las dos grandes operadoras de telecomunicaciones fijas del país. Telefónica pretende establecer en Argentina, la misma estrategia que ha puesto en marcha en España, Chile, Perú o Brasil, integrando en una única oferta diversos servicios, incluyendo el audiovisual.
Pero Clarín posee Cablevisión, que es la más importante cadena de televisión por cable de Argentina, y que está decidida a prestar servicios convergentes (fijo, banda ancha, móvil y televisión) aprovechando la ventaja que le proporciona el hecho de que tanto Telefónica como Telecom no pueden ofrecer televisión por sus redes hasta enero de 2018 o incluso un año más tarde, a decisión discrecional del Gobierno.
Movistar teme que Clarín se alíe con Fintech, la dueña de Telecom, para crear un gran competidorEsta moratoria, aprobada por el Ejecutivo de Macri el pasado mayo, otorga una ventaja preciosa a Clarín que, mientras, maniobra para fortalecer su posición en el mercado móvil, donde está prácticamente ausente, ya que Nextel apenas tiene un 2% del mercado frente al más del 30% cada uno que tienen, casi a partes iguales, los tres grandes operadores móviles del país:Telefónica, Telecom y Claro.
Clarín compró en septiembre de 2015 la filial de la americana Nextel, un grupo de telefonía móvil en bancarrota, por 178 millones de dólares. Pero el Gobierno de Kirchner bloqueó la operación. Sin embargo, entre las primeras medidas del Ejecutivo de Macri en telecomunicaciones, figuró la autorización para comprar Nextel. Además, el grupo mediático también ha comprado -por otros 138 millones de dólares, elevando la apuesta por el móvil la 316 millones- un grupo de otras cinco empresas, que cuentan con frecuencias en las bandas de 900 y 2.500 megahercios.
Y ahí Telefónica ha dicho basta. El grupo español ha presentado una demanda ante el ENaCom -el nuevo organismo supervisor de las telecomunicaciones argentinas, presidido por Miguel de Godoy- en la que exige que no se autorice a Clarín a usar esas frecuencias, concedidas inicialmente para ofrecer servicios fijos, para prestar servicios de 4G, tal y como ha solicitado el grupo mediático al ENaCom.
En su demanda, Telefónica argumenta que con esas frecuencias, Clarín rebasa el máximo legal permitido, así como que si esas frecuencias hubieran podido usarse para el móvil, habrían tenido un precio más alto y la propia Telefónica hubiera estado interesada en adquirirlas. Por último, añade que Clarín acudió inicialmente a la licitación en la que se adjudicaron las frecuencias de 4G -y que compraron Movistar, Telecom y Claro por 1.618 millones de dólares- pero que desistió, por lo que sería ilegal que pudiese prestar unos servicios de 4G con una frecuencias que no fueron adjudicadas para esos usos.
Pero los problemas no acaban ahí, porque Telefónica teme, además, que los rumores se confirmen y que Telecom, controlada por el grupo mexicano Fintech, del experto en reestructuraciones de deuda David Martínez, acabe intensificando sus lazos con el Grupo Clarín, lo que crearía un competidor formidable con fortaleza en todos los terrenos. Y razones no le faltan para temerlo porque Fintech es el segundo accionista del cable de Clarín -Cablevisión- con el 40%.