Arancibia: "Giménez debía revisar computadoras de periodistas de El Intransigente"
"Dijo que le ordenaron ver todas las llamadas entrantes y salientes y ver qué escriben con quiénes se contactan y con quiénes se comunican", detalló Arancibia
"Al ex comisario Gabriel Giménez le ordenaron ver todas las llamadas entrantes y salientes y acceder a las computadoras de los periodistas de El Intransigente, para ver qué escriben, con quiénes se contactan y con quiénes se comunican. Yo simplemente transmito lo que él me dijo, nada de esto sale de mí", comenzó explicando el abogado Marcelo Arancibia.
"Giménez, entre los pedidos de seguimiento y cotejo de llamadas tenía el de una persona socia o amiga de Alfredo Olmedo vinculado a él, un empresario tucumano. Le solicitaron que agudice una investigación sobre ellos", comentó el abogado.
"Dijo que lo obligaron a hacer ciertas cuestiones, jamás mencionó a ningún Gobernador o Ministro, sí mencionó al ex Secretario de Seguridad Aldo Saravia.
"Yo no tengo la culpa de que si lo que dijo es cierto o no, no sé por qué ahora se espantan de cosas que no tendrían que espantarse, si nunca los nombramos. Urtubey dirá ahora que Giménez hace una película de ciencia ficción, yo no digo absolutamente nada", exclamó.
"En una de las computadoras que le secuestaron tiene todo lo que me expuso y también tiene que observar todas las pruebas para ver en qué se pueden relacionar o no con la causa", aseguró.
Arancibia: "No soy defensor de Giménez"
El abogado Marcelo Arancibia respondió al Ministro Troyano quien lo acusó de hacer una defensa mediática por carecer de pruebas suficientes para ayudar a su defendido.
"Que Troyano se informe antes de hablar, yo todavía no me constituí como defensor y no se de qué tengo que defender aún".
"Ayer cuando yo estaba en Metán me encuentro con una célula del Juzgado Federal en la que Giménez pidió comunicarse conmigo y hablar para ver si puedo aceptar o no el cargo de defensor. Yo fui y me entrevisté con él y me dijo que estaba cansado y quería ordenar todas las ideas. Lo primero que me preguntó es qué hay de la computadora desde donde se controlaban las computadoras de los periodistas para ver quién hablaba mal del gobierno", recordó.
"Destacaron que 'usted la defiende a la mujer y defiende a los hermanos acusados´, por lo que sería el defensor natural", informó.
"Luego dijeron que habría una serie de intereses contrapuestos y que yo no podría defender a Giménez, pero eso no es verdad. Ahora si declarara Gabriel Giménez con los hermanos Jiménez y su esposa (por la señora de Gabriel Giménez) y entran en contradicciones ahí sí", explicó.
"El juez Medina se tomará su tiempo para dilucidar si hay intereses contrapuestos a pesar de que Giménez insistió en que sea yo su único abogado defensor".
Denuncias de escuchas ilegales a El Intransigente: La responsabilidad de las palabrasArancibia echó un pesado manto de sospecha sobre todo el Gobierno del Dr. Juan Manuel Urtubey; porque apunta de suyo a los más altos cargos
Por: Federico Mena Saravia, Director El IntransigenteCuando días pasados el abogado Marcelo Arancibia dijo que al ex comisario Gabriel Giménez “le ordenaron ver todas las llamadas entrantes y salientes y acceder a las computadoras de los periodistas para ver qué escriben, con quiénes se contactan y con quiénes se comunican”, estaba disparando a la médula del sistema democrático: La Libertad de Expresión.
Arancibia echó un pesado manto de sospecha de escuchas ilegales sobre todo el Gobierno del Dr. Juan Manuel Urtubey; porque su expresión “le ordenaron” apunta de suyo a los más altos cargos, los que tendrían ese poder para poder investigar la vida privada de las personas y las relaciones particulares de las empresas.
El hecho se magnifica cuando Arancibia obrando como estafeta de Giménez, pone semejantes acusaciones en boca nada menos de un personaje procesado por narcotráfico y que supuestamente ocupó un lugar neurálgico en el tráfico de información de inteligencia de la Policía de la Provincia de Salta.
Dicho todo lo cual, el ciudadano común no puede menos que ingresar en el terreno de la duda respecto de las calidades democráticas de quienes manejan la cosa pública y hasta temer con toda razón que su integridad, tanto física, jurídica como psicológica, se vea en riesgo de ser alterada por maquinaciones propias de tiempos dictatoriales y ahora al margen de la ley.
Hundiendo el bisturí, si bien Arancibia no mencionó al Gobernador o al Ministro del área comprometida con el manejo de la Policía, sí mencionó al ex Secretario de Seguridad Aldo Saravia, con lo cual caben pensar dos cosas: o que Giménez obró por “obediencia debida”, o que el ex funcionario mencionado actuaba a su arbitrio con el desconocimiento del entonces Ministro de Gobierno. Todas son malas.
Finalmente, resulta sintomático que frente al ultraje institucional que significaría para un Medio de Prensa que estos dichos sean ciertos, nadie se haya solidarizado con El Intransigente, ni siquiera repudiado una actitud que como están las cosas, puede afectar a cualquiera.
El silencio del Gobierno no es menos preocupante, dado que pensamos que la situación amerita por lo menos el inicio de una investigación de oficio para deslindar responsabilidades y dar las explicaciones del caso a este Diario, y a la sociedad en su conjunto.
De todas las condiciones para el ejercicio pleno de una democracia, ésta del respeto a la intimidad de las personas y la libertad de expresión, constituyen la piedra angular sobre la que se asienta el Estado de Derecho. Siquiera intentar avanzar sobre alguno de estos derechos o cualquier otro protegido en la Constitución Nacional, no será sino, poner en riesgo el equilibrio de la Gobernabilidad.
Fuente: El Intransigente