domingo, 1 de junio de 2008

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En el año ´82 una parte de la familia Lagos inició un negocio con una tarjeta llamada “Chance”. Para que esto funcionase se necesitaba una ciudad con no más de un millón de habitantes y un diario muy poderosos, y aquí en Rosario se encontraban las condiciones óptimas para estos requisitos.
Merced a esta idea, que venía del Paraguay, se trataba de repartir la tarjeta gratis a todo el mundo y con ella se podía, además de participar en sorteos, comprar solo en negocios adheridos.
Estos negocios, por tal condición debían pagar un porcentaje de la venta bruta, situación comparable con Chicago 1920 pero en lugar de utilizar la clásica ametralladora Thompson: “una tarjeta”.
El problema empezó cuando un grupo de los Lagos que estaba fuera de negocio le exigía a los involucrados que paguen las páginas de publicidad utilizadas por Chance.
Yo hago la denuncia por radio y como era de esperar me echan por “cagonería” del director de ese entonces, el doctor Beduré, que –utilizando un argumento prototípicamente militar- me dijo que yo no tenía derecho a hablar mal de la tarjeta porque una pauta publicitaria no me lo permitía.
Después que me quedé sin trabajo me encargué de que toda la ciudad se enterase de que me habían echado por hacer esa denuncia. A raíz de esto y de los roces ya existentes estalla un conflicto entre las ramas internas del diario y entonces la tarjeta desaparece. Finalmente, y gracias a Dios, ellos perdieron mucho dinero.
Cambiando de tema, creo que “La Capital”, como medio de comunicación, es un “problema” que está muy relacionado con nosotros.
Los rosarinos estamos con los zapatos de buzo, de plomo, no nos animamos a hacer las cosas. Si no nos atrevemos a reconocer nuestro pasado prostibulario, si negamos que esta fue una ciudad de putas, entonces ya estamos mal encaminados. Si escondemos todo, si ni siquiera sabemos aprovechar nuestro folclore, vamos mal.
Nos gusta el cartón pintado, todo tiene que ser una fachada: el diario “La Capital”, los medios de comunicación, Evaristo Monti con su nivel de hipocresía. Si todo es así no pretendamos que un nuevo diario sobreviva. Como vamos a pretender que existan nuevas cosas si, por ejemplo, las FM que están saliendo ahora están siendo denunciadas por los canales, las otras radios y el gran monopolio rosarino.
Es tan chiquito el puterío que me da mucha bronca, mucho asco. Pero en realidad somos nosotros los incapaces de producir alguna modificación. Los rosarinos estamos conformes con esa situación.

Quique Pesoa*. Rosario, septiembre de 1990.

*Quique Pesoa junto a Ricardo Horvath hablarán sobre "La radiodifusión y los medios que necesita la democracia". Este lunes 2 de junio, a las 19 hs. en el Teatro La Comedia, Mitre y Cortada Ricardone. Invita la Comisión en Defensa de la Libertad de Expresión y del Trabajo Periodístico. Sindicato de Prensa Rosario

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