Por: Claudia Villamayor*
Insurgencia quiere decir subvertir el orden que todo lo coopta, inclusive el vozarrón que todo lo sabe, que todo lo explica y que por sobre todo no escucha. Y si escucha en realidad, es para confirmar su propia versión de los hechos.
Insurgencia quiere decir desnaturalizar: los estigmas, los prejuicios, la discriminación, la descalificación, la versión monolítica de la vida y todos sus quehaceres, desde los cotidianos hasta los militantes, los laborales y la diversidad de vínculos donde esa vida tiene lugar.
Insurgencia quiere decir identificar el colonialismo en las narrativas de la ciencia, la educación, la cultura, los partidos políticos, los medios de comunicación y en el diseño de las políticas públicas y de las organizaciones que se proponen emancipación pero aun persiste en ellas las marcas del amo del que se quiere liberar.
Insurgencia quiere decir perturbar la ubicuidad cultural del patriarcado que como la mugre está en todas partes. No alcanza con barrer, hace falta refundar el orden y para eso es necesario mirar la huella que deja en nosotros/as/es y en nuestros modos de conducirnos. Lo personal es político.
Insurgencia quiere decir desmontar el sentido utilitario y extractivista de las relaciones humanas, de la tierra, de los recursos naturales y de la persistente búsqueda colectiva de hacer surgir un mundo igualitario con justicia social, justicia de género, justicia de saberes, justicia de clase, justicia de identidades culturales.
Insurgencia quiere decir que distribuir la palabra y para lograrlo implica diseñar un sistema de medios de comunicación y de organizaciones de la comunicación, la educación y la cultura donde la noción de lo popular está cargada de justicia e igualdad y ello abre la pregunta por el poder y el conflicto que las impide.
Insurgencia quiere decir refundar relaciones político sociales, económicas y culturales, subvertir el orden de los valores que todo lo traducen como un negocio.
Insurgencia quiere decir mover el cuerpo territorio de pasión y fuerza, de intención y de consecución para construir otra posibilidad de vida, de la buena vida donde nadie es mas que nadie.
Insurgencia quiere decir identificar la diversidad y producir colectividad en donde que cada quien sea y lo que se destaca sea de todos/as/es. Y… hacerlo es un trabajo político desde la vida cotidiana hasta las instancias organizativas mas grandes.
Insurgencia es haber comprendido que la disrupción siempre es urgente porque de ella depende la capacidad intercultural, que construye en la diferencia, la posibilidad del mundo igualitario en el que se quiere vivir.
Insurgencia quiere decir hacer del don del decir a través de todos los sentidos posibles un camino de rebelión constante porque se es capaz de ponerse en los zapatos de quienes más sufren.
De esto participa la militancia de la Comunicación Popular en América Latina.
*Directora de la Tecnicatura en Comunicación Popular y docente de la Facultad de Periodismo y Comunicaión Social, Universidad Nacional de La Plata