El presidente ruso justificó su retraso en que no quería "condicionar la investigación"
Por: Rafaél Mañueco
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, expresó ayer sus condolencias por las muertes de la periodista de 'Nóvaya Gazeta', Anastasia Babúrova, y el abogado Stanislav Markélov, tiroteados el pasado día 19 en pleno centro de Moscú. El jefe del Kremlin se había mantenido hasta ahora callado en relación con este doble asesinato y ayer rompió el silencio durante un encuentro con el ex presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y el director de la revista, Dmitri Murátov.
A la salida de la reunión, Murátov dijo que la explicación que dio Medvédev para justificar los diez días de demora en pronunciarse sobre los asesinatos de Babúrova y Markélov fue que «un pésame público hubiera contenido una valoración de los hechos y hubiese condicionado a los inspectores al marcar una línea determinada de investigación». «El presidente dijo que caracterizar el crimen como político supone una presión directa sobre los investigadores», añadió Murátov.
Según las palabras del director de la publicación, Gorbachov fue el primero en recriminar al presidente ruso por no haber comparecido en su momento, condenando el asesinato y solidarizándose con las familias de las víctimas. El ex dirigente soviético es, al igual que Alexánder Lébedev, copropietario de 'Nóvaya Gazeta', aunque con una participación menor. Ambos promueven levantar un monumento a las víctimas de la represión comunista y, de acuerdo con las palabras de Murátov, Medvédev apoyó ayer la iniciativa.
Hablaron también sobre la marcha del juicio contra los implicados en la muerte de Anna Politkóvskaya, que fue también reportera del bisemanal y pereció acribillada a tiros en el otoño de 2006. En una reciente entrevista a este periódico, Murátov afirmaba ser partidario de cerrar el rotativo mientras no se pueda garantizar la integridad física de sus redactores. Exigir licencia de armas para ellos es una de las propuestas lanzadas por Lébedev.
Ayer, precisamente, tuvo lugar una concentración junto a la sede central del FSB (antiguo KGB), los servicios secretos rusos, para denunciar la «impotencia» de las fuerzas de seguridad a la hora de defender a la ciudadanía de los desmanes de las mafias y las organizaciones radicales.
Mucho por esclarecer
Serguéi Mitrojin, uno de los líderes del partido opositor Yábloko, se lamentó de que "prácticamente ningún crimen de periodistas o defensores de los derechos humanos se ha esclarecido en Rusia en los últimos años".
Fuente: La Rioja.com