Desde el 17 de abril de 1998, cuando salió su primer número, Las 12 expresa los debates del movimiento feminista, mucho antes de su irrupción masiva en la sociedad y los medios de comunicación.
El debate entre abolicionismo y trabajo sexual tiene aristas complejas, posiciones irreconciliables y hoy surca a los feminismos argentinos con gran virulencia. PáginaI12 viene expresando en sus diferentes espacios voces diversas.
Cualquier periodista, cuando firma un artículo de opinión, tiene derecho a expresar su posición. Citar una frase para contrastarla con otra idea no es un agravio. Convertir una opinión diferente en una agresión es un mecanismo que erosiona la libertad de expresión.
Consideramos que es un ataque acusar a quien plantea disidencias o abre la discusión para ampliarla, de ser cómplice de un sistema prostituyente, desacreditando una trayectoria en el periodismo feminista.
Pretender que haya una sola voz, o una sola posición autorizada a expresarse desde los feminismos es, además, desconocer la riqueza del movimiento, su pluralidad, la irrupción de voces antes marginadas como sujetas políticas y sociales.
Hoy más que nunca nos tenemos y nos necesitamos para continuar un tejido colectivo, plural y respetuoso de las construcciones históricas de los feminismos. Tender puentes hacia puntos de encuentro no puede ni debe ser una utopía. Para eso es necesario nombrar, buscar alternativas para seguir abriendo caminos, nuevos si se quiere, consensuados siempre.
Estar organizades es no estar sola, gracias compañeras https://t.co/7SHo8xWLwj— marta dillon (@martadillon) June 17, 2020
Desde Las 12 jamás se obturaron los debates, por el contrario, siempre se apostó a abrirlos, escuchando, de manera privilegiada, a quienes tienen dificultades para encontrar espacio en otros medios porque encarnan posiciones no hegemónicas.
Si algo ha hecho Las 12 –y PáginaI12-- es darle visibilidad a la construcción y dinámica permanente de las realidades que atraviesan a los feminismos. En los últimos años nos han interpelado cuestiones que hacen a la vida de mujeres y diversidades, y que impulsan a las periodistas de este diario a seguir preguntándonos y planteando diálogos, no sólo por una cuestión de centralidad periodística sino por una cuestión de honestidad feminista e intelectual.
La clausura de los debates es una de las peores prácticas, sobre todo en una coyuntura local y regional marcada por retrocesos profundos en materia de géneros y derechos humanos.
Por todo eso, creemos que se puede opinar diferente, siempre. Que Marta Dillon y que cualquier periodista. Lo que no podemos aceptar es la agresión.
Trabajadoras de PáginaI12
Comisión de Mujeres y Géneros PáginaI12
Comisión Interna PáginaI12 SiPreBA