Por: Gabriel Sued
Con la sobriedad que impone la epidemia, en los últimos días el Gobierno celebró un número: 17,3. Es el rating que alcanzó la entrevista que dio el Presidente el domingo, en Telefé, el pico de audiencia más alto de todo el año para la televisión abierta. Con ese y otros datos a la vista, la Casa Rosada reafirmó la estrategia de comunicación : Alberto Fernández es el vocero de la crisis del coronavirus , el autor e intérprete de un mensaje unificado, que construye casi sin asesores.
Advertidos de los riesgos de semejante nivel de exposició n, en el entorno del Presidente replican que la estrategia no podría tener mejores resultados, y no solo por el rating de las entrevistas que dio esta semana. Según encuestas que llegaron a la residencia de Olivos, el respaldo a la actuación de Fernández ante la epidemia del coronavirus supera el 90 por ciento, mientras que la imagen del Presidente araña los 80 puntos , todo un récord.
"¿Quién mejor que él para comunicar? Es confiable y es el más informado porque es el único que participa de todas las reuniones importantes , tiene todo el tablero en la cabeza", argumentan, para sostener una estrategia que, afirman, es la continuidad de lo que venía haciendo el Presidente antes de la epidemia. De acuerdo con esos funcionarios, "la política determina la comunicación" y Fernández es el conductor en las dos áreas.
El Presidente mantiene la centralidad desde el principio. No solo hace los anuncios más importantes, sino que, en contra de lo que indican los manuales de comunicación de crisis, da entrevistas individuales en radio y televisión, y mantiene conversaciones con sus seguidores en redes sociales. "No lo hace por estrategia. Él entiende que en una situación así no hay margen para especulaciones, para poner a un vocero fusible. Cree que como líder político tiene que estar al frente, poner el cuerpo. Si nos quemamos, nos quemamos todos", dice uno de los funcionarios que lo visita en Olivos.
Conscientes de que lo peor de la crisis está por venir, en el entorno del Presidente entienden que el capital político que está acumulando en esta primera etapa, casi un punto de partida para su gobierno, va a ser muy útil en el futuro cercano, cuando el consenso político empiece a resquebrajarse y necesite un apoyo popular robusto para tomar medidas difíciles. "La salida de la epidemia va a ser muy dura", advierten .
"No lo hace por estrategia. Él entiende que en una situación así no hay margen para especulaciones, para poner a un vocero fusible. Cree que como líder político tiene que estar al frente, poner el cuerpo. Si nos quemamos, nos quemamos todos", dice uno de los funcionarios que visita al Presidente en Olivos.La estrategia de comunicación, en definitiva, se construye alrededor del modelo radial de Fernández y se ordena en la residencia de Olivos, donde trabaja todos los días el secretario de Comunicación Pública, Juan Pablo Biondi . A él responden los voceros de la mayoría de los ministerios, incluido el de Salud, designado durante la crisis. Además, para asegurarse un monitoreo más cercano del área, Biondi ubicó ahí a su segundo, Marcelo Martín , como una suerte de supervisor, mientras dure la crisis.
Carla Vizzotti se convirtió en la vocera técnica de la crisis
Como parte del mismo proceso, se decidió que los funcionarios del Ministerio de Salud no den notas exclusivas. Tras algunos traspiés comunicacionales, el ministro Ginés González García (después de unos días sin aparecer ayer dio una entrevista a la Televisión Pública) cedió el protagonismo a su segunda, la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti . Ella es la vocera técnica de la crisis, la cara científica del Gobierno. Todas las mañanas brinda un informe diario, basado en la información que se difunde por escrito la noche anterior, con el número de casos y de muertes. Tiene dos acompañantes que van rotando, un funcionario del ministerio y un integrante del comité de expertos. La información se acumula en el portal oficial argentina.gob.ar.Apariciones coordinadas y un ausente
La centralidad de Fernández no implica que los ministros no hablan, aclaran en la Casa Rosada. Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Eduardo De Pedro (Interior), Sabina Frederic (Seguridad) y Agustín Rossi (Defensa) levantaron el perfil durante la crisis. Eso sí, todas las apariciones públicas de los funcionarios son coordinadas desde la Secretaría de Comunicación Pública. Tienen la instrucción de hablar solo de sus áreas específicas. Biondi dispuso también que en los anuncios de medidas no haya preguntas de los periodistas, para evitar que la agenda se abra y el mensaje oficial no llegue tal como fue ideado.
Santiago Cafiero y Juan Pablo Biondi, junto al presidente Alberto Fernández
"Si todos hablan de todo, nos podemos equivocar", argumentan, y recuerdan el cortocircuito entre el canciller Felipe Solá y el ministro de Transporte, Mario Meoni. Durante el fin de semana, Solá anticipó que se cerraría el aeropuerto de Ezeiza y horas después Meoni debió desmentirlo.Uno que no aparece en la escena es el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero . Uno de los pocos funcionarios que sigue yendo todos los días a la Casa Rosada, está dedicado de lleno a la coordinación de la gestión. En su área se elaboran contenidos de las campañas públicas de difusión, como el hashtag #CuidarteEsCuidarnos.
Fotos: Presidencia de la Nación, TelAm
Fuente: La Nación