Según el informe ‘Trust in news’ que ha elaborado Kantar Media a partir de entrevistas a más de 8.000 personas de Brasil, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, las noticias falsas han deteriorado la confianza de la audiencia en las redes sociales y los medios nativos.
Por el contrario, a las publicaciones impresas, radios y televisiones no sólo no les ha pasado factura, sino que ha contribuido a reforzar su credibilidad y reconocerles como fuentes de información más fiable.
El citado informe refleja, por ejemplo, que la confianza del 58% de los encuestados que leen noticias relacionadas con política y campañas electorales a través de redes sociales ha caído.
A las redes y las publicaciones digitales les ha tocado cargar con la parte más negativa del fenómeno
A las redes les toca, junto con las publicaciones digitales y las aplicaciones de mensajería como WhatsApp, cargar con la parte más negativa de este fenómeno. Y es que en el caso de estas dos últimas fuentes que la tasa de fiabilidad ha descendido para el 41% y 57% de los usuarios, respectivamente. Después de todo, no es coincidencia que los creadores de noticias falsas se decanten por estos contenedores para propagarlas.
Una cosa son las consecuencias que ha tenido esta ola en la manera que tiene la audiencia de informarse y otra muy distinta el consumo en redes sociales. En ningún caso ha disminuido y Facebook continúa siendo la plataforma más utilizada, con un 84% del consumo total, mientras que Whatsapp y Twitter son a día de hoy menos fiables para casi seis de cada diez entrevistados.
Ahora bien, lo anterior pone de manifiesto que, si de algo parece haber servido la irrupción del fenómeno de las fakes news, ha sido para recordar la misión informativa de los medios tradiciones. Sólo una cuarta parte de su audiencia dice haber aumentado su recelo tras la irrupción de las noticias falsas. En comparación, su tasa de confianza dobla la de las redes sociales.
Los programas de informativos de radio y televisión destacan como las fuentes más fiables, con una caída en la confianza del 18% y 21%, respectivamente. En este sentido, los canales de televisión dedicados únicamente a noticias gozan de la confianza del 69% de los encuestados, que los consideran igual o más fiables que hace un año. Tienen por delante a las revistas de actualidad (72%) y por detrás a los noticiarios de radio (68%), dominicales y telediarios (67%).
La suscripción como alternativa a la publicidad gana adeptos
Pese a que el 44% de la audiencia entrevistada reconoce estar preocupada por la difícil situación financiera que atraviesan los medios en la actualidad, más de la mitad no le ven sentido a pagar por las noticias en Internet. El argumento es el mismo desde hace años: hay tanta información que se ofrece de forma gratuita que el público apenas encuentra razones para pagar por ella.
No en vano, el estudio de Kantar Media propone que la creación de confianza en las marcas de los periódicos es una buena manera de aumentar los ingresos. El 40% de los encuestados ha comprado un periódico la semana anterior y el 29% ha realizado un pago online para consumir noticias el año pasado. Las estadísticas están ahí y evidencian que un mayor valor de la publicación permite aumentar los datos hasta el 56% y el 42%, respectivamente.
La mayor brecha se mantiene entre los consumidores de periódicos en papel y de digital. En el entorno online, el 42% de los menores de 35 años ha pagado por noticias digitales en el último año en comparación con solo el 18% de personas con 55 años o más (ya sea con un pago único o una suscripción permanente).
Por el lado de la parte impresa, el 48% de personas de 55 años o más ha comprado un periódico la semana anterior, en comparación con el 38% de personas menores de 35 años. En el grupo demográfico más joven, el 17% de los menores de 35 años pagaría por las noticias online si fueran menos caras.
Precisamente, para este último grupo demográfico los modelos de entretenimiento basados en suscripción se están convirtiendo en algo muy común (Netflix, Spotify, etc.). A este respecto, el informe plantea que la experimentación en cuanto a la elasticidad de los precios puede ser una ruta alternativa para maximizar las ganancias de este pequeño pero importante porcentaje de consumidores.